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domingo, 27 de mayo de 2012

Public money, money ...

El jueves se publicaron en el BOA las ayudas que el Gobierno de Aragón va a destinar el curso próximo para el comedor escolar. Una partida de 3 millones de euros. Este viernes, cuando se ha hecho público que el Gobierno de España va a destinar 23.000 millones de la misma moneda a reflotar Bankia, me ha dado por comparar ambas cifras. Supongamos, que es mucho suponer, que Aragón es la comunidad más tacaña en este tipo de ayudas que,  los que conocemos el tema de cerca, sabemos que en muchas ocasiones son verdaderos subsidios de  subsistencia para la infancia más desfavorecida. Supongamos también que  la media del resto de las CCAA pudiera llegar a multiplicar por cinco la aragonesa; ambas suposiciones nos darían la "escalofriante cantidad" de 255 millones de euros. He sido muy optimista y el resultado es que las ayudas para el comedor de los escolares de las familias  pobres (porque no se puede llamar de otra manera a las que son susceptibles de alcanzar la beca) podrían constituir ...¡¡¡el 1%!!! del dinero que se va a llevar Bankia. 
¿Este es el país que queremos?
Yo, no.

sábado, 18 de septiembre de 2010

¿Quién paga las facturas?








Las 8 horas del papa Benedicto XVI en Santiago de Compostela costarán 3 millones de euros. A diferencia de lo ocurrido en Reino Unido, donde se exige una cuota de entre 12 y 30 euros a los fieles, en las próximas visitas de Benedicto XVI a España, no se cobrará la entrada por asistir a las misas y actos públicos oficiados por el Papa. Sin embargo, y a pesar de no tratarse de visitas de Estado, sino de viajes apostólicos, el Estado y las administraciones autonómicas y locales asumirán todos los gastos de seguridad, asistencia sanitaria, infraestructuras y dotación de los centros de prensa.

Yo suscribo la opinión del presidente de Europa Laica, Francisco Delgado, quien exige la derogación del Concordato y asegura que, si bien esos actos son absolutamente legítimos y respetables, deben ser financiados con los recursos propios de la Iglesia, que son muchos, y con las libres aportaciones de los fieles que quieran hacerlo.


Pero quiero enlazar esta cuestión con los costes de viajes, representación, manutención, vacaciones, etc. etc. etc. de la familia real española. Datos que quedan bastante opacos pues se reparten en distintos conceptos de los Presupuestos del Estado, no sólo en el capítulo que hace referencia a la propia institución y que considero desorbitados independientemente de cuál fuera la situación económica general. Siempre que expreso esta opinión me encuentro con alguien que me rebate que eso no es problema de la institución monárquica que lo mismo nos costaría una Presidencia de República. Pues no sé si costaría más o menos, difícilmente creo que fuera más pero, desde luego, no sería lo mismo. Para empezar el presupuesto sería el que Las Cortes Españolas aprobaran y se destinaría para sufragar los gastos de las funciones de una persona elegida tras un proceso democrático y, además, no habría que mantener las residencias, los gastos de representación, ... de toda su parentela.
Pero bueno, ya sabemos que este debate está silenciado en nuestro país. En realidad, deberíamos estar agradecidos de que la propia Casa Real haya pedido de motu propio austeridad en sus asignaciones. Una razón de más para apreciar su condición de "servidores" pues el resto de los españoles no necesitamos pedirla, nos la dan por decreto.









sábado, 24 de abril de 2010

Más sobre la escuela


Además de que «casi ocho de cada diez inmigrantes estudian en la escuela pública», «muchas familias optan por un colegio privado o concertado para evitar a los inmigrantes». Estas frases se han podido leer recientemente en Heraldo de Aragón, coincidiendo con el proceso de solicitud de plazas escolares para el curso próximo. También en foros de Internet se encuentran lindezas y opiniones muy estereotipadas sobre la ‘guetización’ de ciertos colegios públicos o de cómo algunos concertados (financiados con dinero público, no nos olvidemos) desarrollan un discurso disuasorio hacia determinados colectivos. Me duele por el desprecio hacia los pequeños inmigrantes que se desprende de estas afirmaciones hechas tan intencionadamente, lo siento también por los niños y niñas "oriundos" cuyos padres y madres colocan estos anti-valores en la prioridad de su educación, adultos que crecieron en un mundo ‘uniforme’ y que no se han enterado de que sus hijos lo están haciendo en otro muy diferente, que la diversidad de gentes, culturas, credos, ... está en los medios, en la calle, en los Erasmus, en el trabajo, en el deporte… ¿Cómo van a preparar a sus hijos para todo ello si pretenden aislarlos en guetos monoculturales? ¿Por qué consideran una mala influencia compartir aula con compañeros que, en las más de las ocasiones, cuentan con un bagaje de experiencias enormemente interesantes? Jóvenes que hablan de forma fluida dos o más idiomas y aprenden en tiempo récord uno nuevo, el español. ¿No es un lujo tener ese modelo al alcance? La sociedad de hoy es compleja y una escuela que no sea reflejo de sus múltiples facetas no está preparando para la vida. Soy consciente de que no todo es idílico, que una escuela pública que concentra un porcentaje muy elevado de alumnado con problemas familiares y económicos (ésa es la madre del cordero, porque si son ricos ya cambiamos la categorización y pasan a ser extranjeros) requiere de mayores esfuerzos por parte del profesorado y de toda la sociedad. Pero eso tiene una solución muy fácil: reconsiderar todo el apartado de conciertos económicos, de tal manera que los recursos económicos se destinene mayoritariamente a esos centros que tienen una población más necesitada de apoyos educativos. ¿Para cuando un gobierno valiente y de verdadera izquierda que se atreva a poner sobre la mesa este asunto?

domingo, 28 de marzo de 2010

¿Cifras objetivas?


Periódico Heraldo de Aragón del viernes 26 de marzo, página 2: Casi ocho de cada diez inmigrantes estudian en la escuela pública. Nada que objetar al titular que se presenta a toda página. Las cifras son las que son. Pero lo son a lo largo de todo el año escolar, por eso me despierta cierta suspicacia la fecha en la que se publican, es decir, en vísperas de que se inicie el proceso de solicitud de plazas escolares para el curso próximo en la comunidad aragonesa. Quizás yo sea mal pensada y lo que se pretende es destacar la condición solidaria e inclusiva de la escuela pública. Pero me temo que exista un mensaje subliminal que pueda influir en el ánimo de muchos lectores preocupados en este momento por la elección de colegio para sus hijos pequeños. Y que estos padres responsables acaben sacando una conclusión simplista pero muy afianzada en determinados círculos sociales: la de que esa variedad cultural es un hándicap en sí misma, decantándose hacia los colegios concertados con mayor uniformidad en la ropa y en el origen cultural. Por cierto, que nadie olvide, que también están sostenidos con fondos públicos.