(el espíritu de la colmena)
No hay más que un signo que testimonie
que se ha comprendido todo: llorar sin motivo.
(E. M. Cioran)
labores trascendentales
y ninguna de estas
es colmar con miel las grietas
de tus labios fugaces
contiene la jalea real
la simbólica esencia
libada hasta la saciedad
que no te mutará en reina
que no te ayudará a descifrar
la espiral de la danza ebria
el espanto ensimismado de la colmena
alimento y cultivo sin cosecha
del enjambre de la existencia
nadie sabe
nadie sabe en realidadque de las cuencas de tus ojos
no brotarán zumbando visiones
de mudas selvas de cera
ni pterodáctilos
del polvo y del polen regresan
cada tarde a anidar hieráticos
en los jardines botánicos
tu pecho en flor
jamás aún se ha diseminado
sobre los acantilados grisáceos
que el sol mancilló con sus manos
violentas tan solo la metáfora queda
obrera del signo celda
para mecer en primavera
tus dientes de leche
como llorar sin motivo
aparente.
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