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LUIS ARTIGUE



MAMÁ

Esto no es un disco de jazz free
tan intenso y oscuro como si la cabeza del saxofonista hubiera estallado en mil pedazos
y le hubieran transportado definitivamente a ese mundo austero y crepuscular
con habitaciones pintadas de blanco angelical
que, como santuarios o cimas, requieren silencio y contemplación.


Es más bien la sublimidad intemporal
y la profundidad emotiva
de quien acaba de enterrar a su madre con un puñal entre los dientes
y aún tiene húmedos los nervios,
y el nudo de la corbata negra en carne viva,
y se siente
más provisional
que una gardenia tomando el sol en una playa solitaria y ardiente.


Esto es el sótano frío de la orfandad.


Esto es un grito de dolor
que trata de vaciar mi almacén de la angustia…


El refuerzo metafórico es demasiado cierto como para no desgastarme o tocarte
pero los que compramos y leemos y escribimos poesía nos pulimos unos a otros igual que guijarros dentro de una bolsa,
y esa extravagante idea de comunidad ofrece consuelo
o es el envoltorio
del consuelo…


Esto es también, acaso, la felicidad.




(Luis Artigue, poema inedito. www.luisartigue.es)

LUIS ARTIGUE




BILLIE HOLLIDAY REFINADA Y PELIGROSA COMO UN LADRÓN DE ESMERALDAS




“Y más que la letra es la música y el modo en que 
Billie canta lo mismo que una mujer acariciando el 
pelo de su amante en la penumbra”.
JACK KEROUAC


Porque la adversidad es una mina a cielo abierto de la que extraer certezas
los vapuleados tenemos frecuentemente algo sonoro que contar
-delirio armónico
que cobrará sentido con nuestra ceremoniosa recaída
como toma amplitud la tristeza que albergan las muchachas de alterne
a la luz de una infancia sin vestidos de moda-.
De hecho ahora
Lady Day
puede romper el alma de todo un auditorio
con su canción suicida.
El sonido
fantasmal y aceitoso del disco de vinilo
me devuelve su rostro joven desfigurado
reflejado en un charco.
Lady Day
o la mala conciencia de todo lo aparente;
de la vida diurna.
Hambre. Drogas.
Música desgarrada de esa sacerdotisa
que canta desde dentro como hacen el amor
las muchachas prohibidas de los barrios pobres.
Clama ahora la conciencia de las cosas caras
y la voz de reyerta de ese ángel suburbial,
de esa rueda gastada por las velocidad,
de esa
elocuencia magnética del delirio mesiánico.
Clama.
Duele
la ensoñación sonora de esa diosa traviesa
o el pelo recogido
de una niña desnuda en un cuarto de hotel
ante el primer lamento,
ante el primer orgasmo fingido y exigido,
ante la idea salvaje
que se asoma a la mente roída de Billie Holliday
cada mañana de resurrección
al quedarse mirando los posos del café
(el sufrimiento enseña a defenderse con canciones
de nuestros subterráneos pensamientos tóxicos
y así instruye en el arte escuchar a los dolientes).
Lady Day
agoniza despacio esposada a la cama
en un hospital sucio porque sus melodías
duelen como sus venas.
Y
cierra los ojos.
Se derrama.
Corre
hacia el amanecer…

Se convierte en leyenda

desafiando al ritmo que obliga a envejecer.


(Luis Artigue, Empezar por el número tres [Poesía 1995-2005], Colección "Provincia" de Poesía, Diputación de León, Instituto Leonés de Cultura, 2008)

LUIS ARTIGUE


KAFKA
.
Como oscilando entre la tibieza y el delirio cantemos también himnos a la totalidad; al destino con forma de alucinación imposible. ¡Adentrémonos juntos en la investigación expresiva!

Mira, por la ventana un cielo de azul semirreal compite con los cuentos de Kafka que te estoy leyendo como quien remonta un río, y las nubes por momentos parecen baratijas de cristal: supongo que es gracias a la luz objetiva y subjetiva del sol. ¿Realismo? ¿Imposibilismo?¡Toda va y viene y vuelve! Incluso en la calle el frío está poniendo en el paso de los transeúntes algo de esa involución crepuscular de los ancianos ebrios en los bares de moda.

¡Venga; vuelve!

Yo creo avizorar tu rostro mediante la mirada penetrante del anhelo, pero no me abandono a tal deslumbramiento para que no te disuelvas entre mis fabulaciones.

¿La estrechez de las interpretaciones lógicas? ¿Nuestra estrechez? ¿La plenitud de quien lee como si escuchara a un ciego que trata de reconciliarse con la luz?

Ya un lenguaje simbólico nos une; un idioma interpretativo que tal vez un día, como a mí, pueda ayudarte a aliviar la tensión diferencial de tus identidades.

De todas formas no tengo certidumbres que avalen nuestra unión, pero creo que estamos conectados mediante interrogantes: ¿Kafka es diseñador de interiores? ¿La imaginación nos habla siempre de un misterio que la realidad no alcanza? O dicho de otra forma: ¿ficción se llama aún el puente prevalente entre tú y yo?...

Oh, mi acorde íntimo, para que logres crear tu propia lógica y te sepas así libre he tomado por costumbre leer para ti en voz alta mientras aún presume de fulgores el cielo.

Luego en la luna creo leer todos los rostros.

¿La noche del eclipse, tú?



.(Luis Artigue, La noche del eclipse tú, Madrid, Visor, 2010)

LUIS ARTIGUE


PINTADA EN EL RETRETE
O HABLANDO CON LA PARED IX

Por favor muerte,
que soy virgen:
házmelo sin dolor.


PINTADA EN EL RETRETE
O HABLANDO CON LA PARED XI

Todo poema es un desenlace
y yo leyendo éste
he descubierto
que al esforzarme como un contorsionista adicto por estar a la altura de mi dolor
me obligué a mí mismo a crecer.

(Luis Artigue, Empezar por el número tres [Poesía 1995-2005], Colección "Provincia" de Poesía, León, Diputación de León, Instituto Leonés de Cultura, 2008)

LUIS ARTIGUE

A PROPÓSITO DEL RITMO SÓLO ESCRIBIRÉ EN EL REVERSO DE ESTAS CREDENCIALES QUE TUS SUSPIROS SINCOPADOS SON COMBUSTIBLE DIESEL PARA MI CORAZÓN
.
En el peor momento
música que emborracha
como el brandy de tu piel
blasfema y ciclotímica aunque pura en ocasiones.
Música sin preceptos como de niño santo
que llora cuando observa los dientes de una sierra
pues intuye la sangre. Música fornida
sobre un silencio nítido mientra gira el vinilo
-Dexter Gordon está siempre cerca del trance
o del nirvana etílico con su saxofón álgido-
y escuchar es amar lo imperfecto que gira,
lo irrepetible, eso, lo que tiene un sentido
no rentable, imposible, difícil de creer
como la muerte lenta más cercana y decible
que nos hace filósofos.
Dexter Gordon inventa
para que imaginemos porque no es la costumbre
sino la valentía moral innovadora
lo que permite al tiempo desmoronar imperios
y avanzar pensativa, loca, musicalmente.
Lejos y muy adentro suena un saxo tan crudo
que parece un pretexto. Irradia intensidad.
.
Oh, ¿sabes nena?
Este disco cruza como un rayo por nuestro respectivo
miedo a la oscuridad.
.
(Luis Artigue, Empezar por el número tres [Poesía 1995-2005], Colección "Provincia" de Poesía, León, Diputación de León, Instituto Leonés de Cultura, 2008)