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KARMELO C. IRIBARREN



LA SOLEDAD ES ESO


La calle
tras la última sesión;
veinte llamadas
perdidas
sin respuesta;
otras tantas cervezas;
en el frío gélido del amanecer,
un tipo
atravesando un parking
hacia su coche...

La soledad es eso,
ahora lo sé:
                  lo que hay
antes y después de tu nombre.



(Poema extraído de la antología Disociados, Ya lo dijo Casimiro Parker, 2013)

KARMELO C. IRIBARREN


LOS DÍAS NORMALES


llegan
y se van
sin dejar rastro,


y tú los ves
alejarse sobre los tejados
-y con ellos
los años-,
y apenas sientes nada
o sientes algo, vago,
que no sabes
descifrar...

son los días normales, de diario,
los que parecen que pasan
de largo.

los asesinos
del amor.


( Karmelo C. Iribarren, en Viscerales, Mario Crespo y José Ángel Barrueco ed., Ediciones del Viento, 2011)

KARMELO C. IRIBARREN


QUÉ RARA
.
Qué rara
suena
a estas edades...
la palabra amor.
La dices, y no sabes
si te engañas
a ti mismo,
o a ella,
o él
a los dos.
.
(Karmelo Iribarren, Atravesando la noche, editorial Huacanamo, 2009)

KARMELO C. IRIBARREN

BOLSA DE PLÁSTICO
. .
Mírala
ahí
en mitad de la calle
sola
quieta
.
temerosa
de que aparezca el barrendero
.
soñando
con un poco de viento
para sentirse
nube.
.
(Karmelo C. Iribarren, Versos que el viento arrastra, Ediciones El Jinete Azul, 2010)

KARMELO C. IRIBARREN

LUCES DE MADRUGADA
.
Se acaba de encender

una ventana
en el edificio de enfrente.
.
Ha sido como un breve fogonazo,

como un pequeño flash.
.
Un niño de meses

—piensas—,
o la próstata de un viejo,
o algún insomne aburrido como tú,
o alguien que llega demasiado alegre...
Por último
se abre paso
la llamada de teléfono, esa
que parte siempre la madrugada
en dos,
y a veces la vida también.
.
(Karmelo C. Iribarren, Atravesando la noche, Huacanamo, 2009)

KARMELO C. IRIBARREN


LA FUNCIÓN DE LA POESÍA

La función
de la poesía
en nuestra sociedad,
ha sido el tema estrella
(durante un par de días)
en simposios, mesas orondas
y demás zarandajas,
a cargo
de eminencias con-
trastadas
en el manejo de las lenguas.
.
Parece ser
que les ha hecho
buen tiempo,
y que no ha habido
heridos de importancia.

(Karmelo C. Iribarren, La condición urbana, 1995.)

KARMELO C. IRIBARREN

AL CAER EL SOL

Nunca lo he visto antes,
pero conozco
a ese hombre.
.
( Si me acercase,
distinguiría en sus ojos,
ese brillo gastado,
como sin vida,
que me recuerda, por cierto,
a los oficinistas
de mi infancia).
.
Pronto se llevará
la cerveza a los labios,
le dará un sorbo,
y volverá a dejarla
suavemente, sobre la barra.
.
Sin prisa. No la hay. No le hace falta.
Nada nuevo va a ocurrir,
y lo sabe. Se encuentra
más allá de la esperanza,
en su perpetuo
atardecer.
.
Conozco a ese hombre, sí,
y me da miedo.
.
A veces, de madrugada,
poco antes de acostarme, me mira
desde el espejo.
.
[Karmelo C. Iribarren, La ciudad ( Antología 1985-2008), Sevilla, Renacimiento, 2008]

KARMELO C. IRIBARREN

UN POEMA DE KARMELO C. IRIBARREN

DE RISA, CARO Y PELIGROSO

Ir de maldito
por la vida
a estas alturas
además de ser muy poco estético
puede salirte por un ojo
de la cara
cuando no de otro sitio.
Sólo escuchar

los precios del mercado
—y no exclusivamente negro—
es para alucinar: quince trompos
por un jodido gramo

más cortado
que el coño de Mae West.
Aunque también
puedes ponerte ciego
de vino peleón,
en cuyo caso

te irás tiñendo de un verde
amarillento
y acabarás soplando una flauta de juguete
en cualquier boca de metro.
Y todo esto,
por supuesto,
sin perpetrar un maldito
poema
ni haber leído
al borrachín
de Baudelaire.