No quiero aburriros mucho con los detalles, pero mudarse es un coñazo muy grande. Sobre todo cuando lo haces a otra vivienda en la que te has metido a hacer una obra completa y empiezan a surgir problemas por todos lados hacia el final.
Claro que una mudanza viene bien para replantearte la cantidad de tonterías que acumulas en casa, aunque pensaras, en tu ilusia irrealidad, que no eras de esa gente. Yo sabía que nos tocaba cambiar de aires desde hace tiempo y procuraba no comprar tontunas, ni más ropa de la necesaria, ni libros, pero claro... La gente seguía regalándonos cosas, y aún así, os imaginaréis que tenía piezas de vajilla y accesorios de cocina para llenar varias cajas. Tiramos, regalamos y donamos un montón de cosas, y aún así no parábamos de llenar cajas y cajas. ¡Viviendo en un mini apartamento! Menos mal que mis padres vinieron ese fin de semana largo a ayudar a empacar y empezar a trasladar, y los suegros también ayudaron. Bendita familia.
Fueron días intensos con muchísimo calor; al menos el nuevo hogar está cerca del viejo y los viajes en coche eran cortos. Claro que luego nos tocaba al elfo y a mí otra parte rollo interminable... desembalar, limpiar, ordenar, reorganizar, comprar y montar muebles... ¡No sé la de veces que he cambiado de sitio las cosas de la cocina ya! Y cada día casi tengo a obreros/carpinteros/fontaneros en casa apañando cosas que colean de la obra -tenemos un cabreo con un tema en concreto que os ahorraré-.Sin olvidar que en medio está esta cosita que hemos adoptado, llegado directamente del campo de Murcia:
Os presento a Lito, va a cumplir tres meses y está hecho un trasto con una energía que no parece tener fin. El día del traslado no lo pasó muy bien pero ya se ha hecho el dueño y señor del nuevo hogar, se lo pasa pipa entre las cajas de la mudanza qu siguen por en medio y todo, absolutamente todo le llama la atención. Y es un amor ^_^.
En fin, aún nos queda trabajo en casa pero ya todo se va viendo mejor :). La ilusión por el futuro es mayor que cualquier piedra que nos haya salido en el camino. Y ahora, ¡receta!
Mi padre vino cargado de pimientos, berenjenas, limones y naranjas, todo cogido por él de la huerta murciana y había que aprovecharlo. A pesar del calorazo que hacía tenía claro que esas berenjenas tan monas tenía que asarlas, y saqué varios platos diferentes con ellas. Esta ensalada cremosa/dip/mezze está inspirada en la Patlıcan Salatası, un plato turco ideal para el verano.
Receta de Patlıcan Salatası o ensalada turca de berenjena y yogur
Inspiración: Seasonal cook in Turkey y las berenjenas de mi padre
Ingredientes un poco a ojo para 1 persona
- 4 berenjenas pequeñas (unos 250 g de carne asada)
- 1-2 dientes de ajo
- 1/2 limón
- comino molido
- 2-3 cucharadas de yogur natural cremoso
- cebollino
- perejil
- pimienta negra
- sal
- aceitunas negras
- buen aceite de oliva virgen extra
Precalentar el horno a 200ºC, lavar las berenjenas, cortar por la mitad longitudinalmente y asarlas hasta que estén muy tiernas. Dejar enfriar un poco y sacar la carne a un cuenco.
Machacar el ajo sin el nervio central y añadir a la berenjena. Salpimentar ligeramente, agregar el zumo de limón, parte de su ralladura, comino, el yogur y cebollino y perejil picados al gusto.
Mezclar todo muy bien y probar, corrigiendo de sal si fuera necesario, o añadiendo más yogur. Llevar a un cuenco o fuente y decorar con aceitunas negras en rodajas, alguna hojita de perejil y un buen hijo de aceite de oliva virgen extra.
Servir frío o a temperatura ambiente, con crudités de verduras, picos, o regañás para mojar, o devorar directamente con buen pan. Si os gusta el picante, añadid una guindilla y estará buenísimo.
A ver qué nos trae el mes de julio :).