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16 de abril de 2011

Borraja

Hay una yerba en el campo
que se llama la borraja
Toda mujer que la pisa
luego se siente preñada

                                                                         Romancero general o Colección de romances castellanos
                                                                         Agustín Durán

La creencia en el poder fecundante de ciertos elementos animados o inanimados, tales como plantas, rayos de luna o el aire, se encuentra presente en las tradiciones de muchos pueblos. A una de las plantas a la que le cabe el honor de tamaño poder es a la borraja (Borrago officinalis) hasta el extremo de afirmar una coplilla extremeña: 
si supieran las mujeres
que hierba es la borraja
no harían falta los hombres
que ellas solas se empreñaban


Parece la borraja una planta tímida, a la que la vergüenza hace inclinar la flor hacía el suelo, ocultándonos su belleza. Tal vez esta timidez no sea ajena al sambenito con el que carga.


Poca gente, creo, es capaz de identificar una borraja, pero pocos desconocen la expresión "quedar en agua de borrajas" dicho de algo carente de utilidad, sin importancia.


Lo que muchos ignoran es que se trata de una expresión errónea producto de una confusión por la similitud fonética entre borraja y cerraja. Asi puede leerse en el diccionario de autoridades (1726):
Agua de cerrajas: se llama a la que se saca de la hieba cerraja y que por ser inútil y de ningún provecho se suele decir agua de cerrajas por todo aquello que no tiene sustancia ni valor.


Alguien confundió un día ambas plantas, prosperó el error, y a la borraja tan sólo le quedó esconderse.