Es la 1ra vez que en la saga Die Hard vemos a John McClane abandonar el país del norte, y en esta 5ta entrega su destino no podía ser peor: Rusia, más precisamente, Moscú. Frío hasta la médula, Vodka, mamushkas, la Mafia Rusa, el infaltable helicóptero Mil-Mi 24 Hind… faltó Gorbachov y estaban todos los elementos dados para revivir ese cine de acción de los ’80 que nos hizo delirar cuando pendejos. Entonces… ¿Qué falló? A Good Day to Die Hard se estrenó ayer en los cines Argentinos y Yanquies para festejar el malogrado Día de San Valentín, pero esta vez el amigo McClane pego una patinada tremenda que lo hizo caer de nuca y romperse la crisma contra el hielo. En esta reseña –la cual contiene algunos spoilers, aviso- vamos a analizar el porqué.