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God Save the Pistols: reeditamos Rotten

Atención: reeditamos Rotten a todo lujo y ya vamos por la tercera tirada. Hemos cambiado el formato, más manejable, hemos revisado el texto y mejorado algunos detalles como el lomo, y hemos añadido un epílogo de Luis Navarro que por sí solo ya valía la reedición. Definitivamente, Rotten's not dead.

Este libro no es una historia del punk. La autobiografía de JOHN LYDON, cantante de los Sex Pistols, revela más bien la idea de algo que pudo ser y no fue; los mimbres de una revolución imposible que, sin embargo, durante un instante de 1976 lograron prender en algún compartimento de la conciencia juvenil. Este libro sitúa su epicentro en esa explosión instantánea que desató el grupo británico y, describiendo una onda expansiva que pronto desvió su trayectoria gracias a la ambición o la estupidez de muchos de sus artífices, nos invita a imaginar "otro punk". Porque, más que la historia de Sex Pistols, Rotten: No Irish, No Blacks, No Dogs expone las instrucciones de una manera de vida, redactadas a fogonazos, con tanta aportación del cerebro como del corazón y sin un plan maestro detrás. Mientras nos seguimos preguntando año tras año qué es el punk, John Lydon prefirió responder a esta generalidad casi abstracta sin dar una respuesta. Para ello rescató de la casa de sus padres el álbum de fotos familiar y desde allí comenzó el recorrido de su particular visión de ese periodo de mediados de los setenta en que las calles de Londres se convirtieron en batallas campales, cuando no en estrafalarios circos no aptos para niños.

Reseñas, ecos:



  • Portada en el formato de las dos primeras ediciones

Vuelve Thoreau, de la mano de Antonio Casado da Rocha


Si un individuo pasea por los bosques por amor a ellos la mitad de cada día, corre el riesgo de que le consideren un holgazán; pero si se pasa todo el día especulando, cortando esos bosques y dejando la tierra desnuda antes de tiempo, se le aprecia como ciudadano laborioso y emprendedor, como si el único interés de una ciudad por sus bosques estuviera en talarlos. Eso decía con conocimiento de causa Henry David Thoreau (1817-1862), que condenaba la maldita obsesión que ha convertido al mundo en un taller y en una lotería y afirmaba, dando ejemplo con su vida, que todas las cosas buenas son libres y salvajes.

Thoreau fue agrimensor, naturalista, conferenciante y fabricante de lápices, y hoy se le considera uno de los padres fundadores de la literatura norteamericana, profeta de la ecología y la ética ambiental, inventor de la desobediencia civil. La villa de Concord, el lugar donde nació en 1817, ha quedado inmortalizada en clásicos como Walden y en otros libros de Thoreau menos conocidos a este lado del Atlántico, pero que han viajado por el mundo bastante más que su autor. 

Él se conformaba con haber viajado mucho por los ríos y campos de Concord.
Amén de resistirse por activa y pasiva a cualquier tipo de esclavitud o domesticación, Thoreau continúa exasperando a las personas serias. Para no malinterpretar ese legado de protesta creativa (así lo describió Martin Luther King), habría que entenderlo en sus propios términos, dentro del contexto formado por las cosas y las personas que le importaban. Esa es la idea que animó a Antonio Casado da Rocha a escribir este primer ensayo en castellano sobre la obra de Thoreau, aumentado y corregido para esta nueva edición (la primera edición es de diciembre de 2004), que sigue a rajatabla el consejo de Mark Twain: si una biografía prescinde de las pequeñas cosas y solo menciona las grandes no traza en absoluto un retrato apropiado de la vida de un hombre.


Antonio Casado da Rocha (San Sebastián, 1970) es licenciado en humanidades por la National University of Ireland, doctor en filosofía por la Universidad del País Vasco y miembro de la Thoreau Society desde 1995. Además de esta obra es autor de La desobediencia civil a partir de Thoreau (Gakoa, 2002) y Bioética para legos (introducción a la ética asistencial) (Plaza y Valdés, 2008).

«El libro de Antonio Casado, filósofo y traductor de Thoreau, bucea profundamente en la vida del escritor estadounidense y, desde ese conocimiento preciso, ofrece un texto en el que cuenta a Thoreau. Casado ha digerido a Thoreau y nos ofrece el producto de su digestión; no lo muestra como una pieza diseccionada y señalando ahí están las vértebras, ahí los higadillos, primero le pasó aquello y luego lo otro, sino que lo ofrece vivo, entero, como si desde la disección previa que ha hecho volviera a unir los pedazos para mostrarlo de una sola pieza, aunque con todas sus aristas.»
ANTONIO CALVO ROY, El País, Babelia (2 de abril de 2005).

Correo Dadá, una historia del dadaísmo desde dentro

Ya tenemos en librerías la última novedad de Acuarela Libros: Correo Dadá

«El dadaísta ama el sinsentido y odia la estupidez.»


Así resume Raoul Hausmann el impulso dadaísta de subversión de la civilización que trajo la I Guerra Mundial como la nube trae la tormenta. Estupidez de la ciencia que perfeccionó la maquinaria militar, estupidez del arte y la literatura que enaltecieron la guerra, estupidez de la razón instrumental que manipula todo lo que toca, estupidez de la explotación capitalista que produce individuos estúpidos, etc.

El programa dadá opuso una lógica del absurdo a la estupidez organizada. El poema fonético contra el lenguaje devastado y vuelto imposible por el periodismo. El fotomontaje para desintegrar las formas semánticas establecidas y engarzar de otra forma lo decible y lo visible. El haptismo como indagación de una sensorialidad excéntrica. El arte nuevo como dislocación del individuo moderno, su óptica posesiva, su seguridad vertical sobre el mundo, su presencia soberana.

Raoul Hausmann se entregó en cuerpo entero a esta revuelta lógica como uno de los fundadores del Club Dadá de Berlín, que exploraba el camino entre el radicalismo político y el antiarte.

En su Correo Dadá, que apareció en 1958, repasa la historia del asalto dadaísta a la realidad, recoge manifiestos y proclamas, evoca la invención del fotomontaje y la nueva pintura, recuerda las delirantes veladas dadaístas con Richard Huelsenbeck y Johannes Baader, su amistad con el «anti-dada merz» Kurt Schwitters, etc.

Hoy, en una sociedad anestesiada, en la que incluso los movimientos más reivindicativos son tan previsibles, ojalá el precioso testimonio de Hausmann pueda contagiarnos algo de la bendita locura dadaísta, donde la ligereza y la gracia se fundían con el mayor de los atrevimientos en un gesto de desafío.

¡Vuela escarabajo!

RAOUL HAUSMANN

Inventor del fotomontaje y del poema optofonético, bailarín y performer, historiador, diseñador y técnico, Raoul Hausmann (1886-1971) nos ha dejado una obra increíblemente original y diversa que abarca desde la pintura al collage, pasando por la fotografía, la escultura y numerosos escritos que son auténticas declaraciones de guerra contra la sociedad.

Pero más allá de su obra personal, es indudable que ser uno de los fundadores del dadaísmo alemán le sitúa en un lugar privilegiado de la historia del arte. Aunque en seguida hay que aclarar que el dadaísmo no fue un movimiento artístico-literario que añadir a la interminable lista de los «ismos», sino que fue más bien un antimovimiento. Un movimiento antiartístico, antiliterario... O, en palabras del propio Hausmann, «una situación de vida, una
forma de movilidad interna».

«El punto de vista más importante –porque Dadá era más que Dadá– es que en el origen había motivos múltiples y complejos, críticas y revueltas sociológicas y artísticas. Estos imponderables yacían ocultos para la mayor parte de la gente durante su actividad y sólo ahora es posible ver más o menos claro; Dadá es, en esto, como todos los demás acontecimientos. Pero, en su tiempo, TODO era DADÁ y DADÁ era TODO. Los burgueses sólo veían balbuceos o bromas descabelladas pero enseguida se darían cuenta de su equivocación. Supimos llenar los periódicos de noticias falsas sobre Dadá y sus desmanes. Pero lo que Dadá era realmente lo darán a conocer las siguientes páginas».

Vídeos con la obra de Raoul Hausmann:

Descarga "Thoreau: Biografía esencial"

"No respetaré ninguna cerca en cuya construcción no haya participado, pues supongamos que antes de mi nacimiento alguien hubiese comprado todo el planeta: ¿habría adquirido entonces el derecho a expulsarme de la naturaleza? No, no he sido informado de esos arreglos, tampoco me siento llamado a consentir a ellos, y por lo tanto cortaré mis cañas de pescar sin preguntar quién tiene más derechos que yo sobre el bosque. ¿No me pertenece el mundo tanto como a cualquier otro?"

Esta cita de H. D. Thoreau pertenece a la biografía que sobre el autor estadounidense escribió Antonio Casado da Rocha y que sumamos aquí a nuestra colección de descargas de Acuarela Libros:

Descarga Thoreau: Biografía esencial

Emboscada norteamericana

Henry David Thoreau, agrimensor, naturalista, conferenciante y fabricante de lápices, hoy considerado uno de los padres fundadores de la literatura norteamericana, en buena medida inaugura dos corrientes que alimentarán los caudales del pensamiento ecológico de siglo y medio más tarde. Thoreau se emboscó y nos convirtió en emboscados a muchos, en todos los continentes. El movimiento ecologista mundial, con unos veinte millones de vinculados, no se explica sin conocer raíces tan principales como la del ejemplo de Thoreau, y mucho menos, por supuesto, cuando hay que acordarse de los orígenes de la resistencia pasiva, la desobediencia civil sin violencia.

Pero nadie había podido leer en español la intimidad de este autor, esa otra mitad que todos somos. La aportación que supone la primera biografía de H. D. Thoreau para nuestro ámbito cultural cumple y completa. El ameno, intenso y original trabajo de Antonio Casado da Rocha pone a nuestro alcance uno de los bienes más preciados para todos los que militan en la honestidad intelectual: nos hace comprender los motivos de una merecida admiración.

Quiero que sepas que te odio, nena

El viejo John Lydon, alias Johnny Rotten, cantante de los Sex Pistols y PIL, publica en breve Mr. Rotten's Scrapbook, un libro de fotos y recortes en el que repasa su carrera. En Rotten. No Irish, No Blacks, No Dogs ya repasó su vida en texto sin pelos en la lengua (también incluía una sección de fotos de su infancia y los Pistols), con fragmentos como el que os ofrecemos a continuación, del capítulo "Quiero que sepas que te odio, nena".

El destino. ¿Quién cree en el destino? Las cosas suceden porque haces que sucedan. Eso del destino no existe. Todo parecía imposible para los Sex Pistols, incluso conseguir un público. En nuestro apogeo el público se componía de artistillas: los que estaban a la última y los que querían figurar. A mí los que me gustaban eran los pocos que procedían de la clase obrera. A Malcolm McLaren y a sus amigos no les hacía tanta gracia porque aquella gente les empujaba contra un rincón de la sala rápidamente. Eran días de caos. La única violencia de verdad no provenía de nuestro público sino de los intrusos, tíos que solían llevar uniformes azules. Los típicos broncas, los hooligans, no necesitaban buscar víctimas. Eran grupos de borrachos agresivos que recorrían las calles a la caza de cualquiera, con tal de que fuera una sola persona y ellos quince. Los skinheads estaban en horas bajas en 1976. Las bandas de skinheads se peleaban demasiado entre sí como para molestarse por los demás. Había skins de derechas y de extrema izquierda. Todo se había convertido en una cuestión de moda porque el verdadero movimiento skin había aparecido y desaparecido mucho antes. Fueron una evolución de los mods con un estilo de vestir muy elegante y cuidado. Cuando resucitó en los setenta no tenía nada que ver. No se diferenciaban mucho de los imitadores del punk que idolatraban los uniformes. Siempre he odiado el concepto de uniforme. Si te interesa algún tipo de movimiento tienes que rechazar ese tipo de cosas, porque de lo contrario te estancas y se convierte en algo estéril.

Malcolm tenía una tienda en la que vendían ropa sado de cuero, por ejemplo camisetas ajustadas de cuero, que atraían a cualquier adolescente interesado por el decadentismo.

Un mundo sucio y desordenado

Reproducimos aquí dos reseñas que dan una idea bastante fiel de Really the Blues, la autobiografía del canalla Mezz Mezzrow. Salieron en los últimos números de Ruta 66 y ROCKDELUX.

RUTA 66 nº 273, julio/agosto 2010

Aunque fue experto en música y clarinetista aceptable -participó en grabaciones de Joe King Oliver, Sidney Bechet y Louis Amstrong, del que llegó a ser su mejor amigo-, tuvo una vida al límite y sus proezas fueron mayores en el exterior de la música que dentro. Personaje clave en las escenas del jazz de Nueva Orleans, Chicago y Nueva York, adicto al opio, contrabandista, traficante de la mejor marihuana y camello preferido de los grandes jazzmen, Milton Mezzrow aprendió a tocar siendo adolescente encerrado en un reformatorio. Cautivado por la cultura negra y el blues, solicitó con éxito ser trasladado al pabellón de negros. Su obsesiva fijación transformó tanto su alma que llegó a creerse uno de ellos, llegando incluso a vivir en Harlem y casarse con una negra. En 1946 publicó esta biografía, una de las mejores dentro de la música. De lectura intensa, vibrante e insólita -una noche se encaró con Al Capone ante el pasmo de sus seis gorilas-, describe sus andanzas dentro del jazz de los años cuarenta, un sórdido submundo poblado por los tipos más peligrosos, salvajes, yonquis y depravados, que dejan a Sid Vicious y al punk de los setenta como una inocente congregación de carmelitas. Historia de drogas, de noches de insomnio, mucho jazz y carretera. Considerado como el libro precursor de la generación beat: cinco años después Jack Kerouac publicó “On the Road” con igual temática y con la que se identificaría toda una generación de nómadas. El jazz, dice Mezz, es música sucia y desordenada para un mundo sucio y desordenado.


Really the Blues

La autobiografía de Mezz Mezzrow

Publicada por primera vez en 1946, esta autobiografía fue una emocionada
llamada, dirigida a los jóvenes blancos alienados, para que se atrevieran a ex-
plorar el mundo de la cultura afroamericana y el jazz. Su padrino espiritual fue
Mezzrow, músico, contrabandista y traficante de la mejor marihuana de Har-
lem.

Su historia, escrita junto a Bernard Wolfe en el argot, libre y fluido, de los hips-
ters que poblaban lo que Jack Kerouac bautizó como “La Gran Acera Negro-
Americana del Mundo”, nos habla de un chico blanco que se enamoró de la cul-
tura negra y aprendió a tocar el clarinete en los reformatorios, prostíbulos y
garitos de su juventud. Atraído por la revelación del blues, siguió el rastro de
la música por las calles de Chicago, Nueva Orleans y Nueva York hasta al-
canzar el auténtico corazón del alma norteamericana.

Mezzrow fue quizá mejor traficante de marihuana que músico de jazz, pero comprendió tanto la música como la raza que la engendró. [...] Mezz tradujo su experiencia para jóvenes de los cuarenta y los cincuenta como Kerouac, Allen Ginsberg, Neal Cassady y John Clellon Holmes, e inspiró no sólo sus vidas sino también sus obras; un legado de un valor incalculable.
Del prólogo de BARRY GIFFORD

Really the Blues es la esencia escatológica de Nueva Orleans. Mezz Mezzrow fue quien me descubrió Storyville.
TOM WAITS

Para mí fue la primera señal en la cultura blanca del underground negro y la cultura hip.
ALLEN GINSBERG

Este libro tan perfectamente maravilloso, tan absolutamente soberbio, expresa un mensaje vigoroso y vital de alegría sin adulterar.
HENRY MILLER

Lee el prólogo de Barry Gifford: "El fin del racismo"
Epílogo de Bernard Wolfe: "El éxtasis en el rostro negro"
Capítulo 13: Una y otra y otra vez más

Música de Mezzrow en Youtube:
"Clarinet Marmalade", Mezz Mezzrow and his Orchestra
"Mezzin' Around", Art Hodes Trio with Mezz Mezzrow
"Mineur avec un pont (slow part)", Mezz Mezzrow
"Revolutionary Blues", Milton "Mezz" Mezzrow and Orchestra

Ecos, reseñas:
Un mundo sucio y desordenado (Reseñas en Ruta 66 y Rockdelux)
"El hombre que quiso ser Louis Amstrong" (Público)
La rabia de vivir (Estado Crítico)
Libro recomendado en Impulso Dilixente

George Orwell o el horror a la política

Un libro de Simon Leys seguido de “Rebelión y conservadurismo. Las lecciones de 1984”, de Jean-Claude Michéa

Se conoce principalmente a George Orwell como novelista y autor de dos obras maestras, 1984 y Rebelión en la granja. En ellas, Orwell captó magistralmente la esencia del régimen soviético: reescritura sistemática del pasado, liquidación de la noción de verdad independiente, degradación del lenguaje y de la lógica, inestabilidad permanente de las condiciones de vida, tortura ilimitada del cuerpo y la mente, etc.
Pero la obra de Orwell no se deja reducir a una máquina de guerra anticomunista,
como cierta lectura liberal o neoconservadora querría hacernos creer hoy. Como enseña Simon Leys en este libro, Orwell fue novelista y crítico del totalitarismo ruso, pero también corresponsal de guerra, miliciano revolucionario en la guerra civil española, defensor incombustible de un socialismo democrático, periodista e inventor quizá del género «novela sin ficción» algunos años antes que Norman Mailer o Truman Capote... Todo lo contrario de un «hombre de letras»: en él las palabras y los actos no estuvieron nunca disociados.

Orwell se definió a sí mismo como un «escritor político, dando el mismo peso a cada una de las dos palabras». Contra el secuestro de la realidad a manos de los estereotipos y los clichés, concibió su teoría y práctica de la escritura como invención de la verdad y complicación de la realidad a través de la literatura. Ayer, hoy, esa es su actualidad y su fuerza crítica.
Publicado inicialmente para saludar la fecha orwelliana de 1984, este ensayo se agotó pronto. Muchos lectores presionaron a su autor durante años para que lo reeditase. Leys se releyó a sí mismo a casi veinte años de distancia, constató que el tema no había perdido ninguna pertinencia y que su propia perspectiva permanecía siendo idéntica en lo esencial.

Ensayista, escritor, traductor, sinólogo, crítico literario e historiador del arte (especialista en pintura china), Simon Leys (seudónimo de Pierre Ryckmans) conmovió en 1971 la mirada establecida sobre la China maoísta con su libro Los trajes nuevos del Presidente Mao. Desde entonces, ha escrito numerosos libros sobre sus temas predilectos: China, la literatura y el mar.

Prólogo en PDF: "George Orwell: contra el secuestro de lo real"
"El otro Orwell" (fragmento del libro)
"Literatura contra propaganda", programa en "Ecos de Sociedad" (Radio Círculo) dedicado al libro.

Reseñas, ecos:
Reseña en El Cultural (El Mundo)
"Orwell vivo", en Estado Crítico Blog
"El Santo Laico", en el blog de José Andrés Rojo
El anarquista conservador (Reseña en El Viejo Topo)
Simon Leys y George Orwell: dos voces alzadas contra los totalitarismos (reseña en La Gaceta)

Guy Debord: Panegírico, Tomos I y II

Guy Debord, pensador estratégico, aventurero, escritor y cineasta francés, nació en 1931 y se quitó la vida en 1994, cuando estaba a punto de cumplir 63 años, con un disparo en el corazón. En 1958, fundó la organización revolucionaria Internacional Situacionista y la revista del mismo nombre y carácter, que dirigió hasta su autodisolución en 1972. Entre sus libros destaca La sociedad del espectáculo (1967), 221 tesis dirigidas frontalmente contra el reinado autocrático de la demencia económica y las nuevas técnicas de gobierno que lo refuerzan de formas diversas (urbanismo, ideología, cultura, etc.). Panegírico es un artefacto bicéfalo, un mosaico que guarda un enigma. En su Tomo primero (1989) encontramos unas memorias escritas a modo de autorretrato a la deriva y sin concesiones a lo que el buen tono de nuestra época admite como válido. El Tomo segundo (1997) contiene una serie de pruebas iconográficas, una red de referencias cuidadosamente tejida: el trazado laberíntico de una vida. Esta primera edición conjunta en castellano incluye un texto introductorio del escritor norteamericano Greil Marcus, autor del celebrado y polémico Rastros de carmín.

"(...) resulta absolutamente subversivo porque en verdad no existe nada tan subversivo como la sinceridad." Xavier Cervantes, ROCKDELUX

"(...) en este autorretrato de Guy Debord tan visibles como las pasiones que conformaron sus rasgos son sus desprecios absolutos (…) exponiendo su vida como el reverso de la no-vida falsificada y sometida a los dictados de la época (…) aparece con la pretensión de ser un hombre sin contemporáneos y, lo que sí es cierto, más cercano a los ámbitos marginales que a los círculos académicos que siempre desdeñó, siendo objeto más de informes policiales que de tesis." David Cortés, ARCHIPIÉLAGO

"En Panegírico (...) Debord despliega un perfil "excelente" de su persona basado en el repaso de todos sus "vicios", de los que decía "no poder tener uno solo" ni poder vivirlos con medida (…) Su imagen se recorta en negro sobre un mundo que ya no arde en el fuego de las barricadas, sino en el de las vanidades." LA VANGUARDIA (noviembre 2000)

Reseñas, ecos:


ROTTEN: No Irish, No Blacks, No Dogs

Este libro no es una historia del punk. La autobiografía de JOHN LYDON, cantante de los Sex Pistols, revela más bien la idea de algo que pudo ser y no fue; los mimbres de una revolución imposible que, sin embargo, durante un instante de 1976 lograron prender en algún compartimento de la conciencia juvenil. Este libro sitúa su epicentro en esa explosión instantánea que desató el grupo británico y, describiendo una onda expansiva que pronto desvió su trayectoria gracias a la ambición o la estupidez de muchos de sus artífices, nos invita a imaginar "otro punk". Porque, más que la historia de Sex Pistols, Rotten: No Irish, No Blacks, No Dogs expone las instrucciones de una manera de vida, redactadas a fogonazos, con tanta aportación del cerebro como del corazón y sin un plan maestro detrás. Mientras nos seguimos preguntando año tras año qué es el punk, John Lydon prefirió responder a esta generalidad casi abstracta sin dar una respuesta. Para ello rescató de la casa de sus padres el álbum de fotos familiar y desde allí comenzó el recorrido de su particular visión de ese periodo de mediados de los setenta en que las calles de Londres se convirtieron en batallas campales, cuando no en estrafalarios circos no aptos para niños.

Reseñas, ecos:

Johnny Cash: Man in Black

El hombre de negro

Man in Black
es la autobiografía que Johnny Cash (1932-2003) publicara allá por 1975 convirtiéndose en un auténtico bestseller en pocos meses y vendiendo más de un millón de ejemplares. La historia de lucha, fe, amor y redención de una de las figuras más influyentes de la música americana y de la cultura pop, un ídolo hoy para todas las generaciones. Desde los campos de algodón de Arkansas, pasando por los estudios Sun de Memphis (donde coincidió con Elvis, Jerry Lee Lewis y Carl Perkins), sus años pendencieros y anfetamínicos, su extraordinaria historia de amour fou con June Carter, hasta los álbumes en prisiones, su apoyo a jóvenes artistas (como Kris Kristofferson o Charley Pride) en su programa de televisión líder de audiencia, este libro es la crónica del largo viaje a través de las tinieblas del ‘Hombre de Negro’, un espíritu independiente, oscuro y contradictorio.


Anillo de fuego, cómic sobre Johnny Cash
The Johnny Cash Project, vídeo colectivo con un tema de Cash

Reseñas, ecos:

Thoreau: biografía esencial

Emboscada norteamericana
Henry David Thoreau, agrimensor, naturalista, conferenciante y fabricante de lápices, hoy considerado uno de los padres fundadores de la literatura norteamericana, en buena medida inaugura dos corrientes que alimentarán los caudales del pensamiento ecológico de siglo y medio más tarde. Thoreau se emboscó y nos convirtió en emboscados a muchos, en todos los continentes. El movimiento ecologista mundial, con unos veinte millones de vinculados, no se explica sin conocer raíces tan principales como la del ejemplo de Thoreau, y mucho menos, por supuesto, cuando hay que acordarse de los orígenes de la resistencia pasiva, la desobediencia civil sin violencia.

Pero nadie había podido leer en español la intimidad de este autor, esa otra mitad que todos somos. La aportación que supone la primera biografía de H. D. Thoreau para nuestro ámbito cultural cumple y completa. El ameno, intenso y original trabajo de Antonio Casado da Rocha pone a nuestro alcance uno de los bienes más preciados para todos los que militan en la honestidad intelectual: nos hace comprender los motivos de una merecida admiración.