Porque cuando apenas había cumplido 17 años, iba feliz con la copia en cassette que me había agenciado de English Settlement. Porque no comprendía que estando en boca de todos gente como Costello, Joe Jackson, Squeeze, Stranglers, The Jam, incluso los Police que comenzaban a extender su manto agotador sobre el pop, XTC quedaban como algo minoritario, demasiado oscuro y desconocido. No podía aceptarlo, si lo que escuchaba era puro pop, esos sonidos que bebían de Beatles y Kinks, pero también sorbían de Byrds y de toda la psicodelia británica desarrollada en la segunda parte de los 60. (...)