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27 agosto, 2017

Helado de yogur y frambuesa. Otro verano que se nos va...

Quería haber aprovechado el mes de agosto para publicar alguna cosilla más, pero al final la vida se ha vuelto a interponer en mis planes. Tampoco es que hayan ocurrido grandes acontecimientos, pero entre unas cosas y otras he vuelto a darle vacaciones de agosto al blog, como suele pasar. Pero no podía despedir el mes sin dejar al menos la receta anual de helado, en este caso un sencillo pero bien rico helado de yogur y frambuesa. ¡Anoche mismo lo terminamos!

Raspberry yogurt ice cream

He pasado las tres últimas semanas en Murcia, en el campo -la ciudad no la he pisado-, primero unos días con el elfo y el resto ya con la familia y los gatos. No es que haya podido descansar o desconectar demasiado, pero mis ocasionales paseos en bici y algunas escapadas breves por los alrededores no me las ha quitado nadie.

Raspberry yogurt ice 
cream

He cocinado bastante, pero sin preocuparme por tener que fotografiar y reseñar todo. ¡Qué descanso es improvisar una tarta y olvidarse de hacer un set de fotografías o de apuntar la receta! Simplemente, cocinar por placer, con mi madre al lado, para la familia, sin agobios. Una foto rápida para instagram, si acaso, y gracias. Estaba harta de pensar en la cocina solo con el fin de publicar la receta.

Raspberry yogurt ice cream

También es cierto que he cocinado más de la cuenta porque mi madre se fastidió la espalda un par de días después de irse el elfo, y me ha tocado suplir su baja. Es una faena terrible sufrir una de estas lesiones, te incapacita para prácticamente todo... ¡cuidaos bien! La pobre se pasó un buen rato en el suelo mareada del dolor, y le ha durado muchos días. Así que apenas he tenido tiempo libre para nada, porque he seguido trabajando desde aquí y también quería pasar tiempo con la familia. Pero no me quejo en absoluto; mi propósito para el "nuevo curso" va a ser tomarme las cosas con más calma, agobiarme menos y disfrutar más de mí misma. Qué ganas de sacar partido al otoño en nuestro nuevo hogar :).

Raspberry yogurt ice cream

Receta de helado de yogur y frambuesa
Inspiración: las frambuesas con helado me recuerdan a veranos en Suiza
Ingredientes para unas 8-10 raciones

- 200 g de frambuesas
- 1-2 cucharadas de azúcar
- 1 limón
- 500 g de yogur griego natural
- 200 ml de nata para montar (sin lactosa)
- 1/2 cucharadita de esencia de vainilla
- 40 g de azúcar
- 1 pizca de sal

Lavar las frambuesas con suavidad y ponerlas a cocer en un cazo con un poco de azúcar y un chorrito de zumo de limón. Dejar que se vayan ablandando y soltando los jugos, machacándolas un poco con una cuchara. Yo las tuve unos 15-20 minutos. Esperar a que enfríen un poco y colar muy bien usando un colador fino o tamiz, para exprimir al máximo los jugos y evitar las semillitas. Dejar enfriar.

Mientras tanto, escurrir el yogur. Mejor si lo dejamos escurriendo en un paño durante unas horas, pero yo no lo hice y no sale mal si somos impacientes. Batir con unas varillas el yogur con la nata, el azúcar, la vainilla y la sal, y añadir ralladura del limón de antes. Cuando esté cremoso, añadir el jugo de las frambuesas y mezclar bien. Comprobar el punto de dulce y ajustar si fuera necesario.

Hay que dejar enfriar unas horas la mezcla en la nevera antes de montar el helado, pero de todas formas, como siempre, conviene seguir las indicaciones de cada máquina. Cuando la heladera haya hecho su trabajo, podemos servir el helado de yogur y frambuesa directamente o llevarlo a un recipiente con cierre hermético, y dejar que se endurezca bien.

En este tipo de helado con yogur a mí me gusta más servirlos bien algo derretidos, en lugar de formar bolas Serán más fotogénicas, pero está mucho más rico blandito, cremoso y suave, y mis padres han estado de acuerdo. Si añadimos unas frutas del bosque frescas o chocolate muy negro picado el placer se multiplica.

Raspberry yogurt ice cream

Lo mejor de todo es que me he ahorrado el tren para bajar a Murcia este verano, y me lo salto también para volver a Madrid. Mis padres van a pasar una semana por el norte así que iré con ellos la mitad del camino; comeremos juntos y ellos seguirán su marcha. Es muy práctico esto de que Madrid esté, más o menos, en el centro del país. Recuerdo que de pequeña llegué a pensar que ese era el motivo de que fuera la capital, ¡tenía mucha lógica! ;P

¡Feliz final de agosto!
16 septiembre, 2016

Polos tropicales "modernos"; congelando smoothies de fruta con col kale para despedir el verano

¡Increíble, he conseguido que no pasara más de un mes desde mi última publicación! No os riáis porque yo ya lo daba por hecho, teniendo en cuenta el caos desorganizativo en el que he vivido estas últimas semanas. Las vacaciones en Suiza fueron genial, cortitas y con más calor del esperado, pero fantásticas. Me habréis visto dar la lata por las redes sociales, sobre todo con muchas fotos de comida y bebida -obvio-; pero tranquilos que ya daré buena cuenta del viaje un poco más adelante. Lo malo fue la vuelta, en avión desde Múnich, con retraso, calorazo en España, tren a Madrid al día siguiente, MÁS CALOR, y los sucesivos días de agobio/morriña con la vuelta a la rutina. Pero por fin ya vemos el fin del verano en el horizonte, así que toca despedirse.

Smoothie popsicles

Tengo un ratico corto hasta que el elfo llegue a casa hambriento y luego me espera la lavadora y varios compromisos esta tarde; no va a ser un viernes muy ocioso pero habrá que aprovechar el buen tiempo del fin de semana. Menos mal que refrescó e incluso hubo tormenta el otro día. Solecito y temperaturas agradables sí, calor infernal bochornoso en pleno septiembre, no. Debería llover mucho más, eso sí, que este año queremos buenas setas! Mi suegro no deja de mirar el cielo con resignación, el pobre. Sueña con ir a por buenos níscalos.

Como decía, que me lío yo sola, tengo poco tiempo así que dejo una receta sencillísima para ir despidiendo al verano. No ha estado mal del todo, un poco en la línea seca agobiante de las últimas ediciones, pero ya está bien. El otoño busca su turno y hay que dárselo. Así que, para ir cerrando este capítulo, en casa estamos terminando los últimos polos caseros de la temporada. Nos hemos aficionado a los smoothies y zumos mezclando fruta y verdura, pero me temo que yo me bajo del carro en cuanto llegue el frío. Eso sí, cuando aprieta el calor sientan de maravilla, es una forma genial de hidratarse y nutrirse de forma ligera y fresca, cuando no te entra nada más, y también de aprovechar vegetales que corren el riesgo de ponerse malos.

Smoothie popsicles

Al hacer mucho calor prefería convertir los smoothies en polos, y al final los he disfrutado más. Se conservan mejor durante más tiempo, y están más fresquitos todavía. Hablo de smoothies porque para mí un batido tiene que llevar un lácteo sí o sí -o equivalente vegetal- y lo asocio más a algo dulce y menos "sano". No me acuséis de postureo por ponerle kale, es que ahora venden esta col rizada hasta en Alcampo, y claro, tenía que probarla. Así el elfo me come hojas verdes en crudo, que no está nada mal :P. Podéis añadir también espinacas, o acelgas, o un poco de brócoli incluso. Se trata de sumar vitaminas, fibra y atioxidantes sin tener que recurrir siempre a lo más dulce.

Polos tropicales de smoothie con col kale
Inspiración: el bombardeo de smoothies que nos invade, el calor y mi adicción a la fruta
Ingredientes para unos 6-8 polos

- 1 mango mediano bien maduro y dulce
- 1-2 hojas de col rizada kale o de otra verdura de hoja verde
- 1 kiwi
- 1 rodaja gorda de piña tierna
- 2 plátanos pequeños maduritos, pero sin pasarnos
- 1 vaso de agua de coco sin azúcar añadido
- 1 lima
- hierbabuena al gusto
- 1 pizquita de sal

Tan sencillo como pelar toda la fruta pelable, trocearla en piezas de tamaños similares y triturar en una batidora o licuadora. Añadir la lima a lo bruto, escurriendo todo el jugo posible, e incluso añadiendo parte de la pulpa. La sal es para potenciar los sabores un poco, pero se puede omitir. Lavar y masajear bien la col kale para que esté un poco más tierna.

Probar el smoothie cuando esté listo y bien homogéneo, y si nos gusta, repartir en moldes para polo. Congelar unas horas antes de desmoldar y comer. Se pueden tomar a cualquier hora del día y añadir o quitar ingredientes al gusto.

Smoothie popsicles

¡Buen fin de semana!

23 agosto, 2016

Helado de frutos del bosque

La última semana ha sido especialmente intensa, y lo curioso es que no he olido ni la piscina ni el mar, a pesar de estar constantemente cerca de ambos sitios. De pequeña no había quien me sacara del agua, y ahora no me llama nada la atención! La verdad es que me da pereza torrarme al sol, tengo el pelo algo delicado últimamente y no me gusta que se me moje con el cloro y la arena no me gusta desde que dejó de interesarme para hacer castillos. Pero todas las mañanas, antes de que caliente mucho el sol, salgo un rato con la bici -las bicicletas son para el verano-, o a correr entre invernaderos y tractores -y moscas-, porque de lo contrario corro el riesgo de sufrir un ataque de locura. Menos mal que siempre hay pequeñas cosas en la vida que nos alegran el día a día, como una camada de gatitos recién nacidos -¿alguien quiere?-, risas en familia, una visita de cierto elfo o el placer de un helado casero.

Mixed berry ice cream

Mañana salimos de viaje en dirección a Suiza, y estoy emocionadísima. Hace demasiado tiempo de la última vez y me muero de ganas de ver a la familia y a los amigos que tenemos allí, aunque esta vez será una estancia más corta y vamos a ir en avión. Lo comprendo por mi padre, es más cómodo y práctico -aunque no toque ir hasta el aeropuerto de Alicante/Elche y además aterrizamos en Munich-, pero no puedo evitar sentir algo de nostalgia por esos viajes en coche que nos pegábamos los cuatro, cuando mi hermano y yo aún eramos unos críos que nos pasábamos el trayecto jugando a mil cosas. Las rutinas de carretera, las paradas por el camino, aprovechar a hacer escala en pueblitos franceses un par de noches, el paso de la frontera... esas pequeñas tonterías pero de las que guardo buenos recuerdos.

Mixed berry ice cream

Pero bueno, ahora es el momento de atesorar nuevos momentos en la memoria, y aprovecharemos para conocer Munich y alrededores antes de regresar a España a principios de septiembre. A mí me esperará después un aburrido trayecto en tren hasta que regrese a Madrid, qué le vamos a hacer. Solo estoy sufriendo porque el viajar en avión limita mi capacidad de llenar la maleta de compras en Suiza -el maletero del coche al regresar de una estancia en Suiza era digno de verse-, tendré que controlarme un poco. El chocolate y los pasteles que no pueda llevarme me los comeré in situ, no hay problema :P.

Mixed berry ice cream

Como día, elaborar helado casero siempre es un pequeño placer, entre otras cosas porque te permite darte un buen festín mientras estás en el proceso. ¡Hay que catar la mezcla! Y es inevitable que queden restos en la máquina heladera cuando lo trasladas al recipiente para guardarlo, y claro, no vas a desperdiciar esa delicia. Ay lo que me gusta meter la cuchara en el helado recién hecho, cuando está taaaan cremosito... lo dicho, pequeños placeres. En este caso improvisé un poco para aprovechar unos frutos del bosque congelados maravillosos que encontramos en una tienda cercana, sin añadir demasiadas grasas pero sí un componente lácteo suficiente para suavizar la mezcla.

Receta de helado de frutos del bosque
Inspiración: el verano, los frutos del bosque, Suiza y los recuerdos de mi infancia
Ingredientes para 1 litro (y unas cuantas cucharadas de regalo)

- 500 g de mezcla de frutos del bosque (congelados o frescos)
- 100 g de azúcar
- 1 cucharadita de miel
- 1 pizca de sal
- 200 ml de nata para montar (sin lactosa)
- 250 g de queso fresco batido o yogur natural
- 1 cucharadita de zumo de limón
- 1/4 cucharadita de esencia de vainilla

Disponer los frutos del bosque (arándanos, moras, fresas, grosellas, frambuesas) en un recipiente, añadir el azúcar y mezclar. Dejar que se descongelen por sí mismos y se maceren con el azúcar. Cuando estén más blanditos, triturar. También se podrían cocer un poco, aunque prefiero dejarlos crudos. Otra opción es colar la mezcla para coger solo los jugos líquidos, pero yo adoro los trocitos de fruta y también las semillitas.

Montar la nata hasta que esté bastante espesa y batir con el queso fresco o el yogur. Añadir a la mezcla de frutos del bosque, agregar la sal, la miel el zumo de limón y la vainilla, y mezclar todo hasta tener una textura homogénea. Tapar y dejar enfriar en la nevera por lo menos un par de horas.

Cuando la mezcla esté bien fría, proceder a formar el helado siguiendo las instrucciones de la máquina que se tenga. O congelar directamente, o formar polos, o beber como si fuera un batido. Está buenísimo de cualquier manera, aunque es verdad que los paladares más acostumbrados al puro dulce igual echarán en falta más azúcar. Probar y ajustar.

Mixed berry ice cream

Supongo que ya nos volveremos a leer en septiembre y cuando haya regresado, aunque me espera un montón de lío al volver así que no sé cuándo tendré tiempo de publicar nuevas cositas. Sea como sea, ¡sed felices! Y daos caprichos de helados caseros, que a pesar de que son para todo el año, al final es en verano cuando más los aprovechamos ;).
14 agosto, 2016

Helados facilísimos de plátano y chocolate [con crema de cacahuete, coco y avellana opcional]

Banana ice cream

Casi es el ecuador de agosto y no sé si tengo la sensación de que está pasando muy deprisa o si se ha ralentizado el tiempo. Los días pasan tranquilos, con cierta rutina, entre gatos y familia, aderezados con unos Juegos Olímpicos algo decepcionantes -resultados aparte, la diferencia horaria y la organización no me está gustando nada- y pequeñas salidas en bicicleta. En realidad me paso la mitad del día delante del ordenador adelantando trabajo, porque pasaré el cambio de mes de viaje y me temo que las fechas me van a venir fatal para organizarme... Pero, ¡voy a Suiza! Esta vez en avión, vía Munich, y poquitos días, pero estoy emocionadísima y me muero de ganas. La paliza que me estoy dando estos días a teclear merecerá la pena.

Banana ice cream

También cocino para despejarme un poco y dar algunos caprichos a mis padres. El Zopf del 1 de agosto, Fiesta Nacional Suiza, no faltó a su cita, y tampoco la tarta de cumpleaños de mi padre, aunque fuera algo improvisada. Aunque la heladera la tengo todavía hibernando en el congelador, a ver si me animo a darle uso porque tengo ganas de helado casero. Bueno, vale, he hecho un semifrío y otros postres refrescantes estos días, así que tampoco es que la hayamos extrañado demasiado. Además lo que no paro de comer es fruta a todas horas, y encima mi padre ya nos ha traído los primeros racimos de uva -sin pepitas- que está para darse un atracón.

Banana ice cream

Peeero yo venía con una receta-no-receta que con unas foticos de mi último vicio en Madrid durante el caluroso julio. Ya he comentado alguna vez que al elfo le vuelven loco los plátanos, y yo me he aficionado mucho más a ellos últimamente porque me sientan genial después de correr. El problema es que se maduran rapídisimo cuando llega el calor, así que hay que darles salida. Los bizcochos y muffins son muy ricos pero no tenía muchas ganas de hornear, así que me decanté por los helados. Y es que el plátano congelado es de-li-cio-so.

Banana ice cream

A estas alturas todos sabréis ya que congelando ciertas frutas y triturándolas al momento se pueden conseguir helados saludables instantáneos que además están buenísimos. Pues yo este año he descubierto que un poco de crema o mantequilla de cacahuete le da un toque genial, aportando sabor, textura y nutrientes. Aquí tenéis la receta detallada.

Claro que el plátano combina muy bien con otros ingredientes, y si nos queremos dar un capricho más dulzón no hay nada como el chocolate. Buen chocolate negro, con poco azúcar, y plátano maduro combinan de maravilla, y se pueden emparejar de muchas maneras distintas. Una tarde en la que no tenía ganas de nada y descubrí con horror que teníamos unos plátanos que pedían auxilio, los corté en rodajas y los congelé en brochetas. Iba a comerlos como picoteo tal cual, pero tenía chocolate fundido sobrante de otra receta y... pues los pinté a lo bruto con un pincel de silicona. Resultado: ¡chocolatinas heladas de plátano y chocolate!

Banana ice cream

Recién hechas el chocolate se congela al instante, pero ablanda el plátano interior dejando una textura cremosa decadente. Si se devuelven al congelador unas horas tendremos un bocado mucho más firme y crujiente, y si son rodajas pequeñas se pueden dejar fundir lentamente en la boca... delicioso. La otra opción es hacer polos o chupachups de plátano, un poco más sofisticados. Y vuelvo a añadir crema de cacahuete a la ecuación, que he descubierto una marca ecológica que es una delicia, 100% cacahuete, cremosa y suave, y con un diseño que me encanta.

Peanut butter


Helados facilísimos de plátano y chocolate
Inspiración: plátano+chocolate=paraíso
Ingredientes a ojo según lo que tengamos

- plátanos maduritos que peligran
- crema/mantequilla de cacahuete cremosa sin sal, sin azúcar, sin grasas añadidas
- chocolate negro de calidad
- coco rallado
- crocanti de avellana/almendra

Pelar los plátanos, cortar en porciones de unos 4-6 centímetros de largo y untar la mitad con crema de cacahuete. Formar "sándwiches" uniendo dos mitades, pinchar con un palo de polo o con brochetas y congelar unas horas.

Fundir chocolate al baño maría y dejar que se enfríe lo suficiente como para que podamos tocarlo sin apenas notar calor. Preparar cuencos o vasos con coco rallado, crocanti de frutos secos u otros productos al gusto.

Banana ice cream

Sumergir cada porción de plátano en el chocolate, sacudir para que escurra el exceso y rebozar en los ingredientes deseados. Hay que trabajar rápido porque se solidifica a gran velocidad. Cuando esté seco el chocolate, envolver en plástico film y devolver al congelador, o comer y disfrutar directamente.

En realidad, como comentaba, es una no-receta de las que me gustan, tuneables al 100% y para jugar en casa con lo que tengamos o lo que nos apetezca. Lo importante es recordar que el plátano congelado es delicioso, que combina de miedo con chocolate, y que no hay que complicarse la vida en verano para darse caprichos helados.

Banana ice cream

¡Seguid disfrutando del mes de agosto!
17 agosto, 2014

Receta de helado de yogur con melocotón

Cuando pasamos el verano en el campo suele haber un día de la semana en el que mi madre va a Murcia a darle un repaso a la casa (y a mi hermano, que sigue por allí), hacer recados y compras varias. De pequeños era un día emocionante porque nos quedábamos solos (bajo la vigilancia de algún adulto de la familia) y mi madre volvía con alguna tontería para nosotros, por ejemplo alguna revista, cómics, etc.

Ahora que ya estoy crecidita es un día que aprovecho para cocinar y hornear a mi antojo, ver tranquilamente unas cuantas series o películas, nadar en la piscina o simplemente estar tranquila en casa. El martes pasado iba a ser una de esas jornadas, hasta que de repente empecé a sentirme mal. Y la cosa iba cada vez peor.

Yogurt peach ice cream


Pues sí, me puse malísima del estómago, me dolía tantísimo que me quedé varias horas hecha un ovillo en el sofá sin poder apenas moverme, con muchas náuseas y mareos. Menos mal que tenía el móvil a mano y pude avisar a mi madre de que volviera con drogas medicamentos (tras una buena lucha buscando cobertura malamente). Al final ella pudo avisar a su prima que estaba en la casa de al lado y vino a socorrerme como buenamente pudo.

No sé si fue un virus, algo que me sentó mal, el calor... pero tras sudar la fiebre, vaciar el estómago malamente y dormir a duras penas, al día siguiente me desperté débil pero mejor, y aunque me mantuve a dieta blanda me fui recuperando. Lo peor era que ese día venían mis suegros con el efo, que están en Denia, a visitarnos y a comer en la playa, y por poco se cancela. Como dijo mi tía, hay que ver lo poco que nos damos cuenta de lo afortunados que somos cuando estamos bien, no lo valoramos hasta que enfermamos o nos rompemos algo. Yo sé que al despertarme sin náuseas ni dolores me sentí la persona más feliz del mundo.

Yogurt peach ice cream


Justo el día antes de caer había preparado helado. Es bien sencillo y un poco improvisado, pero salió buenísimo. No es yogur helado, es helado de yogur, con nata sin lactosa y con melocotón que esta vez quise añadir a trocitos, no fundirlo con la propia masa del helado. Simple pero delicioso.

Receta de helado de yogur con melocotón
Ingredientes

- 200 ml de nata para montar (sin lactosa en mi caso)
- 30+60 g de azúcar
- 500 g de yogur natural
- azúcar vainillado o esencia de vainilla al gusto
- 1 pizquita de sal
- 1 chorrito de licor (ginebra en mi caso - opcional)
- 1 melocotón bien hermoso o 2 pequeños

Introducir en el congelador la nata, las varillas de la batidora y el cuenco, de cristal o metal, en el que vayamos a montarla unos minutos. Si está todo muy frío se monta muchísimo mejor, aunque hay que procurar que la nata no se congele, claro.

Montar la nata con los 30 g de azúcar hasta que esté bien esponjosa y firme. Reservar. Aparte batir el yogur, desechando el suero que podamos, con el resto del azúcar, vainilla al gusto y una pizca pequeña de sal. Incorporarlo a la nata y mezclar con movimientos envolventes.

Agregar el licor y el melocotón pelado y troceado en piezas pequeñas. Tapar y dejar enfriar en la nevera como mínimo un par de horas. Preparar el helado siguiendo las instrucción de la heladera.

Yogurt peach ice cream


PD. Tras días de calorazo hemos tenido un fin de semana más fresco y... ¡anoche por fin llovió! Fue algo estafa porque nos ha pillado en la cama, aunque por suerte me desperté y me quedé mirando el agua como una tonta. Lástima que durara tan poquito, pero algo es algo.
06 septiembre, 2013

Helado de vainilla y frutos del bosque con queso fresco

Ya en Madrid.
Salí de Murcia el martes desde la estación de tren ("estación" por llamar a esa miniatura de alguna forma) despidiéndome de mis padres y con un dolor de riñones terrible porque mi cuerpo es muy oportuno. Pero el viaje fue bien, a pesar del microclima polar que se empeñan en crear en los vagones, y llegamos muy puntuales a la estación de Chamartín.

Después de tantos días fuera, viviendo en otro ambiente completamente distinto y con unas rutinas que no tienen nada que ver, me choca mucho volver a la rutina madrileña, pero hay tantas cosas que hacer para recuperar el ritmo en casa que se me han pasado estos días volando. Poco a poco :).

Vanilla ice cream with red fuit swirl


Ya sé que tengo pendientes las entradas de Cantabria (y una de Bilbao de regalo), y prometo que no me pasará como con otros viajes que todavía esperan en el limbo a ver la luz, pero tenía que publicar antes el último helado que preparé en Murcia. Ya he comentado más de una vez que la máquina heladera la tengo en la casa del campo porque en mi mini apartamento madrileño ya no cabe nada más, y además me gusta pensar que está allí, esperándome cada año para las vacaciones de verano.

Aparte de un helado que compartí en Directo al Paladar, la he usado otras veces improvisando un poco, generalmente usando mucho yogur y fruta de temporada. Pero aprovechando que mis padres ahora hacen la compra en un Leclerc cercano, encontré nata sin lactosa, vainas de vainilla y esta maravilla de queso fresco batido, suave y denso, que después de escurrir quedaba así:

Fromage blanc

Así que preparé un helado de vainilla apto para mi intolerancia a la lactosa, al que no pude evitar añadir unas cucharadas de una compota de frutos del bosque riquísima. No me gusta añadir muchas yemas a los helados, pero poner una sola da un toquecito más cremoso y aporta algo de color a la base. Me gusta servir el helado con fruta fresca, pero como desgraciadamente no tenemos acceso en Murcia a moras, frambuesas o arándanos frescos, un poco de compota extra es una buena sustituta ;).

Helado de vainilla y frutos del bosque con queso fresco
Receta un poco improvisada por mí
Para 1 litro de helado, aproximadamente

- 500 g de queso fresco batido desnatado, bien escurrido
- 200 ml de nata para montar sin lactosa
- 100 ml de leche sin lactosa
- 1 vaina de vainilla
- 1 pizca de sal
- 1 yema de huevo L
- 120 g de azúcar
- 3-4 cucharadas de compota de frutos del bosque

Mezclar en un cazo el queso fresco batido desnatado con la nata y la leche. Cortar la vaina de vainilla con un cuchillo afilado, abriendo el interior. Sacar las semillas y echarlas al cazo; añadir también la vaina abierta. Calentar y remover bien, sin dejar que hierva. Tapar y dejar infusionar media hora.

Batir la yema de huevo con el azúcar en un cuenco. Echar en la mezcla de nata y queso, removiendo bien, y calentar de nuevo. Añadir una pizca de sal. Dejar cocer unos minutos para que espese, sin dejar de remover y procurando siempre que no llegue a ebullición. Dejar enfriar un poco y guardar en la nevera por lo menos dos horas.

Vanilla ice cream with red fuit swirl

Retirar la vaina de vainilla. Elaborar el helado siguiendo las instrucciones de la heladera. Cuando casi esté listo, añadir unas cucharadas de compota de frutos del bosque. También podemos añadirla cuando hayamos colocado el helado en un recipiente hermético removiendo con suavidad para hacer un efecto de marmolado. Tapar y llevar al congelador. Sevir con compota de frutos del bosque extra, al gusto. O, si tenéis suerte, con un puñado de moras o arándanos recién cogidos.

¡Feliz fin de semana!
14 agosto, 2012

Helado de melocotón - Desde Oporto

¡Hola a todos!

Disculpad por haber tenido el blog tan abandonadito, aunque estoy en modo "vacaciones" pensaba actualizar alguna vez dede la última entrada, pero han sido unas semanas de desconexión total que me han venido muy bien. 

He pasado dos semanitas en mi adorado campo, pasando buenos ratos con la familia que hacía tiempo que no veía (y con mi gato), montando en bici, nadando, leyendo, cocinando, hinchándome a ver los Juegos Olímpicos... Qué bien sienta pasar unos días desconectada de casi todo, sin preocuparme por nada, con tranquilidad y tiempo de aburrirme. Lo malo han sido los últimos días de calor HORRIBLE. La ola de calor infernal que atravesó la península decidió instalarme más tiempo en la Región y tuvimos hasta el domingo unos días terribles, hacía mucho que no pasaba tanto calor en el campo.

calabazas


Pero por fin, el lunes salimos de viaje, con mi hermano y todo. Pudimos hacer una paradita en Madrid para dejar en mi apartamento un cargamento de calabazas (¡listas para el otoño!) y después nos detuvimos en Salamanca. Esta mañana hemos visitado unas horas Ciudad Rodrigo (cuánta gente!) y por la tarde llegamos a Oporto en medio de una lluvia maravillosa.

Peach cream cheese ice cream


A ver si posteo alguna cosilla de esta ciudad que por lo poco que he visto ya me ha ganado en los próximos días. Por el momento, os dejo con un helado de melocotón que preparé en el campo gracias a unos ejemplares riquísimos y gordísimos que nos regalaron.

He usado, como otras veces, el queso fresco batido desnatado que ya venden en muchos comercios. Suele encontrarse en envases de entre 500 gr y 1 kg, y es muy parecido al yogur, por eso a pesar de mi intolerancia a la lactosa me sienta bien. Podéis usar un buen yogur natural cremoso en su lugar.

peach_icecream1



- 450 gr de melocotón, pesado sin hueso y sin piel
- 150 ml de almíbar
- zumo de limón
- 1 pizquita de sal
- 1 chorrito de licor (vodka, ginebra, Kirsch…)
- 500 gr de queso fresco batido desnatado, o yogur cremoso natural
- 1 cucharada de maizena
- ¼ cucharadita de esencia de vainilla (opcional)

Para hacer el almíbar, poner en un cazo 150 gr de agua y 150 gr de azúcar; calentar a fuego medio-bajo hasta que se haya disuelto y dejar enfriar.

Trocear los melocotones y poner en una olla pequeña. Añadir 100 ml de almíbar, un poco de zumo de limón, un poco de licor y la vainilla. Calentar a fuego bajo y dejar cocer unos 10-15 minutos, removiendo de vez en cuando. Disolver la maizena en un poco de agua fría y añadirla, removiendo bien. Dejar enfriar un poco y triturar con una batidora, pero dejando trozos enteros de fruta, procurando que no quede demasiado como un puré.

peach_icecream2

Colocar en un cuenco y añadir el queso fresco batido o el yogur, junto con una pizquita de sal. Mezclar bien, probar el punto de dulzor y añadir el almíbar restante si es necesario. Cubrir con film y dejar enfriar en la nevera como mínimo dos horas.

Volver a probar el punto de dulce y ajustar si fuera necesario con algo más de azúcar. Preparar el helado siguiendo las instrucciones del fabricante y guardar en un recipiente hermético en el congelador.
25 agosto, 2011

De vuelta, con helado y fotos gatunas

Esta entrada no está programada :)

¡Hola a todos! ¿Qué tal todo? ¡Espero que muy bien! Cómo echo de menos bloguear ^^.

El sábado (casi domingo) pasado regresamos de nuestro pequeño viaje a París, de nuevo al campo, tras una breve pausa en Murcia para dejar a mi hermano. El final del verano está siendo muy caluroso así que no hay muchas ganas de dejar el "fresco" (muy entre comillas) campestre, pero hoy hemos venido a la ciudad a hacer varios recados y compras. Así que he aprovechado (tras cortarme el pelo y ponerme al día con mis descargas) para curiosear un poquico por vuestros blogs. ¡Habéis cocinado y escrito mucho estas semanas! Tendré mucho trabajo cuando regruese a Madrid :P.

Gato en el jardín

Ya he empezado a procesar las fotografías del viaje y espero, esta vez sí, publicar pronto las entradas correspondientes. Mientras tanto os dejo con una receta, y unas imágenes de mi gordico, mi querido gato, que vive feliz durante el verano haciendo lo que quiere en el campo. Come menos y se va de juerga por las noches buscando a otros gatos (volviendo más de una vez con heridas de guerra que él mismo se busca), aunque sigue durmiendo horas y horas y horas, en cientos de sitios diferentes. Tampoco hay mucho más que hacer cuando pega el sol, ¿no? :-)

Gato pastando

Gato pastando

Su rutina diaria suele comenzar al amanecer, pidiendo su desayuno, para remolonear en la cama de mis padres durante un buen rato después. Aprovechando las primeras horas, más frescas, se recorre el jardín, marca territorio, se revuelca en la tierra y pega un buen repaso a las hierbas que crecen en el patio. Y luego a dormir.

Helado de cereza y ciruela

Este helado lo preparé antes de salir de viaje. No tenía ninguna receta, simplemente quería prepararlo, así que recurrí a la despensa y a experimentar un poco. Cocinando la fruta antes de incorporarla a la mezcla, dejando que caramelice un poco con mantequilla y azúcar, se obtiene un sabor profundo, diferente a usar directamente fruta fresca. Para que quedara una mezcla más cremosa probé una idea que vi en algún blog hace tiempo, añadir maizena para espesar. Es un truco barato, lo reconozco, pero no funcionó nada mal. Es un buen recurso si se quiere un helado más cremoso sin aumentar las calorías.

- 200 gr de cerezas, pesadas sin hueso
- 150 gr de ciruelas rojas dulces, pesadas sin hueso
- 1 chorrito de licor (opcional)
- 10 gr de mantequilla
- 1/4 cucharadita de sal
- 50 gr de azúcar
- 500 gr de queso fresco cremoso desnatado
- 100 gr de azúcar (más o menos, al gusto)
- 100 ml de leche de soja fría
- 1 cucharada colmada de maicena

Pelar las ciruelas y trocearlas en cuartos; partir las cerezas por la mitad. Calentar la mantequilla en una sartén ancha y añadir la fruta, mezclando bien hasta que la grasa se haya derretido. Añadir el licor, la pizca de sal y los 50 gr de azúcar, mezclando todo uniformemente. Dejar pochar a fuego bajo, removiendo de vez en cuando, hasta que la fruta esté muy tierna y haya jugos caramelizados.

Calentar en un cazo grande o una olla el queso fresco con el azúcar, hasta que se disuelva. Incorporar la fruta, removiendo bien. Mezclar la maizena en la leche fría hasta que se haya disuelto; añadir a los demás ingredientes, trabajando bien la mezcla a fuego medio-bajo, hasta que empiece a espesar. Dejar reposar fuera del fuego. Cuando se haya enfriado, tapar y dejar enfriar en la nevera como mínimo dos horas.

Para hacer el helado proceder según las instrucciones de la máquina, o trasladar a un recipiente hermético apto para el congelador e ir batiendo la mezcla cada cierto tiempo para evitar que se formen muchos cristales.
06 agosto, 2011

Helado de frutos del bosque estilo Calippo

[Entrada programada - Estoy en el campo :)]

La empresa italiana de moldes y otros útiles de cocina de silicona, Silikomart, que muchos ya conocéis por haber colaborado también con ellos, ha lanzado una campaña especial de verano para promocionar sus productos específicos para refrescarnos la temporada estival. A pesar de que me pillaban las fechas algo justas, cuando Silvia me ofreció colaborar no lo dudé, y es que me gusta mucho la gama específica para dulces helados que nos ofrecen, y que me vienen genial para disfrutar en Madrid donde por el momento no tiene hueco mi maquinita heladora. Recibí dos muestras, la primera es este molde que hoy os presento. 


Formado por un set de tres moldes para Ghiaccioli con sus respectivas capuchas, es imposible no acordarse del legendario Calippo de Frigo y sus múltiples clones en tantas otras marcas de helados. Ha sido desde cría uno de mis helados comerciales favoritos y me ha hecho ilusión poder recrearlos en casa, aunque dejaré el intento de emular mi favorito, de lima-limón (con ese verde radioactivo tan refrescante) para más adelante. 
Esta receta es sencillísima, muy rápida y fácil de hacer, con un resultado delicioso gracias al potente sabor de la fruta. Yo usé una mezcla de frutos del bosque congelados al natural que vienen genial para muchas recetas, aunque se podría hacer con fruta del tiempo y creando la mezcla a nuestro gusto.

- 300 gr de frutos del bosque (fresas, grosellas, arándanos, frambuesas, moras...)
- 90-100 gr de azúcar
- 1 pizca de sal
- 1 cucharada de zumo de limón
- 80 gr de queso fresco cremoso desnatado

Si se usan frutos congelados, habrá que dejarlos descongelar un poco si la potencia de nuestra batidora no es demasiado alta. Colocar los frutos enteros en el vaso de la batidora, trituradora o licuadora, y triturar. Añadir el zumo de limón, una pizquita de sal y el queso, batiendo todo unos segundos más con la máquina hasta que quede homogéneo. Incorporar el azúcar al gusto, pues el dulzor necesario dependerá del ácido de la fruta empleada. Repartir en los moldes, tapar y dejar congelar por lo menos 4 horas.

Nota: A mi me gusta dejar en preparaciones así la mezcla de fruta entera, sin colar, pero si no se quieren restos de semillas ni grumos se puede tamizar el triturado de fruta antes de continuar con los demás ingredientes, procurando presionar bien para extraer todos los jugos.

Frutti di Bosco Popsicle

¡Me temo que usaré estos moldes todo el año! ;)

Frutti di Bosco Popsicle
15 julio, 2011

Helado de queso al cilantro con un toque de fresas

[Aviso: momento nostalgia ]

Aunque disfrutables todo el año, el verano es época de helados. Cada año, cuando comienzan las campañas publicitarias de las principales marcas y resurgen las heladerías, recuerdo con nostalgia mi infancia y los helados que acompañaron mis vacaciones durante muchos años. Modelos de nombres y sabores que ya desaparecieron del mercado pero que tanta gente de mi generación recordamos con cariño (incluso se pueden encontrar vídeos de los anuncios de entonces pululando por la red).

Cuando llegaba el final de mayo, mi madre solía dejarnos por las tardes a mi hermano y a mi jugando en el parque que hay enfrente de nuestro antiguo colegio, mientras ella se quedaba charlando en la terracita de la cafetería que había entonces con otras madres. Era en esas ocasiones cuando podíamos tomar uno de los helados que se anunciaban en esos carteles llenos de colores ofertando todas las novedades de la marca de turno, a las que se suman los días sueltos que iba toda la familia a alguna playa. Porque en realidad nosotros éramos más de helados de "heladería", para entendernos, de bolas en tarrinas o cucuruchos. ¡Qué tiempo tan feliz en el que no era intolerante a la lactosa y podía disfrutar de cualquier sabor sin desagradables consecuencias! Mis favoritos: stracciatella y avellana.

Cream cheese coriander 
icecream 

El pasado fin de semana fui con mi padre a Balsicas, pequeña localidad cercana a nuestra casa del campo donde solemos acercarnos para comprar productos de alimentación a su supermercado (Supercerca, siempre me ha hecho gracia el nombre). En los últimos tiempos ha aumentado su oferta de productos gracias a tantísimos turistas ingleses y a inmigrantes de diferentes culturas. Ya he comentado alguna vez que aprovecho esta circunstancia para conseguir productos antes impensables, como la panela, harissa, Marmite, caster sugar... Pero no pude evitar sonreír al ver que, entre tanto producto de importación y novedades, siguen vendiendo el típico y (y casi viejuno) helado en bloque rectangular con sus sabores estrella: turrón, chocolate-vainilla, nata y tutti frutti. Esos helados largos envueltos en cartón que se cortan en bloques para servirlos entre dos galletas que venden aparte; seguro que a muchos de vosotros os suena. Y es que recuerdo cómo de pequeña, cuando alguien del campo iba a comprar a La Tercia o a Balsicas, solía traer helados de este tipo para todo el mundo y los niños corríamos emocionados a por nuestra porción, que disfrutábamos normalmente acabando con chorretones pegajosos de helado derretido por la casa y las manos.

Cream cheese coriander icecream


Mi máquina de helado está en Murcia porque no hay más sitio en nuestro pequeño apartamento, y porque creo que por el momento le sacaré más partido en las temporadas que paso por allá. No pude evitar preparar el primer helado de la temporada en mi última visita, y es que ya tenía fichada la receta desde que la vi en el delicioso blog de  Cannelle et Vanille. Ajustándolo a mis necesidades nutricionales, salió un helado riquísimo, cremoso, suave, con el maravilloso aroma del cilantro.

Basado en la receta de Cannelle et Vanille

- 170 ml de leche de soja
- 1 cucharada (15 ml) de yogur natural
- 2 cucharadas de semillas de cilantro
- 450 gr de queso cremoso bajo en grasas
- 125 gr de azúcar
- 1/4 cucharadita de sal
- 1 cucharada de licor al gusto (opcional)
- 3-4 cucharadas de compota de fresa (o mermelada reducida con un poco de agua al fuego)

Tostar unos minutos las semillas de cilantro en una sartén al fuego medio sin nada de aceite, hasta que empiecen a soltar su aroma. Machacar un poco groseramente con ayuda de un mortero y mezclar con la leche de soja. Calentarla en un cazo hasta que rompa el hervor; apagar y dejar infusionar hasta que se enfríe. Colar para retirar las semillas. Mezclar en un recipiente la lche, el yogur, el queso, el azúcar, la sal, y el licor si se usa, hasta que quede una mezcla homogénea, con el azúcar disuelto. Tapar y dejar enfriar en la envera como mínimo dos horas. 

Cream cheese coriander icecream


Cuando la mezcla esté bien fría, proceder a elaborar el helado siguiendo las instrucciones de la heladera. Cuando ya esté bastante sólido, añadir la fresa incorporando cucharadas a medida que la máquina sigue batiendo la mezcla, o simplemente mezclar batiendo a mano, lo justo para que la compota no se integre demasiado al helado. Colocar en un recipiente de cierre hermético y congelar hasta que se puedan formar bolas.

Cream cheese coriander icecream
15 septiembre, 2010

Helado de limón y buttermilk con frutos rojos

Ahora sí: he vuelto del campo. Lo he alargado lo máximo posible (que aunque a veces me queje, la desconexión total que tengo allí me sienta de maravilla) pero esta mañana hemos llegado al piso cargados de cosas. Mi habitación es un desastre y hay mucho que organizar y ordenar, por no hablar de las cosas pendientes que tengo en la red. Muchos blogs y páginas que visitar, muchos comentarios que leer y responder! No paráis nunca! Muchas gracias, como siempre, por estar ahí : )

Mientras me voy encontrando a mi misma en este caos, y preparando el viaje que tengo ya dentro de una semana exactamente (hasta dentro de casi mes me parece que no voy a poder descansar), os dejo otra de las recetas de este verano. Y como aún hace calorcito en muchos sitios, aprovecho para compartir otro helado.

Es la primera vez que utilizo buttermilk en un helado y el resultado no podía ser mejor. Además, combiando con el ácido del limón el efecto es espectacular, dando un helado cremoso, lleno de sabor y muy refrescante. El toque de frutos rojos era otra prueba que quería hacer, para darle algo más de colorido y un efecto distinto, sin añadir demasiado.

Buttermilk lemon ice cream

- 250 ml de zumo de limón recién exprimido
- ralladura de 1 limón
- 250 gr de azúcar (de base, más al gusto)
- 1 pizca de sal
- 500 gr de yogur natural cremoso
- 200 ml de buttermilk
- 1-2 cucharadas de mermelada de limón (opcional)
- 15 ml de ron blanco
Tamizar el zumo de limón con un colador para quitar las impurezas. Poner en un cazo al fuego bajo con el azúcar y la sal, removiendo hasta que se disuelvan. Incorporar la mermelada, mezclando bien, y dejar enfriar un poco. Batir el yogur y dejar escurriendo sobre un colador cubierto por una tela fina hasta que suelte la el mayor líquido posible (si es un yogur muy denso, no hará falta este paso). Poner en un recipiente amplio; añadir el limón, la ralladura, el buttermilk y el ron, mezclando todo bien. Probar el punto de dulzor y ajustar al gusto, teniendo en cuenta que al congelarse la impresión dulce disminuirá un poco. Dejar enfriar en la nevera mínimo un par de horas. 
Proceder según las instrucciones del fabricante si se tiene máquina de helados, o llevar al congelador en un recipiente de cierre hermético, batiendo cada media hora para romper los cristales.

Para el swirl de frutos rojos: unas cucharadas de mermelada de frutos rojos (fresa, frambuesa, grosella) y algo de agua. Poner ambos ingredientes en un cazo y calentar, removiendo bien hasta que la mezcla esté homogénea y licuada. Dejar enfriar. Si se usa heladera, verterlo sobre el helado mientras la máquina sigue batiendo cuando esté ya a punto de terminar. También se puede simplemente añadir con una cuchara en capas alternas cuando se coloque el helado en el recipiente hermético.

Buttermilk lemon ice cream
30 agosto, 2010

Helado de arándanos

Entrada programada - No sé exactamente dónde estaré ahora, pero lo que es seguro es que es sin conexión :P

Ya lo habrá dicho muchas veces: me vuelven loca los frutos del bosque y similares. Arándanos, grosellas, frambuesas, moras, fresas silvestres... Pero en Murcia son difíciles de encontrar, y cuando los encuentras están pochos y a precio de oro. Por eso en verano aprovecho para ir a comprar a zonas de ingleses y alemanes, donde los comercios se llenan de productos poco comunes para los locales. Allí sí que puedo conseguir buenos frutos sin tener que sin subastar un riñón para su compra. La última vez nos trajimos frambuesas lustrosas y arándanos gordos y relucientes. Con éstos últimos me lancé a preparar helado.

 Blueberries with sugar and Kirsch





- 200 gr de arándanos frescos (125 gr y 75 gr)
- 500 gr de yogur natural cremoso
- 75 gr de azúcar
- 1 cucharada de Kirsch u otro licor afrutado (opcional)
- 1 cucharadita de zumo de limón
- ¼ cucharadita de sal

Lavar y escurrir los arándanos. Separar 75 gr seleccionando los granos más pequeños y reservar. En un recipiente, mezclar los 125 gr restantes con el azúcar y el Kirsch; dejar macerar como mínimo media hora. Añadir la sal y el limón. Batir un poco el yogur e incorporarlo a los demás ingredientes. Triturar con una batidora hasta que quede homogéneo. Añadir los demás arándanos, partiendo por la mitad los que sean más grandes. Corregir el punto de dulzor y dejar enfriar en la nevera como mínimo cuatro horas. Preparar el helado según las instrucciones de la heladera, o traspasar directamente a un recipiente de cierre hermético para ponerlo en el congelador, rompiendo los hielos cada media hora hasta obtener una textura adecuada.

Blueberry ice cream
22 junio, 2010

Helado Selva Negra

Ya estamos oficialmente en verano, junio tiene los días contados y las temperaturas van a ir subiendo paulatinamente en los próximos días; espero que el máximo no sea demasiado exagerado. Estoy entrando en una fase de estrés mental preocupante por diversas razones con las que no os quiero aburrir. Así que, vistas las circunstancias, una buena opción para relajarse y refrescarse un poquico es preparar helado casero.
Desde que vi esta combinación de ingredientes en el libro Helados y postres refrescantes tenía muchas ganas de probarlo. Haciendo algunas variaciones, ha salido riquísimo. Recomiendo emplear un yogur griego de calidad, el más cremoso que podáis encontrar. No es por hacer publicidad, pero yo vi de casualidad en Lidl unos cubos de yogur de 1 kilo a muy buen precio, y tengo que decir que es el mejor que he visto nunca por aqui. Tan sumamente cremoso que al sacar una cucharada se deja un agujero, es tremendamente denso, más que la nata montada, y de sabor buenísimo.

Black forest ice cream




- 350 gr de cerezas pesadas sin hueso
- 130 gr de azúcar
- 1 sobre (8 gr) de azúcar vainillado
- 1 cucharada de zumo de limón
- 1-2 cucharadas de Kirsch (opcional)
- unas gotas de extracto de almendra (depende de lo fuerte que sea la que se use)
- 650 gr de yogur griego de buena calidad
- 85 gr de chocolate negro de buena calidad

Lo mejor es ir pesando las cerezas a medida que se las va despepitando, poniendo un recipiente debajo para que recoja el jugo que puedan soltar en el proceso. Se mezclan las cerezas ya sin hueso, partidas por la mitad, con los dos tipos de azúcar. Añadir el limón y el Kirsch y por último mezclar bien con el yogur. Batir ligeramente con una batidora a baja potencia para triturar un poco la fruta y que tiñan el yogur de morado; lo ideal es que queden trozos de cerezas de distinto tamaño. Dejar enfriar en la nevera como mínimo dos horas.
Picar el chocolate sin cuidado, dejando trozos irregulares de distinto tamaño, y dejar enfriar también.
Preparar siguiendo las instrucciones de la máquina de helados; cuando esté casi listo, añadir el chocolate y mezclar bien. Trasladar a un recipiente de cierre hermético y guardar en el congelador, o servir directamente.
Sale algo más de un litro de helado.
07 junio, 2010

Helado de vainilla

Me encanta el helado. En verano es algo imprescindible, pero en mi casa lo hemos tomado como postre durante todo el año, sobre todo para fechas especiales montándonos nuestras propias copas de varios sabores. Recuerdo que de pequeña me daban rachas obsesivas de sabor; durante un tiempo sólo quería stracciatella, luego avellana, más tarde descubrí el yogur con arándanos... Hasta que un año me di cuenta de que me sentaban fatal ciertos sabores, y enseguida me diagnosticaron la intolerancia a la lactosa. Así que ahora tengo que buscar heladerías artesanas (que me aseguran buenos ingredientes sin aditivos) que saben hacer auténtico gelato de frutas sin necesidad de añadir nata, crema o leche.
Pero claro, a veces me apetece un buen helado cremoso de chocolate, nuez, vainilla, trufa, café... Difícil encontrarlo en su forma lactose-free o vegetariana.

El año pasado la máquina de helados llegó a mi casa trayendo mucha felicidad :D Hice varias pruebas básicamente usando sólo frutas y usando como base yogur para hacerlos más cremosos. Pero esta vez me apetecía probar algo distinto y más arriesgado. Aprovechando que mi visita del fin de semana es un casi adicto al helado de vainilla, me lancé a intentar sacar una versión casera decente.



En lugar de usar crema o nata, he probado un producto que descubrí en Mercadona el otro día. No es por hacer publicidad, pero no lo he visto en ningún otro comercio. Se trata de "Mondelice Yog-fit", de la casa holandesa Campina, Se anuncia como "leche fermentada", lo cual es muy similar al yogur. No sé si ocurre en todos los niveles de intolerancia, pero al menos mi estómago admite el yogur y otros productos lácteos fermentados, porque precisamente al fermentar la leche se hacen más digestivos. Añadiendo un par de yogures cremosos, un poco de leche vegetal y yemas de huevo, salió un helado riquísimo. Use dos vainas de vainilla ya que son barateras y tienen menos aroma que una vaina de calidad (tendré que comprarlas on-line).




vanilla ice cream

- 500 gr de "leche fermentada"
- 250 gr de yogur natural cremoso
- 240 ml de leche de soja (u otra vegetal)
- 150 gr de azúcar (más o menos)
- 1 pizca de sal
- 2 vainas de vainilla
- 4 yemas de huevo

Con un cuchillo de punta, abrir las vainas y rascar las semillas, dejándolas en una cacerola; poner también las vainas. Añadir la leche fermentada, el yogur y la leche. Poner a calentar a fuego medio, removiendo bien hasta que se forme una mezcla homogénea. Apagar el fuego, tapar y dejar como mínimo 30 minutos.
Poner a calentar de nuevo, añadiendo la sal y el azúcar (ajustar la cantidad al gusto), removiendo durante unos 5 minutos, hasta que el azúcar se haya disuelto. Batir aparte las yemas; añadir unos 250 ml de la mezcla de vainilla y batir. Incorporar esta mezcla a la primera en la cacerola y poner al fuego medio-bajo. Hay que remover constantemente sin dejar que llegue nunca a ebullición (se cortarían las yemas), unos 10-15 minutos, hasta que haya espesado un poco. Apartar del fuego y esperar a que temple un rato. Tapar con film y dejar enfriar en la nevera como mínomo 6 horas.
Para hacer el helado, proceder según las instrucciones el fabricante de la heladera. En caso de no tener máquina, poner la mezcla en un recipiente de cierre hermético y dejar unos 30 minutos en el congelador; batir los cristales que se hayan formado y volver a congelar. Seguir el mismo procedimiento hasta que quede una textura más o menos cremosa.
09 mayo, 2010

hemc44: Helado de fresa bajo en grasas

Palmira es la anfitriona de la edición 44 de Hecho en mi cocina y ha elegido como tema la Operación Bikini, que no creo que haya que explicar a nadie en qué consiste :P
Y es que claro, de pronto se nos presenta mayo sin avisar, empieza a hacer cada vez más calorcito, se guardan jerséis y abrigos, reaparecen sandalias y tirantes... Nuestro cuerpo tan bien guardadito durante los meses fríos bajo capas de tela de pronto se encuentra al descubierto, con ciertos volúmenes que no deberían estar ahí...

Las dietas en general creo que son poco prácticas. Seguir una dieta se hace monótono, aburrido y algo deprimente, y además no sirve de mucho si cuando se ha perdido peso se vuelven a las andadas. Hay que tener buenos hábitos en general, saber moderarse y permitirse caprichitos de vez en cuando. Ahora que llega el buen tiempo creo que es mejor plantearse comer un poquito más sano y sobre todo aprovechar para hacer algo de ejercicio, que viene muy bien también para despejar la cabeza en estas fechas de estrés y ansiedad. Lo bueno además del buen tiempo es que apetecen cosas frescas y más ligeras, y menos platos copiosos o contundentes de digestiones pesadas.
Un helado bajo en grasas con su buena fruta fresca es ideal para aportar ese toque de dulzura que todos necesitamos de vez en cuando; y qué mejor que aprovechar las fresas que siguen con nosotros.



- 350 gr de fresas troceadas
- zumo de medio limón
- 500 gr de crema de yogur desnatado (opcional: edulcorado)
- azúcar al gusto
- 1 ó 2 cucharadas de Kirsch u otro licor aromático (opcional)
- 2 claras de huevo grandes
- 1/2 cucharadita de cremor tártaro (opcional)
- 1 pizca de sal

Triturar las fresas; si no gustan las semillas, tamizarlas; dejar algún trocito entero si se quieren encontrar piezas de fruta en el helado final. Añadir el zumo de limón, el licor y el yogur, mezclando bien. Probar el punto de dulzor e ir añadiendo azúcar u otro edulcorante. Reservar.
Montar las claras de huevo con una pizca de sal y el cremor tártaro, si se usa, hasta que forme una masa esponjosa, dejando "picos" al levantar las varillas pero sin estar montadas del todo (es decir, si se pone boca abajo el recipiente las claras deben moverse por la gravedad). Incorporarlas a la primera mezcla, mezclando con movimientos envolventes, hasta obtener una masa homogénea. Tapar con film y enfriar en la nevera como mínimo un par de horas. Verter en la máquina de helado y proceder según instrucciones del fabricante.
Si no se tiene heladera, se pueden obtener buenos resultados congelando la mezcla, y triturándola con batidora cada media hora, hasta que se haya solidoficado formando los menores cristales posibles.
30 septiembre, 2009

Helado de ciruela especiado

Aaah, la lluvia en Murcia... parece ser que o no caen ni cuatro gotas o directamente nos inundamos en pocas horas. Aunque aqui en la capital ha llovido bastante estos días, nada comparado con zonas más del sur. En mi campo por ejemplo han aparecido lagos de la nada de un día para otro :P Lo malo es que tanta agua ha causado auténtico caos en muchas poblaciones, además de dejar inutilizadas muchas carreteras secundarias y caminos que comunican pueblos... Y todo esto, o parte, ¿se podría haber evitado de alguna forma si se hubieran desarrollado los planes de infraestructuras y desarrollo urbanístico de otra forma? Pues no lo sé, en algunos casos seguramente sí... Sin ir más lejos, en el resort  (un micro universo que asusta) que tiene Polaris muy cerca de mi campo, donde se celebró la Copa Davis hace unos días, se inundó obligando a alojar a los residentes en el hotel (y es que son tan listos que no previeron al diseñarlo que pudiera llover, al parecer no tienen ningún sistema de evacuación de aguas). En fin... yo sólo creo que no se puede vivir sufriendo tanto caos cuando se decide a llover de verdad un par de días; veremos si se toman medidas.

Bueno, el otoño ya está aqui, cierto, pero a pesar del mal tiempo frío, lo que se dice frío, aqui aún no hace (salvo por la noche que refresca más). Así que pienso seguir dando trabajo a la heladera durante una buena temporada más :)



Spicy plum ice cream


- 465 gr de ciruelas rojas, maduras
- 1/2 cucharadita de canela molida
- 1/2 cucharadita de nuez moscada molida
- 1 pizca de clavo molido
- 100-140 gr de azúcar*
- 2 cucharadas de zumo de limón
- 675 gr de yogur cremoso*
- 1 cucharadita de esencia de vainilla

Una vez lavadas las ciruelas, trocearlas descartando el hueso (pesarlas ahora) y colocarlas en una olla junto al azúcar y las especias. Cocer a fuego medio, removiendo con frecuencia con una cuchara de madera, unos 10-15 minutos, hasta que la fruta esté tan blanda que casi se haya deshecho. Verter en un bol amplio pasándolo por un tamiz o colador, aplastando bien la mezcla hasta escurrir totalmente las ciruelas; descartar los restos de piel y fibras que hayan quedado. Añadir el zumo de limón y mezclar, probando el punto de dulzor. Tapar y dejar enfriar en la nevera como mínimo dos horas.
Cuando la mezcla esté muy fría, batir junto al yogur y la vainilla. Probar de nuevo el punto de dulzor y ajustar si es necesario. Preparar en la heladera según instrucciones del fabricante. Guardar en un recipiente hermético y dejar congelar el congelador unas horas antes de servir.

* Normalmente uso yogur natural y añado el azúcar a mi gusto, pero en este caso en la tienda sólo había azucarado (para recetas así compro tarrinas grandes de 500 gr, sale más económico) así que reduje la cantidad de azúcar. A mi no me gusta demasiado dulce, así que recomiendo empezar sin añadir demasiado e ir ajustando el punto al gusto de cada uno.
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