De anomalía podría definirse el ver una sala casi llena para la presentación del segundo disco de un grupo local cuya música se asienta en las raíces clásicas de un rock que bebe en el blues, en los sonidos sureños, en los toques hard, en la emoción de guitarras y melodías. Una anomalía que deja de serlo precisamente por estas últimas razones. Y porque Last Fair Deal son, sin duda, una de las apuestas más compactas del momento. Y este su segundo disco, Once, vale su peso en elegancia y potencia. (...)