No soy
estrella
ni monte
ni río
ni árbol
florido.
No tengo
alas.
Camino.
Nací de
mujer.
Soy,
ahora,
apenas la
sombra
de un
árbol que la dio.
Nunca
tuve la opción
de elegir
el color
de mi piel.
Soy la consecuencia
de una
ciega unión
llamada Amor.
Empeñada
en él
pasé mi
vida y, aún hoy,
está la herida
abierta y viva.
Siendo
tan disímiles
creo que tú
eres como yo.
Soy tu
imagen del espejo
y, sin
embargo, aún no sé
quién está
dentro de mí
pues existir es un caos:
una anarquía
de los sentidos.
Confundir
deseo con felicidad.
Buscar
nuestra dicha
donde
jamás se halla.
No
valorar lo que tenemos.
Creer que
somos imperfectos.
Alcalá de
Henares, 11 de marzo de 2022
Texto e
imágenes realizadas por Franziska
NOTA:
Escrito y
seguramente publicado en
Alcalá de Henares, 1 de enero de 2015