¡Aclaremos! No hemos celebrado el día de Acción de Gracias que ni nos va ni nos viene ni sabemos la tradición que guarda detrás, pero sí que teníamos pendiente una cena temática de las que solemos celebrar con una amiga desde hace tiempo. Ya hemos tenido mexicana, oriental, alemana, hindú... Y en esta ocasión nos pareció muy al hilo americana, concretamente los platos tradicionales de Acción de Gracias, ya que la fecha de su celebración en EEUU está muy cerca (24 de noviembre).
Tocaba en casa de mi amiga así que ella se encargó del plato principal, pavo relleno, y yo del postre. En principio iba a ser
tarta de calabaza (la preferida de las fieras), pero me encapriché en hacer también de
manzana (de mi preferidas). También leí que era muy típico el cóctel sunrise, que es facilísimo de hacer: zumo de naranja, granadina y tequila. Nosotros los hicimos virgin y pasamos del tequila porque no le iba a dar más salida y comprar una botella entera para unos chorritos no merecía la pena. Además, como habían menores mejor sin alcohol.
Mi amiga tuvo problemas para encontrar el pavo porque por aquí cocinar pavos enteros no se estila, así que acabó agenciándose dos pollos rellenos alucinantes. Estaban que te mueres. Y la salsa que hizo... ¡te chupabas los dedos! Tan bueno estaba que me hinché a lo pavo (valga el juego de palabras) y luego no me podía ni mover. ¡Que hasta tuve que desabrocharme el botón del pantalón.
Es que también probé las dos tartas, acompañadas de helado de vainilla, tal y como decía en la receta de la tarta de manzana. Menudo banquete.
Las recetas de las tartas las busqué en una página que rezaba: Postres típicos de Acción de Gracias. Justo lo que yo quería. El problema es que llegado el momento descubrí que estaba fatal redactada. De hecho, había ingrediente que te pedía que luego nunca se añadían en la explicación del proceso. Total, que tuve que improvisar. Menos mal que salieron aparentes y gustaron. Yo no apostaba un duro por ellas. La de manzana llevaba un glaseado que di ya por perdido y lo hice por otra receta. Me quedó rarísimo, pero estaba bueno, que es lo importante. A los niños les encantó.
Mi amiga aportó también una ensalada riquísima. Lo dicho, casi estallamos de tanto comer.
Durante la comida comentamos el origen de esas fiestas, pero nadie lo tenía muy claro. Entre todos y basándonos en lo que habíamos visto en series y pelis norteamericanas dedujimos que era algo así como que para animar a los británicos a ir a América les prometieron tierras fértiles. Después de un viaje terrible con muchos desastres, carencias, peligros, enfermedades, etc... los colonos llegaron a la "tierra prometida" y lo primer que comieron todos ellos, casualmente, fue un pedazo de pavo relleno delicioso, porque ellos lo vale. Durante la comida dieron gracias por haber logrado llegar a SUS tierras, que en realidad ya eran de otros, pero no tardaron en resolver ese pequeño inconveniente al estilo tradicional: con sangre y barbarie.
Esta explicación no tiene base histórica porque no nos hemos molestado en investigarla. Simplemente fuimos tirando de hilos de lo que sabíamos gracias a los productos audiovisuales consumidos que hablaban sobre el tema. Así que no nos hacemos responsables de su fidelidad histórica. Sólo queríamos pasar un buen rato.
Después de comer, recogimos todo (más mi amiga que nadie, la verdad) y nos dispusimos a jugar a "Sigue la pista", expansión de "Detectives", mientras los niños huían de las garritas del gatito de la casa, que es una monería muy traviesa.
El juego nos gustó mucho porque sigue la mecánica del juego base, pero introduce el tema de que estamos a finales de los años 70, con lo que no contamos con internet y hay cosas que hay que consultarlas en la biblioteca o en una base de datos con fondo negro y letras verdes (a mí me entró nostalgia y todo).
Más de tres horas después resolvíamos el misterio con gran éxito. En ese tiempo, los niños se habían aburrido del gatito y se había dispersado. Los dos mayores se habían ido a dar una vuelta y el pequeño se había enganchado a la Switch. Algo que al minino no le había hecho ni la más mínima gracia, con lo que invirtió muchos esfuerzos en recuperar la atención del pequeño humano, aunque fuera a zarpazos.
Yo había llevado el juego que me inventé para Halloween de "La copa envenenada", porque no habíamos podido jugarlo la noche más terrorífica del año. Y empezaba a temerme que tampoco podríamos en esa ocasión, pero los adultos estuvieron más que dispuestos a jugar aunque tuvieran que elegir las copas de los dos niños ausentes. Como transcurrió el tema os lo cuento en otro post que éste se alarga demasiado ;)