Llevo una buena temporada sin apenas tiempo para cocinar en casa y mucho menos publicar recetas en el blog. Pero aprovechando que hoy hemos tenido cambio de horario y el cuerpo todavía está acostumbrado al horario anterior, me he levantado algo más temprano y me puse manos a la obra.
Para quien no sepa lo que es el Panko, le diré que es un pan rallado japonés, sin corteza y muy blanco. Yo utilizo el de Santa Rita, que sabéis es una de mis marcas de cabecera.
Partiendo de dos hermosas lubinas de ración, he preparado un plato que se prepara en un santiamén y que además no deja mucho caos en la cocina.
Quizá lo que más dificultad pueda presentar, es la limpieza de los pescados. Yo le he retirado la cabeza y la espina central, pero si no os véis capacitad@s para hacerlo, se lo pedís a vuestr@ pescader@. De todos modos, os dejo el enlace a mi explicación de "como hacer filetes de pescadilla" aplicable a cualquier pescado.
Y dicho esto, vamos con la receta.
LUBINAS AL HORNO CON PANKO
Ingrs. para dos
2 lubinas de ración
1 frasco de pimientos del piquillo
3 dientes de ajo
perejil
sal
aceite de oliva virgen extra
Una vez bien limpio, secamos los filetes de pescado y les ponemos sal al gusto.
En la picadora, picamos los ajos y el perejil.
En la fuente que vamos a utilizar para el horno, ponemos un pelín de aceite y colocamos los pimientos del piquillo (abiertos en abanico) sobre el mismo. Salamos los pimientos.
En una fuente rectangular, ponemos panko y le mezclamos una parte de la picada de ajo y perejil.
Pasamos los filetes de lubina por esta mezcla hasta que queden bien cubiertos.
Colocamos sobre los pimientos del piquillo.
Rociamos con un poco de aceite de oliva virgen y horneamos a 180ºC durante unos 10 minutos.
El tiempo es orientativo, ya sabéis que depende de cada horno. Yo he utilizado calor arriba y abajo y ventilador. Como podéis ver, el panko ya tiene un bonito color dorado y el pescado está en su justo punto.
Es importante, una vez pasado el tiempo de cocción, retirar el pescado del horno, ya que con el calor residual, correríamos el riesgo de que se pasase y finalmente fuese un corcho...
Para acompañar al pescado, preparé unas patatas panadera..
Texto y fotografías: Pilar Martínez
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