La saturación de productos de televisión ficcionales terminó provocando, en muchos de nosotros, un desinterés por ciertas temáticas o ciertos formatos de este medio. En mi caso particular, la sitcom fue durante años un tipo de serie que supe consumir en exceso y muy a gusto, pero en este último tiempo caí en la cuenta de que poco a poco, casi sin darme cuenta, me comencé a bajar de muchas de ellas. Hay algo con el formato tradicional de la sitcom que ya no funciona para mí, especialmente en el tratamiento que le dan a las relaciones de pareja modernas, pero sobre todo en los elementos narrativos que utilizan. Un grupo de geeks sentados en un living hablando sobre la vida o sobre la última película nerd que vieron o una concatenación de familias supuestamente progres pero en el fondo ultra-conservadoras es algo que dejó de generar interés en mi persona, y en la búsqueda de material nuevo, fresco e innovador que refleje no solo una maduración del medio sino también una corriente de cambios en los paradigmas sociales me topé con 3 sitcoms que considero dignas de reseñar y piolas para presentar como una invitación para dar vuelta la página y dejar atrás shows que atrasan una década.