Sanel M. y la violencia

Esta semana, el juez condenó a Sanel M. a tres anos, por la muerte de Tuğçe Albayrak

A su defensa le pareció mucho... Querían que le aplicara simplemente una pena "juvenil" que le permitiera seguir en libertad, sujeto a ciertas restricciones, porque -dicen muchos- la cárcel no es el mejor lugar para su rehabilitación.

El juez dejó muc claro que su casa, su familia y sus amigos son aún peor lugar para su rehabilitación que la misma cárcel.

Si la mamá de Sanel M. pasa por el lado de la familia de su fallecida víctima, les lanza un escupo -dentro del mismo tribunal- y les dice "turcos de mierda", "pueblo de mierda", estoy segura de que esa mamá será un obstáculo en la rehabilitación de su hijo.

El nino de familöia serbia, está sin trabajo (y parece que no pensaba buscar ninguno) y ya tiene varias penas juveniles: robo de Handy de manos de un nino; robo de un kiosko. por las cuales ya fue condendado a arresto juvenil, lo que no cambió en lo más mínimo su comportamiento.

Logró el grado mínimo de colegio (Hauptschule) y fue criado en la violencia. Sí, durante el juicio, supimos que su papá (y quien sabe quién más, dentro de la gran familia serbia) le pegaba y que él no aprendió a resolver problemas de manera distinta a mediante el uso de la violencia.

Asimismo, me puedo imaginar la idea que tiene, que le inculcaron, acerda de la mujer. Entre paréntesis, después de escuchar el veredicto, su mamá le lanzaba besos en el aire. Perdón, pero si mi hijo fuese responsable de la muerte de una joven estudiante, yo no lo lanzaría besos en público, esa es una senal muy mala...

El juez dice que, durante el episodio en el McDonalds que culminó con la muerte de Tuğçe, ni los "amigos" lograron tranquilizarlo y que por eso le pegó un golpe muy fuerte y no una leve "cachetada", como declaró inicialmente...

Sanel fue condenado no por robar dulces en el negocio de la esquina, sino por delito de lesiones con consecuencia de muerte (§ 227 StGB), código penal. Es cierto que él no quiso matar a Tuğçe, pero la golpeó de tal manera que aceptó que sus lesiones fueran graves.

El juez dice que Sanel tiene que realizar, durante esos tres anos, muchas horas de training anti-violencia y otras medidas más. Toda la razón, es lo mínimo.

Toda esa gente que piblica en Facebook y otros lugares, que escribe en sus blogs a favor de la violencia en la educación, que defiende el uso de los golpes e incluso afirma que, castigando a los ninos corporalmente, no se convertirán en delincuentes (típico argumento espanol) están muy equivocados.

Para mí, un caso como el de Sanel, es la mejor prueba del horrible error de defender el uso de la violencia en la educación...

Poner al día a algunos de los profesores extranjeros

Es cierto que, como dice el dirigente Hundt (Más empleo en septiembre), frente a la falta de mano de obra en Alemania "seguir dos caminos paralelos: capacitar el potencial local y facilitar la inmigración de trabajadores calificados extranjeros".

Se hace ver, sin embargo, que, en el caso de los much@s profesor@s de colegio que han llegado de otros países y que están super calificados en sus ramos, con frecuencia se ve que no están igualmente calificados en pedagogía, por lo que sería recomendable o imprescindible calificarlos precisamente en este ámbito.

Se pone el caso de/l@ profesor@ que exige a los alumnos, luego de un mal comportamiento, escribir páginas enteras con una frase ("no debo molestar en clases" o cosas por el estilo). Indudablemente que... esta es una pedagogía del s. 19, pero no del sigo 21.

Extranjeros/as educando

Diálogo real del que fui testigo entre una amiga extranjera y una amiga alemana:

Extranjera: "En mi grupo de conocidos, muchos quieren -tal vez inconscientemente- que yo eduque a mis hijos como ellos, como los alemanes y me dan 'consejos' en consecuencia, consejos que yo agradezco; pero que nunca seguiría, porque son demasiado distintos a mi forma de ser, a aquello que pienso".

Alemana: "Nadie puede obligarte a educar a tus hijos como si fueras alemana, porque no eres alemana".

Palabras de sabiduría de la amiga alemana, además, de gran sentido común.