Mostrando entradas con la etiqueta dylan thomas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta dylan thomas. Mostrar todas las entradas
martes, 30 de marzo de 2010
el último poema (17): dylan thomas y la pasión
El poeta galés Dylan Thomas (1914-1953) explica, en la introducción al guión cinematográfico de Veinte años creciendo, su particular teoría sobre el suicidio de Cristo:
Es el camino del Agonista, que por acogerse a una metáfora muy en boga en estos días de Semana Santa, en los cuales me ha tocado escribir este 'prólogo', podríamos también llamar el camino del Calvario, las discusiones vanales, porque es en este monte en el que, según John Done, Dios se suicidó, ya que la meta de ese recorrido era la intersección de dos líneas, el conflicto vivido entre el Espacio y el Tiempo. La crucifixión designa así doblemente (como suicidio y como objetivo) –esa cruz, esa intersección de dos líneas– el camino obligatorio para el único ser libre; es decir, aquel que quiere vivir, sabiendo lo que esto significa: quien escoge vivir no se distingue de 'el que quiere perecer' (Deleuze, 'La filosofía de Nietzsche'), y quien goza no es separable de quien se duele, ni del placer de la herida. Extraña derrota, extraño triunfo, 'derrota triunfante'. Ética del suicidio y del fracaso.
Unos años más tarde, a la edad de 39, el propio Thomas, predicando la 'ética del suicidio y del fracaso', imita al libérrimo Nazareno y se entrega voluntario a sus captores, a la destrucción. Resquebrajado, mágico histrión, telúrico, delincuente, maldito, exorbitado; tras una vida de pasión y caos, el borracho no ofrece resistencia a una ronda más –aun sabiendo que será la definitiva, que la pena es capital– y muere crucificado en el Apocalipsis etílico. Pura liturgua cristiana: comunión entre alcohol y muerte. Su última frase:
He tomado dieciocho whiskies seguidos, creo que es un buen récord.
Cae el hombre, cae el poeta, cae el Agonista; queda en pie, 'triunfante', el erótico Tanatorio de su palabra divina: templo donde ya la muerte no tendrá dominio.
Ahora a la vista y más bien desnudo me acostaría,
acostarme, acostarme y vivir
tan tranquilo como un hueso.
Etiquetas:
: : el último poema,
dylan thomas
lunes, 29 de marzo de 2010
el limón
Yo era el niño de aquel sueño, y me quedé muy quieto al saberme solo, al saber que aquella voz era la mía y que la oscuridad no era la muerte del sol, sino la luz oscura y encerrada entre las paredes de aquellos corredores sin ventanas. Saqué el brazo y se convirtió en un árbol.
(Dylan Thomas)
Etiquetas:
dylan thomas,
tom chambers
viernes, 5 de febrero de 2010
amor en el hospicio
Una extraña que anda mal de la cabeza ha venido
a compartir mi cuarto en esta casa,
una muchacha loca como los pájaros
traba la puerta de la noche con sus brazos, sus
plumas,
ceñida en la cama revuelta alucina con nubes
penetrantes.
Libre como los muertos
cabalga los océanos imaginarios del pabellón
de hombres.
Ha llegado posesa por los cielos.
Ella duerme en el canal estrecho,
desvaría a gusto
sobre las mesas del manicomio
adelgazadas por mis lágimas.
Y tomado por la luz de sus brazos, al fin,
mi Dios, al fin
puedo yo de verdad
soportar la primera visión que incendia las estrellas.
(Dylan Thomas)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)