Vaya una profa que estoy hecha, que me ha costado tres meses darme cuenta de que en los libros de lengua y de euskera de mi curso no hay casi lecturas, mucho menos comprensión. En el de euskera lo entiendo, porque es tal la carga de gramática y léxico que tiene que, si encima tuviéramos que hacer algún tipo de análisis literario, íbamos a tener que ampliar el horario escolar (o quitar aún más horas de gimnasia, y que se jodan los gordos). Pero en el de lengua... Los chavales se desesperan de hacer los mismos ejercicios una y otra vez, todos los años lo mismo. Que si la desinencia y la raíz, el gerundio y el indicativo, los puñeteros pronombres y dónde se pone la hache de marras (¿para qué darles normas, si a pesar de hacer los ejercicios perfectamente me escriben "él izo que el ascensor vajara"?). Terminan los ejercicios mecánicamente, sacan sobresaliente en todos los controles -llevan haciendo los mismos ejercicios, LOS MISMOS, desde cuarto-, pero no leen, no tienen vocabulario, no pillan el doble sentido de las frases. El primer trimestre leímos "La vuelta al mundo en 80 días" (¿no habrá algo más adecuado, más cercano, para niños de once y doce años? ¿Qué fue de Tom Sawyer, por ejemplo?) y me asusté de las preguntas que me hacían. Pero claro, si en clase no trabajamos la comprensión lectora, ¿qué puedo esperar? Porque una lectura de una página al principio de cada tema con ejercicios orales de comprensión o resúmenes-esquema no me parece trabajar la comprensión. Y encima siempre son textos de escritores de cuentos infantiles, que digo yo que ya están maduritos para leer textos adultos sencillos (creo que nosotros leíamos extractos de "El Camino" a esta edad).
Así que me he puesto a buscar algo que poder darles para que se lleven a la boca y he encontrado un breve texto de "El diario de Ana Frank" (en un libro de sexto de otros años, casualmente. No, si al final me voy a tener que callar y admitir que los niños de antes sabían más...). No lo hemos leído todavía, pero les he dicho a los críos que busquen información sobre ella. El resultado, como siempre, impresionante: a medio día han salido todos comentando la información que habían encontrado de ella, pasando de mí olímpicamente y discutiendo si había muerto aquí o allí o tenía estos u otros años. Tentadísima he estado de plantear al resto del ciclo cogerlo como libro de lectura, pero enseguida me he cortado: probablemente sea fácil de entender en lo que se refiere a estilo y léxico, pero no creo que niños de esta edad logren comprender lo que vivió. Y, para qué engañarnos, no quiero que lo entiendan. Todavía no.
Mañana leemos un par de páginas, a ver qué sale. La última vez que mencioné un libro que merecía la pena leer, varios se lo pidieron al Olentzero (Tom Sawyer y Cuento de Navidad). Por desgracia, todos me dijeron que no entendían una sola palabra, así que les he dicho que los guarden bien guardados y no los toquen hasta que tengan capacidad de leerlos, no vaya a ser que les cojan manía por querer pasarse de listos...
11 comentarios:
Coño, a esa edad: La historia interminable, Momo, el maravilloso viaje del pequeño Nils...
Julio Verne, Emilio Salgari...
Miles de libros!!! Tan apetecibles todosssssssss
Platero y yo,alguna poesía de bequer...o esos cuentos de monta tu propia aventura o del barco de vapor que tienes todas las edades...(como maripuchi)...miles de libros....
Es triste lo que comentas....no obstante el hilo de esperanza lo pones tú con tu interés y preocupación
besos
Yo he tenido buenas profesoras en mi infancia. Pero ya me hubiera gustado tener una como tú :)
Besos
Yo empecé a leer en serio a los siete años con "Los cinco" y "Los siete secretos". Literlmente, los devoraba.
Es curioso, pero a Tom Sawyer no le he encontrado la gracia hasta la (presunta) madurez y Emilio Salgari... nunca. "Momo" me encantó, pero lo leí ya bien talludito. Y luego está la apuesta arriesgada: "El principito".
A los trece leí "El coronel no tiene quién le escriba" y flipé lo suficiente cmo para atever con "Cien años de soledad", aunque casi muero en el intento.
Tal vez sea demasiado complicado, pero lo ideal sería que cada chavala o chaval leyera uno diferente, en función de sus gustos y de sus capacidades. Sería bonito después que trataran de contárselo a los otros... ¿Y por grupos? Ahí te dejo la idea...
Pero qué majos sois todos, madre.
El problema no es que no lean, que por su cuenta leen todos mucho (por cierto, hoy hemos leído un trocito del diario, una parte muy "light", y todos han prometido buscarlo para leérselo), es que no encuentro textos cortos o de tamaño asequible para poder trabajar la comprensión en clase, tipo los "readings" que tanto nos daban en clase de inglés. No hay de eso en castellano, ya no, con preguntas y temas de discusión; ahora es casi como en el chiste, "lee este texto y subraya la palabra patata", si quieres algo de comprensión te lo tienes que currar tú. Y entre corregir deberes, exámenes y reuniones, no tengo tiempo material -ni material, a secas- para preparar todo lo que me gustaría darles.
Pero por mis barbas que estos niños salen comprendiendo un testo y sabiendo lo que significa la palabra "intimidades" (muy fuerte, pero no lo sabían), aunque sea lo último que haga.
Por cierto, les he dado una lista de libros que les recomiendo leer (La señora Frisby y las ratas de Nimh, mi favorito, no les gustó mucho, pero confío en que Momo y La historia interminable calen más) y todos los han apuntado con una avidez que parecía que les estaba haciendo un regalo. ¡Qué majos, madre!
¡Texto! ¡Quería decir teXXXXto!
Oye, Ruth ... y, ¿cómo puedo hacer yo para que mi peque vaya a clase contigo? jajajajajajaja
(Tengo todos los libros de mi infancia en casa, si quieres te puedo pasar una lista bien guapa).
De Maria Gripe: la hija del espantapájaros. De Judith Kerr, en la batalla de inglaterra, o Cuando Hitler robó el conejo rosa. El Rey de Katoren, de Jan Terlow...
Todos éstos son fantásticos ... fíjate que aún recuerdo los títulos...
Aunque, igual un pelín desfasados, los de los cinco, los siete secretos, etc estaban genial!!
Miraré en las estanterías y te hago un listado y te lo mando por email.
¡Momo! Que lo lean que lo leannnnnnn.
:)
BSS
Admiro tu responsabilidad ante esta difícil tarea. Como bloguera empedernida que eres ¿por qué no buscas algún texto interesante y bien escrito de un blog? Más aún: una vez seleccionado yo les daría pistas para que investigaran, lo encontraran por ellos mismos en Internet y lo comentaran. Y se me ocurre todavía más: créales un blog, cuelga el texto y que añadan comentarios. Luego se imprimen y se leen en clase.
Kaixo, Ruth,
¿cuántos años tienen tus enanos?, vamos, quiero decir que a qué curso van...
El año pasado realicé una experiencia fabulosa con unos nanos alumnos de una amiga de Internet, en Vitigudino. Yo les dibujaba monstruos (puedes ver varios en mi blog) y ellos creaban las historias (algunas, créeme, auténticas joyas). Eran peques de 7-8 años, imagino que los tuyos son mayores, pero por eso te pregunto... Si algún día necesitas alguna cosilla, aquí estoy.
Besarkada handi bat,
ya me contarás.
Estupenda idea, Rhytmduel, pero tenemos un gran problema en el centro: los ordenadores son de cuando Franco era cabo y, cuando no están colgados, no se pueden encender, directamente. No todos tienen ordenador en casa, así que tendría que poner yo los comentarios (y no tengo ni tiempo ni ganas) u obligarles a ir a un ciber. Quizás otro año...
Gracias por la oferta, Joseba. Están en sexto, once y doce añitos, y son una clase excepcional. El problema no es escribir, sino leer; leen en casa, y mucho, pero no trabajamos textos en clase, que es lo que a mí más me gusta, precisamente.
Algunos, desoyendo mis consejos sobre lo duro que puede ser Ana Frank, han empezado a leérselo. Una cría se lo ha traído a clase y lo ha sacado cuando hemos terminado un examen de inguru; por la cara que ha puesto -de asco, de horror, de sorpresa- creo que lo estaba "disfrutando".
Otra cría se aburría este fin de semana y se ha leído Momo. Entero. En dos días. Un monstruo, vamos. (Le ha encantado.)
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