ULTIMA HORA, 23.03.21
Infinito
El crecimiento económico es infinito, la racha del Atlético Baleares es infinita, la Tierra es infinita, el reinado de Messi es infinito, nuestra paciencia frente a la estupidez humana es infinita, Jordi Hurtado es infinito, la capacidad de sorprendernos de Donald Trump es infinita, los hilos de Twitter son infinitos, el amor por nuestra pareja es infinito, “Last Chrismas” de Wham! es infinita, la prensa en papel es infinita, mi Renault Clio diésel con agujeros en su carrocería es infinito, la pelea Coca-Cola vs. Pepsi-Cola es infinita, las amistades que se forjaron en primaria son infinitas, el término “efímero” es infinito, la niñez es infinita, los endecasílabos son infinitos, The Beatles son infinitos, la saga Iglesias es infinita, Tele Cinco es infinita, mi móvil LG es infinito, los labios de Scarlett Johansson son infinitos, las ganas de ponerlo todo patas arriba que inspiraron La Fuente (el famoso urinario cuya autoría se atribuye erróneamente a Marcel Duchamp), de Elsa von Freytag, son infinitas, nuestra polarización es infinita, los dinosaurios eran infinitos, este artículo de opinión parece infinito…
UH, 03/12/19
De ciegos y conejos
Dice Leila Guerriero, la periodista argentina, que para ver hay que volverse invisible. Entonces pienso en esos políticos que buscan desesperadamente, sin miedo al ridículo, la mayor visibilidad posible, y veo claro que vivimos en un mundo dirigido por ciegos. Pero en muchas ocasiones se trata de una ceguera selectiva. Ven su propio rostro, sí, y ven a los que conforman su bando. El resto, esa mancha difusa, son el enemigo, y al enemigo –como dice el refranero– ni agua. La técnica de deshumanización es vieja y sencilla. «Mis enemigos son como conejos. Los conejos solo sirven para ser cazados. Tengo que cazar a mis enemigos». El silogismo, por burdo, dará mayor visibilidad al político, por lo tanto lo suelta en la primera tertulia a la que es invitado. Si no es invitado a ninguna tertulia, el político recurre a Twitter, que para algo se inventó. Estas explosiones de inteligencia y elegancia nos deslumbrarán hasta enceguecernos y conseguirán que, ahora sí, el político de turno sea invitado a la tertulia de turno para poder decir lo de los conejos y todos acabaremos discutiendo sobre los conejos mientras los vendedores de armas se frotan las manos. UH, 17/12/19