DISTANCIAMIENTO
“[…] Mientras tanto Tolkien conservaba su amistad con C. S. Lewis, pero un tanto más fría que en los primeros años. De hecho, es significativo que Tolkien escribiera después que Lewis “fue mi más íntimo amigo poco más o menos desde 1927 a 1940, y siguió siendo muy querido para mí”. El enfriamiento de su relación en los años que siguieron a 1940 fue muy gradual y, para Lewis al menos, probablemente imperceptible. Por fuera, la amistad parecía igual que siempre. Ambos asistían a las reuniones regulares de los Inklings y ambos se dejaban ver juntos en el Eagle and Child o el White Horse, bebiendo y conversando como habían hecho durante veinte años. En 1949 Lewis empezó a leer la primera de sus historias de “Narnia” a los Inklings. Se trataba de El león, la bruja y el armario, que se convertiría en uno de los libros infantiles más populares jamás escritos. A Tolkien, no obstante, no le impresionó. “Verdaderamente no sirve”, le dijo a Roger Lancelyn Green, un amigo mutuo que después sería biógrafo de Lewis. “Quiero decir, escribir sobre las costumbres de las ninfas, o la vida amorosa de un fauno”. Quince años después, Tolkien escribiría que “Narnia y toda esa parte de la obra de C. S. Lewis debería quedar fuera de los límites de mi simpatía, así como gran parte de la mía estaba fuera de los límites de la suya”. Sin embargo, mientras Tolkien era incapaz de disfrutar de la obra de Lewis, Lewis siempre alabó El Señor de los Anillos. Tolkien lo había terminado al fin en el otoño de 1949 y le había prestado el texto completo a Lewis, quien se lo devolvió con grandes alabanzas […]”.
La
Taberna Eagle and Child donde se reunían los Inklings.
“[…] El entusiasmo de Lewis por El Señor de los Anillos salpicaba las cartas dirigidas a sus amigos. “¿Verdad que sería maravilloso –escribió a Katherine Farrer el 4 de diciembre de 1953– que tuviera éxito (de ventas, me refiero)? Inauguraría una nueva época. ¿Podemos albergar esperanzas?”.
Estas alabanzas privadas pasaron a conocimiento público cuando Lewis escribió una reseña de La Comunidad del Anillo, el primer volumen de El Señor de los Anillos, después de su publicación en 1954:
“Este libro es un destello de luz en un cielo claro, tan diferente e imprevisible en nuestra época como Songs of Innoncence lo fue en la suya. No sería adecuado decir que con él hemos vuelto de pronto al romance heroico, magnífico, elocuente y descarado, en un momento casi patológico por su antirromanticismo. Para nosotros, que vivimos en una época extraña, esta vuelta atrás (y el puro alivio que procura) es sin duda lo más importante. Pero en la historia del romance mismo (una historia que se remonta a la Odisea y más allá) no constituye una vuelta atrás, sino un avance o una revolución: la conquista de un territorio nuevo” […]”.
LA
TIERRA MEDIA BAJO LA SOMBRA DE NARNIA
“[…] La acusación de que el libro era de carácter juvenil, adecuado para el “Boy’s Own Paper”, se debió en parte a la relación de Tolkien con C. S. Lewis, cuyas historias de “Narnia” estaban siendo publicadas en la época despertando a la vez un coro discordante de aclamación popular y la hostilidad de los críticos. El “contrabando de teología” que hacía Lewis en sus historias infantiles lo habían convertido en una personalidad impopular en círculos seculares, y sus obras de apología cristiana popular provocaron una gran hostilidad. De hecho, cuando el editor de Tolkien pidió a Lewis que redactara un breve texto para la sobrecubierta de la primera edición de El Señor de los Anillos, Lewis escribió las siguientes palabras a Tolkien: “Aunque tú y él aprobéis mis palabras, pensad dos veces antes de usarlas: soy sin duda un hombre odiado, quizá cada vez más, y mi nombre podría hacer más daño que bien”. La advertencia de Lewis fue profética. Algunos de los críticos que reseñaron el libro en agosto de 1954 sentían “una extraordinaria animosidad personal contra Lewis” y dedicaron una “buena cantidad de espacio para burlarse de su comparación entre Tolkien y Ariosto”. Edwin Muir, que escribió en The Observer el 22 de agosto, fue uno de los que se burlaron de las alabanzas de Lewis: “Este libro notable hace su aparición con una desventaja. Sólo una obra maestra podría sobrevivir al bombardeo de alabanzas que se le dirigen desde la nota de presentación”.
El 9 de septiembre, Tolkien escribió a su editor sobre la hostilidad que había despertado Lewis: