Queridos amigos: publiqué este artículo el 11 de diciembre del 2006.
Hace dos semanas, compré una revista escolar de uno de los mejores colegios de Bonn, el Collegium Josephinum, de los Redentoristas.
La publicación ha ganado una serie de premios y es considerada una de las mejores revistas escolares de Alemania.
Uno de los artículos de "5 vor 12", se refiere a un acontecimiento ocurrido en el mismo colegio y que revela la calidad de los periodistas de la televisión estatal.
Más triste aún, porque los alumnos que escriben en 5 vor 12 ( = 5 para las 12) se consideran a sí mismos, como periodistas, periodistas escolares y, evidentemente, los periodistas profesionales, debieran ser aptos para ser sus mentores y tener eso que en alemán llamamos Vorbildfunktion, esto es, función de ejemplo. Esto no lo invento yo, lo dicen ellos mismos.
En su artículo Vorsicht Journalisten! (= ¡Cuidado periodistas!), el narrador -Thomas Erdmann- cuenta que, en septiembre pasado, WDR (televisión pública regional, esa que pagamos todos, yo no, porque no tengo televisión, pero sí el 99,99% de los habitantes de este país, que son fanáticos de la televisión) anunció su intención de visitar la cantina del colegio, con la finalidad de hacer un reportaje en que se mostrara las bondades y beneficios de la cantina escolar (único en Bonn y uno de los pocos que hay en Alemania, donde almuerzan diariamente alrededor de 350 alumnos, algo único en el país y muy digno de elogio).
Pues bien, los periodistas llegaron al colegio. Había algunos puntos que no calzaban. De partida, no eran de WDR, sino de ARD (otro canal de tv pública, pero no regional, sino que nacional, también pagado con la famosa tasa a la GEZ).
En segundo término, parecían no estar interesados en mostrar realmente el casino. Entrevistaron al "curita" encargado (me consta que con cuerpo y alma) del casino del colegio (y de todo el sistema de cuidado de los niños por la tarde (lo que también es una excepción en Alemania, porque aquí no hay colegio por las tardes, sólo durante la mañana). Pero a él también le dió la impresión de que los periodistas no estaban interesados en el almuerzo y en el cuidado de los chicos...
Hasta que llegó el día y el programa de tv de ARD Monitor y no otro, sacó al aire el que debía ser el reportaje al casino del colegio que, como decía antes, es una excepción dentro de Alemania, país en que los colegios no tienen casino y los niños no comen en el colegio (últimamente, sobre todo los colegios "privados" han iniciado un sistema de cafetería, generalmente atendidas por las mamás o bien, firmado contratos con algún casino de otra institución, para que los niños que quieran puedan almorzar en ellos).
El programa no se refería ni a los casinos en Alemania, en general, ni al casino de este colegio en particular. Trataba acerca de las bebidas con cofeína que vendían en este casino a los niños para ganar dinero (lo que es falso, porque el colegio y el casino no tienen fines de lucro), como Coca-cola (que no es bien considerada en Alemania, ver Veneno - todo es veneno) o café.
La entrevista al Pater Langer (encargado del casino y de las actividades de la tarde) fue cortada de tal forma que sólo decía... lo que no decía.
Se acusaba al colegio de vender estos refrescos que sólo dañaban la salud de los alumnos, que engordaban... y el único interés del colegio sería ganar dinero con el casino.
Evidentemente, todo falso. Si a ti te dicen, desde un comienzo cuál es la idea preconcebida de los "periodistas", qué es lo que quieren demostrar a toda costa, al menos te puedes defender, al menos el colegio y el casino hubiesen podido presentar sus argumentos, aclarar que no tienen fines de lucro, que su interés son los niños, ayudarlos y no ganar dinero a costa suya (los niños de este colegio provienen de sectores de gente más o menos humilde, como es Bonn Norte, Tannenbusch, Bornheim y barrios similares).
Pero no lo dijeron, entraron al colegio como un equipo de un canal al que no pertenecían, la primera mentira. Dijeron que filmarían acerca de un tema que no les interesaba, la segunda. La entrevista la cortaron de tal forma que terminó irreconocible, la tercera.
Y este es Monitor, un programa sensacionalista muy visto en Alemania. Pero que, hay que reconocerlo, tiene cierta fama bastante negativa. Al menos entre la gente con algo de mayor formación intelectual.
Lo triste es que hay mucha gente que ve Monitor y programas similares de corte sensacionalista y cree todo lo que dicen. Espíritu crítico: cero. Un programa de la televisión pública, esto es, pagado por todos quienes tienen un televisor en Alemania. Y, peor aún, los telespectadores nada de críticos expanden por el mundo o por la blogósfera (como vi que un blog español islamófobo hizo hace poco basándose en información de Monitor). Lamentable, queda mucho por hacer en el plano de la ética periodística.