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19 de julio de 2020

De volcanes, terremotos, icebergs y glaciares

Los icebergs solamente dejan ver el 10 % de su volumen; los volcanes escupen dos tipos muy distintos de lava; la parte más veloz de los glaciares es la central; uno de los primeros indicios de un maremoto es que el mar se retira hacia sí misma; cómo mide la escala Richter la fuerza de los terremotos, que se pronuncia Rigter... Hace 50 años que don Jacinto Gómez Tejedor nos enseñó estas cosas en un aula del Instituto de Getxo y estoy segura de que aún hoy aprobaría el examen.
En aquel tiempo, dejábamos la escuela al cumplir 9 o 10 años. En mi barrio, éramos decenas de chiquillos y chiquillas de las 50 familias recién asentadas; la mayoría, de parejas recién casadas. No sé cuántos iríamos al instituto. Lo que sé es que solamente 4 iniciamos una carrera universitaria y tres de ellas éramos mis hermanas y yo.
El instituto -que luego se llamaría Julio Caro Baroja- se inauguró en 1966 y mi hermana fue una de las primeras alumnas. Cuando comenzó el curso, Marta tenía nueve añitos, pero era tan formal y aplicada que pasó de la escuela al bachillerato. Dos años después, me incorporé yo. En mi primer curso estábamos las niñas por un lado y los niños en la otra ala. Para mi segundo curso, el instituto se hizo mixto de verdad. Ese fue uno de los primeros logros de don Jacinto. Qué fue aquello: interminables guerras de tizas, los niños y las niñas en peleas continuas...
Don Jacinto era el director. A nosotras nos daba clase de... de... ¿De qué sería aquello: Geografía, Naturales, Geología...? Era tan bueno y tan apasionado que he olvidado poco de lo que nos enseñó.
En 2002, me sorprendió su esquela en El Correo.
Otro de sus logros fue el jardín botánico del instituto. Como lo tengo camino de casa, esos pocos días en que encuentro las puertas del jardín abiertas, entro a darme un paseo.
En 2014, decidieron dedicar un espacio a Ramiro Pinilla, porque su novela 'La higuera' está ubicada en ese jardín.


Algún septiembre he tenido la oportunidad de entrar y, en lugar de recoger calabazas, me he comido algún higo de esa higuera.

4 de junio de 2017

Todas somo un poco lesbianas

"—A propósito —dijo—, ¿no conocerás por casualidad a alguna homosexual simpática? Estoy buscando compañera de habitación. De verás, no te rías. Mira, soy muy desordenada y no puedo pagarme una sirvienta; en cambio, te lo aseguró, las lesbianas son unas magníficas amas de casa, les gusta hacer todo el trabajo, nunca tienes que preocuparte por las escobas, el descongelar, el mandar la ropa a la lavandería, ni nada. Cuando estaba en Holliwood compartía la habitación con una muchacha que actuaba en películas del Oeste. La lamaban la Pionera Solitaria; pero eso sí, hay que reconocer que valía mucho más que un hombre en cuestiones domésticas. Claro que la gente pensaba que también yo era un poco lesbiana. Es inevitable. Y lo soy, naturalmente. Todas lo somos un poco."

Truman Capote. Desayuno en Tiffany's.

18 de mayo de 2017

Inteligencia en estado de entusiasmo

"La inteligencia que ha alcanzado un alto estado de entusiasmo, gracias a sus meditaciones intensas y solitarias, ya no soporta el contacto con formas bajas y vulgares de pesar y de sentir".


En referencia a Ethan Brand, personaje de la narración del mismo nombre, de Nathaniel Hawthorne.

25 de enero de 2017

Dos escritores en una neurona

"Su tenacidad era como la de la hormiga; si a las hormigas se les destruye su agujero, al punto se aprestan a hacerse otro; si se les destruye este, empezarán de nuevo, y así sucesivamente, sin cansarse".

Así describe  Fiodor M. Dostoyevski a Pseldonimov, antagonista de Ivan Ilich en una narración titulada 'Un episodio vergonzoso'. No debe confundirse ni con el verdadero Ivan Illich ni con el personaje de Tolstoi.

Leo esa frase y se produce uno de esos momentos que tanto me hacen gozar de la lectura. Levanto la mirada, casi dejo caer el libro y el pensamiento se me va a pasos de gigante a la obra de Pinilla, a 'Las ciegas hormigas'. Y veo ante mí los acantilados de La Galea, un barco varado en las rocas y un reguero de aldeanos pugnando por bajar por el acantilado. Son hormigas, ciegas hormigas que bajan desnudas y suben con carga.

Dostoyevsky y Pinilla habitan en mi cabeza y comparten neurona.

1 de abril de 2015

¿Será lo suficientemente elocuente mi silencio?

Es buena esa, eh! Jajaja. Estas que estás diciendo son frases mías, sí; para que luego digan que son frases machistas". Entrevista entera, aquí.

2 de agosto de 2014

La misión del periodista es...


"Tu misión como periodista consiste en cuestionarlo y examinarlo todo con sentido crítico, no en repetir lo primero que alguien te diga, por muy bien situado que esté en la administración del Estado. Que no se te olvide nunca".
Erika Berger en LARSSON, Stieg, 'La reina en el palacio de las corrientes de aire. Millennium 3'. Ed. Círculo de lectores, Barcelona, 2009. Pág. 299

27 de noviembre de 2013

El talento necesario

Te dejo algunas frases extraídas de una novela de RamiroPinilla.

“Es injusto cerrar la boca a quienes piden, simplemente, contar una historia. El mundo sería mejor si cada ser vivo –incluidos los dinosaurios y los neardentales– hubiese tenido la oportunidad de contar su historia”.
“El pretexto de la imaginación es conseguir una realidad inexistente”.
“Incluso para copiar la realidad se necesita talento”.

Pinilla, Ramiro. El cementerio vacío. Tusquets, Barcelona, 2013. Págs. 26, 35 y 76.

17 de octubre de 2013

Un libro que se sigue leyendo después de acabado

Ayer, en la librería Tintas de Bilbao, presentamos la nueva novela de Willy Uribe, 'El último viaje del Omphalos'.

El Omphalos es un containero construido el 1953 y que navega bajo pabellón chipriota, es decir, de conveniencia. Es un candray, un barco cochambroso con más averías que aciertos. Nosotros nos lo encontramos en 1986, en ruta de Róterdam a Ciudad del Cabo. A la altura de Cabo Verde, se queda sin máquina y las corrientes y los vientos lo conducen sin oposición hacia la costa.
Cuentan que Zeus hizo volar dos águilas desde dos puntos muy lejanos de la tierra y que se cruzaron en Delfos. Allí hay una piedra que llaman Ónfalo y simboliza el centro del universo, su ombligo, su origen. El Omphalos de Willy no está en Grecia, sino en Guinea-Bisáu, fondeado cerca de una isla con forma de féretro.
La novela comienza con una introducción de dos páginas. En tres párrafos, sabemos dónde estamos, quiénes son los protagonistas y cuál es el problemón en que se encuentran. La literatura de Willy Uribe es adictiva: El lector pasa del "A ver cómo empieza el capítulo" a "Bueno, una página más"; después, "A ver cuánto falta para acabar el capítulo", "Bah, tres páginas. Me las leo". Y vuelta a empezar.
Otra característica es que el escritor no da pista alguna que permita adivinar el futuro. Podemos estar temiendo que suceda tal cosa, pero lo que sucederá será inevitablemente mucho peor.
El del Ómphalos es un mundo con muy pocos personajes, muy claustrofóbico, asfixiante, sudoroso, en el que huele más el hierro oxidado del buque que la salitre del mar. Es un mundo de miserias humanas, de violencia. Sus personajes son tan ciertos, tan reales, que representan las diferentes caras de la miseria. Ese ambiente de ficción, pero tan verosímil, es duro e intelectualmente muy perturbador.
Y si albergas la esperanza de que acabado el libro, al cerrarlo, volverás a la placidez de una vida normal y afortunadamente anodina, olvídate, porque la literatura de Uribe es adhesiva: Primero, se te pegan los dedos al libro sin que puedas dejarlo; después, la historia te envuelve. Es un libro que se sigue leyendo después de acabado.

28 de septiembre de 2013

90 años, una placa y dos cocas

 Anoche, nos juntamos en La Venta algunas de las personas que en los últimos años con mayor o menor periodicidad hemos frecuentado el Taller de escritura de Ramiro Pinilla. El pasado 13 de septiembre, Ramiro cumplió 90 años y nos pareció una buena razón para juntarnos, además en un lugar tan emblemático en su literatura como La Venta.
El menú consistió en una ensalada con anchoas marinadas, arroz cremoso de hongos, lubina a la parrilla con patata panadera, carrilleras al vino tinto y pantxineta. El vino era de La Rioja alavesa.
Me extrañó que Ramiro bebiera agua en lugar de Coca-Cola. "Me operaron de cataratas la semana pasada y, al  ver de qué color es, no me ha gustado". No obstante, cuando llegó el momento de las copas, él se pidió una, una coca.
Hace unos años, con motivo de no sé yo qué, pensamos en hacerle un homenaje. Se negó en redondo y solo cedió a la propuesta de poner una placa en la playa de Arrigunaga, entre las rocas, allá donde llega la marea: "Aquí empezó todo, según Pinilla".
Ayer se la dimos y cuando María Bengoa le presionó para que pronunciara una palabras, vino a decir que le había merecido la pena cumplir 90 años solo para llegar a esa cena. Y bastante que dijo algo.
Luego nos fuimos al bar de Mati, que ahora se llama Enea. Allí tomó otra coca, esta vez, ya sin tapujos, directamente de la botella, "porque sabe mejor".
Para mí fue una grata velada, al lado de gente con muy buen rollo, dispuesta a pasárselo bien.
Ramiro puso el punto final a las 3 de la madrugada. Un poco más y, a sus 90, nos tumba a todos. Al salir, nos dijo:"Cuando vosotros cumpláis 90 años, me avisáis para que venga".

La foto nos la hizo el camarero de La Venta. No me sé los apellidos de todos.

Sentados: Jimena Larroque, Mónica Crespo, Ramiro, Biktor Abad, yo, Edgar.
De pie: Paula, Gonzalo Iribarnegaray, Margarita Bravo, Estíbaliz, Félix, María Bengoa, Soledad, Andrea Alfaro, Íñigo Larroque, Ohiana, Julen Echevarria, Jon Bilbao, Carlos.

15 de septiembre de 2013

Una tarde y su mañana me ha durado el último libro de Willy Uribe

Es el que ves en la imagen.
No quiero adelantar mucho, porque me he comprometido con el autor y su editor a presentar el libro en octubre. De modo que me reservo.

Pero te traigo una cita.
"Hay hombres que echan de menos los momentos en los que sufrieron. Tan enrevesados son sus pensamientos, tan minúsculas sus ambiciones".
Uribe, Willy. El último viaje del Omphalos. Ed. Los libros del lince. Barcelona, 2013. Pág. 57

13 de septiembre de 2013

Hoy, 13 de septiembre, Ramiro Pinilla cumple 90 años


A Ramiro lo conozco de siempre, por eso no recuerdo cuándo ni cómo lo conocí. Ramiro siempre ha estado ahí.

Sí tengo algunos viejos recuerdos de él: un mitin político en Plencia en el que él se presentaba como comunista y añadía que en aquella sociedad todavía franquista existía la creencia popular de que los comunistas tenían rabo y cuernos. Y lo decía con esa voz tan serena, casi dulce.

Recuerdo haberle visitado un domingo por la mañana cuando me enteré de la muerte de Luciano Rincón. Otro día me lo tropecé en la calle. Venía de comprar una maceta. Me contó que en las escaleras de su casa había un viejo geranio en un tiesto roto y que aquella primavera al verlo reverdecer se había enternecido y quería cuidarlo. En el chino de Las Arenas, el primero en abrir, un día pidió una sopa normal. Le sirvieron de aleta de tiburón. Siempre tomaba lo mismo.
Fue una especie de precursor del big data. “De mi casa a la estación de tren hay tantos pasos –me dijo un día­–. En ese trayecto siempre me encuentro con una persona. A veces, nada más salir de casa; otras, casi llegando a la estación”.
Le gustan el queso de Burgos y la Coca-Cola. Es un tipo elegante, con ese porte.
No es gesticulero en absoluto, pero a veces hace un cierto gesto de sorpresa muy verdadero y expresivo. Es un gran tímido.
Ramiro tenía la cosa de hacer una revista en su pueblo y la hizo: La Galea. En torno a aquella redacción nos juntamos un grupo de jóvenes con veleidades de todo tipo. Yo quería ser periodista y allí tuve las primeras oportunidades.
No sé si de mi participación en Galea o de la asistencia al taller de literatura, que sigue celebrando todos los lunes desde los años ochenta, he aprendido mucho de escribir, y de hacerlo bien. Hace 35 años no quería estar de acuerdo con él en muchas cosas, pero ahora que veo cómo escribo y lo que me gusta leer, sé que sus enseñanzas han sido un sirimiri lento y perseverante que me han calado y forman parte de mi estructura literaria.

Hace 10 años, quería juntar a Unai Elorriaga y Pinilla en una conversación: dos escritores getxotarras, que han tomado el pueblo como un personaje más, 50 años de diferencia entre ellos, uno en castellano y el otro en euskera...
El primer problema fue juntarlos. Elorriaga escribe por las mañanas y no se salta una y Ramiro por la mañana duerme y camina y escribe por las tardes. Ese día uno de los dos no escribiría. Por una cuestión de edades, intenté que la cita fuera por la mañana en casa de Pinilla. El joven se resistía. Ramiro me dijo: “Pues venid por la tarde”. Nunca le he dicho nada, pero me pareció de una elegancia digna de transformar en lección. Yo sí la aprendí. No sé si Unai llegó si quiera a saberlo. El resultado de esa conversación lo publicamos en El Correo.

Me encanta cuando se ríe y, sobre todo, me encanta que se ría de algunas cosas.

Para mí Ramiro siempre ha sido un señor mayor. Felicidades, Ramiro.

21 de junio de 2013

Bienvenido, verano

En este mismo instante, a las 7:04, llega el verano. Esta estación, que es la más larga del año desde hace algunos siglos, durará 93 días y 15 horas, y terminará el 22 de septiembre con el comienzo del otoño. Durante estas semanas, los cielos matutinos estarán dominados por Marte y Júpiter, que alcanzarán su mayor proximidad, de un solo grado, el 22 de julio. Venus y Saturno dominarán la primera parte de la noche y el 20 de septiembre estarán a una distancia mínima relativa de unos 4 grados. La lluvia de estrellas de las Perseidas sucederá hacia el 12 de agosto. La Luna, cercana al cuarto creciente, le será favorable para la observación.
El inicio de las estaciones viene dado, por convenio, por aquellos instantes en que la Tierra se encuentra en unas determinadas posiciones en su órbita alrededor del Sol. En el caso del verano, esta posición se da en el punto de la eclíptica en el que el Sol alcanza su posición más boreal. El día que esto sucede, el Sol alcanza su máxima declinación norte (+23º 27') y durante varios días su altura máxima al mediodía no cambia; a esta circunstancia se la llama también solsticio ("sol quieto") de verano. En este instante en el hemisferio sur se inicia el invierno. Toda esta información, y mucha más, la puedes encontrar en la web del Ministerio de Fomento, que es el que en España entiende de construir caminos y de estrellas.
He subrayado desde hace unos siglos porque no siempre ha sido así: “Pensar que en esta vida las cosas de ella han de durar siempre en un estado, es pensar en lo excusado; antes parece que ella anda todo en redondo, digo, a la redonda: la primavera sigue al verano; el verano al estío; el estío al otoño, y el otoño al invierno, y el invierno a la primavera, y así torna a andarse el tiempo”. Esto lo escribe Cervantes en el capítulo LIII de la segunda parte de El Quijote y, en una pirueta literaria, atribuye la cita a Cide Hamete, a quien presenta como filósofo mahomético.
O sea, que según Cervantes, las estaciones son primavera, verano, estío, otoño e invierno. Cinco. Para Vivaldi, tenemos ya cuatro estaciones. Te dejo con ellas.


1 de junio de 2013

4 grandes obras de mujeres adúlteras

Hoy llega junio, entra aquí con una tristeza climática que pasma. La melancolía se inclina hacia las recomendaciones. Te propongo un plan de lectura de aquí a septiembre: un libro para cada mes. Si necesitas más, los cubres tú. Cuando llegues a septiembre, sentirás la diferencia. Se trata de hacer un recorrido literario por Europa, de norte a sur, de Rusia a Portugal con estaciones en Francia y España. A finales del siglo XIX, tenemos 4 grandes novelas de mujeres adúlteras. Hay quien cree que esa ficción no hubiera sido posible sin el ferrocarril, que permite a las mujeres moverse con más seguridad. En el Reino Unido, durante la época victoriana no estaban para esas fantasías de mujeres arrastradas por un amor torrencial. Junio. ‘Ana Karenina’, de Tolstói. Esos paisajes, los trenes desde el mismo principio, la pasión, el tormento de elegir. Julio. ‘Madame Bovary’, de Flaubert. Un pueblo de provincias, Yonville, más tren. Los sueños de León, su añoranza de un París en que nunca ha vivido: Sueña con lecciones de guitarra, una bata, “una boina vasca” (sic). Y la carroza, discurriendo enloquecida durante horas por las calles. Agosto. ‘La Regenta’, de Clarín. En Vetusta, Ana Ozores, un marido, el amante. Esa escena, ella en el balcón, él a caballo en la plaza. La iglesia, el poder. Septiembre. ‘El primo Basilio’, de Eça de Queirós. Lisboa, la vida rural del Alentejo, las noticias de Brasil, París en el horizonte. El amor, su falta, el chantaje, el miedo a perder aquello que ya se ha perdido, aunque no se sepa. Y en octubre, pensaremos otra cosa.

15 de octubre de 2012

La celda de los salivazos en versión siglo XXI



"¿Ha oído usted hablar al menos de la celda de los salivazos que un pueblo imaginó recientemente para demostrar que era el más grande de la tierra? Una caseta fabricada de manera que el condenado está de pie, pero no puede moverse. La sólida puerta que le encierra en su cáscara de cemento se acaba a la altura del mentón. Por lo tanto, solo se ve su rostro, sobre el cual cada guardián que pasa escupe abundantemente. El preso, emparedado en la celda, no puede limpiarse, aunque es cierto que le está permitido cerrar los ojos. Pues bien, querido amigo, ése es un invento de los hombres. No han necesitado a Dios para esa pequeña obra maestra".
Camus, Albert. La caída. Alianza ed. Madrid. 2010. Pág. 97

¿Y tú?, ¿a quién condenarías a esa celda?

17 de agosto de 2012

El oficio de escribir se puede aprender

"El escritor debe poseer un buen conocimiento de su oficio y de quienes le han precedido. Los talentos espontáneos surgen muy raras veces. A leer, lo mismo que a escribir, se puede y se debe enseñar y se puede y se debe aprender", dice Espido Freire en este diálogo de los 'Martes literarios' de la UIMP en 2009.
Es aplicable al oficio del periodista.

15 de abril de 2012

Admirador contrariado

 "...todo envidioso clásico esconde a un admirador contrariado".

Neuman, Andrés. Hacerse el muerto. Ed. Páginas de Espuma. Pág. 28


"Los crédulos afirman que todo estaba escrito. Los escépticos replican que, si ya estaba escrito, nadie lo leyó".

Pág. 123.


21 de marzo de 2011

Periodismo y literatura son antitéticos

Rosa Montero habla de periodismo y literatura en una entrevista:
"En periodismo, la claridad es un valor. Y en narrativa lo es la ambigüedad, cuantas más lecturas tenga una novela, mejor. En periodismo escribo lo que sé, lo que pregunto. Y en novela escribo lo que no sé, lo que me pregunto. Mi corazón es la ficción, que ha sido mi juego vital desde niña. Lo otro es oficio".
La puedes leer entera aquí.

14 de febrero de 2011

Hay un Getxo de Novela, el de Pinilla

Un Getxo de novela

Guía por los hitos de la obra literaria de Ramiro Pinilla

19 de diciembre de 2010

En cinco millones de libros

Tenemos una nueva herramienta de medición y, por lo que he estado experimentando, puede servirnos tanto para sumirnos en una profunda depresión como para la mayor de la euforias.
Yo me sitúo más cerca del segundo caso, porque me siento más cómoda y mejor cuando estoy contenta que cuando alguien, aunque sea yo, rebufa en las cercanías.
Se trata de un visor de libros, de un buscador de términos en la base de datos de Google. Por lo que se sabe, su tesoro léxico contiene 5 millones de libros, que pueden alcanzar los 500 mil millones de términos. Ahí es nada. Todo eso está agrupado en diez corpus distintos, por idiomas, y la búsqueda se puede hacer como a cada cual le dé la gana.
Si no has entendido nada, quizá aquí te aclares algo.

Ésta es una de las primeras búsquedas que he hecho. Aquí. Y de verdad que me sorprende que en la literatura española se hablara de placer más que de sexo hasta los años setenta.
Después he buscado esto. Y ya me imaginaba yo qué curva iba a estar por arriba.
Luego me ha entrado la duda de si en las guerras se hablaría más o menos de paz. Me ha llevado a esto. Hablamos más de guerra que de su solución. Esa misma búsqueda en alemán o chino no da el mismo resultado.
Te animo a qué hagas tus búsquedas y las compartas.

14 de octubre de 2010

Lecciones sarcásticas de periodismo

"Todo el mundo sabe que la gente que envía cartas a los periódicos suele ser desequilibrada".

"Los corresponsales en el extranjero tienen que seguir dos reglas valiosísimas: Viajar con poco equipaje y estar siempre a punto. No poseer nada que en caso de emergencia no pueda ser llevado encima".

"La guerra no es más que comercio".

"Una noticia es aquello que le interesa a un tipo al que nada le importa apenas. Y solo es noticia hasta el momento en que lo ha leído. Después ya no lo es. A nosotros nos pagan por dar noticias. Si un colega ha enviado la noticia antes que nosotros, la nuestra ya no lo es. Naturalmente, queda la nota de color. Los reportajes con una nota de color son más que mucho alboroto por nada. Son fáciles de escribir y fáciles de leer...".

Waugh, Evelin. 'Noticia bomba'. Ed. El País, Madrid, 2003.