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God Save the Pistols: reeditamos Rotten

Atención: reeditamos Rotten a todo lujo y ya vamos por la tercera tirada. Hemos cambiado el formato, más manejable, hemos revisado el texto y mejorado algunos detalles como el lomo, y hemos añadido un epílogo de Luis Navarro que por sí solo ya valía la reedición. Definitivamente, Rotten's not dead.

Este libro no es una historia del punk. La autobiografía de JOHN LYDON, cantante de los Sex Pistols, revela más bien la idea de algo que pudo ser y no fue; los mimbres de una revolución imposible que, sin embargo, durante un instante de 1976 lograron prender en algún compartimento de la conciencia juvenil. Este libro sitúa su epicentro en esa explosión instantánea que desató el grupo británico y, describiendo una onda expansiva que pronto desvió su trayectoria gracias a la ambición o la estupidez de muchos de sus artífices, nos invita a imaginar "otro punk". Porque, más que la historia de Sex Pistols, Rotten: No Irish, No Blacks, No Dogs expone las instrucciones de una manera de vida, redactadas a fogonazos, con tanta aportación del cerebro como del corazón y sin un plan maestro detrás. Mientras nos seguimos preguntando año tras año qué es el punk, John Lydon prefirió responder a esta generalidad casi abstracta sin dar una respuesta. Para ello rescató de la casa de sus padres el álbum de fotos familiar y desde allí comenzó el recorrido de su particular visión de ese periodo de mediados de los setenta en que las calles de Londres se convirtieron en batallas campales, cuando no en estrafalarios circos no aptos para niños.

Reseñas, ecos:



  • Portada en el formato de las dos primeras ediciones

Sube los bafles, que viene Bass Culture: La historia del reggae


Despierta a la ciudad
y avisa a la gente de este libro musical
que sale a tu encuentro.

Este libro es un viaje. A los guetos de Jamaica, en el corazón del Caribe, pero también al eco hipnótico de los tambores y los graves primigenios del África profunda. En Bass Culture: La historia del reggae, Lloyd Bradley cuenta la apasionante historia de la música jamaicana en su contexto social, político, económico y espiritual, desde los sound systems de los años cincuenta, pasando por el ska, el rocksteady y el dub, hasta el éxito internacional de Bob Marley y el posterior nacimiento del dancehall. 

Más allá de documentar la evolución musical, Bradley se sumerge en una historia de Black Power, altavoces que retumban, cantantes con agujeros en los zapatos, vudú anticolonialista, ligoteo en la pista de baile, rastas antisistema, productores avariciosos, espiritualidad profunda, flirteos con el punk, malotes barriobajeros, estudios de grabación envueltos en marihuana, skinheads que bailan música negra, tejemanejes de la guerra fría, pistoleros en las chabolas, miembros de los Rolling Stones locos por el reggae, revueltas en las calles británicas, reciclaje sonoro y cultura del pueblo para el pueblo. Cargado de testimonios de los grandes del género (Prince Buster, Horace Andy, Bunny Lee, Jimmy Cliff, Lee Scratch Perry), Bass Culture captura en una narración narcótica la historia de una comunidad del llamado "tercer mundo" que alzó la voz para decir que no solo existían, sino que tenían ganas de dar guerra y bailar hasta el amanecer. 

En el mundo anglosajón, Bass Culture se considera una obra fundamental sobre la historia del reggae. El libro lo publicó en 2000 Viking, un sello de la editorial británica Penguin, pero al año siguiente, en vista de lo bien que funcionaba, lo publicó directamente Penguin (2001). También se ha editado (y reeditado varias veces) en Estados Unidos (Grove Press, 2001) y se ha traducido al francés, japonés, alemán e italiano. Ya era hora de que se publicase en español.

«La gente para la que se hacía el reggae nunca hacía distinciones entre este estilo y ese estilo. Es una música que nos llega desde la esclavitud, pasando por el colonialismo, de manera que es más que un estilo. Da igual que vengas de la Calle Patata, la Calle Banana o las montañas, la gente canta. Para liberarse de sus frustraciones y levantar el ánimo, la gente canta. También es una forma de diversión los fines de semana: ya sea en la iglesia o en un funeral o en la puerta de casa, la gente canta. Si estás cortando maleza te pones a cantar, si estás cavando te pones a cantar. La música es vibrante. Es una forma de vida, no es solo una música lo que se está creando, es un pueblo... una cultura... una actitud, una forma de vida creada por un pueblo.» Rupie Edwards (fragmento del libro).

EL AUTOR


Lloyd Bradley nació en Londres en 1955. En su adolescencia se sumergió en el submundo de los sound systems del norte de Londres con tal pasión que creó su propio sistema, Dark Star, donde pinchaba en los años setenta. Ha escrito sobre música para diversas revistas y periódicos, como NME, Black Music Magazine, The Guardian, Q, Mojo Blues & Soul, The Observer y The Independent. Es autor de Sounds Like London (2013), una historia de la música negra de Londres, y fue productor asociado de la serie Reggae: The Story of Jamaican Music para la BBC2.

LO QUE HAN DICHO LOS MEDIOS

«La primera historia exhaustiva de todos los aspectos del reggae [y] podría tratarse del último autor que ha hablado con los personajes de la primera etapa... Bradley no deja piedra por remover en una chispeante montaña rusa de crímenes, estafas de grandes sellos, paranoia marihuanera y racismo, culminando con el deseo de Luciano de que regresen las buenas canciones y los buenos cantantes. Y si en algún momento se menciona a UB40, yo no me he enterado. ¿No basta todo esto para recomendarlo?» Mojo.

«Fascinante... escrito con pasión, estilo y gusto. Es un libro que les vendría muy bien a muchos músicos.» Jah Wobble, Independent on Sunday.

«Una irresistible historia musical y social que se mueve entre las raíces en los sound systems de los cincuenta y el dancehall contemporáneo... Rebosante de anécdotas que harán las delicias de los aficionados a la música.» Face.

«Un clásico... Desternillante por momentos, a ratos salpicado de comentarios sobre la historia y la sociedad jamaicana, es un relato revelador que describe al detalle cómo surgió el reggae en Jamaica y cómo se convirtió en un fenómeno mundial.» New Nation

 

HAPPY BIRTHDAY, Mr. CASH.

Hoy nuestro querido Hombre de Negro habría cumplido 81 años. Celebramos nuestra irremediable orfandad (sniff) con una pequeña colección de once fotos raras. Happy Birthday, Mr. Cash!






JOHNNY CASH, SUR Y MÚSICA GOSPEL

Este es la primera de las entradas que vamos a dedicar a la importancia cultural de la música gospel en la zona del Cinturón Bíblico en la que transcurren las novelas de Harry Crews. El ejemplo más claro es el que nos proporciona Johnny Cash en su primera autobiografía, Man in Black. Los siguientes pasajes pertenecen al segundo capítulo. En ellos Cash nos habla de cómo eran las iglesias y las misas en su infancia, así como de la importancia que tenía la música en ellas. Él siempre se consideró, fundamentalmente, un Cantante de Gospel.

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JESÚS FUE NUESTRO SALVADOR–EL ALGODÓN FUE NUESTRO REY

[...] La Iglesia de Dios de la Carretera Quince estaba en una vieja escuela. No conservo recuerdos agradables de las misas de la iglesia a las que me llevaba mi madre en la Carretera Quince cuando era pequeño. Mi madre no pertenecía a aquella congregación –siempre ha sido metodista– pero le encantaba ir. Lo que más recuerdo era el miedo. Entonces no lo entendía como un culto. Sólo sabía que era un lugar a donde mamá me llevaba. El predicador me aterrorizaba. Gritaba, chillaba y jadeaba. Cuanto más predicaba, más alterado se ponía y más le costaba respirar.
Era un hombre joven envuelto en un viejo y oscuro traje de tweed con una corbata que yo pensaba que le acabaría asfixiando hasta matarle, pues no podía proferir más de tres o cuatro palabras entre cada aliento. Podía contarlas. Cuando llegaba hasta el punto de sólo poder gritar un par de palabras entre cada respiración, era consciente de que estaba a punto de morirse o de explotar.
Pero la gente quedaba atrapada en el fervor. El predicador podía andar entre la congregación, agarrar a alguien y levantarle de su sitio, gritando: “¡Acude a Dios! ¡Arrepiéntete!”. Y les conducía hasta el altar donde caían de rodillas.

Johnny Cash y las anfetas

Aquí tenéis el capítulo "Un demonio llamado engaño" del libro Man in Black, donde Johnny Cash relata sus escarceos con las anfetaminas.

El reconocimiento nacional llegó con la publicación de I Walk the Line en 1956. Folsom Prison Blues se convirtió en un clásico de la música country, pero I Walk the Line fue, y es, el disco de mayores ventas que he tenido hasta la fecha. Fue un superventas, como nos gusta decir, “en todos los campos”.

Después de un año en el Hayride, pasé al Grand Ole Opry durante dos años, aunque sólo como invitado ocasional porque las giras de conciertos me obligaban a pasar largas temporadas en la carretera. Los grandes programas de televisión comenzaron a mostrar interés. Aparecí en el “American Bandstand” de Dick Clark, con Ed Sullivan, Jackie Gleason, Lawrence Welk, y en el “Ozarj Jubilee” de Red Foley.

Actué en todos los estados de la Unión, además de las giras por Canadá, Europa y el Extremo Oriente. Ya fuese en el Palladium de Londres, el Carnegie Hall de Nueva York, el Hollywood Bowl o el Pine Bluff de Arkansas, nunca hice un concierto en el que no cantara I Walk the Line. Y jamás la canté sin sentirla de verdad, o al menos sin intentar que así fuese.

En 1958 firmé con Columbia Records, me trasladé a Nashville y grabé dos discos que se publicaron inmediatamente. Uno se llamó (si me perdonan la expresión) “The Fabulous Johnny Cash”. El otro fue un álbum con mis canciones gospel e himnos favoritos.

El sueño de grabar un álbum de himnos se hizo realidad, pero no hubo en él el gozo y la satisfacción que había conocido anteriormente. La importancia de un álbum de himnos quedó tan minimizada por tantas otras cosas del negocio de la música que terminó perdiendo gran parte de su importancia para mí; aun así, había cumplido el compromiso de mantener un mensaje religioso en la música.

Pero en aquel punto de mi carrera di un paso definitivo en la dirección equivocada. Me encontraba de gira con varios artistas del Grand Ole Opry de Nashville, en 1957. Ferlin Husky y Faron Young estaban en la lista y fue entonces cuando me hice muy amigo de Gordon Terry, que trabajaba con Faron.

Aquella noche íbamos en dos coches a Jacksonville tras el concierto de Miami. Gordon iba conduciendo la limusina de Faron, abriendo la marcha, y, a medio camino de Jacksonville, se hizo a un lado y detuvo el coche. Nosotros nos paramos detrás. Salimos todos de los coches y Gordon se acercó a Luther, que era el que iba conduciendo mi coche.

–¿Tienes sueño, Luther? –preguntó Gordon.
–Desde luego que sí –dijo.
–Tómate una de éstas. Te mantendrá despierto –y le dio a Luther una pequeña pastilla blanca con una cruz inscrita en la superficie.
–¿Qué son? –le pregunté a Gordon.
–Bencedrinas –dijo.
–¿Son nocivas? –pregunté.
–No lo creo –dijo Gordon–. A mí nunca me han hecho daño. Mira, tómate una. Te hará desear llegar a Jacksonville y seguirás sintiéndote bien una vez estemos allí.

Me tomé una de aquellas pastillas blancas

Descárgate el cómic sobre Johnny Cash "Anillo de Fuego"



Volvemos a ofreceros otra de nuestras publicaciones, en este caso Anillo de fuego, el cómic de Joaquín Secall (dibujo) y Javier Lucini (texto) con el que acompañamos Man in Black, la autobiografía de Johnny Cash. En esta ocasión, en lugar de una descarga PDF, puedes ver el cómic e imprimírtelo en


Quiero que sepas que te odio, nena

El viejo John Lydon, alias Johnny Rotten, cantante de los Sex Pistols y PIL, publica en breve Mr. Rotten's Scrapbook, un libro de fotos y recortes en el que repasa su carrera. En Rotten. No Irish, No Blacks, No Dogs ya repasó su vida en texto sin pelos en la lengua (también incluía una sección de fotos de su infancia y los Pistols), con fragmentos como el que os ofrecemos a continuación, del capítulo "Quiero que sepas que te odio, nena".

El destino. ¿Quién cree en el destino? Las cosas suceden porque haces que sucedan. Eso del destino no existe. Todo parecía imposible para los Sex Pistols, incluso conseguir un público. En nuestro apogeo el público se componía de artistillas: los que estaban a la última y los que querían figurar. A mí los que me gustaban eran los pocos que procedían de la clase obrera. A Malcolm McLaren y a sus amigos no les hacía tanta gracia porque aquella gente les empujaba contra un rincón de la sala rápidamente. Eran días de caos. La única violencia de verdad no provenía de nuestro público sino de los intrusos, tíos que solían llevar uniformes azules. Los típicos broncas, los hooligans, no necesitaban buscar víctimas. Eran grupos de borrachos agresivos que recorrían las calles a la caza de cualquiera, con tal de que fuera una sola persona y ellos quince. Los skinheads estaban en horas bajas en 1976. Las bandas de skinheads se peleaban demasiado entre sí como para molestarse por los demás. Había skins de derechas y de extrema izquierda. Todo se había convertido en una cuestión de moda porque el verdadero movimiento skin había aparecido y desaparecido mucho antes. Fueron una evolución de los mods con un estilo de vestir muy elegante y cuidado. Cuando resucitó en los setenta no tenía nada que ver. No se diferenciaban mucho de los imitadores del punk que idolatraban los uniformes. Siempre he odiado el concepto de uniforme. Si te interesa algún tipo de movimiento tienes que rechazar ese tipo de cosas, porque de lo contrario te estancas y se convierte en algo estéril.

Malcolm tenía una tienda en la que vendían ropa sado de cuero, por ejemplo camisetas ajustadas de cuero, que atraían a cualquier adolescente interesado por el decadentismo.

Really the Blues

La autobiografía de Mezz Mezzrow

Publicada por primera vez en 1946, esta autobiografía fue una emocionada
llamada, dirigida a los jóvenes blancos alienados, para que se atrevieran a ex-
plorar el mundo de la cultura afroamericana y el jazz. Su padrino espiritual fue
Mezzrow, músico, contrabandista y traficante de la mejor marihuana de Har-
lem.

Su historia, escrita junto a Bernard Wolfe en el argot, libre y fluido, de los hips-
ters que poblaban lo que Jack Kerouac bautizó como “La Gran Acera Negro-
Americana del Mundo”, nos habla de un chico blanco que se enamoró de la cul-
tura negra y aprendió a tocar el clarinete en los reformatorios, prostíbulos y
garitos de su juventud. Atraído por la revelación del blues, siguió el rastro de
la música por las calles de Chicago, Nueva Orleans y Nueva York hasta al-
canzar el auténtico corazón del alma norteamericana.

Mezzrow fue quizá mejor traficante de marihuana que músico de jazz, pero comprendió tanto la música como la raza que la engendró. [...] Mezz tradujo su experiencia para jóvenes de los cuarenta y los cincuenta como Kerouac, Allen Ginsberg, Neal Cassady y John Clellon Holmes, e inspiró no sólo sus vidas sino también sus obras; un legado de un valor incalculable.
Del prólogo de BARRY GIFFORD

Really the Blues es la esencia escatológica de Nueva Orleans. Mezz Mezzrow fue quien me descubrió Storyville.
TOM WAITS

Para mí fue la primera señal en la cultura blanca del underground negro y la cultura hip.
ALLEN GINSBERG

Este libro tan perfectamente maravilloso, tan absolutamente soberbio, expresa un mensaje vigoroso y vital de alegría sin adulterar.
HENRY MILLER

Lee el prólogo de Barry Gifford: "El fin del racismo"
Epílogo de Bernard Wolfe: "El éxtasis en el rostro negro"
Capítulo 13: Una y otra y otra vez más

Música de Mezzrow en Youtube:
"Clarinet Marmalade", Mezz Mezzrow and his Orchestra
"Mezzin' Around", Art Hodes Trio with Mezz Mezzrow
"Mineur avec un pont (slow part)", Mezz Mezzrow
"Revolutionary Blues", Milton "Mezz" Mezzrow and Orchestra

Ecos, reseñas:
Un mundo sucio y desordenado (Reseñas en Ruta 66 y Rockdelux)
"El hombre que quiso ser Louis Amstrong" (Público)
La rabia de vivir (Estado Crítico)
Libro recomendado en Impulso Dilixente

ROTTEN: No Irish, No Blacks, No Dogs

Este libro no es una historia del punk. La autobiografía de JOHN LYDON, cantante de los Sex Pistols, revela más bien la idea de algo que pudo ser y no fue; los mimbres de una revolución imposible que, sin embargo, durante un instante de 1976 lograron prender en algún compartimento de la conciencia juvenil. Este libro sitúa su epicentro en esa explosión instantánea que desató el grupo británico y, describiendo una onda expansiva que pronto desvió su trayectoria gracias a la ambición o la estupidez de muchos de sus artífices, nos invita a imaginar "otro punk". Porque, más que la historia de Sex Pistols, Rotten: No Irish, No Blacks, No Dogs expone las instrucciones de una manera de vida, redactadas a fogonazos, con tanta aportación del cerebro como del corazón y sin un plan maestro detrás. Mientras nos seguimos preguntando año tras año qué es el punk, John Lydon prefirió responder a esta generalidad casi abstracta sin dar una respuesta. Para ello rescató de la casa de sus padres el álbum de fotos familiar y desde allí comenzó el recorrido de su particular visión de ese periodo de mediados de los setenta en que las calles de Londres se convirtieron en batallas campales, cuando no en estrafalarios circos no aptos para niños.

Reseñas, ecos:

Anillo de fuego - Un cómic sobre Johnny Cash

En Anillo de fuego, Joaquín Secall ilustra y Javier Lucini pone texto a un repaso en formato cómic sobre los aspectos más destacados de la trayectoria de Johnny Cash, uno de los artistas estadounidenses más importantes del pasado siglo. Aquí lo podés ver entero.



Reseñas, ecos:


Johnny Cash: Man in Black

El hombre de negro

Man in Black
es la autobiografía que Johnny Cash (1932-2003) publicara allá por 1975 convirtiéndose en un auténtico bestseller en pocos meses y vendiendo más de un millón de ejemplares. La historia de lucha, fe, amor y redención de una de las figuras más influyentes de la música americana y de la cultura pop, un ídolo hoy para todas las generaciones. Desde los campos de algodón de Arkansas, pasando por los estudios Sun de Memphis (donde coincidió con Elvis, Jerry Lee Lewis y Carl Perkins), sus años pendencieros y anfetamínicos, su extraordinaria historia de amour fou con June Carter, hasta los álbumes en prisiones, su apoyo a jóvenes artistas (como Kris Kristofferson o Charley Pride) en su programa de televisión líder de audiencia, este libro es la crónica del largo viaje a través de las tinieblas del ‘Hombre de Negro’, un espíritu independiente, oscuro y contradictorio.


Anillo de fuego, cómic sobre Johnny Cash
The Johnny Cash Project, vídeo colectivo con un tema de Cash

Reseñas, ecos: