LA ESCALA DE LOS MAPAS
BELÉN GOPEGUI
Editorial Anagrama, 1993
La escala de los mapas,
cuenta la historia de Sergio Prim, geógrafo, y de su amor platónico Brezo Varela.
El amor soñado se hace real y en ese instante el protagonista, un tanto
asocial, no sabe reaccionar, no tiene ni idea de cómo conducir su vida a partir
de ese momento. En realidad le paraliza el miedo y no es capaz de tener una
relación normal, el miedo a no cumplir las expectativas de la persona amada, el
miedo a enfrentarse a la realidad de una relación que sólo imagino. La mente de
Sergio Prim no para de cavilar, de fingir, está lleno de desvelos, no puede
descansar. Se intuye que el miedo a ser amado puede llevarle muy cerca de la
frontera de la locura.
Es una novela
intimista, con cierto grado de misterio, narrada con un lenguaje poético y
llena de metáforas.
No es una novela larga,
pero requiere mucha concentración su lectura, incluso hacer paradas, algo que a
mí particularmente me apasiona.
Un fragmento:
Cae la lluvia, pasan
los minutos rojos como el vino que bebo para aturdir mi corazón, y me pregunto
si debo hablarle a Brezo confidente, tan perdida, o bien si he de dirigirme a
ustedes, ojos mudos, corazones documentalistas, destinatarios últimos de mi
descubrimiento. Sepan, en fin, que al salir del museo, Brezo se declaró muy
cansada, pidió un taxi y sugirió que fuéramos a mi apartamento. Un programa de
radio sobre el cuidado de los cactus se adueñó de la atmósfera sin que ninguno
de los dos opusiéramos resistencia. Ella iba medio dormida; yo me arrepentía de
haber cedido a su insinuación: alborotaba mis planes. Sergio esperaba que
aquella noche selláramos un pacto y hubiera preferido un terreno neutral, jugar
la partida rodeados de extraños que dificultasen el paso hacia los cuerpos. Mi
primer movimiento será una retirada en toda regla, y diría así: “Óyeme, loca,
muchacha que acaricias las tazas como si fueran gatos y a n hombre como si
fuera una banda de música, óyeme: yo ya no tengo ímpetu. Han pasado los años y
me he instalado en el retraimiento. Vivo como ese pequeño país autárquico que ponían
de ejemplo en los colegios, soy Albania. Mi medio natural es sobrio, retazos de
llanuras insalubres, mesetas desiguales y un complejo de montañas abruptas (…)”.
BELÉN GOPEGUI