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jueves, 30 de abril de 2020

Mascarillas infantiles

Con la veda de los paseos familiares abierta, nos encontramos con otro problemilla cuarentenil: minimizar los riesgos.

Tenemos dos opciones: seguir encerrados en casa o prepararnos muy bien para salir (mascarilla, guantes y niños aleccionados).

La primera opción la descartamos rápido. Mis hijos no son tontos y si ven niños en la calle por la ventana me van a preguntar y van a querer sumarse a la fiesta del paseo.

La segunda se nos volvió complicada. Días antes de que dejaran salir a los niños, me recorrí unas cuantas farmacias y en ninguna pudieron abastecerme de mascarillas infantiles. Se ve que la medida les había pillado un poco por sorpresa.

Así que llegó el domingo y no había conseguido nada del equipo necesario. La abuela de los niños (más previsora que yo), me ofreció guantes y mascarillas, pero de adultos. Mejor eso que nada.

Allá que fueron los peques con el padre a recogerlos en plan película de espionaje (afortunadamente viven justo a un kilómetro de casa). Les pusimos las bragas cubriéndoles la boca y nariz a modo de mascarilla improvisada, ya que no teníamos otros medios más eficaces, pero sin mucha confianza en esta medida improvisada. Según me contaron la escena de la recogida transcurrió así:

Raúl: "Nos acercamos al objetivo. No toquéis nada. Yo iré de avanzadilla para abriros las puertas empujando con la manga de mi jersey. Ahora procederemos a llamar a la abuela para avisar que ya estamos aquí"
(Raúl saca el móvil del bolsillo. Daniel lo intercepta)
Daniel: "Yo quiero llamar a la abuela, yo"
Iván: "Yo también quiero, yo también"
(Raúl marca el número y les acerca el móvil a ambos)
Raúl: "Venga, los dos".
(Cuando la abuela conteste, los dos niños hablan a gritos a la vez)
Daniel: "¡¡Bajaaaa abuelaaaa!!"
Iván: "¡¡Ya estamos aquíiii!!"
(Raúl recupera el control del móvil).
Raúl: "Entramos en el portal en cinco minutos más o menos".
Abuela: "Vale, bajo a dejaros el paquete".
(Los tres intrépidos agentes entran en el portal. En uno de los sofás ven el paquete que tienen que recoger y en la esquina más alejada ven a la abuela bien protegida con doble capa de guantes y mascarilla homologada (o no) comprada en la farmacia).
Niños: "Abuelaaaa, holaaaaa".
Raúl. "¡Quietos paraos! ¿Pero mamá, qué haces aquí? Se suponía que nos dejabas el paquete y te ibas".
(La abuela ni se inmuta)
Abuela: "Ya, ya, pero quería veros, ¡qué pasa! Si estamos a la distancia reglamentaria. ¿Que tal niños?"
(Los niños ignoran la pregunta de la abuela porque han fijado su atención en el objetivo de la misión).
Daniel: "Yo lo cojooooo"
Iván: "No, yooooo"
(Los niños hacen un amago de echar a correr en clara competición para hacerse con el paquete (en realidad una bolsa), pero Raúl es más rápido y les agarra por el brazo en el último segundo).
Raúl: Eeeeh, ¿dónde váis? A ver, despacito y sin tocar nada más que la bolsa. Y sin acercaros a la abuela. Primero uno, viene, vuelve, lo deja de nuevo en el sofá del portal. Luego el otro, que lo coja y ya nos lo llevamos.
(Los niños se preparan para llevar a cabo la arriesgada misión con reparto equitativo y absurdo de tareas en pro de minimizar los conflictos fraternales mientras la abuela los despista sin querer con sus preguntas y comentarios. Se juegan mucho. Hay algunos momentos de tensión, sobre todo cuando Daniel tropieza y casi toca la mesita, pero al final lo logran y el paquete ya está en manos del espía jefe, digooo, Raúl).
Raúl: "Ale, misión cumplida. Corriendo a casita"
Niños: "Nooooooo"
Abuela: "Me subo corriendo para asomarme a la ventana y que me digáis adiós"
Raúl: "Si te vamos a decir adiós ahora y..."
(Mirada asesina de niños y abuela)
Raúl: "Vaaaaale"
(El comando mascarilla sale del portal, espera pacientemente que la abuela se asome a la ventana, agitan sus manos en señal de despedida y enfilan camino a casa para presentar el informe de la misión a la jefa de la agencia).

Como ya se lo habían comunicado a la jefa de la agencia, osea yo, la mascarillas eran para adultos. Los peques sólo han salido un par de veces más desde entonces. En esas ocasiones les he preparado mejor, pero hemos tenido problemas con la talla de las mascarillas. A Daniel, incluso se le cayó una al suelo, inutilizándola por completo. Supongo que muchos están en la misma situación que yo, así que cuando recibí el email de Mr Broc me pareció muy interesante y decidí hablar de él en esta entrada.

Esta empresa de regalos personalizados ha puesto a la venta simpáticas mascarillas infantiles solidarias. El 30% de los beneficios de las ventas se destinarán a la donación de las mismas a farmacias que abastecen a familias vulnerables. Además tienen otro objetivo solidario, también muy urgente, reactivar las pequeñas economías y garantizar empleos de los pequeños talleres artesanos que, con esta crisis, corren el riesgo de desaparecer.

Los dibujos infantiles con los que están decoradas las mascarillas consiguen que los niños se las pongan con mejor ánimo (algo así como lo que ocurre con las tiritas, que, para ellos, son más eficaces si tienen fotos de gatitos que si son aburridamente marroncitas). No están homologadas, ni sirven como EPIS, pero sí que siguen las recomendaciones del Ministerio de Sanidad en cuanto a la confección de mascarillas higiénicas para servir como barrera de protección y disminuir el riesgo de contagio. Algo muy importante teniendo en cuenta que los niños son uno de los principales riesgos de contagio. Además, se pueden usar muchas veces porque son lavables. Doy fe, que esto es lo más cómodo en esta situación, nosotros tenemos una mascarilla decorada con motivos de Los Vengadores que compramos como souvenir este verano en Pekín, pensando en que se iba a morir de asco en un cajón, y no veáis el uso que le estoy dando.

Independientemente a esta iniciativa, la empresa ha puesto en marcha un crowdfunding orientado a la labor de abastecer de mascarillas infantiles a familias necesitadas en el que se recaudan donaciones que se invertirán en cubrir los costes de confección de las mascarillas en talleres locales, mientras que Mr Broc cubrirá los gastos del resto de los costes (tejidos, impresión, sublimación, distribución... ).

jueves, 4 de octubre de 2018

Flipando con Boquiabiertos

Menos mal que pude ir al evento de Boquiabiertos de Madresfera, porque así pude enterarme, no sólo de que mis hijos llevan fatal lo de la higiene dental, sino que además ¡yo no tengo ni idea! La de cosas que hago mal. Voy a tener que ponerme las pilas... y rápido. ¡Vamos a ver! Que yo de toda la vida tengo unos dientes envidiables. Tres caries en 41 años y todas después de los embarazos, así que supongo que algo tuvo que ver. Ni una visita al dentista hasta que me salió la primera caries allá por los 35.

Y... de repente... Daniel tiene una caries a los cuatro años. ¿Ein? ¿Cómo? ¡Pero cómo puede haber pasado! Supongo que kilos de chuches al año y una muy deficiente limpieza de los dientes tuvieron algo que ver. Y yo qué sabía, si mi experiencia es que no empecé a lavarme en serio los dientes hasta los seis o siete años... por ahí, que ya ni me acuerdo.

Ahí fallé, ahí. En la falta de información. Tantas teclas tienen los hijos que los pobres dientes caen en el olvido demasiado tiempo. Teniendo en cuenta que nacemos sin ellos no es tan extraño haberlos ninguneado tanto tiempo. Si total ahora no tiene, y ahora son los de leche que se le van a caer... ¡Pues no! ¡Error!

En Alopeke se reunieron Paola Beltri, presidenta de SEOP (Sociedad Española de Odontopediatría); Linda Rennings, responsable del programa Orbit Pro en Mars; Lydia Almansa, de Una madre en el dentista, Amalia Arce, pediatra y editora de Diario de una mamá pediatra; y Mónica de la Fuente, de Madresfera, para sacarnos de la inopia, por lo menos a mí, que estaba ciega a una realidad que me ha pillado por sorpresa. Menos mal que han sacado Boquiabiertos, una publicación informativa para concienciar de la importancia de la prevención y la higiene dental.

Porque, amigos, la realidad en panorama de la salud bucodental cambia tan deprisa como los avances informáticos, y ahora ya podemos tener dentaduras cariadas a la escalofriante edad de un añito. ¡Madre mía! ese primer dientecito y ya tiene una infección de caballo. Esto se debe principalmente a que la gente no está concienciada de la existencia de este problema, lo que deriva en una falta de información preocupante, unos hábitos de higiene más que deficientes y una pandemia tremenda de las caries, la enfermedad infecciosa más propagada en todo el mundo. Las bacterias pasan de una boca a otra que vuelan en prácticas que a simple vista parecen inofensivas como soplarles la sopa, compartir las cucharas, los besos en la boca... Los más recomendable para la prevención de us aparición es tener mucho cuidado con el azúcar, un control de alimentación y una correcta higiene.

A día de hoy lo ideal sería visitar al odontólogo ya en el embarazo para ir informándonos, pero a más tardar antes del primer cumpleaños del churumbel para llevar una adecuada prevención y saneamiento dental. Si el niño comienza a ir al dentista por revisiones y sigue sus indicaciones puede tener una boca sana toda su vida porque las caries son una enfermedad 100% evitable. Pero si el peque va su primera vez por un problema de salud dental, con dolor o molestias, ya hemos comenzado mal. Además, los padres debemos de tener mucho cuidado en no transmitirles nuestros miedo al dentista, cosa que hacemos inconscientemente. Quien más quien menos, casi todos nos hemos tenido que enfrentar al molesto pinchazo de la anestesia, al instrumental de pesadilla y a esos raspados... ainsss... se me pone la carne de gallina sólo de pensarlo. Pues hay que hacer un ejercicio de contención con nosotros mismos y hacer que los peques vivan sus visitas a estos especialistas con normalidad, confianza y tranquilidad.

De hecho, como siempre, nosotros somos su modelo a seguir, tanto con nuestra actitud hacia las visitas al dentista como a la hora de lavarse los dientes. Lo mejor es hacerlo en familia siguiendo los pasos poco a poco. Siguiendo la dirección de las agujas del reloj nos lavamos por dentro, por donde se muerde y por fuera, por los lados, arriba y abajo. ¡Sin olvidar la lengua!

Nuestras ponentes de lujo nos explicaron que los niños, al menos, se tienen que cepillar los dientes dos veces al día, mínimo dos minutos cada vez y siguiendo siempre el mismo orden para no dejarse nada sin limpiar. El momento más importante es después de la cena. hay que La pasta debe tener flúor, imprescindible para la protección de los dientes. A partir del año de 1.000 ppm, y a partir de los tres ya pueden usar la de los adultos a no ser que un profesional de la salud diga lo contrario por circunstancias de cada niño (ya sabemos que cada uno es un mundo y sus dentaduras y estados de salud también). A niños muy pequeños se los tenemos que lavar nosotros para controlar la ingesta de flúor. A la hora de comprar pastas de dientes hay que mirar los ppm y no las edades recomendadas porque están totalmente desactualizadas.

El uso del hilo dental, también a partir de los 3 años es muy importante. La mayoría de las caries surgen en las intersecciones de las muelas de leche. Alucina. Yo nunca lo he usado y estos nos saben ni que existe. Habrá que ir buscando uno de esos especiales para niños.

Otra recomendación que hizo que se me pusiera la cara roja, los cepillos hay que cambiarlos cada tres meses o menos. Como tienen que ser de cerdas blandas para que el niño no se haga daño (no miden su propia fuerza) enseguida se estropean y ya no son efectivos. Ni os cuento la de tiempo que se pueden pasar las fieras con los suyos. ¡Ah! y otro aspecto importante. La cantidad de pasta que tenemos que usar no puede exceder el tamaño de un guisante ni en caso de los adultos, y en la de los bebés el tamaño de un grano de arroz. Eso del desparrame de pasta que vemos en los anuncios es ciencia ficción.

Cuidadito que no hay que enjuagarse después del cepillado sino antes si queremos retirar suciedad. Una vez extendido el flúor hay que dejar que actúe al menos media hora para que haga su función de protección. Con los colutorios, recomendados a partir de tres años, pasa lo mismo que con el agua. hay que esperar al menos media hora después del cepillado para poder usarlos.

Los profesionales de la salud son los encargados de desmontar los mitos que han surgido alrededor de la salud dental y que nos tienen a los padres en jaque, sobre todo, los especialistas, porque los pediatras tienen muchos más aspectos de los que preocuparse y los dientes no suelen ser una prioridad para ellos, aunque debería. ¡Cuidado! Cuando un médico infantil le dice a los padres que el bebé de una año ya puede comer de todo no se refiere a chuches y porquerías, aunque muchos lo entiendan así y pongan en marcha la rueda de las caries.

Como veis, la jornada dio para mucho. Se dijeron muchas cosas importantes, e incluso se hizo una demostración con una niña voluntaria de cómo es un correcto lavado de dientes (minucioso y con calma). Pasaron por la web del manual y podréis encontrar muchos recursos para nosotros y nuestros peques, además de mucha información muy útil.



viernes, 4 de mayo de 2018

Braun y Venus nos contaron mitos y verdades sobre la depilación

Cuando llegó el momento de la verdad en mi adolescencia me encontré con el típico dilema: ¿Qué método uso para depilarme? Lo cierto es que tardé bastante en dar lucha al vello porque una es así de vaga con los temas de belleza. Y eso que vivía en Las Palmas de Gran Canaria, donde las faltas y el pantalón corto se pueden usar todo el año. Al ser rubia no destacaban las melenas en mis piernas, pero el caso es que llegó el momento y me puse a pensar: ¿Cera? ¿Maquinilla? ¿Crema depilatoria? ¿Silk epil?

Conocía a gente que usaba cada uno de estos métodos y todas hablaban maravillas de lo suyo (En ese momento no estaba tan de moda que los hombres se depilaran). Lo cierto es que empecé con la cera, pero se me iba un pastizal (que allí vamos todo el año a la playa y para gimnasia usábamos pantalón corto), así que acabé robándole la Silk Epil a mi madre. Evidentemente, mi hermana hizo lo mismo y al final, mi pobre progenitora decidió invertir en Silk Epils para cada una por el bien de la higiene.

Las primeras veces me dolía un montón, pero igual que la cera. Luego me acostumbré y ahora es más que soportable. Eso sí, las ingles siguen siendo con cera porque no soy capaz de meter la maquina en tan delicada zona. Y las axilas son carne de cuchilla, porque es lo que más me depilo al año y el método que menos me irrita la piel. Algún día tiraré por la depilación láser, algún año...

Pero en fin, centrémonos, el caso es que Braun, Venus y Madresfera nos invitaron a un evento muy chulo para contarnos los mitos y verdades que circulan sobre la depilación. ¡Que son muchos! Allí me presenté con mis churumbeles, que disfrutaron de la merienda los que más. De hecho, sospecho que Daniel acabó con todas las existencias de galletas. Luego se fueron con el hada y la pirata a por su espada de globo (les fascinan). En el camino conocieron a un niño muy majo con una tablet en las manos, irresistible, así que me dejaron sorprendentemente tranquila para escuchar la charla de Ana San Vicente, del blog Un 10 en belleza. Milagro, milagro.

Empecemos por la maquinilla de afeitar desechable, esa que les mangaba yo a mi padre en mi adolescencia, luego a mi novio y finalmente, acabé por comprarme de las diseñadas para mujeres que irritan mucho menos la piel que la de los hombres. Resulta que, a diferencia de la creencia popular, no es malo depilarse con ellas todos los días, que además de cortar pelitos de raíz exfolian, tampoco es verdad que crezcan más negros y duros (uuuuy eso lo que creído yo toda la vida. Y no veas que cargo de conciencia cuando me la pasaba por las piernas en un momento de necesidad). Por lo visto el color y la forma del pelo viene  dado por las hormonas y la genética. Como se corta, pero no se arranca, crece de nuevo de la misma raíz con lo que no hay posibilidad de que cambie. La leyenda urbana surgió porque cuando vuelven a crecer pinchan, como la barba de los hombres y parece que van a salir más duros, pero al final son los pelillos molestos de siempre. Por lo visto también corría la creencia de que a más cuchillas más posibilidades de cortarnos y resulta que es totalmente al revés, cuanto más cuchillas más ajustable a los curvas de la piel. Esto no tenía ni idea, pero el verdad que cuando le cogía una cuchilla a mi pareja o novio me cortaba más y desde que uso las Venus no ha vuelto a pasar. Eso me pasa por ahorrar en lo que no debo. ¡Ah! Por cierto, que no hay que apretar para conseguir una mejor depilación, ni con maquinilla ni con Silk Epil.

Nuestra ponente nos aconsejó no compartir cuchillas. ¡Hombre, no! Yo les robaba las sin estrenar de los paquetes esos de cinco o por ahí que se compraban antes de caer en la maquinilla eléctrica. Que creo que fue justo cuando me compré yo mi primera cuchilla para mujeres. Por cierto, un consejito, tras depilarnos las axilas no os pongáis desodorante ni nada porque irrita mucho al piel. Mejor nos pasamos la cuchilla, o lo que sea, antes de irnos a la cama. Un contra de este método es que hay que depilarse al menos una media de tres veces por semana, aunque depende la abundancia de velo de cada una y la velocidad a la que crece.

También hablaron sobre la Silk Epil, mi método preferido, cómodo, rápido y muy accesible (tienes la máquina en casa a punto para cualquier ocasión). Siempre se ha dicho que es muy doloroso, pero yo llevo toda la vida pasándome la Silk Epil por las piernas y casi no me duele ya. A ver, que estamos hablando de una máquina que arranca pelitos de raíz y eso siempre duele un poco, pero no como al principio que tocaba resistir como una jabata. De todas formas era, eso o la cera, que tampoco es el sistema más indoloro. Como ya dije, para mi madre la maquinilla de afeitar era lo peor de lo peor. La ponente nos contó que lo mejor es depilarse tras la ducha porque los poros se abren con el agua caliente y que te los arranquen duele menos. De hecho, la nueva maquinilla está diseñada para actuar en la piel mojada. ¡Que gran adelanto! 

Otro método que yo no he usado mucho y que nunca me ha gustado son las cremas depilatorias, por una lado son rápidas y económicas, pero por otro  irritan más la piel al tener químicos en su composición. Creo que la he usado una vez en mi vida y debí hacerlo mal porque no quedé nada contenta con el resultado.

La cera caliente y templada sí que la he usado en muchas ocasiones. Se puede hacer en casa, pero es mejor que la aplique un profesional. Es dolorosa hasta el extremo (por lo menos para mí) y debo ser sensible al calor porque con la caliente siempre me quemo en un primer contacto. Eso sí, el calor abre los poros y el tirón es menos doloroso que con la templada. Para mí es un suplicio, pero también es que la uso para una zona delicada, las ingles. El problema que tiene es que favorece el pelo enquistado.

El método que estoy barajando últimamente es el de Láser, que es el más duradero, pero se necesita constancia para asistir a las sesiones y yo no estoy muy sobrada de tiempo. Además, no es igual de efectivo con los pelos rubios que con los morenos. Por lo visto el tono de piel también influye.

Y por último tenemos la opción de la IPL o luz pulsada intensa (Sí, lo he buscado en google) que es lo más duradero, pero también lo más caro. Y, como ocurre con el láser, lo efectos varían según el color de piel y pelo. Por lo visto, el mejor momento para empezar con la IPL es en invierno con la piel lo más blanca posible y para poder ver los resultados en verano.

Otro mito del que yo nunca había oído hablar: que con la depilación se va antes el moreno. ¡Que tendrá que ver! Según nuestra ponente, incluso es bueno porque se barre la capa superior de la piel dejando un brillo muy favorecedor. Lo que sí me han dicho muchas veces es que no es recomendable exponer el sol la piel recién depilada porque está más sensible.

Tras el evento nos regalaron la nueva Silk Epil SensoSmart y la nueva maquinilla Venus Swirl  para poder usarla en casa. La primera es de lo más completa. Trae trece accesorios extras para darle aún más uso. Comencé por depilarme que es su utilidad principal. Cargué la maquina por probar el tema inalámbrico, aunque puedes enchufarla directamente a la corriente. Cómodamente me la pasé por las piernas para dejarlas listas para lucir. Tiene un sensor por si estás apretando demasiado y me temo que he adquirido esa mala costumbre porque cada dos por tres se me ponía rojo. No me dolió casi nada, pero como ya he dicho, estoy muy acostumbrada. Esta tiene un 40% más de superficie depiladora que la anterior edición, así que depila más de una pasada.

Después probé uno de los cepillos exfoliantes, supongo que funcionan, el caso es que hacen cosquillitas. Y por último el accesorio de masaje que da mucho gustito. Lo que no probé fue el accesorio para depilarse el vello facial porque, afortunadamente, aún no lo necesito. Me quedé loca cuando Ana contó que quitárselo con cera hacía que del tirón los músculos fueran desprendiéndose.

También probé la Venus Swirl y me encantó. Muy cómoda y se desliza con mucha facilidad. Mejor que la que tenía antes que no se componía de tantas cuchillas. Puede que algún día la pruebe en las piernas ahora que sé que no se me pondrá el pelo más negro y grueso.

La verdad es que estoy encantada con las dos novedades. Aunque yo ya era fan de ambos métodos antes de conocerlas. Me alegro de que investiguen y vayan mejorando ambos sistemas.

A mis peques les ha flipado el tema del masaje y la exfoliación. Ya me han cogido la Silk Epil para hacerse masajitos y morirse de la risa. Y eso que no paro de repetirles que no es un juguete ainsss

jueves, 20 de julio de 2017

Mama Natura nos alivia con InsectDHU

Cuando me llegó el aviso de un nuevo Sello de Calidad de Madresfera para probar InsectDhu, de Mama Natura, se me fue el dedo antes de que pudiera pensar. "¡Me viene de miedo!" me dije después. En esta casa hay tres personas que acusan muchísimo las picaduras de los bichos. El papá de familia es el único que se suele librar, pero el resto terminamos llenos de ampollitas y ronchas. Un horror.

Y da igual el método antimosquitos y demás depredadores minúsculos. Cada día sumamos una marca más como mínimo. Con sus correspondientes picores. Así que he decidido apostar fuerte por los remedios post picadura.

Además, llevaba tiempo leyendo opiniones muy favorables acerca de las toallitas y la crema Calenduflorbaby de esta marca en concreto de blogueras en las que confío mucho. Así que me pareció una oportunidad excelente de probar un producto que me hacía mucha falta. Lo que más me gustó es que es apto para toda la familia, incluso para bebés. Aunque hay que tener cuidado de que el peque no se chupe la piel después de haberlo aplicado.

Este producto lleva una serie de ingredientes naturales en su composición que calman el picor, reducen la inflamación, ahuyentan los insectos más comunes y regeneran la piel. Lo mejor es que no lleva amoniaco ni corticoides, muy poco recomendables para la piel de los niños (y de los adultos, en realidad).

En cuanto me llegaron los tubos y Daniel se quejó de un irritante picor, comprobé que, efectivamente, se trataba de una picadura, y le endiñé InsectDHU Roll-on, que para mí ha triunfado mucho más que la de formato crema. Se aplica de forma facilísima, rápida y sale una cantidad no exagerada. En cambio con la de formato crema siempre me acabo pasando y tengo que quitar el sobrante con un clinex. Aunque esto es cuestión de gustos. A mí me ha convencido más el roll-on y mucho.

Nada más aplicar el producto (en el formato que sea), los niños aseguran que notan un ligero alivio de la picazón. A los cinco minutos ya están jugando tan tranquilos sin volver a acordarse del tema. En mi caso no es tan inmediato. Nada más aplicarlo noto un fresquito muy agradable y al poco ya comienza a remitir la picazón.

Mi puntuación es la siguiente:

Eficacia: Los efectos calmantes son bastante rápidos, aunque la inflamación tarda más en bajar. Depende bastante de lo grande que sea la picadura. Le doy un 4.
Olor: No tiene un olor desagradable, aunque tampoco especialmente maravilloso. El gel tiene un olor más fuerte, en mi opinión, con algún toque a eucalipto o similar, que lo hace más agradable y del que carece el roll-on, cuyo olor es más suave. Lo bueno es que al no tener un aroma fuerte no echa para atrás a los peques. Le doy otro 4.
Los formatos disponibles: Los formatos disponibles con muy prácticos porque son pequeños y fácilmente transportables. El gel tiene 25 gramos y el roll-on 10 mililitros. Para mí ha ganado por goleada este último por su fácil aplicación en niños extremadamente movidos. Le doy un 5 al roll-on por ser tan fácil de usar y un 4 al gel que es un poco más pringoso de aplicar. De los dos me gusta que sean tan portables.
La composición: Los ingredientes son hierbas, flores y aceites. Todo muy natural. Y, como ya he comentado, evitan usar amoniaco y corticoides con los que lo uso muy tranquila en la piel de mis hijos. Le doy un 5.

En general me han gustado mucho y los buscaré en mi Farmacia habitual. Les estamos dando muchísimo uso estos días.

sábado, 27 de mayo de 2017

Pompero casero para baños extra divertidos

Si hay algo llama la atención de los peques de inmediato son las pompas de jabón. No sé si es por ese brillo arco iris, por esa delicadeza al flotar, por ser incorpóreas o por su forma de estallar en chispitas de agua y jabón, pero en cuanto entran en escena mis hijos salen disparados a estallarlas casi automáticamente.

Una tarde, metí a Iván en la bañera para que disfrutara de uno de sus baños cuando me preguntó con ojitos ilusionados si podía hacer pompas. En un principio, le dije que no teníamos pompero, aunque enseguida me vino a la cabeza la fórmula mágica que nos chivó Attempra (tres partes de agua, dos de gomina fijación fuerte y una de jabón lavavajillas). Tenía todos los ingredientes, pero nos faltaba las herramientas: el palo con agujero al final para soplar y que se formen las ansiadas pompas.

El chiquillo empezó a poner una expresión de desilusión, mezclada con tristeza muy propia de estas edades cuando se les contradice, pero se conformó. Sacó los juguetes y se puso a inventar historias.

Pero yo me fui con la cabeza dando vueltas a mil por hora. Tiene que haber una manera, tiene que haber una solución sencilla... Y de repente lo vi. En mi mente surgió un limpiapipas peludo que se fue retorciento hasta adoptar la forma del pompero. Dicho y hecho. A los pocos minutos me presentaba en el baño con un vaso lleno de la fórmula mágica y un pompero peludo casero en la otra.

El peque casi se pone a dar saltos de alegría en la bañera. ¡Con lo peligroso que es eso! menos mal que se contuvo. Estuvimos un rato jugando juntos con el invento, que, la verdad es que hacía unas pompas muy hermosas. Y luego lo dejé sólo para seguir con mis tareas.

Cuando le tocó el turno al mayor también quiso jugar un rato con el pompero nuevo. Estaba encantado construyendo extrañas formaciones en el agua a base de pompas.

Menos mal que se me encendió la bombilla.

miércoles, 19 de abril de 2017

Sello madresférico: Experiencia Mary Kay

Ahora que se acerca el buen tiempo me entran unas ganas locas de cuidarme, mucho más que en épocas de frío. Confieso que en invierno mi idea del culto al cuerpo se ajusta a un buen cocido con siesta posterior. El abrigo todo lo cubre. ¡Que más da! Pero los grados van subiendo y voy desempolvando la operación bikini y las cremitas que me protejan de las inclemencias del verano. Así que cuando me cogieron para el sello de calidad madresférico de Mary Kay me puse la mar de contenta. Me iban a mandar un set para el cuidado de la manos, un pintalabios hidratante y un desmaquillante de ojos que prometían mucho.

Cierto es que las inclemencias del invierno también se las trae, pero parece que sólo me centro en la cara y, como mucho en las manos. Yo soy de las que se pone el body milk directamente en todos los lados, así que no es raro que me sorprendieran muchísimo los resultados del primer producto que probé: Set Manos de Seda Satin Hands Té Blanco & Cítricos.

Incluye Tratamiento Suavizante de Manos Satin Hands 60 g, un Gel Exfoliante Satin Hands 220 g y una Crema de Manos Satin Hands 85 g. Mis manos de bruja parecen haber retrocedido unos cuantos años y ya no las veo tan rugosas y ásperas. Las noto más suaves y con mejor color.

Mi marido, que echa mano a la crema de vez en cuando, también asegura que ha notado resultados. Éste producto es aconsejable para las que les gusta mimarse sin reparar en las horas porque son tres pasos y si vamos estresadas no se disfruta.

En mi caso, confieso que lo que más uso es la crema. El exfoliante en contadas ocasiones y a veces el tratamiento. Me encanta el perfume del exfoliante y de la crema. El tratamiento, como la llaman, me huele a almendras, aunque en el prospecto dice que no tiene olor. Tampoco me disgusta, aunque su pastosidad sí que me resulta menos agradable que la suavidad de la crema. Esa última sí que se me va a acabar enseguida.

El otro producto que nos enviaron fue un Lápiz de Labios Gel Semi-Mate Mary Kay de color morado que me encanta. Es muy agradable en contacto con los labios e hidrata a la vez que da un color muy vivo que alegra la cara. Es lo que más me ha gustado. Lo estoy usando casi todos los días con muy buen resultado.

Y por último, hablaros del Desmaquillador de Ojos Líquido Mary Kay, que le hizo más ilusión a mi marido que a mí porque ya estaba cansado de verme ojos de no muerta cada dos por trés. Con esto quiero decir que no suelo usar ningún desmaquillante. Con agüita y papel higiénico voy que me mato. Y, claro, así que el resultado no era el más óptimo. En cambio, éste me quita todo el maquillaje sin mucho esfuerzo. Quizás cuesta un poco más con el delineador (el que uso es muy resistente) pero el resto me lo quita casi de una pasada. Lo sé porque me maquillé a posta con sombra, rimel y delineador muy marcado. Sólo para hacer la prueba. Y me dejó la mirada limpita y sin rastro de ojeras pintadas ni churretones.

Lo que no me gustó mucho es que también se queda la piel muy aceitosa. Supongo que eso es bueno para la hidratación, pero la sensación no me resultó nada agradable. Así que me lavé la cara para quitarme el aceite y listo. Mi marido está muy contento de verme por fin sin el más mínimo rastro de maquillaje.


viernes, 3 de febrero de 2017

La peluquería: siempre hay una primera vez

A estos niños les crece el pelo muy rápido. Lo peor de todo es que se les pone un flequillo muy molesto delante de los ojos que les va a dejar bizcos algún día, pero ellos como si nada. Es más, si te ven aparecer con unas tijeras salen escapados, porque no quieren, por nada del mundo que les cortes la selva que tienen en la cabeza.

Y cuando digo selva me quedo corta. Cuando aquello les empieza a crecer y crecer y crecer... pierde totalmente la forma, el control y las leyes de la estética. Unos días se les levantan mechones y no har manera de plancharlos, otras se levantan con remolinos rebeldes y al siguiente con todos los pelos del punta, cada uno apuntando a donde le da la gana. Ni mojándoles el pelo lo domo mínimamente. es una batalla perdida, así que les paso un poco el peine por eso de aparentar y tal cual se van al cole tan felices.

No es de extrañar que se me ponga una sonrisa de oreja a oreja cada vez que veo al padre con la maquinilla en la mano. La longitud de mi gran sonrisa es directamente proporcional a la profundidad de los ceños fruncidos de mis churumbeles, que nunca nos lo ponen fácil.

Así que, harto de espectáculo dantescos, el papá de las criaturas tomó una sabia decisión. Cuando estuvimos en Las Palmas de G.C. nos llevó a los tres a una peluquería. Se ve que él pensaba de mí lo mismo que yo de los niños. Aunque a diferencia de mi churumbeles, yo encantada.

Me dejó en manos de una peluquera y se ocupó de los niños. Así da gusto. Mientras a mí me mejoraban un poco el look. A Iván le dejaban guapísimo. Acabaron de cortarme el pelo cuando le tocaba a Daniel que, contra todo pronóstico, fue el que nos la montó parda y se negó en redondo a sentarse en la silla. Con mucha paciencia Raúl le sacó la verdad. Se estaba dejando crecer el pelo porque quería una super, mega cresta rockera. Ante eso, la peluquera que iba a atenderle sólo tenía una pregunta: ¿Desde dónde quieres que te salga la cresta? ¿Desde la nuca o desde la coronilla?"

¡¡¡Queéeee!!! Eso no era lo que tenía que pasar, pero el peque se sentó muy feliz en la silla y se dejó hacer con una sonrisa de oreja a oreja. Secundado por el orgullo paterno que veía en su hijo un digno vastago. A ver. Que yo no tengo nada en contra de las crestas, los rapados, ni las ondas. Cada uno es libre, pero es que sabía lo que iba a pasar lo sabía.

El chiquillo salió de la peluquería con su supercresta más feliz que una pérdiz, pero en cuando le lavamos el pelo ¿Que creeis que pasó? Que toda esa cresta se bajó y se fue directita a su flequillo tapa ojos. Ainsss

Así que, mientras Iván está precioso y cómodo con su cara despejada, Daniel tiene un mechonazo en toda la cara y sigue con el pelo rebelde impeinable. ¡Ah! Y sin querer ni oir hablar de cortarse el pelo. "¡Si ya me lo habéis cortado mamá!" se queja cada vez que le saco el tema. Pues vaya.