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terça-feira, 15 de julho de 2008

Pequena valsa lisboeta

Junho de 1988. Era miúdo, tinha 9 anos e queria ir ao Coliseu. Mas não tinha idade.

- Não fiques triste, tens muito tempo para ver o Leonard Cohen quando fores crescido!
- Claro, Mãe, quando ele cá vier outra vez e já só cantar "ay, ay, ay, ay, estou tão velho que não me aguento"!
- (risos)

Triste? Fiquei lixado! Felizmente, o homem durou mais do que minhas previsões de puto amuado. Passados 20 anos, aí está Leonard Norman Cohen, em plena forma, dentro de cinco dias. Como tínhamos pedido.

Como que a dar sentido à espera, desvendaram-me há meses (mas antes de saber que ele cá vinha!) uma curiosidade sobre a minha canção preferida de Leonard Cohen, a tal cujo refrão usara na resposta agastada de há duas décadas. Chama-se Take this waltz e - foi esta a revelação, via cara-metade - é um poema de Federico García Lorca, que Cohen demorou 150 horas a traduzir. Aliança perfeita entre dois poetas, sendo tal a admiração do canadiano pelo espanhol que chamou à sua única filha... Lorca.

É uma música que cantei e dancei mil vezes, mas que nunca apareceu no codornizes. Nesta entrada, há um link para a interpretação de Cohen (encontrem-no!). E, abaixo, fica uma versão dúplice: é cover, porque quem canta é o filho de Leonard, Adam. Mas é original, porque a letra é a castelhana que Federico escreveu no seu Poeta en Nueva York. Sugiro que a ouçam e leiam como quem enceta uma contagem decrescente...

Adam Cohen, Toma este vals


Federico García Lorca, Pequeño vals vienés

En Viena hay diez muchachas,
un hombro donde solloza la muerte
y un bosque de palomas disecadas.
Hay un fragmento de la mañana
en el museo de la escarcha
Hay un salón con mil ventanas

Ay, ay, ay, ay,
Toma este vals con la boca cerrada

Este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac
que moja su cola en el mar

Te quiero, te quiero, te quiero,
con la butaca y el libro muerto,
por el melancólico pasillo
en el oscuro desván del lirio,
en nuestra cama de la luna
y en la danza que sueña la tortuga

Ay, ay, ay, ay,
Toma este vals de quebrada cintura

En Viena hay cuatro espejos
donde juegan tu boca y los ecos,
Hay una muerte para piano,
que pinta de azul a los muchachos.
Hay mendigos por los tejados
Hay frescas guirnaldas de llanto

Ay, ay, ay, ay,
Toma este vals que se muere en mis brazos

Porque te quiero, te quiero, amor mío,
en el desván donde juegan los niños,
soñando viejas luces de Hungría
por los rumores de la tarde tibia,
viendo ovejas y lirios de nieve
por el silencio oscuro de tu frente

Ay, ay, ay, ay,
Toma este vals del 'te quiero siempre'

En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga cabeza de río.
Mira que orillas tengo de jacintos
Dejaré mi boca entre tus piernas,
mi alma en fotografías y azucenas,
y en las ondas oscuras de tu andar
quiero, amor mío, amor mío, dejar,
violín y sepulcro, las cintas del vals