domingo, julio 26, 2020
Tres documentales tres: Benesdra, Greco y la juntidad de la bohemia porteña
sábado, junio 06, 2020
Moléculas Malucas, un paseo fuera del margen
Estamos acá porque se nos ocurrió desempolvar archivos olvidados y refrescarnos la memoria sobre las luchas y producciones de quienes nos antecedieron en nuestros movimientos fuera del margen.
Quien lo viera como él a la entrada de la Estación Constitución hubiera sin duda notado cierto aire de Teorema de Pasolini, si ése –además– hubiera sido alguien predispuesto para encuentros de esa naturaleza, y remarcara el declive de las baldosas en dirección a las rejillas, detalle digno de tomar en cuenta para advertir con solemnidad la proximidad de los restantes días, el remanso de una serie de acontecimientos posibles viniendo de la calle, espesa, achicharrada. “Estación Prostitución” anunciaba el colectivero del Cañuelas, dejando formada de inmediato una imagen arquetípica, borrosa como una postal de hace diez años, algunas columnas que retenían o sostenían el aire y, más que nada, la procesión de rostros automáticos como un aviso publicitario de la Paranoia Co.
Bajo la dirección de un escritor ya consagrado, Abelardo Arias (1908-1991), y de su joven colaborador Renato Pellegrini (c. 1930-2015), Ediciones Tirso fue la primera editorial latinoamericana específicamente orientada a la difusión de literatura argentina y extranjera de temática homoerótica, fundada en 1956. La hegemonía de interpretaciones históricas basadas en el punto de vista de la represión ha producido, a nuestro juicio, mecanismos de lectura limitados. Parece inconcebible, desde esa perspectiva, hallar en la literatura, el cine y otras manifestaciones culturales previas a 1970, miradas sobre la sexualidad en general y el homoerotismo en particular que no reproduzcan el discurso oficial sobre estos temas propagado a través de distintas instituciones, fundamentalmente el Estado y la Iglesia. Tirso supuso, en este sentido, una especie de grieta a través de la cual se desafiaban, aunque fuera tímidamente, las ideologías oficiales.
martes, noviembre 05, 2013
Excursiones por la comarca
Como diría don Silvio: "Quiero partirme en dos". Un año en el que vuelven a publicarse textos de Néstor Sánchez, Germán Rozenmacher y Néstor Perlongher no es un año para despreciar.
Más sobre el libro de Sánchez, acá.
Más sobre el libro de Perlongher, acá.
Más sobre las obras completas de Rozenmacher, publicación en la que tuve la fortuna de participar, en un próximo post.
viernes, diciembre 14, 2012
Un París neobarroso
domingo, junio 24, 2012
Acreditando en Tancredo (Néstor Perlongher)
ACREDITANDO EN TANCREDO
El que en la cuenta acredita
del candidato amigable
descubre, cuando ya es tarde,
que se le ha ido la guita
y que lo que le debían
ya no lo puede cobrar,
ni siquiera protestar
por tamaña tropelía,
apenas chuparse el dedo
porque todo lo he pasado
Acreditando en Tancredo.
Ya no hay guerra: todo es paz.
El matrero y el falaz
se juntan con el sotreta
para arrancarle al atleta
de la inclinada nación
del sacrificio la teta
—mas después del papelón
sí se jodio no fue al pedo
porque todo le ha pasado
Acreditando en Tancredo.
lunes, abril 02, 2012
El deseo de unas islas
El deseo de unas islas (Néstor Perlongher)
viernes, agosto 19, 2011
Voces del pasado
sábado, abril 02, 2011
El otro Nestornauta: contra las guerras y sus vates
sábado, enero 29, 2011
La novela familiar (entrega 9)
La novela familiar (Entrega 3): "Prólogo" a Cien años de soledad: una interpretación de Josefina Ludmer.
La novela familiar (Entrega 4): "Advertencia" de Jorge Panesi.
La novela familiar (Entrega 5): "El crítico inter es" de Raúl Antelo.
La novela familiar (Entrega 6): "Prólogo de De Sarmiento a Cortázar" de David Viñas
La novela familiar (Entrega 8): "Cultura dominante y cultura popular" de Aníbal Ford.
A partir de ahora, el mundo deberá ser pensado antes de 1789 y después de 2010.
¿Antes de 1789 y después de 2010? Ajá! Eso parece Latinoamérica: "una sociedad de siervos que está mirando por T.V. la guerra de las galaxias."
viernes, julio 16, 2010
Y después...
[...]
¿[El sida] Viene a prohibir la sodomía?En realidad lo que se viene a prohibir es la promiscuidad. Ojo, que el poder no está planteando la abstinencia. Lo que se está estimulando es la monogamización y familiarización de los perversos.
La pareja, sea gay o hetero. La relación "limpia".Claro. O sea, los promiscuos ya teníamos una relación con el poder médico vía las enfermedades venéreas. El descubrimiento de la penicilina de algún modo sacó fuera de la cancha el último obstáculo de la indiferenciación sexual. Entonces, en una clínica en Brasil a mí me ponen: "Sexo: promiscuo". Vas a hacerte un examen, porque te pescaste una gonorrea, por ejemplo, y te preguntaron: "¿Cómo se la agarró? ¿Conoce con quién tuvo la relación...?" Y si no conocés, sos promiscuo. A mí nunca se me había ocurrido que entraba en esa categoría. A partir de entrar ahí, descubro que —aparentemente— tengo "otra" sexualidad. Y esto me ha servido para aclararme las cosas a mí mismo. Porque de alguna manera yo seguía pensando en la ilusión conyugal, que en el ghetto gay era más o menos así: la represión de la homosexualidad tenía, como compensación, la ilusion de que el sujeto no tenía pareja porque la homosexualidad estaba prohibida. Retirada la prohibición, el sujeto podía realizar su felicidad conyugal. Entonces el sida pone las cosas en su lugar, porque te permite descubrir que vos tenías "otra" sexualidad negada; porque la promiscuidad siempre fue considerada algo sucio, pasajero, nómade. Por eso yo veo a la promiscuidad como punto de resistencia, o por lo menos, punto a través del cual se puede resistir.
¿No puede ocurrir con la promiscuidad lo mismo que con la homosexualidad? ¿Una nueva integración, una nueva delimitación de territorios?Bueno, el problema es que si nosotros ya no podemos hacer política de certezas, habría que ver cada situación concreta. Evidentemente, todos esos gigantescos ideologemas (la Gran Revolución, la Gran Liberación, la Identidad Sexual) no son de una utilidad muy valiosa, y en verdad resultan sospechosos a esta altura de las cosas. Lo que pasa es que con la integración de la promiscuidad la cosa no es tan fácil, porque, ¿dónde va a parar la familia? O sea, en toda esta cosa de la revolución sexual, quedó la familia; reestructurada, más abierta, más progresista, pero quedó. Y lo que ahora se pretende es también familiarizar la homosexualidad. Entonces, esa promiscuidad que el sida deja como marginalidad total, como zona de exclusión, puede convertirse en un nuevo punto de resistencia. Porque el problema no es tanto la familia: ¿y el Edipo? ¿dónde va a parar con la promiscuidad? Y ahí pasaríamos de Foucault a Deleuze, tal vez.
¿Continuar cuestionando a la familia desde el espacio de la orgía y la promiscuidad?El cuestionamiento siempre sigue siendo pertinente; lo que pasa es que ha sido ocultado por toda esa superficialidad, esa inflexión del cuerpo. El cuestionamiento iba en dirección a una multiplicación del placer, y al mismo tiempo una singularización de los sujetos, para que cada uno pudiese encontrar cuáles son sus puntos de goce, sin dejarse arrastrar por esa inflación corporal de dispositivo de sexualidad y sin dejarse seducir por las ilusiones de la represión. Estas ilusiones nos seducen con la de idea de que en la sexualidad hay un misterio terrible y que por eso está prohibida; a partir de ahí, creés que si se descubre ese misterio se encontrará la felicidad. Yo creo que en su momento, el gay liberation fue una manera de salirse de la familia, de nomadizarse. Y que luego el liberacionismo entra en contubernio con el dispositivo de la sexualidad, mediante la política de "asumirse".Con el crecimiento del mercado, se precisa armar un sector gay, porque entonces la asunción discursiva pasa a tener un valor de diferenciación y crece el status en el mercado sexual. Asumirse como gay implica decir: yo no me acuesto con ése porque no es gay.
¿Qué se puede hacer con todo ese dispositivo? ¿Evitar ser categorizado en una minoría, es suficiente?
No sé, pero la cosa tiene que ser más de confluencia que de sectorización. Hoy tenés que trata de hacer movimientos lo más amplios posibles, movimientos que sirvan para soltar, y multiplicar las conexiones entre los cuerpos, no para disminuirlas. Y la cuestión sigue siendo encontrar alguna singularidad, algún punto de fuga y algún punto de goce.
Fuente: Perlongher, Néstor (2004): Papeles insumisos, Buenos Aires, Santiago Arcos, pp. 277-279.
viernes, marzo 05, 2010
Entrar en alianza: Rosa Patria, un documental sobre Néstor Perlongher
domingo, agosto 30, 2009
La voz del deseo
Además, en la nota que introduce las grabaciones, Jorge Santiago Perednik realiza un análisis comparativo entre "Libertad" de Paul Eluard y "Cádaveres" de Perlongher muy interesante y novedoso.
lunes, septiembre 25, 2006
Dossier sobre Evita en El interpretador
Después de una parada prolongada, volvió El interpretador y se despacha con un dossier sobre Evita: tres ensayos, una canción ("Tus niños te cantan") y un compilado de las apariciones de "esa mujer" en la literatura argentina (desde Borges a Perlongher).
PD.: También me gustaron la reseña de dos ensayos sobre Leopoldo Lugones y el apartado sobre Juan José Soiza Reilly (el artículo de Juan Terranova y el texto de Soiza Reilly).
martes, julio 04, 2006
Sobre Alambres (Néstor Perlongher)
Este es probablemente el único texto donde Perlongher reflexiona sobre su obra, si se exceptúan las entrevistas. Fue publicado en El Porteño nº 74, en febrero de 1988.
Si no hay un yo —reza el rizoma de las Mil Mesetas—, si somos todas multiplicidades, verdaderas poblaciones, masas de devenires: nutrias, osos, prostitutas paulistas en la flor de un bretel, Delias de rimmel descorrido, Etheles, rosas a la caza de un Grossman perdido en Luxemburgo, la primera pregunta es: ¿quién escribe? ¿quién habla? O: ¿de parte de quién? Si somos tantos, vamos, lo simple se complica —si hablar de uno es perorar acerca de un irreductible múltiple. Si se me pide que hable —con una gentileza que "yo, la peor de todas" (así firmaba Sor Juana Inés de la Cruz), desmerezco—, entonces, ¿me engomino o me despeino? ¿hago el rabo o la trenza? ¿me rajo en la rabona? —con una irresistible tentación de perderme en el micromar de sílabas. Estamos ahora, hablando— más acá, más acá de las palabras, en el asqueroseante rococó de las sílabas. No es lo que quiero decir, pero me enturbio o me masturbio. Seamos claros: "intenté con Alambres..." la primera mentira: no puedo intentar nada. Si es que no hay yo, el poeta es yoyó. Considerable esfuerzo el de mandar alguna idea más o menos coherente: felizmente, la poesía no tiene esos paliques. Es dejarse llevar. La presión de las yemas en prisión maquinal. Así es que me despisto, pues me piden que hable de los Alambres: ¿sobreescribir lo escrito? ¿reír lo reído? ¿criticar (en purgante autocrítica)? Decir que intenté algo es mentiroso: es lo que me salió, las eses de las heces. Reconozco, con todo, una pluralidad de mambos diferentes: uno de los problemas que más me preocupó al montar Alambres fue, precisamente, la inexistencia de una unidad de estilo, acostumbrado a libros que son como matrices paridoras de idénticos gemelos. Eso, no me salía. Me pasaba empezar a escribir una serie, o un mambo, de poemas —unos cuantos inconclusos—, de los cuales algunos, con suerte, sobrevivían. Reconozco: muy pocos. Escaso rendimiento: una acumulación de cairelitos toscos que, muy de tanto, emitían alguna iridiscencia menos perecedera. Cuando el brillo seguía o resistía a sucesivos desplazamientos de la mirada vigilante por la película tatuada, no había más reme-dio que dejarlos: ya iban, ésos iban, iba el eso en el ello de un descolló. La poesía — pienso ahora— es un ramo del éxtasis. Vale reconocer que para producirlo o inducirlo empleé diversas técnicas: o perder la mirada sobre textos de una historia en polvorosa —los poemas épicos de Alambres: sobre todo Saldías— o dejarme pringar por la emoción del devenir mujer ("Daisy", "Ethel", "Mme. S.") o simplemente reinventar escenas tratando de captar lo que había por abajo o por adentro, o sea, no contentarse con describir lo que "pasaba", sino pescar la intensidad, los fuegos de palabras, siempre desfiguradas, mezcladas, trastornadas, que consiguieran socavar la cárcel del sentido ya dado de antemano —el orden del discurso, intuyendo deliberadamente que lo que nos sofoca, en la cadena de icebergs de los días, es un orden de sílabas. Se trata, al fin y al cabo, de una lucha, solitaria y atroz: deformar todo, desconfiar siempre de los sentidos dados, y, simultáneamente, dejarse... dejarse arrastrar por lo que llega, por lo que nos sacude o nos tremola. Es cierto que se acaba, ése es el riesgo, cayendo en una trampa irresistible e irrisoria: de la escansión, del ritmo, del dejo del dejarse al aludir.
Hay en Alambres dos campos o dos partes: uno, los poemas de la parte "histórica", que cubre aproximadamente la primera mitad del libro y culmina en la catástrofe final, "Cadáveres"; la otra parte, que podría llamarse "deseosa", abarca la segunda mitad y estalla en la proliferación asociativa de "Frenesí". Los límites entre las partes son borrosos: ambos campos de fuerza afectan, en diferente grado y magnitud, al conjunto de los versos, pero toda una tensión se erige. Si ya venía montando, en Austria-Hungría, una especie de épica sensual, creo que Alambres avanza en el sentido de una épica barroca, donde la historia es deseada, alucinada en el deseo.
Sucede que el deseo tiende a instaurar un campo de inmanencia, de pura intensidad, un grado máximo de desterritorialización, donde el sentido va a ser dado por los estallidos del inconsciente, y la impulsión del que teclea no tiene por misión sino dejar pasar —cortándolos— los flujos de un eco de arroyuelo tenaz, que obsede en cierta forma vaporosa del éxtasis. Si ese flujo recurre a los foulards de la historia para anudar u ornar su cuello —para no dispersarse en la porosidad de su delicuescencia—, es como si el delirio se montase a los desfiladeros de Tarija, para desatar en el punto de impregnación un alud de alusiones —picarescas, mordaces, corporales. Pues es del cuerpo que, al final (Nietszche y Artaud), se trata. Se trata en el plano de la escritura, de hacer un cuerpo —y de ahí lo chirriante, lo susurrante, lo fruitivo, el rasguido de las enaguas en el frufrú del rouge, la tensión diminuta del ánade en los tules, los íntimos recovecos del slip, el roce del esmalte en el botón bruñido.
Chispazos de una intermitencia maquinal lían los filamentos sueltos, derraman baldes de sombra en la sucesión y alteración de las palabras.
Fuente: Perlongher, Néstor, Prosa Plebeya: ensayos 1980-1992, Buenos Aires, Colihue, 1997.
domingo, junio 25, 2006
SIGLAS (Néstor Perlongher)
Poema bufo sobre la historia de la izquierda argentina en la década del 60. Fue escrito en 1978 y publicado en Utopía nº 4, 1985.
Entonces confías en el FRP, junto a restos de la ARP, nostálgica del PVP, del FPL y, por qué no, de la UP
Pero no conseguías olvidar las deliciosas reuniones del MALENA
—eran los tiempos en que el FRIP se fusionaba con Palabra Obrera para formar el PRT— Secesiones sionistas fundarían PO
De paso por LIM —TAU fuiste a dar en el FA —y en esa noche de los bastones largos optaste por EA— posteriormente EA (A)
Fanatizada por la guerrilla agraria partiste hacia Formosa y en el camino un joven estudiante a la sazón contacto de LVR tanto te entusiasmó con el PCCNRR (era una época en que el revolucionarismo de los grupos se medía por el número de consonantes de sus siglas)
que te afiliaste a ARFYL; cuando llegó el momento de votar, en la iglesia, te volcaste a la TERS, ¡porque sus críticas al programa del UAP eran perfectas!
no tanto como para que en la ruptura de UPE —cuando lo de la OLAS— te sumaras a EC —en Filo TAR—
Lo cual estuvo a punto de costarte la expulsión del MAVIET —apenas te mantuvo tu amistad con el MAR— que, en cierto modo, te recordaba al PSAV, antes LDA, cuando ni imaginabas que el ya descalabrado PSA devendría a la larga PSP, PST, CSA
Acaso fue a partir de la lectura de un material del CyR —escrito por un ex del EGP— que comenzaste a revalorizar el rol del MNRT, cuando hasta ser del PEN era tenido por sospechosamente cómplice del SUD, la CGU
Nadie pudo entender tu reivindicación del MLLFL —un grupo tan ridículo como la UJ o la UPI
(Tan sólo algunos férreos militantes del PO (T), que levantaban, desde hace tantos años, las consignas del POBS)
Por ello en la escisión de la CGTA
Se te vio tan afín a las 62 —anticipando, de alguna manera, tu adhesión a la línea del JAEN— que más de uno te creyó cogida en las espesas
redes de la RF
(en el contexto algo tan siniestro
como montarse al MID en la fractura de UCRI)
Te hiciste tan compinche de los adolescentes de la UES, y, paralelamente, tan adicta al FOEP
que no hubiera extrañado que llevaras los panfletos del PSIN al mitin de LT
Fue allí, cuando por una disputa personal con un cuadro del MAP tuviste esos desafortunados encuentros con VC
con que sólo lograste enemistarte tanto con los núcleos obreros del PT
—cuyo apoyo bien te hubiera servido para enfrentar la desviación del MARA—
que aquéllos prefirieron la postura de la JSA en la cuestión del CAR antes de que la LIR, aliada al LUCHE, desbancara al TUPAC (cuando ya se venía el apogeo del CEP, de la CA)
Pero con la derrota de SITRAC, recalaste en CENAP, definitivamente hostil al PCR y, aún, al PRC
—no dejaste por eso de vigilar de cerca las intrigas del FRA ni de atacar, oculta en el control de una acción del CD, los planteos ultristas de TC respecto de las FAL—
y tan fiel al PB
que en lugar de treparte alegremente al camión del FREJULI —junto al MNY y al PPC—
¡quisiste echar a gritos a un viejo carcamán del PCP de una UB de las FAR!
—perdiendo así tus últimos enlaces con el MOR
Y, tras la disolución del CPL, se volvió tan difícil combinar tu íntima simpatía por el GOR y, más, por la FR
con la loca aventura del PA aliado al 22
que aceptaste esas charlas ominosas con las bases de EO
en ese mismo bar donde tu compañero del PCML— que estaba haciendo entrismo en LC—
rompió contigo, en medio de la crisis del FAS.
El autor agradece la colaboración de las siguientes organizaciones:
Frente Revolucionario Peronista, Acción Revolucionaria Peronista, Partido Vanguardia Popular, Fuerzas Populares de Liberación, Unión Popular, Movimiento de Liberación Nacional, Frente Revolucionario Indoamericano Popular, Palabra Obrera, Política Obrera, Partido Revolucionario de los Trabajadores, Línea Independiente Mayoritaria, Tendencia Antiimperialista Universitaria, Estudiantes Antiimperialistas, Estudiantes Antiimperialistas (Auténticos), Lista Violeta Reformista, Partido Comunista Comité Nacional de Recuperación Revolucionaria, Acción Reformista de Filosofía y Letras, Tendencia Estudiantil Revolucionaria Socialista, Unidad Antiimperialista Programática, Unidad Programática Estudiantil, Organización Latinoamericana de Solidaridad, El Combatiente, Tendencia Antiimperialista Revolucionaria, Movimiento Argentino de Solidaridad con Vietnam, Movimiento de Acción Revolucionaria, Partido Socialista Argentino de Vanguardia, Los de Abajo, Partido Socialista Argentino, Partido Socialista Popular, Partido Socialista de los Trabajadores, Confederación Socialista Argentina, Cristianismo y Revolución, Ejército Guerrillero del Pueblo, Movimiento Nacionalista Revolucionario Tacuara, Frente Estudiantil Nacional, Sindicato Universitario de Derecho, Confederación General Universitaria, Movimiento Línea Las Flores Luján, Unión de Jubilados, Unión de Propietarios de Inmuebles, Partido Obrero (Trotskista), Partido Obrero Basado en los Sindicatos, Confederación General del Trabajo de los Argentinos, 62 Organizaciones, Juventudes Argentinas de Emancipación Nacional, Rama Femenina del Partido Justicialista, Movimiento de Integración y Desarrollo, Unión Cívica Radical Intransigente, Unión de Estudiantes Secundarios, Frente Obrero Estudiantil Popular, Partido Socialista de Izquierda Nacional, Liga Trotskista, Movimiento de Acción Programática, Vanguardia Comunista, Partido del Trabajo, Movimiento Autónomo Radical de Avellaneda, Juventud Socialista de Avanzada, Comandos de Acción Revolucionaria, Línea Izquierdista Revolucionaria, Línea Universitaria Che Guevara, Tendencia Universitaria Popular Antiimperialista Combatiente, Comandos Estudiantiles Peronistas, Carta Abierta, Sindicato de Trabajadores de Fiat Concord, Partido Comunista Revolucionario, Partido Revolucionario Cristiano, Frente Revolucionario Antiacuerdista, Cuerpo de Delegados de Filosofía y Letras, Tendencia Comunista, Fuerzas Armadas de Liberación, Peronismo de Base, Frente Justicialista de Liberación, Movimiento Nacional Yrigoyenista, Partido Popular Cristiano, Comandos Populares de Liberación, Grupo Obrero Revolucionario, Fracción Roja, Partido Auténtico, Ejército Revolucionario del Pueblo 22 de Agosto, El Obrero, Partido Comunista Marxista Leninista, Liga Comunista, Frente Antiimperialista por el Socialismo, Partido Conservador Popular, Unidades Básicas, Fuerzas Armadas Revolucionarias, Movimiento de Orientación Reformista.
Fuente: Perlongher, Néstor, Prosa Plebeya: ensayos 1980-1992, Buenos Aires, Colihue, 1997.
miércoles, junio 21, 2006
Cuadernos de Recienvenido
PD.: Todo el mérito del hallazgo se lo debo al link de Link al Google Académico.
martes, junio 06, 2006
La felicidad existe
Acá, están digitalizando (se puede leer en la página o bajar los números en formato PDF) la gloriosa revista Xul: siglo viejo y nuevo, publicación de los 80 de literatura experimental. Hay números especiales sobre la lengua poética, Oliverio Girondo y Juan L. Ortiz y participaciones de autores como Néstor Perlongher, César Aira, Osvaldo Lamborghini, Roberto Ferro, Arturo Carrera, etc. Transcribo un fragmento de la presentación del proyecto:
"Xul: signo viejo y nuevo es una revista de literatura experimental que se publicó por primera vez en Buenos Aires, Argentina, a principios de los 80 bajo una de las dictaduras militares más represivas de la historia argentina. La revista presentó un desafío a la censura y estableció un lugar de confluencia para múltiples poéticas experimentales. Más de dos décadas después de su primer número, esta edición electrónica reproduce la colección completa de la revista original en castellano, el texto íntegro The Xul Reader, publicado en inglés por Roof Books en 1997, y una serie de artículos críticos dedicados a la revista y especialmente escritos para esta edición."