El crumble, originario de la cocina inglesa, es un pastel a base de frutas con una cobertura crujiente que es lo que da nombre a este pastel.

De hecho en inglés crumble significa "migaja" lo cual hace perfecta alusión a la textura que tiene la cobertura a base de mantequilla, harina y azúcar. Se suele servir templado y acompañado de natillas o helado para realzar el contraste frío-caliente.

Como aperitivo o entrante de una comida son deliciosos si os gusta el contraste dulce-salado. Los descubrí un día por casualidad innovando recetas para usar la masa philo y ya los hemos hecho varias veces.

INGREDIENTES (4 uds)

Una vez que tengamos hecha la cebolla caramelizada, le añadimos encima los taquitos de bacon (si son muy grandes los partiremos en trocitos más pequeños) y  a continuación los piñones. Dejamos que se haga todo junto unos minutos, poco tiempo ya que el bacon enseguida se hace y los piñones podrían quemarse. Dejamos templar un poco este relleno.

Mientras, encendemos el horno a 180º fuego arriba y abajo y vamos preparando las láminas de masa philo. Igual es más complicado explicarlo que hacerlo pero voy a intentar que se entienda lo mejor posible.

Para cada lámina de masa haremos lo siguiente: la doblamos por la mitad (si son muy grandes volvemos a doblar de manera que nos quede un rectángulo bastante alargado). 

En un extremo ponemos una cucharada generosa del relleno y vamos plegando la masa sobre si misma haciendo la forma de un pañuelo o servilleta. El relleno quedará envuelto en bastantes capas de masa que son las vueltas que habremos ido dando.

Llevamos al horno 8-10 minutos vigilando porque se queman enseguida y al sacar pincelamos con unas gotas de aceite para dar brillo.

Esta es la tarta que le preparé a mi sobrino Adrián por su 4º cumpleaños. Cuando le pregunté que quería que regalara, me contestó:  "la tarta del Bilbao". Pues dicho y hecho, no iba su tía a dejarlo con el capricho!  

Llevaba mucho tiempo detrás de las fresas deshidratadas, no sé muy bien por qué pero supongo que las vería en alguna receta (no esta), la cuestión es que se me ocurrió que en unas cookies tenían que estar muy buenas, y cuando se me mete algo en la cabeza hasta que no lo encuentro... y me ha costado encontrarlas, vaya si me ha costado.. y me han gustado las cookies, vaya si me han gustado!!! las recomiendo totalmente, si conseguis encontrar las fresas. Yo al final dí con ellas en una tienda de especias en la que tienen todo tipo de productos de herboristería difíciles de encontrar en cualquier tienda. 

Estreno mi libro 365 recetas para pasteles y galletas con esta receta modificándola ligeramente, pues la original lleva chocolate negro y nueces en lugar de sus respectivos, y sin las fresas.

INGREDIENTES  (32 cookies)

Precalentamos el horno a 180º.

En un cazo calentamos la mantequilla con la miel a fuego lento hasta que se disuelva. Retiramos y dejamos enfriar. 

En bol grande ponemos la harina, el bicarbontao, los dos tipos de azúcar y mezclamos con una cuchara. 

Añadimos la mezcla de mantequilla, el huevo ligeramente batido, las avelllanas, el chocolate blanco y las fresas deshidratadas cortadas a trocitos pequeños. Mezclamos bien hasta integrar bien todos los ingredientes. Tendremos que hacerlo con las manos ya que quedará como una pasta.

Vamos cogiendo bolitas del tamaño de una nuez (30 gr. aprox.), las ponemos sobre una bandeja de horno forrada con papel de hornear y aplastamos. 

Llevamos al horno 12-14 minutos o hasta que se vean doradas. Sacamos la bandeja, las dejamos enfriar en ella unos minutos y a continuación con una espátula las retiramos y dejamos enfriar sobre una rejilla.

Con esta receta participo en el I Concurso de Galletas organizado por Maleka, de La luna en dulce.

Desde que ví esta receta a Amparo ya la he hecho unas cuantas veces para merendar, está riquísimo!! nunca había probado a echarle yogur al batido de fresas, siempre lo hacía con leche y la diferencia es notable, la cremosidad y el saborcito tan suave que tiene marca la diferencia, asi que ahora que estamos en plena temporada de fresas hay que aprovechar.

INGREDIENTES

PREPARACIÓN

Lavamos las fresas, les quitamos el rabito y partimos en cuartos. Las echamos en el vaso de la batidora junto con el resto de ingredientes y batimos bien hasta obtener una crema. Pasamos por un colador para que quede más fina y así eliminar las semillitas de las fresas, y listo para servir!

O lo que es lo mismo, Tarta de Queso y Plátano. El otro día hice un bizcocho de plátano y estaba realmente exquisito, asique con lo que me gustan las tartas de queso no podía dejar de hacer esta tarta que ví el otro día en el blog Pasen y Degusten, una maravilla de cocina donde podéis encontrar de todo. 

Yo como siempre, he hecho la mitad de las cantidades para que saliera una tarta más pequeñita, en concreto para un molde de 20 cm. de diámetro. La cubierta, una delicia..

Para la Base:

Para el Relleno:

Para la Cobertura:

Comenzamos preparando el horno ya que la tarta se cocerá al baño maría. Lo precalentamos a 180º fuego abajo. Ponemos la bandeja en la parte inferior y llenamos con dos dedos de agua, de manera que al poner la tarta el agua le llegue a la mitad.

Para la base de galletas, en un robot de cocina las trituramos hasta pulverizar y mezclamos en un bol con la mantequilla derretida unos segundos al microondas. Forramos la base de un molde desmontable presionando bien.

Un truqui que yo hago para desmoldar este tipo de tartas es poner un trozo de papel film en la base del molde, ajustar el aro desmoldable y sobre el film presionar las galletas, de esta manera no se quedará la tarta directamente sobre el molde sino que se puede retirar y despegar bien del film.

Para el relleno, comenzamos machacando los plátanos con un tenedor hasta hacer puré. Rociamos con el zumo de limón y reservamos.

En un bol batimos con las varillas el queso con el azúcar, y vamos añadiendo los huevos de uno en uno (hasta que no esté completamente integrado no ponemos el siguiente). Añadimos el puré de plátano y la vainilla, batimos unos segundos y volcamos la mezcla sobre la base de galletas que teníamos preparada.

Forramos exteriormente el molde con papel film, y luego con papel albal, esto es para asegurarnos que no se filtre nada de agua ya que al ser un molde desmoldable no sería la primera vez que ocurre, yo ya me he llevado algún susto asique no digo más.

Con cuidado de no quemarnos introducimos en el medio de la bandeja con agua que teníamos en el horno y dejarmos hacerse 1 hora. 

Sacamos y dejamos enfriar sobre rejilla. Cuando esté fría desmoldamos y guardamos en el frigorífico. Es preferible hacerla de un día para otro para que le de tiempo a coger consistencia y enfriarse. Cubrimos con la salsa de toffee unas horas antes de servir.

También aprovecho la ocasión para deciros que La Cocina de Pandora está de sorteo por sus 25.000 visitas! y lo celebra con unos regalitos muy chulos, si queréis participar pinchad aquí.

Esta salsa es deliciosa incluso a cucharadas, me recuerda a los típicos caramelos Werther´s Original. Puede servir tanto para adornar platos de postres, rociar algún helado, cubrir tartas de queso... y lo que se nos ocurra.

En un cazo ponemos el azúcar y el agua y cocemos a fuego medio sin remover hasta obtener un almíbar.

Mientras, derretimos la mantequilla en el microondas  a una pontecia baja para que no se nos queme, y la añadimos sobre el almibar. Añadimos la lecitina que ayudará a emulsionar y a que después no se separen las grasas, y finalmente ponemos la nata. Cocemos a fuego lento durante 10-15 minutos aproximadamente y removiendo de vez en cuando, hasta que la textura sea de caramelo. No debe quedar demasiado espeso, ya que al enfriar cogerá más cuerpo.

Para cubrir una tarta es mejor ponerlo recién hecho ya que al enfriar es más dificil de extender. 

Se puede servir el toffee caliente o una vez frío, y reservar el que sobre para otra elaboración en un recipiente hermético. Con estas cantidades sale más bien poco pero podemos hacer el doblre y tenerlo siempre mano para la elaboración de cualquier postre.