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lunes, 17 de mayo de 2021

AYÚDAME3D, Helpi y la aventura de ayudar

Recientemente hemos conocido a Helpi, la mascota de la ONG AYÚDAME3D, y nos ha parecido una pasada la labor de este entidad a la que representa. Todo fue por un sorteo de Instagram que ¡ganamos! Ole, que suerte.

No tardamos mucho en recibir una caja enorme que no pesaba nada. ¿Magia? No, impresiones en 3D. ¡El premio! La abrimos y no tardamos en sentirnos como el día de Reyes: Helpis de diferente tamaño con brazos articulados, un picachu monísimo, personajes de among us con sorpresa, sujetamóviles, llaveros molones, una sudadera, un cuento, un lapicero, un recipiente, piezas para llevar las mascarillas más cómodamente... ¡Qué de cositas chulas!

Los peques enseguida se adueñaron de sus tesoros. Y ¡milagro, milagro! no hubo peleas ni disputas. Se lo repartieron de una forma dialogante y civilizada. Alucinante. Aunque sin tener en cuenta a sus papis, ya que nos dejaron los sujetamóviles y poco más.

Además, Daniel encontró una formas muy creativa de usar el portalápices. Le puso una vela led dentro y lo usa como lamparita de adorno en su estantería. ha quedado muy chula.

Cuando cada helpie, y figuras varias, fueron colocados en el lugar que ya será su hogar de aquí en adelante, nos sentamos a leer el cuento de Helpi y la aventura de ayuda, en la que nos cuentan la historia de este personaje tan mono y de cómo se dio cuenta de que "ayudar es demasiado fácil como para no hacerlo".

Nos encantó su historia plasmada de una forma preciosa en este cuento solidario.

AYÚDAME3D es una entidad social que se centra en crear conciencia social, fomentar los valores sociales de las nuevas tecnologías y ayudar a través de la impresión 3D, sobre todo con la fabricación de brazos mecánicos (impresos en 3D) para personas amputadas que no pueden costearse uno y de materiales de protección contra el coronavirus.

Menuda labor más necesaria realizan desde esta entidad ayudando a los más desfavorecidos con las nuevas tecnologías por bandera. 

Nos ha encantado conocerles y aprender sobre ellos. Los helpies ya son parte de nuestra familia.

miércoles, 22 de enero de 2020

I Maratón de Juegos Doganzo

Este domingo nos dimos el salto a Daganzo para asistir a unas jornadas chulísimas, el I Maratón de Juegos Doganzo. La finalidad era solidaria, pero no cobraban entrada fija, el sistema me pareció más chulo y original. Pagabas un euro por persona con cada partida, por lo que sólo pagabas por lo que jugaras, y cada partida daba derecho a cada uno a una tirada en la torre de dados.

Cada hora se hacía un sorteo de un pack de juegos y juguetes que ganaba el que hubiera hecho la tirada más alta durante ese tiempo. El suertudo de Iván ganó dos packs, no nos lo podíamos ni creer.

Y de todo lo que se llevó lo que más ha triunfado ha sido un conejito muy mono que enseña los dientes si aprietas un mecanismo que tiene en la cabeza. Estos dos son tremendos.

Pero el caso es que nosotros habíamos ido allí a jugar y ayudar a los animales en situación de riesgo. Lo pasamos de maravilla gracias a los voluntarios de allí, entre los que estaban Jugando por ellos, que de juegos y causas solidarias saben un rato.

También se pasó la Legión 501, que se ve que no se pierden ni un evento friki solidario. ¡Ole por ellos y la gran labor que hacen!

Eran majísimos y los peques alucinaban. No se dejaron ni una mesa por visitar, comentando esto o lo otro, tirando dados, chocando manos y...claro, haciéndose muchas muchísimas fotos.

También encontramos una mesa para jugar al rol, dirigida por Alfredo, de Rol gratis. ¡No conocéis rol gratis! pues si os gusta este tipo de juegos ya estás tardando porque en su web ofrecen un montonazo de aventuras y juegos gratuitos y de libre distribución.

Participar en esta mesa también era gratis y el máster se adaptada a cualquier situación: con niños, sólo adultos, duración que les venía mejor a los jugadores... ¡vaya crack! Nosotros no nos sentamos porque los peques estaban cegados con los juegos de mesa.

Querían coger éste y éste y el otro y el de más allá. Al final el padre salió medio tristón porque no había podido echar una partida a un juego "más serio". Pero no nos engañaba, que sabemos que se lo pasó tan bien como el que más con los juegos que fueron desfilando por nuestra mesa.

El primero lo eligió Daniel, que ya estoy viendo que tiene debilidad por los que tratan sobre comida e incluyen cartas con dibujos Kawaiis. Se llama Catchup & Mousetard: Fast Food Battle! y nos lo hizo pasar muy bien elaborando menús que nos dieran puntos y más puntos.

Maldecía mi mala suerte millones de veces cada vez que sacaba un maldito pan de perrito, la carne o los inservibles condimentos, ya que si no hacías el combo principal no podías usarlos para nada. En cambio Daniel no había más que sacar perritos calientes de todo tipo con condimento y salsas, hamburguesas deliciosas y jugositas, ¡incluso patatas con extra de salsa! Que injusticia.

Es juego es para un mínimo de dos jugadores un máximo de cuatro y recomendado a mayores de 8 años, aunque yo creo que menores también pueden porque la mecánica es muy sencilla y encima incluye un modo junior más fácil todavía. Nosotros jugamos al normal y no nos pareció nada difícil. Sólo tiene que saber sumar porque el menú con las instrucciones para preparar los platos está lleno de imágenes.



Cuando volvimos a por otro juego, Iván se encaprichó del Tragabolas de toda la vida e ignoró la expresión de su padre de "¡¡¡¿¿¿Me estás tomando el pelo???!!!". Nos fuimos con los míticos hipopótamos a la mesa y el ceño de Raúl esculpido en piedra. Pero luego tuvo que admitir que se lo pasó muy bien volviendo a su infancia por un rato y dando mamporros sin piedad a la palanca para comerse el máximo número de bolas posible. Sólo se nos oía a nosotros en toda la sala. Lo dejamos porque nos daba miedo:

a) Cargarnos el juego con tanto ímpetu.
b) Perder alguna de las bolas que salían volando.

Es de dos a cuatro jugadores y está recomendado para niños a partir de cuatro años, aunque yo creo que desde que controlan los mamporros ya pueden darle a la palanca que activa los hipopótamos.



Raúl se las prometía muy felices con el siguiente juego, pero su gozo se quedó en un pozo cuando sus hijos señalaron todo sonrisas a La cucaracha, un divertidísimo y escacharrante juego en el que tienes que ir cerrando o abriendo paso a una nanocucaracha que va a pilas para que caiga en tu trampa y no en la de tus compañeros de juego.

Cuidado que hay que seguir las instrucciones del dado que te dirá si puedes mover un cuchillo, un tenedor, una cuchara o lo que tú quieras. Hay que ser muy rápido para que no se lleve otro el punto. Es de dos a cuatro jugadores y recomendado a partir de 6 años. Pero también creo que pueden jugar menores dependiendo de la rapidez y habilidad de los niños.



El siguiente juego también era de cartas monas, como el primero, pero en vez de comida, de gatitos y perritos, que también triunfan entre mis niños. Es el Miau Guau Galletas, que consiste en robar galletas en quince pasos echando cartas en una pila delante de cada jugador.

El que logre sumar quince puntos entre las cartas superiores de todas las pilas se lleva una galleta, si te pasas te llevas una amonestación y se pueden usar cartas especiales. Muy entretenido. Es de 2 a 6 jugadores y recomendado a partir de los 6 años, supongo que porque tienen que saber sumar.



Íbamos a coger un juego que nos habían recomendado cuando una madre nos preguntó si ella y su hijo podían jugar con nosotros. ¡Pues claro! Así es más divertido. Como el que nos habían recomendado era para cuatro jugadores, cogimos King of Tokyo, que es de dos a seis jugadores y siempre triunfa.

Lo pasamos muy bien intentando conquistar Tokio, sumando puntos de victoria y curtiendo sin parar. Aunque Daniel, como siempre que juega a este juego iba en plan pacífico y a amarrar cartas con efectos especiales (parece increíble, pero es así. Con los burro que es para unas cosas y mira). Yo como siempre, iba en plan Kamikaze a conseguir puntos de victoria a saco y palmé de las primeras. En fin, que me quiten lo jugado. Lo recomiendan para mayores de 8 años, pero los míos llevan jugando con él desde hace muchos años. eso sí, cuando eran más pequeños jugábamos sin el tema de las cartas, con lo que los rayitos y los cubitos verdes no servían para nada.



Tras la cruenta batalla de monstruos en Tokio, decidimos sacar el juego que nos habían recomendado: Kiwis Voladores, que hizo que soltáramos muchas carcajadas y juramentos. No era nada fácil controlar a los kiwis para que cayeran donde queríamos. Jugamos muchas partidas intentando que alguien ganara al menos una formando un cuadrado con sus kiwis. Estuvimos cerca varias veces, pero no lo conseguimos. Al final Iván nos convenció para que jugáramos una variante que se había inventado que consistía en que cada uno teníamos cuatro espacios que formaban un cuadrado y el tema era ir eliminando rivales ocupando sus cuatro cuadrados con kiwis de colores enemigos.



Y ese fue el último juego que cogimos porque ya se hacía tarde y al día siguiente había colegio. Nos lo pasamos genial y esperamos que se haya ayudado a muchos perritos y gatos con la recaudación de las jornadas. ¡Ah! Y que haya una segunda edición.






lunes, 16 de diciembre de 2019

Si ya no lo necesitas, dónalo

¿Ya estás haciendo hueco para todo eso que te van a traer los Reyes Magos y Papa Noel? Seguro que tienes bolsas llenas de ropa, libros, juguetes... De todo lo que ya no usas y no hace más que ocuparte un espacio que vale su peso en oro. Lo cierto es que con la vida que vivimos y la sociedad consumista que nos rodea, es más que posible que el 70% de todas esas cosas estén en estupendo estado.

Incluso alguna con la etiqueta puesta (confiesa, confiesa, que nos ha pasado a todos). Esa ropita que se coló al fondo del armario y se le ha quedado pequeña al bebé sin darle tiempo a estrenarla, ese juguete que le entretuvo lo justo para sacarlo de la caja y casi volverlo a meter, esa falda que te compraste pensado que te motivaría para perder esos dos kilillos que te sobran... ¿Y ahora qué? porque no vas a dejar que se pudran en el punto limpio. Diosss, sería un sacrilegio y sólo recibirías carbón, ¡tenlo por seguro! Además de toda esa ropa que te has puesto tan poco, esos juguetes que están tan cuidados que parecen nuevos, los libros que ya no leéis, etcétera...

Pues te voy a contar la pedazo de idea que han tenido los de Tablondeanuncios.com para facilitarnos la vida y que esas cosas seminuevas o en buen estado lleguen a quienes las necesitan y tengan una segunda vida. Es un servicio de Donaciones y que consiste básicamente en hacer llegar las donaciones a las ONGs que el usuario elija de una forma fácil y eficiente.

Ahora te explico cómo. Sólo tienes que rellenar un formulario con las productos que quieras donar y la ONG a las que los quieres hacer llegar. Por otro lado, ellos tienen un listado de ONG's que a su vez también han cumplimentado un formulario con lo que necesitan. Una organización perfecta para ayudar a los demás, fomentar el consumo responsable, la economía circular y la reutilización de productos, como bien explican ellos en su web.

Además, contribuyen a cuidar el medio ambiente porque evitan miles de toneladas de residuos y de CO2. Es un proyecto solidario maravilloso. ¡Ah! Y funciona todo el año. No sólo en Navidad.

Lo que pasa es que Navidad es una época especial en la que las personas somos más propensas a ayudar a los demás. No sé por qué. Debe ser cosa del ambiente, el espíritu navideño o que el azúcar de los turrones y polvorones nos endulza el carácter, pero el caso es que nos acercamos más a la idea de vivir en comunidad que el resto del año, que solemos mirarnos más el ombligo. ¡No todo el mundo! Pero sí en general. Por favor, no te olvides de éste servicio de donaciones cuando hayas saboreado el último mazapán. 

Las donaciones se necesitan durante todo el año: Muebles, ropa, juguetes, libros, alimentos, cosas para el bebé... Cada vez que hagas una limpieza en tu casa haz dos montones: lo que ya no sirve, por la razón que sea, y lo que está en buen estado y que otros pueden aprovechar. Acuérdate y dónalo. A veces ayudar es tan fácil que lo inexplicable es no hacerlo.

viernes, 14 de diciembre de 2018

Esta Navidad adopta una especie amenazada

Tiempo de paz, tiempo de amor y tiempo de ayudar a los demás; animales incluídos. Al fin y al cabo es por culpa de la humanidad que muchos de ellos estén desapareciendo. Nuestro egoísmo, egolatría e inconsciencia nos nos deja ver más allá de nuestras narices. El amor al placer inmediato y a nuestro confort, sin mirar más allá, se está cobrando un alto precio, aunque no queramos verlo. Pero no me voy a enrollar más con mi opinión sobre las barbaridades medioambientales que estamos ocasionando y que se podrían evitar con pequeños gestos porque no es ese el objetivo de este post. El objetivo es sumarme a la campaña de Navidad de WWF España, que nos han propuesto a través de Madresfera.Poner mi granito de arena para contribuir a la protección del lince, el lobo ibérico y el oso panda; animales que hoy vemos en los zoo con ojitos tiernos y que en un futuro no muy lejano podrían existir sólo en los libros.

En esta época del año los buenos sentimientos, la solidaridad y el amor por lo que nos rodea reflota y parece crecer. Una forma de hacer que nuestras personas más cercanas se sientan queridas es a través de un regalo. En realidad, la idea es buscar un detalle personal que se note que hemos adquirido o hecho pensando en esa persona, para que cuando lo abra se sienta especial. Esto ha derivado a locuras consumistas sin sentido y muchas veces frías e impersonales. Aaay esas listas kilométricas "tengo que regalar a tantas personas que con el trabajo que tengo por estas fiestas me es imposible buscar con ilusión los regalos perfectos, ¡Hala! Bufandas para todos", o algo así. Al menos pensarán en nosotros cuando noten el cuello calentito.

Pues ahora existen opciones que en vez de calentar el cuerpo, calientan el corazón, que es mucho más bonito. Son los regalos solidarios. Hay muchísimos, con todo tipo de objetivos nobles y a la medida de todos los bolsillos. Yo voy a hablar sobre cómo puedes adoptar un lince, un panda o un lobo ibérico y regalar conciencia medioambiental y amor y respeto por los animales a tus allegados en unas fiestas en las que la sensibilidad social se magnifica.

¿Te gusta la idea? Pues es muy fácil ponerla en práctica. Sólo tenemos que entrar esta página, escoger una de las tres especies, rellenar el formulario y hacer una donación de 39 euros (envío incluído). El dinero irá a financiar proyectos orientados a su conservación. Simbólicamente recibiremos en casa un peluche del animal e información sobre el hábitat del animal y las amenazas a su supervivencia, que nos van a venir de lujo para educar la conciencia social y valores de los peques.

Lince en Faunia
Aviso, para recibir el material antes de fin de año hoy es el último día para hacer la donación. Luego se pueden hacer pero ya no aseguran que lleguen antes del 31 de diciembre. Yo ya he hecho la mía. Como siempre me quedo con las ganas de contribuir más, pero que levante la mano a quien le sobre el dinero.

¡Ah! Y desgrava en Hacienda. Que todo hay que decirlo.

lunes, 21 de mayo de 2018

Uno entre cien mil, la lucha contra la leucemia infantil

En este país seguimos suspendiendo en una materia muy importante, la ayuda a la investigación. También en la de Educación, pero voy a centrarme en la salud porque de eso va este post, de lograr reducir la mortalidad por leucemia investigando sobre su cura. Hace poco he conocido, Uno Entre Cien Mil, una ONG cuyo objetivo es lograr que de cada diez niños afectados por esta enfermedad se curen diez. Para conseguirlo han puesto en marcha un proyecto muy original para dotar a nuestras celebraciones de un espíritu solidario que salva vidas.

En su página web nos explican cómo hacerlo posible encargándoles las invitaciones de nuestras bodas, comuniones, cumpleaños... o recuerdos maravillosos como marcapáginas o dorsales. Incluso ofertan un diploma a la solidaridad.

Su fundador, José Carnero,  cuenta en la web que sintió la necesidad de hacer algo cuando la enfermedad le tocó de cerca al diagnosticarle a su hijo de tres años leucemia linfoblástica aguda. Resulta que se dan sólo tres casos cada cien mil niños y le dieron un 80% de posibilidades de que la superara. Así fue como comenzó a pensar que el caso de su peque era uno entre cien mil y comenzó a escribir un blog para dar visibilidad a esta enfermedad y la necesidad de invertir en su investigación desde una visión positiva. Poco a poco su pequeño paso se convirtió en algo mucho más grande, una ONG que invierte todos los beneficios de sus actividades en un proyecto anual de investigación contra la Leucemia infantil.

Pero esta no es la única forma de participar en su gran proyecto. Hay muchas opciones. Desde mandar un mensaje al 28014 con la palabra UNO,  a hacerte socio o voluntario, hacer una donación puntual... Hasta adquirir los productos de su tienda (camisetas, dorsales, botellas de vino, bolsas de tela...). Se nota que son muy proactivos. El fin que persiguen merece la pena tanto esfuerzo. Ojalá llegue el día que se gane la batalla a esta enfermedad en todos los casos.


viernes, 2 de marzo de 2018

Un gin con... ¿Y de verdad tienes tres?: Familias diversas

No importaba cuantos malabares tenía que hacer para lograr estar a las siete de la tarde en el Club de las malasmadres para el Gin con MOM, pero tenía que ver a Vanesa, de ¿Y de verdad tienes tres? y escucharla hablar delante de un auditorio embelesado y con la piel de gallina. Su charla sobre familias diversas y niños con discapacidad nos hizo llorar desde el minuto uno. No es para menos. A pesar del optimismo que desprende por cada poro y su forma desenfadada de contarnos las situaciones más traumáticas, incluso hacernos reír en ciertos momentos, el mensaje que transmite es aterrador.

Esos niños y esas familias necesitan un apoyo y una ayuda que es muy difícil de encontrar en España. Necesitan una comprensión y un acompañamiento que muy pocas personas pueden brindarles. Y, sobre todo, hay que dar visibilidad a estas personas porque existen y necesitan soluciones.

Vanesa sufrió un calvario que le superó, le llevó al fondo del hoyo y le hizo más fuerte para salir de él y luchar por su familia. Una familia que protagoniza su primogénito, con un cuadro complicadísimo de discapacidades de todo tipo y que ilumina la casa cada vez que sonríe, pero que arrastra a la familia a la desesperación con cada crisis o conducta disfuncional extrema. Ella nos cuenta cómo se dio cuenta de la fortaleza que tenemos los seres humanos y asegura que su hijo mayor le ha hecho mejor persona.

Nuestra Vane es una persona alegre, luchadora, ganadora de merecidísimos premios, con muchas ganas de divertirse y de reírse... Pero también es una madre con ojeras, muchas horas de insomnio impuesto, muchos conflictos emocionales a sus espaldas, bastión de una familia complicada, que llora y que se desespera. Que disfruta y sufre a sus tres hijos a partes iguales.

Para tratar de intentar comprender a los niños afectados de enfermedades raras o discapacidad psíquica hay que tener una sensibilidad especial. La que tiene su hija mediana, que se lleva tan sólo quince meses con el mayor y que es capaz de manejar de forma natural y relajada a niños con problemas de adaptación por sus circunstancias. Sensibilidad que no parece haber heredado el más pequeño, un terremotillo que pone la casa patas arriba, pero que también aporta alegría al conjunto.

En su opinión, la inclusión empieza en casa con la educación que damos a nuestros peques, normalmente a través de cuentos. Si normalizamos estas situaciones luego los niños sabrán qué hacer cuando se encuentren personas discapacitadas en su vida. Es la mejor forma de construir un mundo que favorece la integración. Ahora mismo, Vanesa opina que la inclusión en España no existe, ni en los colegios ni en ningún otro ámbito. Es una asignatura que sigue pendiente y por la que vale la pena trabajar duro.

Esta mujer admirable nos habló de cómo aparece la duda en nuestras vidas: "A este niño le pasa algo", luego viene el peregrinaje de médicos, enfermeros, pruebas, hospitales, esperas... y aún así nos sumimos en la negación hasta que ya no puedes seguir ignorando la situación. Algo hace que tu cerebro conecte puertos y sí, llega el momento de asumir la realidad y buscar respuestas, ayuda, apoyos... Un camino lleno de espinas, porque en España no es fácil tener un hijo con discapacidad. Las ayudas y atención son muy deficientes.

Las madres de niños con discapacidad no son superheroínas. Y sus hijos no son ni una carga ni un regalo. Estas situaciones son muy duras y los padres necesitan todo el apoyo y ayuda que puedan recibir. Cuando estos peques sonríen o hacen un pequeño avance es como si se hubiera acabado el hambre en el mundo. Así se siente y así se celebra.

Estos peques necesitan muchísima atención y eso se suele traducir en que sus hermanos pasan a un segundo plano ,aunque se les quiera igual de infinito. Entonces aparece el sentimiento de culpa que viene a hacer aún más explosivo el cóctel de cansancio y agotamiento. "Tenemos que asumir nuestro nuevo rol, darle la mejor calidad de vida a los hijos y llegar a todo en un país que te pone muchas trabas cuando tienes un hijo con discapacidad se vive con mucho estrés y ansiedad", asegura Vanesa entre malas madres que no pierden ni una coma de sus palabras.

Fue una jornada muy especial y emotiva. Todo un lujo escuchar a Vanesa y coincidir con maravillosas malas madres como La sonrisa despeinada, Paraíso Kids, La Guinda de Limón, Mi pollito dice pío, Pequeña hormiguita, Miren, Madres estresadas... 

jueves, 19 de octubre de 2017

"Todos somos científicos" contra el cáncer infantil

El lunes 2 de octubre tuve la suerte de poder asistir a la presentación "Todos somos científicos", un libro que incluye once curiosos experimentos para hacer en familia y que ha salido a la luz gracias a la colaboración de Fundación Telefónica y Apadrina la Ciencia.

Con María José :D
Lo mejor de todo es que que su objetivo principal es contribuir a la lucha contra el cáncer infantil donando los beneficios a la Asociación Pablo Ugarte (APU), entidad que busca dejar en el paro a todos los oncólogos.

En la actualidad se curan el 80% de los casos de cáncer infantil, todavía hay mucho camino que recorrer para llegar al 100% y aquí juega un papel muy importante APU, que financia nada menos que 21 proyectos de investigación a día de hoy.

Con este libro se pretenden reunir fondos para seguir con sus investigaciones a la par que motivan a los niños para acercarse a la ciencia de una forma divertida  y amena. Porque en sus páginas no sólo encontramos una sucesión de divertidos experimentos. Todos están hilados de forma magnífica por la historia de Alicia y Bastián, que nombres más significativos, que toman vida de la mano de la escritora María José Rodríguez, autora de libros como Galgui y Un amigo diferente.

Digo que los nombres son muy significativos porque presupongo que hacen alusión a Alicia en el País de las Maravillas y Bastián de la Historia Interminable, dos homenajes a la curiosidad innata de los niños.

La recomendación dice que este libro está dirigido a niños de entre 7 y 14 años de edad, pero yo creo que la única diferencia según la edad del niño es la mayor o menor participación del adulto en los experimentos, porque la capacidad de asombrarse es la misma. Aunque los que tengan más base en sus estudios lo entenderán mejor que los que cursen niveles más bajo, como es lógico.

Mis peques están como locos con el libro. Sobre todo Daniel, el mayor. Pronto empezaremos a hacer los experimentos y a descubrir nuevas maneras de ver el mundo.

Si quieres conseguir el tuyo sólo tienes que rellenar este formulario. Cuesta 9,99 euros, gastos de envío incluídos. Si la recaudación llega a los 10.000 euros, Fundación Telefónica donará el doble a la APU. Entre todos conseguiremos grandes avances en la lucha contra el cáncer infantil.