Jon Juaristi (Bilbao, 1951) ha publicado los libros de poemas Diario de un poeta recién cansado (Pamiela; Pamplona, 1985), Suma de varia intención (Pamiela; Pamplona, 1987), Arte de marear (Hiperión; Madrid, 1988), Los paisajes domésticos (Renacimiento; Sevilla, 1992), Mediodía (Comares; Granada, 1993), Tiempo desapacible (Comares; Granada, 1996), Poesía reunida, 1986-1999 (Visor; Madrid, 2000), Prosas (en verso) (Hiperión; Madrid, 2002) y Viento sobre las lóbregas colinas (Visor; Madrid, 2008). Entre sus numerosos volúmenes de ensayos, destacan El bucle melancólico (Espasa Calpe; Madrid, 1997), Sacra Némesis (Espasa Hoy, 1999), El bosque originario (Taurus; Madrid, 2000) y El reino del ocaso (Espasa; Madrid, 2004). En 2006 publicó su libro de memorias Cambio de destino (Seix Barral, Barcelona). Es también autor de una novela, La caza salvaje (Planeta; Barcelona, 2007).
Un poema:
TRENOS DE VINOGRADO
III
Pistoleros escuálidos se arrastran por los muros
corroídos, minados por la luna y los líquenes.
Dulce muchacha rubia, mi amor de un tiempo, dime,
ahora que suena un triste clarinete de ausencia,
¿qué recuerda tu carne de mis ritos atroces?
Hay un ácido aroma de trinitarias mustias
en el aire de octubre. La ciudad se desploma.
En silencio paseo por jardines dormidos.
Año sesenta y nueve, y también era otoño.
Maceraba la lluvia los rosales desnudos.
Luz de faroles lívidos perfilaba tus labios.
¿No hay para aquellas horas encantadas clemencia?
Alba de los guerreros: bajo las ramas yertas
yacen cuerpos azules que apacienta la muerte.
JON JUARISTI
Poema incluido en el libro Diario del poeta recién cansado (Pamiela; Pamplona, 1985).
Imagen: elperiodicodearagon.com
Un poema:
TRENOS DE VINOGRADO
III
Pistoleros escuálidos se arrastran por los muros
corroídos, minados por la luna y los líquenes.
Dulce muchacha rubia, mi amor de un tiempo, dime,
ahora que suena un triste clarinete de ausencia,
¿qué recuerda tu carne de mis ritos atroces?
Hay un ácido aroma de trinitarias mustias
en el aire de octubre. La ciudad se desploma.
En silencio paseo por jardines dormidos.
Año sesenta y nueve, y también era otoño.
Maceraba la lluvia los rosales desnudos.
Luz de faroles lívidos perfilaba tus labios.
¿No hay para aquellas horas encantadas clemencia?
Alba de los guerreros: bajo las ramas yertas
yacen cuerpos azules que apacienta la muerte.
JON JUARISTI
Poema incluido en el libro Diario del poeta recién cansado (Pamiela; Pamplona, 1985).
Imagen: elperiodicodearagon.com