A primeros de mes empezó la costera del bonito en Burela, zona de referencia para esta especie en Galicia y donde se comercializa alrededor del 70% de las capturas. En un buen día de pesca, se pueden alcanzar los 10.000 kgs. de bonito.
Este año, según información facilitada por el presidente de los armadores de Burela, Miguel Neira, son aprox. 100 embarcaciones las que participan en la costera, algunos cerqueros, palangreros y otros de artes menores con base en puertos que van desde A Guarda hasta Burela.
Y como ahora mismo, el bonito está en su mejor momento, os dejo con una receta sencilla cuya elaboración no implica la utilización de demasiados ingredientes y con la cual quedaremos como reinas si además la presentamos de una forma "bonita".
Es una receta perfecta para los días calurosos de verano, ya que se consume fría. Ideal para dejar hecha con antelación y disponer de un pastel cremoso y delicioso para untar en unas tostadas al regresar de la playa.
PASTEL DE BONITO
Ingrs. para un molde de 30 cms.
400 grs. de bonito (recortes)
1 puerro
1 calabacín
3 huevos enteros
200 ml. de nata para cocinar
2 cucharadas soperas de tomate frito casero
mantequilla para untar el molde
Este maravilloso bonito me ha llegado de la mano de mis proveedores habituales, Paladar de Mar, empresa ubicada en Burela y que me surte de practicamente todo el pescado y marisco que consumimos en casa.
A través de su web se pueden comprar los productos con la máxima frescura, ya que directamente de la lonja de Burela os los hacen llegar a cualquier punto de la geografía nacional.
Una vez cortado en rodajas y envasado al vacío para su posterior uso, con las partes más "feas" y con los recortes, preparé este pastel. Es una tontería utilizar la parte central o los lomos en este tipo de preparaciones.
Limpio de piel y espinas, los trozitos los salamos y dejamos mientras preparamos el resto de los ingredientes.
En una sartén con un par de cucharadas de aceite de oliva virgen extra, pochamos el puerro y añadimos posteriormente el calabacín. Si os fijáis, el calabacín no está pelado del todo, me gusta dejarle un poco de piel, además de sabor, le da color.
Cuando las verduritas están bien pochadas, añadimos el bonito. Solamente damos unas vueltas hasta que cambie ligeramente de color. No sobrecocinaremos para evitar que quede seco.
Pasamos todo a un bol y añadimos los huevos bien batidos.
Añadimos la nata, que se puede sustituir por leche evaporada, o incluso una mezcla de nata y queso de untar.
Batimos con la batidora de mano pero sin triturar totalmente. En este punto me gusta dejar algún "tropezón", pero si lo queréis más fino, no tenéis más que triturar hasta que esté más fino.
Añadimos el tomate frito, en este caso es casero, pero tampoco es imprescindible que lo sea. Podéis utilizar cualquier tomate de vuestra confianza.
Todo el compuesto, lo vertemos en un molde engrasado con un poco de mantequilla y lo introducimos a horno precalentado a 170ºC durante unos 35-40 minutos o hasta que al pinchar en el centro con un palillo, éste salga limpio.
Yo lo hice dentro de otro recipiente metálico y al baño maría, pero se puede hornear perfectamente sin el baño de agua. Hay que controlar más los tiempos y las temperaturas pero el resultado es igual de bueno.
Lo dejamos enfriar en el mismo molde durante una hora antes de desmoldarlo y enfriarlo en la nevera bien tapado. Importante taparlo, ya que tiende a "absorber" sabores y olores de los otros alimentos.
Nota:
Si os sobra mucho pastel y no queréis tenerlo rondando el frigorífico, lo podéis congelar bien envuelto en papel film y luego en papel de aluminio para protegerlo de golpes.
También podéis servirlo caliente. No tenéis más que meterlo en el microondas durante un par de minutos y con una salsa de tomate estará buenísimo.
Texto y fotografías: Pilar Martínez
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