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13 de mayo de 2015

Zarzaparrilla

Para ello, a eso de las cuatro de la tarde, se reunían en la salita de mi tío un centenar de personas, y el autor se sentaba en una silla junto a una mesa, y ante el silencio y la expectación general, sacaba su papel del bolsillo y, después de beber un gran vaso de zarzaparrilla, leía con voz emocionada: "Cometa".

                                                                                                    Memorias y diarios
                                                                                                    Miguel Mihura



La mitología no es aritmética, de modo que a nadie  debe extrañar  que hace un tiempo le atribuyera un origen al azafrán silvestre, y ahora, al hablar de la zarzaparrilla (smilax aspera) le otorgue otro, pero en aquella ocasión hice caso de lo que relata Robert Graves en Los mitos griegos, y en esta ocasión es a Pierre Grimal a quién atendemos. En su Diccionario de mitología nos cuenta que Croco era un joven que fue transformado en azafrán a consecuencia de su amor desgraciado hacia la ninfa Esmilax que fue metamorfoseada en zarzaparrilla. En otras fuentes no hablan de amor desgraciado sino de amor ardiente y correspondido, y de la transformación en plantas como un premio. Por contarlo ya todo: otras versiones cuentan que Croco murió accidentalmente mientras jugaba con el dios Hermes al lanzamiento de disco, siendo alcanzado por el que lanzó el dios. Las gotas de sangre derramadas se transformaron en azafranes. Pero hoy de quién nos ocupamos no es del azafrán sino de la zarzaparrilla.


Conocida como vemos desde la antigüedad, tenía la zarzaparrilla fama de ejercer una potente acción contra los venenos, llegando a afirmar Dioscórides que administrada a un recién nacido lo protegerá de toda clase de venenos. Sin embargo es a la  zarzaparrilla americana a la que se le han dado los usos más conocidos. Uno el refresco de zarzaparrilla, que se obtiene de la raíz de la planta, y que estuvo muy de moda en el siglo XIX, siendo desbancado tan sólo, según algunos, por la aparición de la coca-cola.


A su otro uso hacen referencia entre otros Mosquera de Figueroa:

    Yo que de vos he mancilla,
os pienso, dama, enviar
frazadas con que sudar
y un haz de zarzaparrilla 

Quevedo:

                                                               La grana se volvió en granos,
                                                               en flor de lis el rosal,
                                                               su clavel, zarzaparrilla;
                                                               unciones, el soliman 
o Mateo Alemán:

que no tienen pasiones naturales, no escupen, tosen y viven sujetos a la zarzaparrilla y china, emplastro meliloto, ungüentum apostolorum, y más miserias y medicinas.


Y es que durante muchos años fue la zarzaparrilla uno de los varios, e inútiles, remedios empleados para tratar la sífilis. Decía el médico y botánico sevillano del siglo XVI Nicolas Monardes: Quizo Nuestro Señor que a do vino el mal de las bubas, viniese el remedio para ello,   ya que entonces se pensaba que la sífilis tenía su origen en América, tema este bastante controvertido. El mismo argumento, que de donde venía el mal vendría el remedio, se esgrimió para utilizar otro de los muchos tratamientos que hasta la aparición de la penicilina conoció esta enfermedad: el guayaco. 


Tal vez alguien haya advertido que aparecen dos flores distintas. Las de la segunda foto pertenecen a una planta masculina, el resto a una femenina.

20 de diciembre de 2011

Azafrán silvestre

...les vio marchar hacia la hierba y el agua, hacia los robles y el azafrán silvestre. Y él quedó pegado contra una pared, sintiéndose más zambo y más feo que nunca.


                                                                                                            Fiesta al noroeste
                                                                                                            Ana Mª Matute


El nombre científico del azafrán silvestre, colchicum autumnale, deriva de Cólquide, región a la orilla del mar Negro a la que arribó Jasón a bordo del Argo en busca del vellocino de oro en cuyo rescate jugó un importante papel nuestra flor.


El rey Eetes, padre de Medea, había impuesto a Jasón unas condiciones imposibles para entregar el vellocino. Mas Medea, después de que Jasón le jurase amor eterno, le entregó una pócima color sangre fabricada con el jugo de azafranes silvestres. Embadurnado con ella, pudo Jasón someter a los toros de pezuñas de bronce que exhalaban fuego por la boca y unciéndolos a un arado preparar el campo de Ares para sembrarlo con dientes de serpiente. Según Robert Graves tan prodigiosa flor tenía como origen  la sangre derramada por Prometeo mientras era devorado por el águila.


Desde antaño se ha usado el azafrán silvestre como eficaz remedio contra la gota, y de él se obtiene la colchicina que se continua usando en el tratamiento de este proceso, aunque sienta tan mal (puedo dar fe de ello) que no nos extraña que Medea lo utilizara en la elaboración de pócimas.


Como otras plantas del género colchicum, el azafrán silvestre es conocido como quitameriendas. El origen de este nombre se remonta a aquellos tiempos en que carentes de luz eléctrica nuestra vida se ordenaba en función del sol. Al acortarse los días en el otoño, fecha en que aparece esta flor, se adelantaba la hora de la cena suprimiéndose la merienda.