La milhoja es un dulce que ha sido tradicional en la repostería española. Se trata de un pastel en forma rectangular que, entre varias capas de hojaldre suele llevar un relleno de nata, crema o incluso merengue y se espolvorea por encima con azúcar glas.
Hace relativamente poco tiempo, tan sólo unos meses, unos primos que vinieron de visita a casa, nos trajeron unas milhojas de crema que habían comprado en una conocida pastelería de A Coruña. Por los visto, las milhojas son la especialidad de la casa. Lo cierto es que están muy buenas, así que su fama es merecida. No puedes comer una sola, a pesar de que su tamaño es considerable. La crema está buenísima y el hojaldre es delicioso. Ese día nos quedamos con ganas de comer más.
El otro día, nos acordamos de las dichosas milhojas y, para sacarnos el antojo, me decidí a intentar hacerlas en casa. Evidentemente no me salieron igual, pero el resultado estuvo muy bien, así que habrá que repetirlo en más ocasiones.
Con los ingredientes que os indico me salieron tan sólo ocho milhojas que, como os digo, nos supieron a poco.
Ingredientes:
- Masa de hojaldre fresca (he usado dos planchas de las de Lidl)
- Azúcar glas (para espolvorear por encima las milhojas)
- ½ litro de leche
- 3 cucharadas soperas de leche fría
- 3 yemas de huevo
- 2 cucharadas soperas de maicena
- 1 cucharada sopera de harina (cucharada rasa
- 3 cucharadas soperas de azúcar, bastante colmadas
- 3 cucharadas soperas colmadas de azúcar avainillado. Podemos sustituir por vainilla directamente, entonces le echaremos cinco cucharadas soperas de azúcar normal.
- La corteza de un limón no demasiado grande. En este caso, debo decir que la crema pastelera me salió con demasiado sabor a limón. Si no os gusta el limón, no es necesario que se lo echéis.
Para prepararlas en primer lugar es necesario estirar bien la masa de hojaldre. Después, con un cortapastas de forma cuadrada, se cortan láminas del mismo tamaño, aprovechando al máximo el espacio para desperdiciar lo menos posible la masa de hojaldre.
Después se pincha con un tenedor cada una de estas pequeñas planchas de hojaldre, para evitar que la masa infle demasiado durante su proceso de cocinado en el horno.
Sobre un papel de horno, se colocan dichas planchas. Se pone otro trozo de papel de horno por encima y se cubre la superficie con legumbres. De esta forma se mete en el horno, previamente precalentado, a 200 grados durante unos 15-20 minutos.
Mientras se va cocinando la masa, vamos preparando la crema pastelera. En un cazo ponemos a cocer la leche, las tres cucharadas de azúcar y la corteza de limón, a fuego lento.
Aparte, en un bol, echamos tres yemas de huevo, el resto del azúcar, la maicena, la harina y la leche fría. Batimos todo bien de modo que quede bien disuelto y no nos queden grumos.
Cuando la leche empieza a hervir, cogemos un poco y la vertemos en el bol muy despacio, para que las yemas no se cuajen, y removemos. Después volcamos todo en el cazo de la leche caliente y, sin dejar de remover, dejamos cocer a fuego lento, hasta que empiece a espesar la crema.
La apartamos del fuego y la volcamos en un recipiente, para que enfríe antes de utilizarla (recordad quitar la corteza de limón antes de usarla).
Una vez que el hojaldre está listo, lo sacamos del horno y dejamos enfriar.
Después iniciamos el proceso del montaje de la milhoja. Cogemos una porción de hojaldre y le echamos la crema pastelera por encima y tapamos con otra porción de hojaldre.
Una vez hecho esto, repetimos con otra capa de crema pastelera, y cerramos la milhoja con la última capa de hojaldre.
Colocamos las milhojas sobre un papel de horno para no machar demasiado y las espolvoreamos con azúcar glas. Las colocamos en una fuente y servimos. ¡ Están para chuparse los dedos!.