¡Milagro, vuelvo a publicar! Y no es una receta estrictamente navideña, a pesar de que, dioses, ya estamos a día 3 de diciembre, en pleno Adviento. Ains.
Es ya repetirse mucho, y cada año la sensación se acelera, pero este 2023 realmente se me ha pasado volando. Tengo la sensación de que fue este verano cuando fuimos de vacaciones a Asturias, cosa que hicimos en 2022, mezclándose los recuerdos con el viaje que sí emprendimos, a Cantabria. Dos tierras maravillosas, por cierto. Qué bien se come en el norte.
Quiero creer que si el año se me ha hecho tan ligero es porque me encuentro mucho mejor anímicamente y mentalmente que cuando terminó el verano de 2022, cuando creo que ya comenté que tenía la salud mental pocha y empecé a recurrir a ayuda profesional. Es un proceso de recuperación lento en el que aún me queda mucho por trabajar, pero me encuentro, con gran diferencia, mucho mejor. Y lo noto tanto en mi estado de ánimo como físicamente.
La ansiedad, la tristeza que me comía por dentro y la sensación vital de vacío no solo me tenía desanimada y gris, sin ánimos para casi nada, también se manifestaba con síntomas físicos como digestiones terribles, palpitaciones, heridas bucales, síndrome de la boca ardiente -una cosa muy rara y desagradable-, globo faríngeo... en fin no quiero aburriros, pero es, por decirlo de algún modo, fascinante cómo el cuerpo reacciona en tu contra cuando la mente no está bien. Como un grito de ayuda, un "amiga, date cuenta".
Y todo eso hace que te alimentes peor y asimiles mal los nutrientes, con lo que el cuerpo encima está más débil, la cabeza sufre más y es un círculo vicioso que llega a ser insostenible sin que te des cuenta. La recuperación, como digo, es lenta, pero pasito a pasito todo mejora. Y yo solo quiero terminar de recuperarme y seguir disfrutando de las pequeñas cosas que me gustan con la gente que quiero ^_^.
Eso me lleva a las fiestas navideñas, que las tenemos encima casi ya, y las ganazas que tengo de disfrutarlas al máximo sin más pretensiones que volver a casa, pasar todo el tiempo que pueda con mi familia y dejar rienda suelta a mi ingenuo e infantil espíritu navideño murciano-suizo. Y eso implicará hornear y cocinar mucho, por supuesto. A ver si cae alguna receta nueva que pueda traer por aquí.
Hoy dejo este bundt cake de plátano que aún sabe más a otoño y que horneé hace unas semanas aprovechado la cantidad absurda de la fruta que se nos había acumulado en casa por una falta de coordinación en las compras. Como todavía no hacía el frío tan maravilloso que POR FIN tenemos en Madrid, maduraron muy rápido. Y los plátanos maduros jamás se tiran.
Inspiración: el otoño y King's Arthur Cake
Ingredientes para un molde tipo Bundt de 10-12 tazas
- 55 g de mantequilla sin sal atemperada
- 50 g de aceite de sabor neutro
- 170 g de azúcar
- 2 huevos L a temperatura ambiente
- 350 g de plátano maduro aplastado (sin piel)
- 170 g de yogur natural a temperatura ambiente
- 5 ml de extracto de vainilla
- 2 cucharaditas de canela
- 1 cucharadita de levadura química
- 1 cucharadita de bicarbonato sódico
- 200 g de harina de todo uso
- 70 g de harina de espelta integral
- 3/4 cucharadita de sal
- 70 g de nueces troceadas (opcional)
Precalentar el horno a 175ºC con calo arria y abajo, sin aire, y preparar el molde engrasándolo y enharinándolo con un colador, sacudiendo el exceso. Procurar que todos los ingredientes que hayamos sacado de la nevera estén a temperatura ambiente.
Batir con varillas la mantequilla con el aceite y el azúcar, hasta formar una mezcla homogénea ligeramente esponjosa y suave. Añadir los huevos, uno a uno, batiendo bien después de echar cada unidad. Incorporar el plátano aplastado -o triturado si preferimos una textura más homogénea- y el yogur con la vainilla, y batir un poco más.
Mezclar en otro recipiente el resto de ingredientes salvo las nueces, con unas varillas, y tamizar la mezcla encima de la masa principal, batiendo a velocidad muy baja o mezclando a mano con otras varillas y movimientos envolventes hasta combinar todo en una masa homogénea sin grumos secos. No batir en exceso.
Echar las nueces si se utilizan, o cualquier otro fruto seco o fruta seca como pasas, dátiles... y combinar con suavidad. Echar la masa en el molde preparado, igualando bien por todas partes, y hornear a media altura durante unos 45-50 minutos, hasta que al pinchar con un palillo o brocheta salga prácticamente limpia.
Esperar 10 minutos fuera del horno antes de desmoldar con mucho cuidado volteando el molde en una rejilla, y dejar enfriar por completo. Decorar con azúcar glasé tamizado si se desea cuando esté frío.