En casa nos encanta el bacalao y solemos hacerlo con bastante frecuencia, combinándolo con diferentes ingredientes.
Haciendo un poquito de historia, los primeros que practicaron la pesca del bacalao fueron los vikingos. Éstos lo conservaban exponiéndolo al aire frío y seco del norte. La práctica de conservar el bacalao en sal se la debemos a los vascos, a quien también le debemos su introducción en el área mediterránea. Hoy en día, el comercio del bacalao, fresco y salado, es un negocio que mueve grandes cifras.
Del bacalao se dice que es "el cerdo de los mares", porque de él se aprovecha todo. La cabeza se consume hervida, la parte carnosa de las branquias se fríe, las huevas se hierven, la lengua está considerada una exquisitez, las tripas se usan como alimento para criaderos de salmón, el aceite de hígado de bacalao, gracias a su elevado contenido de vitaminas, fue considerado durante mucho tiempo como indispensable para el crecimiento de los más pequeños. Lo cierto es que es un alimento rico en minerales (fósforo y magnesio) y en vitaminas (A, E y D), además es bajo en grasas.
En esta ocasión lo he combinado con puré de patatas y unas pasas, cuyo dulzor contrasta con el sabor del bacalao y le da un toque muy rico.
Dado que se mete dentro del horno para gratinar, necesitaréis un recipiente que se pueda utilizar en el horno. Yo he usado una cazuela de barro que viene muy bien para esta receta, porque se puede poner al fuego y utilizarla también en el horno.
Ingredientes
- 800 gramos de bacalao
- 1 pimiento rojo
- 2 cebollas no muy grandes
- 3 dientes de ajo
- 60 gramos de pasas
- 2 huevos
- 150 ml. de vino blanco
- Harina para rebozar el bacalao
- aceite de oliva
- 1 bolsa de copos de puré de patata
- agua para preparar el puré de patata (cantidad según instrucciones del fabricante)
- 20 gramos de mantequilla
- ½ zanahoria
- un poco de queso rallado
- una pizca de orégano para adornar al emplatar
Elaboración:
El día anterior tenemos que poner el bacalao a desalar en agua fría, cambiándole el agua unas tres veces, para que elimine el exceso de sal. Debe estar en remojo unas 24 horas.
Cuando vayamos a elaborar el plato, lo primero que tenemos que hacer es lavar y picar el pimiento en porciones no demasiado pequeñas, como se ven en la siguiente fotografía
Pelamos y picamos la cebolla, y lo mismo hacemos con el ajo. Echamos un poco de aceite de oliva en una cazuela de barro y añadimos el pimiento, el ajo y la cebolla. Añadimos una pizca de sal, rehogamos durante unos minutos y añadimos el vino blanco. Dejamos la olla a fuego bajo, para que se vayan pochando poco a poco y removemos de vez en cuando.
Mientras tanto vamos rebozando el bacalao, primero en harina
y después lo pasamos por huevo batido
Echamos aceite de oliva en una sartén y poco a poco vamos friendo el bacalao.
Tan sólo tendrá que coger una ligera tonalidad dorada, sin llegar a cocinarse del todo, puesto que terminará de hacerse en el horno.
Una vez doradito, lo disponemos sobre papel de cocina para que se absorba bien el aceite y reservamos para más adelante.
Cuando se hayan pochado la cebolla, el ajo y el pimiento, añadimos las pasas y dejamos cocinar unos cinco minutos.
Sobre el lecho de pimiento, cebolla, ajo y pasas, ponemos los lomos de bacalao rebozados y dejamos la cazuela cinco minutos más a fuego muy bajo. Después retiramos y reservamos.
Mientras tanto vamos preparando el puré de patatas. En este caso, al ser de bolsa, he seguido las instrucciones del fabricante:
Puse en un cazo 3/4 de litro de agua, con una pizca de sal y lo calenté al fuego hasta que empezó a hervir
Retiré del fuego y añadí la bolsa de copos de puré de patata y esperé unos instantes hasta que se absorbió todo el líquido.
Después añadí 20 gramos de mantequilla y removí hasta que quedó totalmente incorporada al puré.
Una vez hecho el puré, lo reservamos hasta que esté casi frío, que no nos queme al tocarlo. Podemos cambiarlo de recipiente para acelerar el proceso.
Mientras tanto, pelamos media zanahoria y la rallamos no demasiado fina, como se ve en la siguiente imagen.
Una vez que el puré esté casi frío, con ayuda de una manga pastelera, lo disponemos por encima del bacalao. En este caso, como el recipiente que utilicé era circular, dispuse el puré haciendo círculos concéntricos, tal y como podéis ver a continuación
Decoramos con la zanahoria rallada
Y espolvoreamos por encima con el queso rallado
Metemos la cazuela en el horno, previamente precalentado, durante unos 30 minutos a 180º.
Transcurrido este tiempo el plato estará listo para comer. Así queda al sacarlo del horno.
Para emplatar rociamos por encima con un poquito de orégano para decorar.
Lo cierto es que estaba riquísimo y no sobró nada. ¡Buen provecho!.