Ahora mismo estoy releyendo la Cosa del Pantano.
Pobre, pobre Cosa del Pantano.
Él, que se creía un humano atrapado en un cuerpo vegetal, y resulta que no es más que... una cosa. Del pantano.
Una amalgama vegetal. Sin esperanza ninguna de recuperar su humanidad. Un manojo... de, de... de geranios de crecimiento acelerado.
Claro que, mirándolo por el lado bueno...
¡Ahí le has dao, Swampy! ...lo del crecimiento acelerado, quieras que no, te puede sacar de un apuro en un momento dado.
(Y aprovecho para saludar a Eduardo, amabilísimo master de la recientemente erigida
Librería Pictogràfics, en el mismito centro de Barcelona, entre las Ramblas y el Portal del Angel, una librería cuquérrima, primorosamente decorada, ¡y con sofases!, que me hizo un descuentillo y que, ejem, aquí me tiro al río, seguramente os lo haga a vosotros también si le susurráis quedamente al oído "salve al Gran Gorila Verde". Que no lo sé, no se lo he consultado, pero en fin, por probar no vais a perder nada, ¿no? Pues eso.)