"Alemania subió desde la segunda división, a la primera; pero está aún lejos de la Champions League", son las palabras de Heino von Meyer, a cargo de la coordinación del Estudio Pisa en Alemania, sobre los resultados del mismo en Alemania.
Los alumnos alemanes mejoraron en matemáticas y en ciencias, no así en la "competencia como lectores". Como de costumbre, los chicos hombres salieron peor en "lectura" (para mí, estamos frente a un problema cultural), por lo que Meyer sostiene:
"Exagerando un poco la formulación: Alemania no tiene un problema de los migrantes, sino uno de los alumnos varones". En este punto, hay que hacer ver que el Estudio Pisa considera alumnos con background migratorio sólo a aquellos en que ambos padres (papá y mamá) nacieron en el extranjero.
Explica que el año 2000 (año del "shock Pisa" en Alemania), la distancia en la competencia en lectura entre niños y niñas era de un año (escolar), distancia que no se ha acortado...
Dice que los mayores problemas de los niños se encuentran en la reflexión y en la evaluación de un texto... Mein Gott! ¡Justo en lo que significa "pensar por sí mismos"!
Una de las conclusiones del Estudio es que, en Alemania, el colegio, el entorno escolar es decisivo, más aún que el origen étnico de los alumnos. Claro, esto no debería ser un secreto para nadie... es así.
Si tú envías a un alumno "turco" a un "colegio de elite", aunque sufra, estará mejor preparado intelectualmente (puede ser que no en cuanto a su competencia social) para el mercado laboral alemán. Si tú sales de un colegio de Bad Godesberg, estarás igualmente mejor preparado que si sales de un Gymnasium en el Eifel.
El que Alemania haya salido mejor en el Estudio Pisa, se lo debe especialmente, a los alumnos más débiles y a los hijos de inmigrantes (que, generalmente forman parte de este grupo), ya que la distancia entre "los de arriba" y "los de abajo" se ha acortado en estos diez años.
Y -esto es bueno- no porque los hijos de los universitarios sean hoy peores que antes, sino porque los hijos de los más pobres y de los migrantes, han mejorado. La distancia es aún inmensa y estamos lejos de lograr la igualdad de oportunidades; sin embargo, vamos en la dirección correcta.