Tengo que admitir que me está costando un mundo retormar el blog. Publicar en facebook o en Instagram es más inmediato y conlleva mucho menos trabajo, pero no quiero que, despues de todos estos años de compartir recetas, mi blog termine en el más absoluto de los abandonos...
Por eso, mientras pueda seguiré publicando (aunque sea de "pascuas a ramos" y nunca mejor dicho).
Hoy os traigo una receta super sencilla con un resultado además de visualmente muy apetecible, resulta de un "cujientismo" extremo.
Tengo un amigo que de vez en cuando me regala pescado. Tanto pueden ser boquerones, jurelos o caballas (xardas) algo que , por lo tiempos que corren, siempre son bienvenidos. Lo que ocurre con bastante frecuencia, es que tengo que congelarlo y procuro evitarlo en la medida de lo posible.
Esta semana me regaló 10 caballas de un tamaño considerable. Seis de ellas terminaron en el congelador, pero con las otras me dí varios homenajes.
El primero de ellos, fueron unas caballas a la plancha acompañadas de arroz blanco. Me hice caballa y media y casi me costó terminarlas...Así que me quedaban 2 caballas y media para preparar algo distinto. Y como en el congelador tenía un paquete de masa filo, pues no había nada más que pensar!!
PASTEL SALADO RELLENO DE CABALLAS Y CHAMPIÑONES
Ingredientes:
1 paquete de masa filo
2 caballas y media
1 cebolla
1 taza de champiñones al ajillo
mantequilla fundida
semillas de sésamo (opcional)
Las caballas las tenía limpias de espinas y adobadas con sal, ajo y perejil. Es muy importante limpiarlas bien, ya que dar un bocado y encontrarte alguna espina es muy desagradable.
El procedimiento es muy sencillo. Como sabéis la masa filo es una masa que se reseca con mucha facilidad, por lo que es importante no exponerla al aire hasta que vayamos a utilizarla. Así que este paso, lo dejamos para el final.
En una sartén ponemos la cebolla en juliana y la pochamos a fuego suave (incluso tapándola para que sude).
Yo utilicé unos champiñones que ya tenía cocinados al ajillo. Tengo por costumbre preparar grandes cantidades de ellos y luego guardarlos en el congelador. Tanto para un acompañamiento, como para complementar un plato, como este caso, son un recurso fantástico.
Bueno, una vez pochada la cebolla, le añadí los champiñones para que se integrasen todos los sabores. Una vez que se haya evaporado todo el líquido, dejamos enfriar. Es importante que los rellenos estén fríos para que la masa no se ablande.
Fundimos una cucharada de mantequilla en el microondas. Es momento ahora de proceder a abrir el paquete de masa filo y de "pintar" cada capa con la mantequilla.
El paquete que yo utilicé, traía 10 hojas de masa filo, por lo que situé 5 de ellas en el fondo del molde y reservé las otras 5 para la capa superior.
En el interior puse una cama de cebolla y champiñones. Acordáos de que tiene que estar completamente frío.
Sobre la cama fui colocando los lomitos de caballa perfectamente limpios de espinas. La piel se la dejo, a mí no me disgusta, pero si utilizáis otro pescado y queréis sacarle la piel, no dudéis en hacerlo.
Con las otras láminas de masa, cubrí el pastel intentando que quedase "irregular" ya que de esta manera, conseguimos un acabado más irregular y mucho más crujiente y sobre todo vistoso.
Seguimos bañando las capas con mantequilla fundida y finalmente espolvoreamos con unas semillas de sésamo, que por cierto, me encantan. Evidentemente, este paso es totalmente opcional.
Horneamos con calor arriba y abajo durante unos 35/40 min. a 180ºC. Como siempre, cada horno es un mundo y los tiempos son orientativos.
Antes de cortar y servir, dejamos que se atempere un poco.
Texto y fotografías: Pilar Martínez
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