*Americanah es el término con el que en Nigeria se refieren a quien regresa al país después de sus estudios y desarrollo profesional en los EEUU.
miércoles, 17 de enero de 2018
Americanah
*Americanah es el término con el que en Nigeria se refieren a quien regresa al país después de sus estudios y desarrollo profesional en los EEUU.
sábado, 19 de marzo de 2011
Una exposición de cuento

"Los niños necesitan cuentos"
"Los cuentos narran historias de cómo hacerse mayor"
Una exposición para acercarnos a la cultura y el idioma alemán a partir de unos de sus más célebres personajes, los Hermanos Grimm, Jacob y Wilhem que, como en su día hizo Perrault en Francia, recopilaron las historias más populares y representativas de la literatura tradicional oral en Alemania.
Una exposición para compartirla en familia. Los mayores nos reforzaremos en la importancia de los cuentos y de que éstos sean contados a los niños, además de profundizar en algunas de las claves que se esconden en las historias tradicionales; y todos, mayores y pequeños, podremos introducirnos en un espacio mágico en el que las figuras siluetadas de los personajes* más conocidos y los sonidos del ambiente nos transportarán a ese lugar mágico e iniciático del bosque de cuento.
* Deliciosas figuras basadas en ilustraciones clásicas y textos de cuentos en su redacción original y tradicional, lejos de los estereotipos edulcorados de la factoría Disney.
sábado, 22 de enero de 2011
Un escritor sin método


Sobre su conocimiento tan profundo de la condición humana, de los sentimientos y de las actitudes más miserables y despreciables, nos contó que proviene de su experiencia personal, de la observación, de las historias familiares que ha escuchado desde su más tierna infancia, de la historia y también de la introspección. Nos hizo llegar su reflexión de que la maldad es un impulso que anida en cada uno de nosotros, todos podemos sentirlo, la clave está en saber controlarla. Aunque no lo dijera ayer, hay otro factor que está muy presente en su obra , en la que se contempla cómo ese instinto malvado encuentra caldo de cultivo en determinadas circunstancias históricas y sociales. No en vano, en la charla evocó en varias ocasiones la guerra y especialmente los episodios tan trágicos que la humanidad ha vivido en el pasado y reciente siglo XX: las guerras mundiales, los genocidios, la carrera armamentística de destrucción total, ...
También se habló de su breve pero exitosa carrera cinematográfica, del profundo conocimiento del alma femenina que destila su película Il y a longtemps que je t'aime. El lo explicó basándose en la aportación de las dos actrices protagonistas y en que la influencia femenina en su vida personal ha sido constante, de hecho nos contó que siempre ha estado rodeado de mujeres en su familia y en su trabajo (y que le gusta).
Como conclusión de un encuentro tan intenso, yo me quedé con que el método de un autor que confiesa no tenerlo es uno que repitió varias veces a lo largo de la charla: "j'essaye de me mettre dans la peau du personnage" (trato de ponerme en la piel de los personajes). Sin duda, el mejor de los métodos.
lunes, 1 de noviembre de 2010
El informe de Brodeck

Un relato que describe con detalle la crueldad y la sordidez a la que puede llegar a arrastrarse el alma humana, el embrutecimiento de la razón cegada por las arengas de manipuladores, pero que añade un elemento que yo no recuerdo haber encontrado en otras obras del género, la capacidad de adentrarse en el desgarro moral de las víctimas, en la progresiva y lenta deshumanización, la carga vital que tendrán que arrastrar los supervivientes. "Yo decidí vivir y mi castigo es la vida" dice Brodeck casi al final del libro.
Por todo lo anterior y por todo lo que cada uno de los lectores sepa encontrar, recomiendo vivamente la lectura.
sábado, 31 de octubre de 2009
Viaje al infierno

(Foto de Gervasio Sánchez)
domingo, 6 de septiembre de 2009
Viajando de Norte a Sur
En lo que a mí concierne, he recorrido medio mundo de Norte a Sur.
Comencé por mi tercera visita en lo que va de año hasta la fría y hermosa Suecia. Hacía tiempo que tenía el pasaje adquirido pero preferí esperar a iniciarlo manteniendo una dulce y tensa ansia porque sabía que lo iba a disfrutar con fruición. Las andanzas de un periodista honrado y una chiquilla sorprendente, genial y justiciera prometían mucho y no defraudaron. Lo peor es el vacío que queda en el horizonte cuando llegas a la última página ¿... y ahora qué?
Con cierto escepticismo por un cambio tan brusco de aires y gentes me embarqué en el Drommedaris con Jan Van Riebeeck de la mano de Dominique Lapierre rumbo hacia el extremo sur de África. El relato apasionado de los tres siglos y medio de epopeya e infamia que constituyen la historia de Sudáfrica atrapa y conmueve de principio a fin. Las tripas se revuelven con la mezcla de sentimientos: indignación por tanta injusticia; admiración por quienes se rebelaron contra ella; culpabilidad también por no haber sabido o querido conocer con mayor detalle muchas de las atrocidades descritas, ocurridas en un tiempo tan reciente; y respeto, un profundo respeto, por la inmensa valentía y generosidad de personas tan honorables como Nelson Mandela y Helen Liebermann.
¡Para que digan que los libros son caros!
miércoles, 14 de enero de 2009
Amos Oz y las mujeres de las ventanas
La mujer de la ventana
(Discurso del escritor Amos Oz al recibir el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2007)
Si adquieres un billete y viajas a otro país, es posible que veas las montañas, los palacios y las plazas, los museos, los paisajes y los enclaves históricos. Si te sonríe la fortuna, quizá tengas la oportunidad de conversar con algunos habitantes del lugar. Luego volverás a casa cargado con un montón de fotografías y de postales.
Pero, si lees una novela, adquieres una entrada a los pasadizos más secretos de otro país y de otro pueblo. La lectura de una novela es una invitación a visitar las casas de otras personas y a conocer sus estancias más íntimas.
Si no eres más que un turista, quizá tengas ocasión de detenerte en una calle, observar una vieja casa del barrio antiguo de la ciudad y ver a una mujer asomada a la ventana. Luego te darás la vuelta y seguirás tu camino.
Pero como lector no sólo observas a la mujer que mira por la ventana, sino que estás con ella, dentro de su habitación, e incluso dentro de su cabeza.
Cuando lees una novela de otro país, se te invita a pasar al salón de otras personas, al cuarto de los niños, al despacho, e incluso al dormitorio. Se te invita a entrar en sus penas secretas, en sus alegrías familiares, en sus sueños.
Y por eso creo en la literatura como puente entre los pueblos. Creo que la curiosidad tiene, de hecho, una dimensión moral. Creo que la capacidad de imaginar al prójimo es un modo de inmunizarse contra el fanatismo. La capacidad de imaginar al prójimo no sólo te convierte en un hombre de negocios más exitoso y en un mejor amante, sino también en una persona más humana.
Parte de la tragedia árabe-judía es la incapacidad de muchos de nosotros, judíos y árabes, de imaginarnos unos a otros. De imaginar realmente los amores, los miedos terribles, la ira, los instintos. Demasiada hostilidad impera entre nosotros y demasiada poca curiosidad.
Los judíos y los árabes tienen algo en común: ambos han sufrido en el pasado bajo la pesada y violenta mano de Europa. Los árabes han sido víctimas del imperialismo, del colonialismo, de la explotación y la humillación. Los judíos han sido víctimas de persecuciones, discriminación, expulsión y, al final, el asesinato de un tercio del pueblo judío.
Cabría suponer que dos víctimas, y sobre todo dos víctimas de un mismo perseguidor, desarrollarían cierta solidaridad entre ellas. Desgraciadamente las cosas no son así, ni en las novelas ni en la vida real. Por el contrario, algunos de los conflictos más terribles son aquellos que se producen entre dos víctimas de un mismo perseguidor. Los dos hijos de un progenitor violento no tienen por qué amarse necesariamente. Con frecuencia ven reflejada el uno en el otro la imagen del cruel progenitor.
Exactamente así es la situación entre judíos y árabes en Oriente Medio: mientras los árabes ven en los israelíes a los nuevos cruzados, la nueva reencarnación de la Europa colonialista, muchos israelíes ven en los árabes la nueva personificación de nuestros perseguidores del pasado: los responsables de los pogroms y los nazis.
Esta realidad impone a Europa una especial responsabilidad en la solución del conflicto árabe-israelí: en lugar de alzar un dedo acusador hacia una u otra de las partes, los europeos deberían mostrar afecto y comprensión y prestar ayuda a ambas partes. Ustedes no tienen por qué seguir eligiendo entre ser pro-israelíes o pro-palestinos. Deben estar a favor de la paz.
La mujer de la ventana puede ser una mujer palestina de Nablus y puede ser una mujer israelí de Tel Aviv. Si desean ayudar a que haya paz entre las dos mujeres de las dos ventanas, les conviene leer más acerca de ellas. Lean novelas, queridos amigos, aprenderán mucho.
Las cosas irían mejor si también cada una de esas dos mujeres leyese acerca de la otra, para saber, al menos, qué hace que la mujer de la otra ventana tenga miedo o esté furiosa, y qué le infunde esperanza.
No he venido esta tarde a decirles que leer libros vaya a cambiar el mundo. Lo que he sugerido es que creo que leer libros es uno de los mejores modos de comprender que, en definitiva, todas las mujeres de todas las ventanas necesitan urgentemente la paz.
Quiero agradecer a los miembros del jurado del premio Príncipe de Asturias que me hayan otorgado este maravilloso Premio. Muchas gracias y mis mejores deseos a todos ustedes. Shalom u-brajá.
AMOS OZ
Traducción del hebreo de Raquel García Lozano
Podéis encontrar el texto íntegro en El País Digital