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MARIAN RAMÉNTOL





INFINITA, PERFECTA Y CON LA SANGRE CANSADA

                                                                A ese ser que ya siempre será de agua 


Con mi cara en la póstuma curva del aire
atravieso los huesos de la vigilia,
los ojos desasidos,
para no perderme ninguno de los secretos
que guardan las vísceras de los buitres.

Así te acompañan mis venas de cáñamo
con el perfume más triste amarrado a la ventana
y los días sujetando diez dedos de goma,
como un chiste de mermelada rancia.

Te me fundes
en la arena de un piano
de cola muy negro
reventada de amor y agua,
y entre las piernas
un millón de acordes de tu fuga
sueñan con morir en el próximo parto.

 Cuando los dioses bajan demasiado la voz
 yo sigo manteniendo el equilibrio
 sobre los nombres.
 Asumo el riesgo de las comas
 en los límites atroces de tu huida,
 porque contigo
 la respiración es mucho más asequible,
 mientras las nubes se encargan de ubicarte
 en el mapa empapado de mis ojos. 

Cada pliegue, cada mota
de esta ceniza extranjera en el pecho,
te recuerda infinita,
perfecta y con la sangre cansada.


(Marian Raméntol, Primaria, decisiva e inaprensible, La Náusea Ediciones, 2015)

MARIAN RAMÉNTOL

.

LA VANGUARDIA SE COMPRA AZUCARADA EN LAS POETERÍAS
.
Te dibujo sobre palabras químicas,
cincelo los residuos que te ríen, metálicos,
por debajo de las puertas
pronunciadas en el centro de un desnudo
flotante en la marea del corazón.
.
Hoy la orina decora las paredes,

los fantasmas aúllan en medio de torbellinos.
Cuando la noche empieza a hacer
su penetración sódica, te formo
bajo el lodo, con los zapatos dispersos
como esos ladrillos que nos vetan la sangre
en todas las islas desaguadas
con las que tropezamos.
.
Soy yo el dolor de tus ojos vivos, el lugar

donde tomarte un café y organizar
las próximas matanzas,
el nombre que te mira desde el vientre
y bautiza tus deshechos.
.
Yo soy el disolvente que aplicas

sobre el tiempo para reconocerte,
el invierno donde naces,
soy el moscardón que escribe libros
de toda índole y me pongo lentes raros
para ver mejor a los que juran que la vanguardia
se compra azucarada en las poeterías.
.
La anestesia que precisa el mar

de tus pulmones
huele a grito nadando por tu muerte
y yo soy la humedad
enquistada y polvorienta.
.
(Marian Raméntol, El coloquio de los perros, nº 27)

MARIAN RAMÉNTOL

POR LA ESPALDA DE UN PAISAJE A CARBONCILLO
.
El silencio
ha puesto una señal de Stop en mi costado,
equivocando las costillas
con algún escollo morboso
que arroja por la borda,
de puro cansancio,
la luz a lengüetazos de las farolas.
.
La pena del mayor de los naufragios,
besó por última vez
la estampida de todos los azules
cuando por la espalda de un paisaje a carboncillo,
la cabellera de la noche
tatuó con las tres sílabas del adiós
todos los nombres propios.
.
(Marien Raméntol Serratosa, Los muñecos diabólicos de mi caja de pájaros, Colección Premios Vicente Núñez, 2010)