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lunes, 22 de enero de 2024

Elogio de la Aurora, pero con la ceniza al fondo

Estaba leyendo el segundo volumen del libro de Fray Lorenzo de Zamora, Monarquía mística de la Iglesia (no hay edición moderna; hicimos la del volumen 1, que acabó siendo un tocho tremendo) y me encontré un elogio de la aurora, tema de los más predilectos de mi corazón. Todo es a propósito de un pasaje sobre que también los reyes pasan, que traducido del hebreo es "como pasa la aurora". Pongo en negrita lo más potente:
Pasan los reyes como la mañana y en el hebreo sicut Aurora transit . Pasan los Reyes como el aurora. Qué divino jeroglífico de la vida de los reyes, qué hermosa sale la Aurora, qué le dicen de bellezas los poetas, qué de bendiciones le echan todos, qué le dan de parabienes. Las aves puestas en los pimpollos de nácar la saludan, los navíos disparan la artillería, las centinelas cansadas de los trabajos de la noche la saludan, los enfermos se alegran con su vista, los riscos que antes ponían pavor y miedo con sus resplandores parecen vestidos de oro matizado, las yerbas se atavían de colores, los campos se adornan, los árboles se hermosean, el oriente se ríe, el occidente con unas nubes delicadas libreadas de sus vislumbres se arrebola y se librea, todo se alegra, todo se regocija, pero en un momento pasa esta hermosura, dejando el mundo de un color y manera. Desta suerte son las vidas de los reyes. Al amanecer de un rey, al comenzar su señorío qué de bendiciones le dicen todos, qué gozo tan universal hay en sus estados, qué de bendiciones le echan, qué de regocijos, qué de fiestas se hacen, qué de nuevas esperanzas cobran todos, pero es gloria esta de un momento, en viniendo la noche de la muerte lo torna de un color todo, al rey iguala con el vasallo, al príncipe con el criado, al que pide por las puertas con el más poderoso de la tierra, al oficial con el potentado, todos están de un color, todos tienen una librea, todos se convierten en ceniza, todos se tornan polvo, tierra, basura, gusanos y desventura, allí los soldados con sus trofeos, allí los capitanes con sus triunfos, allí los papas con sus tiaras, los obispos con sus mitras, los jueces con sus varas, allí va todo, allí para allí fenece, allí tiene su periodo, allí las galas, los trajes, los vestidos, las telas, la soberbia, la hinchazón y locura de los hombres, todo tiene allí su paradero, su fin, su cláusula y remate. Sírvase el Señor que, pues el alma fue criada para el cielo, que depositado el cuerpo en la tierra, ella vuele a las bodas de su esposo, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina in saecula saeculorum (fol. 83).

lunes, 17 de diciembre de 2018

Un gozoso domingo Gaudete

A las 11, ya habíamos celebrado por qué es un día de alegría y ya habíamos desayunado muy alegremente y tenía ya la cama hecha y miré a ver si en Radio Clásica estaba ya Gran repertorio, antes del concierto, pero resultó que era el día de música de Navidad: actuaciones de una hora en directo desde distintos países (a veces fue música random que poner antes de Navidad). La suerte fue tener justo en ese momento uno desde Canadá donde pusieron realmente música de Navidad, de Charpentrier y contemporáneos, barroco francés que conozco poco, de tanto centrarme en Haendel, pero que sonaba de maravilla (y está aquí, qué suerte).
Cogí la autobiografía de Arthur Koestler y qué bien pasar la mañana así, mientras se caía el cielo en Compostela.
Y para colmo, puedo oír ahora los de horas más raras: este de villancicos del barroco portugués y este de Bach desde sankt Pölten.

jueves, 8 de noviembre de 2018

La Aurora con las llaves

He disfrutado una barbaridad de la parte del Libro de Alexandre que cuenta la Guerra de Troya, pero como pasada por el juego del teléfono: una delicia.

Aparece la Aurora, pero como ama que está preparando (aguisando) las llaves del Cielo y con Apolo quitando (tollié) a los caballos los dogales. Y qué suaves los cantos cuando son así, con tantas diéresis, mu-y-su-a-ves:
Ya iba aguisando don' Aurora sus claves,
tollié a los caballos don Febo los dogales.
Despertós' Alexandre al canto de las aves
que facién por los árboles cantos müy süaves.
Es la estrofa 298. La cito (aunque unificando bes y uves y ces y cetas), por la excelente edición de Juan Casas para la colección de la RAE.

martes, 16 de octubre de 2018

Doña Emilia sobre la Aurora

Un amigo me manda esta cita de Los pazos de Ulloa, novela de doña Emilia Pardo Bazán que me estaba apeteciendo a mí releer, inserto como estoy en la realidad socio-económico-cultural a la que llega sólo un poquito de la Aurora:
La aurora, que sólo tenía apoyado uno de sus rosados dedos en aquel rincón del orbe, se atrevió a alargar toda la manecita, y un resplandor alegre, puro, bañó las rocas pizarrosas, haciéndolas rebrillar cual bruñida plancha de acero, y entró en el cuarto del capellán, comiéndose la luz amarilla de los cirios.

martes, 20 de febrero de 2018

Rescatando del archivo

He estado revisando cosas que tenía guardadas de un artículo que se quedó en el cajón por 2008. Ahí tenía cosas sobre tradición clásica y poetas del Cono Sur y entre ellas datos que me dio en 2006, cuando le conocí, Enrique García-Máiquez, que entonces estaba trabajando en Oficio, su antología de Ibáñez Langlois. De él me copiaba este poema:
VITA BREVIS
La aurora todavía resplandece
sobre las lágrimas de tu Bautismo
cuando todo está oscuro y alguien viene
a hacerte el signo de la Extremaunción.
De este poema me olvidé, pero el hecho es que a finales de ese año 2006 recogía yo cosas de la Aurora en la poesía de Ibáñez Langlois. Y más adelante me dediqué a recoger cosas sobre la Aurora, así que Enrique, ya ves cómo me olvidé, aunque no fue en vano tu desvelo.

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[José Miguel Ibáñez Langlois, Poemas dogmáticos II, Editorial Universitaria, segunda edición, Santiago de Chile, 1995]

domingo, 17 de diciembre de 2017

Gran fiesta de la AA

La verdad es que la tengo un poco manga por hombro, a la AA me refiero (Amigos de la Aurora - podéis leer aquí todas las entradas, que son bastantes, dedicadas a ella), pero cuando llega este domingo, el Gaudete, el tercero de Adviento, me da mucha alegría. Hoy me he puesto con la americana azul aburrida (marca de la casa, vestuario sobrio) una corbata rosa que me trajeron los Reyes el año pasado, para ir a juego con la liturgia.

El otro día oía esta maravilla de Michael Praetorius que puede valer para hoy. Os pongo dos, esta que es más alegre primero:


y esta es otra versión con texto:


Wie schön leuchtet der Morgenstern [¡Qué bonita brilla la estrella de la mañana,
Voll Gnad und Wahrheit von dem Herrn, [llena de gracia y verdad del Señor,
Du süße Wurzel Jesse. [Tú, dulce raíz de Jesé,
Du Sohn Davids aus Jakobs Stamm, [Tú, hijo de David del linaje de Jacob,
Mein König und mein Bräutigam, [mi rey y mi esposo
Hast mir mein Herz besessen; [que has poseído mi corazón
Lieblich, freundlich, schon und herrlich, [amable, amigo, bello y señorial
Groß und ehrlich, [grande y noble,
Reich an Gaben, [rico en dones,
Hoch und sehr prächtig erhaben. [alto y espléndidamente elevado!]

miércoles, 11 de noviembre de 2015

La Aurora que ríe y la Aurora para llorar

Menelao, cuando a todos les da ganas de llorar por el recuerdo del Ulises perdido, les dice que no, que no es el banquete nocturno el momento de la tisteza. Mejor esperar a la Aurora para eso:
                                                                           la aurora
no se habrá de tardar; tiempo entonces será que lloremos
por aquellos que han muerto arrostrando su propio destino (4.194-6).
En cambio, san Juan de Ávila habla del amanacer como el momento en que la Aurora ríe, pero es que está hablando de la Resurrección:
No se descuida: Exurge, gloria mea; exurge psalterium et cithara; exurgam diluculo (Sal 56,9). En riyendo el alba, aquel alma bendita sale del paraíso al sepulcro; vístese de cuerpo al que comunicó su gloria, de brocado; sale ansí. Los ángeles revuelven la piedra; los guardas se espantan atónitos con gran temor e asombro (OC 3.224.16).

viernes, 16 de octubre de 2015

At the crack of Dawn

Ayer caí en la cuenta de esa expresión inglesa y, como premio, descubrí que justo lo estaba viendo al desayunar hoy, en concreto a las 8:40 (creo que somos la gente del mundo con la hora más tardía de aurora, otra lujo de Galicia):




Subí al piso de arriba, a ver cómo se desperezaba sobre el monte Pedroso, nuestro Sinaí:



Y luego, desde mi habitación la Avenida de Coimbra:

domingo, 15 de diciembre de 2013

Dante, Purgatorio canto 2

Celebro la fiesta grande de los Amigos de la Aurora (AA) con mi canto favorito de Dante (por ahora):

A pesar de las enfadosas referencias astronómicas al principio (por suerte breves), pronto entramos en un estado de alegría rebosante (aunque imperfecta, los personajes caerán en la cuenta al final), de descubrir que estamos en casa, salvados, aunque sea a la puerta y sucios.

Dante y Virgilio están al principio así también, primero desconcertados ("como gente que piensa sobre su camino, / que va con el corazón pero en cuerpo se demora": come gente che pensa a suo cammino, / che va col cuore e col corpo dimora) y luego alegres.

Y entonces aparece la Aurora, de mejillas blancas y rosadas (2.7). Su blanco cuesta decir cómo era (2.23 "un no sabía qué blanco": un non sapeva che bianco), que pronto es superado por otro blanco mayor (2.26), el de las alas de un ángel que las usa de velas (2.32 "no quiere remos, ni otras velas / que sus alas": sì che remo non vuol, né altro velo / che l’ali sue), que es un uccel divino (¿gorrión?) y va en un barco (2.41) y "parecía un santo con inscripción" (así lo entiendo yo, sin saber: pareva beato per iscripto).

Y en la barca trae a cien que se han salvado. Ahora, ya sí, el sol asaetea el día (2.55). Esas almas al principio están desconcertadas. Cuando ven (2.68-9) que Dante todavía respira se quedan muertas (maravigliando diventaro smorte). Se deben de pensar: ¿pero entonces esto es todavía el mundo? ¿No nos habremos salvado? Pero lo siguiente es ir a hablar con él, olvidadas de que tienen que hacer una larga subida hasta el cielo. Están tan contentas que lo que quieren es comentar la jugada (2.75 "olvidándose casi de ir a hacerse bellas": quasi oblïando d’ire a farsi belle).

También Dante ve a un conocido. Le quiere abrazar y tres veces no puede, porque es un cuerpo de humo (2.79-81 Crespo recuerda Virg. Aen. 6.700-702; yo recuerdo la Odisea 11.205-7, modelo de Virgilio. Pero mirad qué bonitos los versos de este:
Ter conatus ibi collo dare brachia circum,
ter frustra comprensa manus effugit imago,
par levibus ventis volucrique simillima somno.
tres veces allí intenté echar los brazos al cuello
tres veces en vano apretada de mis manos huyó la imagen
igual a los leves vientos y parecidísima al sueño volador)
A ese amigo al que Dante ha querido abrazar le pregunta que por qué ha muerto tan joven, que "cómo le han quitado tantas horas" de su vida, en un verso bien bonito (2.93): diss’io; "ma a te com’è tanta ora tolta?. Era un amigo que le había puesto música a algunos poemas suyos.

Todos se ponen bien contentos (2.112-121), pero no pueden pararse allí: el hecho es que están tiñosos (2.122). Cierra el canto un símil precioso: son como las palomas comiendo, olvidadas de "su habitual orgullo", que dejan de golpe la comida (2.129) "porque han sido asediados de un cuidado mayor": perch’assaliti son da maggior cura. Ante la aparición de un anciano que les reconviene, huyen todas hacia arriba.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

En los días de la Aurora

Del libro que hablaba ayer, esto también  (del antiguo Himnario p. 118 n. 27.2) en estos días de auroras rutilantes:

Aurora stellas iam tegit                                  La Aurora las estrellas ya las cubre
rubrum sustollens gurgitem,                           sobreponiéndoles un rojizo desbordamiento,
umectis namque flatibus                                con humedecidos alientos
terram baptizans roribus                                a la tierra lavando con sus rocíos.

Venga, va, pongo una foto que hice hace una semana, desde mi habitación:

lunes, 22 de julio de 2013

West sobre la Aurora

Hacía tiempo que no ponía cosas sobre la Aurora. Anoto ahora algo de lo que dice Martin L. West en  Indo-European Poetry and Myth (Oxford, 2007, 217-227):

Raíz *h2us/*h2eus que significa "brillo (rojo), llama" (cf. latín aurum, de *ausom) con el sufijo –ós- o alternativamente –ro-.
Diosa para ser admirada y celebrada en imágenes poéticas, más que propiciada e invocada en el culto religioso.

Imágenes comunes en védico y griego, por lo que remiten a una tradición especialmente antigua:
La Aurora nace cada día, y por lo tanto es cada día diferente. Pero no muere: es diosa, es decir, que es inmortal y no envejece.
-Da luz. Ve lejos (o quizá gracias a ella se ve lejos).
-Lo de rhododáctylos ('de dedos de rosa'). El color 'rosa' puede ser una innovación griega. Lo de los dedos está en otras tradiciones (védicas, lituanas). Brazos de rosa en Safo 58.19 (βροδόπαχυν Αὔων), brazos de oro en Baquílides 5.40 y en otras tradiciones (Aurora flava en Ovidio, Amores 1.13.2).
-Va con vestidos de luz, que brillan.
-En carro, con caballos blancos (Baquílides F 20c y 22: λεύκιππος y en Esquilo Persas 386, con potros blancos λευκόπωλος), como el sol.

En la Inglaterra anglosajona es Eostre (de ahí Easter, que da nombre a un mes y a la fiesta cristiana que la desplazó).

lunes, 11 de marzo de 2013

Aurora totus

Languidece mi Asociación de Amigos de la Aurora: me falta liderazgo, constancia y entusiasmo.

Pero ayer fue domingo Laetare y justo estos días estoy leyendo un libro de himnos latinos que compré hace poco*, donde me encontré esta estrofa al final de Splendor Paternae Gloriae de san Ambrosio, que es más de Adviento, pero lo mismo me vale, que tiene un emocionante Cristo-todo-Aurora:
Aurora cursus provehit,
Aurora totus prodeat,
in Patre totus Filius
et totus in Verbo Pater.

La Aurora sus carreras avanza:
Que Él, todo Aurora, aparezca,
en el Padre Hijo todo
y todo en el Verbo el Padre.
Miro en Google; hay traducciones contradictorias sobre el segundo verso. Me encuentro con este excelente comentario de 1582 de Michael Timotheus Gateensis que os traduzco:
Aquí se lleva de la mano de la Aurora sensible a la Aurora intelectual y espiritual, es decir, a Cristo. Es como si dijese: "como la aurora visible ahora acelera su curso y lo apresura hacia el nacimiento, así Cristo que nos visitó como Oriente desde lo alto por el misterio de la encarnación [nota marginal: Lucas 1], tras ser expulsada la noche del mundo, brillando como mística aurora, todo Él a nosotros por su bondad se nos acerque y manifieste, especialmente cuando ya hayamos trabajado los talentos que nos entregó. Y así está claro aquí que el Hijo de Dios está todo en el Padre, como Él mismo dice en el Evangelio de san Juan c. 14, y todo el Padre también en el Verbo, es decir, en el Hijo, porque es Dios verdadero por la inefable unión de las divinas Personas en una única sustancia.
Y Paralelos bíblicos de Cristo como Aurora / Y un muy buen comentario litúrgico

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*Christopher Husch, Peter T. Walsh, eds, One hundred Latin Hymns, Dumbarton Oaks Medieval Library, Harvard University Press, 2012. Muy recomendable, una edición admirablemente elegante y sobria, con texto latino, traducción inglesa y buenas notas breves.

jueves, 7 de febrero de 2013

Ayesta sobre auroras

Julián Ayesta, Cuentos, 154-5
Antes, cuando era niño, el mar era el mar, la noche era la noche, divertirse era divertirse. Ahora no. Ahora el mar es una manera de ver el mar, un momento de mar del que hay que tomar nota rápidamente, porque Rogelio, el protagonista de esa novela que medito, debe ver este mar cuando se encuentra la casa de ella ocupada por otro inquilino: pero el mar, todo el mar, el mar entero y grande, ¿dónde se ha ido? Claro que no es precisamente esto. Yo siento ahora más mar que de niño, es verdad. Pero entonces sólo sentía el mar, sin más ... ¡Oh, no acabo, no acabo de aclararlo! Es como si toda la belleza del mundo hubiera dejado de embellecer para mí porque me he convertido en técnico de bellezas. Yo sé mucho mejor que los demás cuántas cosas hermosas hay en la vida, pero no puedo gozarlas. Soy como un técnico de cine que sólo asistiese a sus propias películas, que no pudiese ver más que las suyas, porque fueran suyas todas. "Llegando a la aldea le sorprendió la aurora", decía en la última narración mía, y al escribirlo me llenaba de tristeza. A mí jamás me sorprendería la aurora. Todas las auroras serían ya para siempre una posibilidad literaria de aurora y antes de que la menor claridad apareciese en el cielo estaría yo en mi puesto de caza esperándolas.
Cf. Botas/ d'Ors.

domingo, 16 de diciembre de 2012

La conciencia en la cima

Una gradación ascendente en un sermón de Newman:
Él dio, Él puede quitar. Nos dio todo lo que tenemos: vida, salud, energía, razón, gozo, la luz de la conciencia; todo lo que de bueno y santo hay en nosotros; toda la fe que tenemos; toda voluntad renovada, todo el amor por Él; todo poder sobre nosotros mismos, toda perspectiva del cielo.
La cita está en los Sermones parroquiales vol. 5, 101-2 (las negritas, claro, son mías).

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Y muy feliz Domingo de la fiesta:
Deus, qui conspicis populum tuum
nativitatis dominicae festivitatem fideliter exspectare,
praesta, quaesumus,
ut valeamus ad tantae salutis gaudia pervenire,
et ea votis sollemnibus alacri semper laetitia celebrare.

[mi traducción muy literal]
Dios, que ves que tu pueblo
del nacimiento del Señor la fiesta fielmente espera,
da -te pedimos-
que podamos a tan grandes gozos de salvación llegar,
y con votos solemnes en alegre siempre alegría celebrarlos.

lunes, 16 de abril de 2012

Sábado en el MNAC 2

Pero justo enfrente, la Virgen de la Aurora del propio Zurbarán [en este enlace, a todo tamaño].
A su lado, dos ángeles con cartelas: Quae est ista / Aurora consurgens? ¿Quién es esta Aurora que se levanta?
Y rodeada de ángeles en torno a su cabeza, vestida de colores rosas/anarajados.


Hay dos figuras arrodilladas debajo, uno que le dice Monstra te esse matrem (del Ave, maris stellaMuéstrate como madre).


Y otra que le dice Mites fac et castos (Haznos humildes -mansos- y castos)


Y en medio, una luna traslúcida, que deja ver el muy hermoso paisaje del fondo. Y la tela rosa. Y esos ángeles-cabezas de escabel:

viernes, 21 de octubre de 2011

color rojo/rosa blanco brillante

Me encontré una erudita disquisición en un comentario a la Ilíada* sobre 'de dedos de rosa' (rhododáctylos), sobre cuál podría ser el color exacto de los dedos de la Aurora  (no, resulta que no es como lo del caballo blanco de Santiago).

Parece** que en Grecia había solo rosas rojas o rosas (el término leukórhodon -de rosa-blanca- aparece, pero muy tarde, en un glosario tardío***).
Pero Safo**** dice que la luna tiene 'dedos de rosa' ("which is [i. e. la luna] certainly not red or pink", dice Pulleyn*).
Y un paralelo latino: purpureus aparece aplicado a cosas tan blancas como un cisne o la nieve*****. Podría ser quizá que la palabra se refiera no tanto a un color específico como a la intensidad, al brillo******.
Lo mismo podría pasar con rhododáctylos, piensa Pulleyn: denotaría no tanto tono rojo como algo que fulge, que brilla.
____________
*Homer. Iliad I. Ed. with Introd., Trans. and Comm. by Simon Pulleyn, Oxford University Press, 2000, p. 243 (Il. 1.477).
**cf. West en su comentario a Hes. Op. 610.
*** Remite al comentario de A. S. Gow a Teócrito, Id. 5.93 y 20.16.
****Fr. 96.8 Page.
*****Hor. Carm. 4.1.10 y Ps. Virg. Eleg. in Maec. 1.62.
******Así Forndyce sobre Cat. 45.12.

Y voy y leo esto dos semanas después y no me convence nada.
Y volviendo a casa, un rato después, me acuerdo de esto de Góngora:

Purpúreas rosas sobre Galatea
la Alba entre lilios cándidos deshoja:
duda el Amor cuál más su color sea,
o púrpura nevada, o nieve roja.

martes, 18 de octubre de 2011

Pla, el práctico poético

De Pla:
¿Son ustedes aficionados a levantarse temprano? Yo no lo he sido jamás, pero comprendo que la salida del sol es uno de los momentos más sublimes del día. El sol, efectivamente, sale -cosa que parece imposible-, se producen las gotas de rocío y el aire es de una frescura y limpieza agradabilísimas. ¡Y qué gusto ver a la gente salir de casa tan temprano para ir a trabajar y para acometer todo lo que se presente, a condición de poder pagar al panadero! ¡Qué luces de ingenuidad hay en estas horas, y qué sensible es el hombre a sus gracias y embelesos! Y es entonces cuando aparece el cuco en sus medios vegetales y sombríos. Se regodea con la frescura del momento. Se complace en las espesuras donde la luz se duerme en la pereza.

[enviado a la AA por epuntoespaciogepuntoguiónemepunto]

miércoles, 8 de junio de 2011

La cosa

Chesterton me gusta más cuando lo citan o cuando lo reseñan que leerlo seguido.
De todos modos, cada libro que leo de él es como un reconstituyente.
De este, La cosa y otros artículos de fe (traducción de Enrique García-Máiquez y Aurora Rice, Renacimiento, Sevilla, 2010) me apunté esto:
[A propósito de los profetas que anunciaban el advenimiento del progreso en un futuro próximo]: Lo importante es que, si existe algo estable, que no sea susceptible de darse la vuelta [como ese progreso que parecía lineal y resultó boomerang], no es lo que ellos imaginan. No habita en el futuro, ni necesariamente en el desarrollo de ideas propias del presente; no estamos en el comienzo de un amanecer sin fin, sino sólo de los amaneceres diarios de siempre, seguido cada uno de su propia oscuridad; y la fe, como dijo Belloc, «es el único faro de la noche, si es que hay algún faro» (p. 85).
La pinta humorística de los niños es quizá el más precioso de los vínculos que mantiene el universo unido. Su sobrecogedora dignidad es más emocionante que cualquier humildad; su solemnidad nos da más esperanza por todas las cosas que un millón de carnavales de optimismo; sus ojos enormes y lustrosos se diría que sostienen a todas las estrellas atónitas; su fascinante ausencia de nariz nos ofrece el más perfecto atisbo de humor que nos espera en el reino de los cielos («Una defensa de la adoración por los niños» p. 166.).

sábado, 28 de mayo de 2011

Despertaré a la Aurora

Voy a ejercer de cantamañanas con el salmo de ayer (57, 8; una variación bonita en el salmo 119, 147):
¡gloria mía, despierta!, ¡despertad, arpa y cítara!, ¡a la aurora he de despertar!
Cuadra bien este poema de Aquilino Duque (de Aire de Roma andaluza, 1979, creo que está en la antología suya que ha hecho Abel Feu)
RENOVACIÓN
Si dices la verdad no la repitas.
Sólo el que miente insiste.
Hay que cantar siempre algo nuevo,
nacer un poco cada día.
No permitas que el tiempo te aprisione
en su círculo mágico. Cada aurora es distinta,
y lo que anoche se te derrumbaba
se yergue con el alba más triunfante que nunca.
El hombre sólo es libre cuando mira adelante.
Solamente es feliz quien se inventa el destino.
En la rueda del año, para algunos monótona,
todo revive y se renueva:
el hijo, el libro, el árbol,
y esta bendita lluvia mientras arde
el fuego del hogar
y arma su gran guiñol la fantasía.