No sé yo si a ciertas edades aún pueden tenerse sentimientos generacionales. Supongo que todos tuvimos sueños, utopías, hambres de vivir vidas distintas. No íbamos a ser lo que se pretendía que fuéramos. Y a la mayoría nos pilló la inercia, y nos quedamos anclados en etapas grises, vacías, recodos sin sentido, aferrados a las luces (Ella) y estrellas (Música) que nos permiten seguir teniendo ganas de respirar cada mañana. Incluso alguno pensamos a veces que un simple Río Rojo puede ser un acto de rebeldía. Ilusos. (...)