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28 febrero, 2019

Mermelada-compota de mandarinas murcianas o cómo endulzar la morriña


¿Ha pasado más de un mes desde que di señales de vida por aquí? Corramos un tupido velo. Mejor que no sea muy tupido, que este final de invierno está siendo una estafa y tengo las mantas muertas de aburrimiento en el armario. Pero, aunque el tiempo vuela, mi bola durmiente de morriña ha estado alimentándose estas semanas y necesita salir a flote de alguna manera. La cocina siempre ayuda, y esta mermelada-compota de mandarinas murcianas está siendo un bálsamo para el alma.

En realidad su preparación actuó como terapia hace ya un mes, cuando enero se estaba terminando y me di cuenta de que la Navidad ya era un recuerdo del pasado. Vine con un buen cargamento cítrico de limones, naranjas y mandarinas que mi padre recolectó de casa de mi tío, y las últimas corrían peligro de estropearse. Se emocionó un poco llenando bolsas, y en casa nuestro consumo de fruta tiene un límite razonable -aunque suelo superarlo sobradamente, con diversas consecuencias-.



Pensando en cómo aprovechar esas maravillosas mandarinas recurrí a mi biblioteca culinaria en busca de inspiración, y al final me sedujo la idea más obvia y sencilla: ¡a envasar! Mis padres me trajeron de San Francisco un libro encantador con recetas que preparan en un bed and breakfast en el Valle de Napa, organizadas por estaciones. Y en invierno sugieren aprovechar la temporada de cítricos para tener deliciosas mermeladas en el desayuno. Una idea estupenda, para qué engañarnos.

Adapté la receta original con naranjas a mis mandarinas, muy dulces, llenas de zumo y aromáticas, aunque con muuuuchas semillas o huesecillos. Nos hemos acostumbrado demasiado a la fruta pulcra, la verdad; no me molestan los huesos en los cítricos, aunque reconozco que retirarlos de casi 2 kilos de mandarinas requiere su tiempo. Pero fue parte de la terapia.


Tableta conectada, lista de series en marcha, delantal puesto y sin prisas; un plan tranquilo y relajante en casa cuando todavía hacía frío y las tardes aún eran cortas. Y tengo un buen cargamento de preciosa y fragante compota para los desayunos y meriendas de estos días, en los que la Semana Santa aún se ve muy lejos para volver a mi Murcia.

Receta de mermelada o compota de mandarina
Inspiración: las mandarinas de mi tío, el no-invierno y este libro
Ingredientes un poco a ojo, dependiendo de la calidad de la fruta

- 2 kilos de mandarinas bien aromáticas y llenas de zumo (aproximadamente)
- 1 limón hermoso
- 1 kilo de azúcar (aproximadamente, dependiendo del gusto y del dulzor de la fruta)
- gelificante o pectina para mermelada (opcional)

Lavar muy bien la fruta y quitar los posibles restos de ramitas y tallos. Poner en una olla grande llena de agua, llevar a ebullición, bajar el fuego y dejar cocer sin prisas entre 1-2 horas, hasta que estén muy, muy tiernas. Escurrir y dejar enfriar.

Cuando la fruta no queme, preparar una olla para cocer la compota y empezar a cotar las mandarinas para retirar los huesos, si los tuvieran. Cortar la fruta en trocitos, piel incluida, e ir llenando la cazuela.

Echar el azúcar, mezclar bien y dejar que se disuelva. Calentar y echar el zumo del limón. Incluir la pectina o gelificante según instrucciones del fabricante, en su caso. Cocinar a fuego medio-bajo hasta que reduzca y cuaje un poco, unos 30 minutos.

Yo corté las mandarinas a lo bruto y tenía trozos grandes, así que lo trituré un poco con la batidora, dejando trocitos enteros de piel y pulpa. Se pueden picar más finas o envasar con trozos más grandes.

Envasar en los botes preparados y esterilizados según procedimiento habitual. Cerrar bien y dejar boca abajo, o cerrar al vacío cociéndolos cubiertos de agua. Poner etiquetas con la fecha, disfrutar y regalar.



¡Adiós febrero! Has sido especialmente fugaz este año, y eso sin ser bisiesto. ¿Vendrá marzo con algo más de fresco?
20 mayo, 2016

Mermelada de fresas 2016 - Imprescindible en mi despensa

La idea de hoy es que esta entrada sea cortica, que tengo que salir a unos asuntos antes de dedicarme a vaguear el resto del viernes. El fin de semana ya se presenta veraniego, aunque tengo esperanzas de que aún pase alguna borrasquilla o uno de esos frentes tan majos de final de primavera. Aunque reconozco que ya tengo ganas de terminar de hacer el cambio de armario y sacar toda la ropa de verano, a pesar de que no me apetece nada empezar a enseñar mucha piel a todas horas. Y sobre el final de la primavera va la receta de hoy, que en realidad no descubre el mundo a nadie: la mermelada de fresas de cada año, imprescindible para mi despensa.

Strawberry jam

A lo tonto, sin darnos cuenta, la temporada de fresas y fresones está llegando a su fin, al menos en nuestro país. Ha empezado tan pronto que se nos olvida que todo llega a su fin, así que si os gusta de verdad esta fruta aprovechad para conseguir los últimos ejemplares sabrosos de verdad en vuestra frutería de confianza, congelad y haced conservas. Yo me di cuenta de que empezaban a desaparecer de los comercios la semana pasada y entré en modo pánico, así que me llevé una caja bien hermosa del mercadillo de los domingos y el lunes estuve bien entretenida elaborando la cosecha de mermelada de este año.

Me encanta volver a casa de mis padres y comprobar que siempre hay varios tipos de mermeladas y compotas en la nevera, más las reservas de la despensa. El lado suizo es potente en esto, pues la familia helvética siempre nos ha recibido con su despliegue de conservas de frutas lista para desayunos y almuerzos, en muchos casos caseras. Hacer mermelada y confitura en casa es algo entretenido pero tremendamente satisfactorio, nos hace apreciar mucho más las bondades de la naturaleza con sus productos y además podemos controlar el origen de la materia prima y la cantidad de azúcar. Al igual que el pan casero, todo el proceso tiene algo mágico. Si encima hemos podido cultivar o recolectar por nosotros mismos el producto ya es otro nivel.

Strawberry jam

Este año la mermelada ha salido bien espesita y cuajada gracias a que tenía azúcar gelificante 2:1, que me trajeron de Alemania. Hoy en día se puede encontrar azúcar para mermeladas más fácilmente en nuestro país, pero si no tenéis a mano no pasa nada. Yo he hecho mermelada con textura más de compota y sale deliciosa también. Podéis añadir gelatina o agar-agar si preferís una textura más... gelatinosa. No tenía ganas de complicarme y no he probado combinaciones raras, pero como sugerencias para variar la receta base os recomiendo añadir otros frutos rojos, vainilla, naranja, pimienta o cardamomo, ruibarbo, anís... Casi todo está permitido :).

Receta de mermelada de fresas o fresones
Inspiración: mi propia pasión por esta delicia
Ingredientes para una buena cantidad de tarros

- 2 kg de fresas/fresones en su punto, o ligeramente maduros de más (pesados ya preparados)
- 1 kg de azúcar gelificante o azúcar normal
- 1 limón
- pectina, gelatina o agar-agar (opcional)
- aromas añadidos al gusto (vaina de vainilla, pimienta recién molida, anís estrellado, etc)

Lavar muy bien las fresas, secarlas y cortar el rabito, además de posibles partes dañadas. Trocear en piezas no muy pequeñas y colocar en un recipiente grande. Pesarlas ya preparadas para asegurarnos de que tenemos al menos 2 kg (yo me pasé un poquito, mejor).

Rallar la piel del limón previamente lavado y mezclar. Añadir el azúcar y mezclar muy bien. Tapar con un paño limpio y dejar reposar unas horas, incluso toda la noche. Soltarán los jugos y el azúcar desaparecerá por arte de magia.

Llevar a ebullición en una olla con fondo grueso. Añadir los posibles aromas y el zumo del limón colado. Bajar el fuego y dejar cocer lentamente hasta que la fruta se deshaga y espese al gusto. Retirar la espuma y remover de vez en cuando.

Para saber la textura que tiene lo mejor es tener un platito en el congelador y añadir directamente un poquito de la mezcla. Podemos triturar las fresas un poco con una batidora si las hemos cortado demasiado gruesas y cuaja antes de que se deshagan. Pero mejor dejar trocitos enteros.

Envasar en caliente en tarros previamente lavados y esterilizados, siguiendo vuestro método preferido. Yo los tengo en el horno unos 20 minutos y los conservo en caliente, y aparte hiervo las tapas en agua. Cerrar muy bien y dejar boca abajo para que haga efecto vacío. Etiquetar y regalar, o guardar en la despensa en un lugar oscuro y seco.

Strawberry jam

Toca decir adiós a las fresas y recibir con grandes alegrías las cerezas, picotas, albaricoques, melocotones y demás maravillas veraniegas. ¡Buen fin de semana!
24 septiembre, 2015

Mermelada de melocotón al tomillo [Conservas caseras con Ventanas Verdes]

Ya es oficialmente otoño y por eso hoy me he levantado un poquito más feliz. Todavía hace falta que bajen más las temperaturas, que lleguen al mercado todos los productos típicos de temporada y que el suelo se llene de remolinos de hojas de todos los colores, pero al menos la palabra "verano" ya se quedó atrás. Como ya he comentado varias veces, Murcia realmente no tiene otoño - al menos, no como yo lo concibo -, pero Madrid sí, y pienso disfrutarlo muchísimo. Pero antes de todo eso merece la pena conservar un pedazo del verano en botes para la despensa, por eso un año más en Ventanas Verdes volvemos al curso con nuevas propuestas para hacer conservas caseras.

Peach thyme jam


Hemos pasado un estío disfrutando de esa maravillosa fruta y con la mejor temporada de verduras y hortalizas, pero aunque ya estemos algo cansados de ellas siempre es una buena inversión dedicar un día a envasar en vinagre, almíbar, aceite, encurtidos, mermeladas, compotas y demás. En agosto mi madre y sus primas ya hicieron la habitual "tomatada", con kilos y kilos de tomate en conserva - al natural y frito -, y a mí me gusta preparar alguna mermelada en esta época. Casi se me pasa, porque está siendo una vuelta al cole algo caótica, pero menos mal que mis ventanitas me dieron el empujón que necesitaba.

Peach thyme jam

Peach thyme jam

A pesar de que en nuestro grupo apostamos por ofrecer recetas más saludables, reconozco que las mermeladas, como concepto, van cargadas de azúcar. Me hubiera gustado ofrecer una alternativa más ligera pero no he tenido mucho tiempo de investigar y experimentar, así que he seguido mi procedimiento habitual. Al fin y al cabo, creo que siempre es mejor una conserva casera que comprada, pues recuperar esas costumbres hogareñas y apostar por lo casero es otra de las filosofías de Ventanas Verdes. Eso sí, mis compañeras tienen propuestas mucho más interesantes, ¡no os las perdáis!

Peach thyme jam


Mermelada de melocotón al tomillo
Receta ideada por mí
Ingredientes para unos 4-6 tarros, dependiendo del tamaño

- 1200-1300 g de melocotones pelados y sin hueso (aproximadamente)
- 500 g de azúcar gelificante (comprado en Alemania; se puede usar azúcar normal)
- 2 cucharaditas de zumo de limón
- 1 ramita de tomillo fresco y aromático

Yo he partido de, aproximadamene, kilo y medio de melocotones, de esos de final de verano gordos y tremendamente aromáticos. Los he dejado unos días a temperatura ambiente para que maduraran un pelín más, y mi cocina olía a gloria con ellos.

Lavar bien y pelar, procurando no desperdiciar demasiada carne. Trocear desechando el hueso y colocar en un recipiente. Regar con el zumo de limón y añadir el azúcar y el tomillo. Remover bien y tapar con un paño, dejando reposar entre 1 hora y toda la noche.

Colocar en una olla ancha con buen fondo y calentar. Llevar a ebullición, bajar el fuego y dejar que haga chup-chup. Retirar la espuma si sale demasiada. Mantener la cocción a fuego suave, removiendo de vez en cuando, durante unos 30-50 minutos. Retirar la rama de tomillo y aplasar la fruta con un brazo de esos de hacer puré de patatas, o directamente triturar si se prefiere una textura totalmente homogénea - no lo recomiendo-.

Cuando tenga la textura que se desea, envasar en caliente en botes esterilizados y sellar adecuadamente. Para mermeladas de frutas con su buen azúcar, yo simplemente lavo los tarros y las tapas, los caliento en el horno a unos 150ºC durante 30 minutos, envaso, cierro y coloco boca abajo hasta que hace efecto vacío. Duran meses sin problemas en un lugar fresco y oscuro.

 Peach thyme jam

Riquísima con yogur o queso, ha sido mi desayuno de hoy con rebanadas de pan casero - no sale en las fotos porque se estaba enfriando -.
¿Soléis hacer mermelada? ¿Cuál es vuestra favorita? ¡Abrid las demás ventanas para descubrir otras recetas! 
25 septiembre, 2014

Compota de calabaza y manzana a la canela {Conservas con Ventanas Verdes}

Tras la pausa veraniega, con el otoño recién estrenado (¡hurra!), volvemos en Ventanas Verdes con nuestros retos mensuales. Y como no podía ser menos, retomamos el tema del año pasado porque, como bien nos recuerda Ajonjolí, septiembre es el mes de las conservas.

En casa nos encantan las mermeladas y por eso la última vez preparé mermelada de ciruela claudia, con un buen cargamento de esta fruta de nuestro puesto de confianza del mercadillo. Lo que más me gusta a la hora de hacer conservas es aprovechar productos de temporada recolectados por nosotros o que nos hayan regalado, así que cuando mi suegra vino con una bolsa llena de manzanitas, obsequio de algún paciente, sabía que tenía que usarlas.

Compota de calabaza y manzana


Se supone que es el mes para envasar los productos de verano de cara al invierno, pero nuestras conservas de tomate y mermeladas de frutas estivales ya las preparamos en agosto. Yo tengo el cuerpo ya otoñal desde hace semanas y me pareció una buena idea preparar una compota combinando dos de mis productos favoritos: las manzanas y la calabaza. Con un toque de canela, por supuesto.

Las cantidades son un poco a ojo, ya que usé una calabaza entera que todavía me aguantaba desde el año pasado, y unas cuantas manzanitas. El punto dulce dependerá del gusto de cada uno y de la acidez de las manzanas, pero recomiendo no usar mucho azúcar para no perder el sabor de la materia prima. La textura de la calabaza y manzana combinadas es cremosa y suave una vez bien cocidas y trituradas.

Compota de calabaza y manzana



Receta de compota de calabaza y manzana
Ingredientes para unos 3 tarros

- 1 calabaza tipo butternut grande (aproximadamente 750 g pelada y despepitada)
- manzanas de temporada (mejor ácidas, unos 350 g)
- unos 200 g de azúcar moreno
- 2 cucharadas de vinagre de manzana
- 1 cucharadita de zumo de limón
- 1-2 ramas de canela
- 1 pizca gorda de sal
- agua necesaria

Lavar y pelar la calabaza y las manzanas. Trocear en piezas no muy grandes, desechando las semillas. Colocar en una olla amplia y mezclar bien con el resto de ingredientes. Encender el fuego y llevar a ebullición, removiendo bien. Añadir 1/2 vaso de agua, tapar y dejar cocer a fuego medio-bajo.

Ir removiendo de vez en cuando, vigilando que no quede muy seco el fondo de la olla. Dejar cocer hasta que la calabaza y la manzana estén casi deshechas. Yo lo tuve alrededor de 1 hora, a fuego bajito.

Retirar las ramas de canela y triturar con una batidora, o chafar con una espátula si se prefiere una consistencia menos suave. Si se tritura se consigue una textura cremosa muy agradable, para mi gusto.

Envasar en tarros bien limpios, esterilizados en el horno previamente o listos para esterilizar después de llenarlos, en una olla con agua hirviendo. En un recipiente abierto aguanta muy bien en la nevera.

Compota de calabaza y manzana


No os perdáis las entradas de mis compañeras de Ventanas Verdes, tenemos opciones para hacer conservas de todos los tipos. Además damos la bienvenida a Anita de Ciudadana B, que se ha unido a nuestras ventanas :).

Y para aprender más sobre el mundo de las conservas os recomiendo la última publicación de Secocina, una guía muy completa con todo lo que se necesita para preparar conservas caseras.
24 marzo, 2014

Receta de mermelada de naranja sanguina y kumquats

Este fin de semana el elfo y yo hemos desconectado un poco con una escapadita a Toledo. Su prima nos regaló hace tiempo un pack experiencia de esos que están de moda con estancia en hotel rural, y casi se nos caduca. Sí, somos lo peor, aunque tener la fecha límite tan cerca me vino bien para decidirme por fin por un destino y un hotel (con tantas opciones para escoger me cuesta mucho centrarme). Además, al final no podíamos haber elegido mejor la fecha, pues justo este fin de semana lo teníamos libre los dos, y encima ha coincidido con la recién inaugurada macro exposición dedicada al Greco, uno de mis pintores favoritos.

Blood orange kumquat jam

A ver si dedico una pequeña entrada a esa escapada (porque Toledo me ha maravillado, tal y como ya suponía que iba a pasar, especialmente su catedral), pero por el momento no quería retrasar más la publicación de esta fantástica mermelada.
Por algún motivo, no me apetece mucho hacer conservas en invierno, y en parte tiene sentido ya que esa época es más bien para abrir las conservas ya hechas meses antes. Pero llega la primavera y me dan ataques conserveros, sobre todo mermeladeros. Últimamente me ha dado por los sabores cítricos, y como ya hice una mermelada de naranja básica hace un tiempo, esta vez quería probar con frutas diferentes.
Llevaba tiempo mirando con curiosidad los kumquats cuando me los encontraba en algunos comercios, pero su precio algo desmesurado me echaba para atrás, y más porque no tenía muy claro cómo iba a usarlos. Pero un día me encontré con cajitas de estamonísma fruta a un precio más que razonable en una frutería de mi barrio, donde además ¡tenían sanguinas! Así que instantáneamente pensé en combinarlos para hacer mermelada.


Kumquats

El kumquat, quinoto o naranja china o enana es un cítrico que se usa mucho como árbol ornamental, pero que además ofrece un fruto chiquitín monísimo y muy aromático genial para preparar dulces. Su precio y su tamaño hace complicado dedicar una tanda de mermelada completa a este fruto, por eso es una buena idea combinarlo con otro producto.
Su piel finita es ideal para usar en la mermelada, fundiéndose con los deliciosos jugos de la preciosa sanguina. El rollo es tener que abrir cada frutito y sacar los huesos, que en ocasiones sorprende que sean tantos para el tamaño que tienen. Pero bueno, es una buena tarea para una tarde de domingo en casa, como hice yo.

Kumquats

Mermelada de naranja sanguina y kumquats
Ingredientes para unos 4-8 botes de diferentes tamaños

- 1 kg aproximado de naranjas sanguinas (pesadas ya peladas)
- 500 g aproximados de kumquats
- 1 cucharadita de zumo de limón
- 1 kg de azúcar gelificante especial para mermeladas (comprado en Alemania)

Lavar y secar bien la fruta. Para preparar los kumquats, cortarlos en rodajitas o longitudinalmente para dejar ver los huesos. Retirarlos y trocear los kumquats dejando piezas más grandes, para que se vea bien la piel una vez tengamos la mermelada lista.

Kumquats
Pelar las naranjas sanguinas a lo vivo, es decir, procurando retirar toda la parte blanca posible. Hay que intentar aprovechar los jugos que suelten. Trocear la carne de la fruta y mezclarla con los kumquats directamente en la olla que vayamos a preparar la mermelada. Añadir el limón y el azúcar, mezclando todo bien. Dejar que suelten los jugos durante al menos 1 hora.


Preparar los tarros. Lavarlos y secarlos bien, incluyendo las tapas. Hervir las tapas en agua limpia y calentar los tarros en el horno a unos 190ºC. Dejarlos 30 minutos y mantenerlos en caliente dentro del horno mientras hacemos la mermelada.

Poner al fuego la olla y llevar a ebullición. Bajar la temperatura y retirar la mayor parte posible de la espuma que pueda ir soltando. Dejar cocer a fuego lento durante unos 45-60 minutos, hasta que la mermelada esté al punto deseado. Podemos probar si ha espesado bien poniendo un platito en el congelador y añadiendo una cucharadita de la mermelada.

Blood orange kumquat jam
Trabajando un bote cada vez, llenar hasta casi el borde, limpiar la rosca y secar la tapa, y cerrar bien. Colocar boca abajo inmediatamente. Continuar con el resto de tarros. Si no sobra mermelada sin que podamos llenar otro tarro, poner en un tupper y guardar en la nevera cuando se enfríe; habrá que consumirla en los próximos días.

Dejar los tarros boca abajo varias horas. Asegurarnos de que se ha producido el efecto vacío, etiquetar y guardar en un lugar fresco, seco y oscuro.

Blood orange kumquat jam

Está buenísima por sí sola sobre un buen pan, pero también es una delicia combinada con algún lácteo, yogur o queso, y mejor aún si sumamos frutos secos a la ecuación. Para acompañar carnes asadas seguro que va también muy bien, en mi casa siempre hemos sacado compotas y mermeladas cuando se prepara pollo asado, y seguro que mi madre hará eso mismo cuando les lleve dos tarros el mes que viene a Murcia :).
¡Feliz semana!
26 septiembre, 2013

Mermelada de ciruela claudia y conserva de tomate. Conservas caseras {Ventanas Verdes}

Después de una pequeña pausa veraniega el equipo de Ventanas Verdes vuelve a la carga, con energías e ilusiones renovadas y pensando ya en muchos retos para los próximos meses. Para nuestro regreso en septiembre creo que no podía haber un tema mejor que el de las conservas caseras.

Y es que el final del verano es la época ideal para envasar y preparar conservas de todo tipo. Muchas hortalizas nos han regalado sus mejores cosechas, ha pasado la mejor temporada de tomates y se mezclan en el mercado muchas frutas diferentes, las últimas estivales y las primeras del otoño. Para los afortunados que viven en regiones donde los frutos del bosque llenan los caminos es el momento perfecto para recolectar moras, frambuesas y otras maravillas silvestres.

Plum marmalade

No fue hasta que empecé con el blog cuando me dio por descubrir el apasionante mundo de las conservas en casa, a pesar de que en mi casa siempre hemos tenido muchos tarros de mermeladas y compotas. ¿Otra herencia suiza? Es muy probable, y es que mi familia centroeuropea no entiende una despensa sin su cargamento de botes. Y una gran mayoría son caseros, como los que siempre tiene mi abuelastra en su casa, delicias de todo tipo para los desayunos.

Y así empecé a imitarles elaborando mis primeras mermeladas y compotas, algunas de las cuales he dejado caer por este blog a lo largo de estos años. Creo que mis favoritas serán siempre la de tomate, la de higos y la de albaricoques.

Canning tomatoes

Pero desde hace unos años otro tipo de conservas inundan nuestras despensas, las de tomate. Cada verano el terreno del amigo agricultor de mi padre nos da una cosecha fabulosa de tomates tipo pera que la gente del campo aprovechamos al máximo. Kilos y kilos de tomates que además de estar deliciosos al natural, se convierten en decenas de tarros de conservas: tomate al natural, tomate frito, salsas de tomate... Y algunos de esos botes se vienen conmigo a Madrid por supuesto :).

Yo he cogido la costumbre de preparar una buena remesa de mermelada cuando retorno a la capital al final del verano. El primer día que mi suegra y yo volvemos al mercadillo semanal elijo una de las fantásticas frutas que tiene la señora Luisa y me llevo un par de kilos. Este año han sido las exquisitas ciruelas claudia, ya maduritas, que se encuentran en los últimos días de su temporada.

Plum marmalade

Lo bueno de hacer tus propias mermeladas y compotas es controlar la calidad de la fruta y la cantidad de azúcar. No me gusta hacerlas demasiado dulces, prefiero emplear materias primas que ya sean por sí mismas muy dulzonas y reducir bastante las cantidades azúcares, y cada vez me gusta más usar azúcar moreno.
Esto puede provocar que la mermelada sea más bien compota, menos espesa, pero sinceramente, ¿qué más da? :). Siempre se puede reducir más tiempo, o añadir pectina o algún gelificante a la mezcla.

Plum marmalade

Para preparar los tarros yo uso siempre el mismo sistema. Al principio empecé hirviéndolos en agua, pero, sinceramente, el horno es mucho más cómodo. Aunque ya estarán limpios, los lavo y seco bien, compruebo que no tienen abolladuras ni oxidaciones en las tapas, y los coloco dentro del horno a unos 180-200ºC. Las tapas las pongo a hervir en agua en un cacito. Los dejo unos 15-30 minutos, apago el horno y los mantengo al calor de dentro mientras termino con la mermelada.

Para envasar, los lleno casi hasta el borde, limpio bien la rosca, seco las tapas y cierro de forma firme pero sin pasarme. Los coloco boca abajo y al rato se escucha el plop que indica que ha hecho efecto vacío. Los guardo en un lugar seco y oscuro y me duran meses sin problemas.

Mermelada de ciruela claudia
Receta a mi manera
Para unos 6-8 tarros de diferentes tamaños

- algo más de 2 kg de ciruelas claudias
- 600 g de azúcar blanco o moreno
- 2 cucharadas de zumo de limón

Lavar y secar bien las ciruelas. Quitarles el rabito, partirlas por la mitad y retirar los huesos. Trocear en cuartos si se prefiere. Pesarlas ya preparadas para asegurarnos que tenemos al menos 2 kg de pura fruta. Añadir el azúcar y remover bien hasta que se integre. Tapar y dejar reposar varias horas, mejor si es toda la noche.

Plum marmalade

Remover un poco y chafar con una buena cuchara de madera, añadiendo el zumo de limón. Para conseguir una textura más homogénea y que la piel casi desaparezca, se puede triturar con una batidora común antes de poner a cocer.

Encender el fuego y llevar a ebullición. Bajar la temperatura y dejar que cueza a fuego lento, removiendo de vez en cuando y retirando la espuma que suelte. El tiempo de cocción puede variar dependiendo de la consistencia que queramos conseguir, yo suelo estar unos 30-45 minutos, en ocasiones hasta una hora larga. Mientras tanto, preparar los tarros.

Para comprobar la consistencia de la mermelada, lo más fácil es tener un platito en el congelador y poner una cucharadita de la mezcla directamente encima. Esperar unos segundos y mover el plato para ver si ha espesado. Aunque una mermelada/compota que no sea muy espesa no es necesariamente ningún problema ;).


Cuando se tenga el punto deseado, retirar del fuego y envasar con cuidado de no quemarnos en el proceso. Si no conseguimos llenar todos los tarros, podemos guardar lo que ha sobrado en un simple tupper, cuando haya enfriado, y consumirla ya guardándola en la nevera.

Plum marmalade

Ahora me están dando ganas de preparar alguna conserva con higos, sobre todo después de ver la mermelada de Paula y el chuteny de Ajonjolí. Pero es que están tan ricos al natural que no sé si podré aguantar la tentación de comprarlos y no comérmelos!

¿Vosotros aprovecháis esta época para hacer conservas caseras? ¿Soléis consumir mermeladas en casa? Sea como sea, no os perdáis las propuestas de mis compañeras de Ventanas Verdes.
25 febrero, 2012

Mermelada de naranja

¡Bueno, qué días más bonitos llevamos! Mucho solecito, sin ese viento helador tan incómodo, con mucho frío aún por la noche y por la mañana pero durante las horas diurnas da gusto pasear :). Y es que aunque adoro el frío, si toca salir, no hay nada como esa sensación tan agradable de la calidez de los rayos del sol. Ayer fuimos al centro para ver una película y me sobraba el abrigo, pero claro, al volver después de cenar lo hubiera echado de menos (bueno, y haberme tomado una copaza de helado justo antes a lo mejor no ayudaba a calentarme; ¡vivan los helados en invierno!).


Por si os interesa, fuimos a ver Hugo (La invención de Hugo, en España) de Scorsese. Quién hubiera dicho que el amigo Martin iba a darnos una película así hace unos años... Me alegro muchísimo de no haber leído sinopsis, ni críticas, ni haber visto el trailer ni ningún avance, porque más allá de saber que la película era familiar, con niños, y de aventuras, no tenía ni idea de por dónde me iba a salir. Y me he dejado atrapar por la magia nostálgica que envuelve el film, porque además se homenajea una época y un personaje en concreto que estudié en la carrera y que me fascina. Así que la recomiendo :).

Al darme cuenta de que ya hay fresas por todos lados, recordé que pronto la temporada de cítricos se nos va a terminar, y además de recargar bien la despensa de mandarinas y naranjas, la otra semana preparé una mermelada que hacía tiempo que quería intentar. Desde siempre en mi familia hemos sido grandes consumidores de mermelada de naranja, nos encanta incluso de la variedad más amarga, y no podía ser que aún no hubiera envasado algunos tarros con esta confitura casera. Aprovechando que tenía un paquete de azúcar especial para mermeladas traído de Suiza me puse manos a la obra y el resultado no podría ser mejor; ¡qué color tan bonito tiene! El año que viene probaré a mezclarla con otras frutas, o especias...



Mermelada de naranja


- 1'5 kg de naranjas (de mesa en mi caso)
- 60 ml de zumo de limón
- 500 gr de azúcar gelificante

Para esterilizar los botes, yo primero los lavo con agua caliente y jabón, enjuagándolos bien. Después los coloco en el horno, sobre una rejilla, boca abajo, lo enciendo a 200ºC y los dejo unos 15 minutos. Apagar el horno y dejarlos dentro para que se mantengan calientes hasta el momento de llenarlos. Las tapaderas es conveniente esterilizarlas mejor en un cazo con agua hirviendo, secándolas bien después.

Lavar las naranjas, frotando bien cada una, y secar. Pelar la piel, evitando posibles partes dañadas, procurando sacar sólo una capa muy fina, sin llegar a lo blanco; para esta tarea un pelaverduras es ideal. Trocear las pieles en piezas finitas y poner en una cazuela con un poco de agua, sólo hasta cubrir. Hervir durante unos 10-15 minutos y desechar el agua. Retirar la parte blanca de las naranjas, las fibras del centro, las posibles semillas y trocear los gajos; a mí me gusta dejar un poco de la parte blanca más interna para dar un toque de contraste amargo, pero se pueden pelar a lo vivo sin dejar nada más que la carne del fruto. Procurar recoger el zumo que se pierda al trocear la fruta.


Mermelada de naranja


Incorporarlas a la olla, añadir el zumo de limón y cubrir con el azúcar. Poner a fuego medio mientras se remueve bien para que el azúcar se disuelva y las naranjas comiencen a soltar sus jugos. Subir el fuego y llevar a ebullición; cocinar el tiempo necesario para que espese, según instrucciones del fabricante del azúcar. En caso de usar azúcar normal, mantener la cocción a fuego medio, sin dejar de hervir, durante unos 15-30 minutos, quitando la espuma que pueda soltar. Probar el punto de gelificación poniendo una cucharadita de la mezcla en un plato muy frío (basta con dejarlo un par de minutos en el congelador); debe cuajar enseguida y volverse densa.

Retirar del fuego. Llevar los botes, que deben estar calientes, hasta 0'5 cm del borde; limpiar las bocas y las roscas y cerrar bien. Poner boca abajo hasta que haga efecto vacío y guardar en un lugar seco y oscuro.


Mermelada de naranja
22 mayo, 2011

Mermelada de fresas con vainilla

Día de elecciones en gran parte del país. Muchos ya habréis votado, otros lo haréis más tarde; algunos irán con ilusión y esperanzas, otros con escepticismo, muchos con casi desgana; a otros os habrá tocado ejercer de presidente o vocal de mesa y estaréis ya a estas alturas cansados (ánimo). Sea como sea, día de elecciones. Parece algo rutinario pero cuando me pongo a pensar que hasta no hace tantos años no teníamos sufragio universal, o que en muchos lugares del mundo aún no conocen el significado de esas palabras...

Strawberry vanilla jam

Yo ya voté hace días, usando el sistema por correo. Ha sido cómodo y me ahorra tener que modificar los planes de domingo para sacar un hueco y acercarme a las urnas, aunque ahora hasta echo de menos tener que hacerlo. Si no recuerdo mal, mi primera votación fue aquella en la que teníamos que decidir si aceptábamos la Constitución Europea (¿qué fue de ese proyecto?); el año que cumplí los 18 había elecciones generales, pero por un maldito mes no pude participar en esa votación. Me fastidió bastante, tenía muchas ganas de mi primera votación. Hasta ese momento, era mi madre la única de mi casa que iba a echar sus papeletas, pues a mi padre le costó años de papeleos conseguir la doble nacionalidad. Creo que mi primera votación coincidió con la primera de mi padre.
Y ahora echo de menos ir con ellos por la tarde, cuando está todo más tranquilo, a mi antiguo colegio buscando nuestra mesa. Era extraño atravesar esas puertas y pasar delante de esas aulas en las que durante años fui creciendo. Ya ni siquiera reconozco a ninguno de los profesores que dan ahora las clases, y hasta veo todo mucho más pequeño de lo que recordaba... Me hubiera gustado visitar el colegio otra vez.


Strawberry vanilla jamHoy vengo con mermelada casera. Creo que cada año lo comento, pero desde que hice la primera vez mermelada de fresas, no se me puede pasar la temporada de esta fantástica fruta sin preparar unos cuantos tarros con mermelada o compota. Pongo la receta de nuevo aunque no tiene ningún misterio; simplemente cociendo con tranquilidad la fruta con el azúcar se consiguen maravillas. Yo uso una proporción 2:1, la mitad de azúcar que de fruta, y si tengo gelificante o pectina especial para mermeladas la utilizo, pero tampoco es imprescindible. No quedará tan cuajada, pero a mi particularmente me gusta menos "gelatinosa", y también prefiero no trocear demasiado las fresas para encontrarme trocitos tiernos de la fruta cuando la unto sobre el pan. Esta vez he añadido una buena vaina de vainilla para darle un toque diferente. No recuerdo cuántos botes exactamente pude llenar, pero me salieron suficientes como para guardarme en la despensa y regalar a mis padres y a la familia política.
Es maravilloso el olor que inunda toda la casa cuando se cuece fruta a fuego lento.

- 2 kgs de fresas o fresones
- 1 kg de azúcar
- el zumo de un limón grande
- 1 vaina grande de vainilla de calidad
- 1 sobre de gelificante para mermeladas (opcional)

Lavar bien las fresas. Cortar el rabito y posibles partes dañadas, y trocear. Colocar en una olla grande, regar con el limón, cubrir con el azúcar y remover bien. Tapar con un paño y dejar reposar varias horas, mejor toda la noche, para que suelten bien los jugos.

Strawberry vanilla jam

Si se va a usar gelificante, proceder según las instrucciones del fabricante.
Abrir la vaina de vainilla cortándola en dos; separar las semillas con  un buen cuchillo de punta y añadir todo a las fresas. Destapar la olla, remover un poco y poner al fuego. Cuando empiece a hervir, bajar la temperatura para que se cueza a fuego bajo pero constante. Remover de vez en cuando e ir quitando la espuma a medida que la vaya soltando. Continuar hasta que se tenga la textura deseada. Yo, usando parte de gelificante especial, lo tuve más de media hora a fuego lento, me gusta más así (y el olor que inunda la casa es maravilloso). Para asegurarse de la textura que tiene, poner unas gotas en un platito que hayamos tenido en el congelador y esperar a que se enfríe unos segundos. Retirar la vaina.
Debemos tener los botes y sus tapas ya esterilizados y aún calientes. Llenar con cuidado justo hasta el borde, tapar bien y poner boca abajo para que haga efecto vacío.
Si se envasan bien, aguantan perfectamente varios meses guardados en un lugar oscuro y fresco.

Strawberry vanilla jam
01 octubre, 2010

Mermelada de tomate con clavo

Escribo otra vez desde Murcia. Resulta que mi primo se casa, hoy viernes por la tarde, así que aproveché que mis padres subieron a Madrid a llevarme mis cosas para volver con ellos y estar aquí para la boda. Me ha venido bien porque así puedo aprovechar estos días para terminar cosas pendientes que me dejé, y revisar bien que no eche luego nada en falta.
Las bodas también son generadoras de estrés. Por suerte no me toca de tan cerca, pero es mi primo-hermano el que se casa, mi madre es su madrina y todos tenemos mucha ilusión y ganas de celebrarlo. Así que toca maquearse un poquito para la ocasión, aunque yo no soy mucho de peluquería, maquillaje, pedicura y esas cosas :P. Iré cargada con mi cámara (no es que haga mucho juego con el vestido, pero qué le vamos a hacer) e intentaré hacer un breve reportaje de la cena para compartirlo con vosotros.

Mientras tanto, os dejo con la mermelada de tomate que hice este verano con el gran excedente de tomates pera que nos regalaron. Nunca la había probado y el resultado ha sido fantástico. Es una mermelada riquísima, de potente color rojo, que va genial tanto con dulce como con salado. Con un poco de queso y un buen pan se disfruta de maravilla.

Tomato marmalade


- 1100 gr de tomates dulces, maduros, pelados
- 800-1000 gr de azúcar, dependiendo del dulzor de los tomates
- 1 sobre de gelificante para confituras (opcional)
- 1 pizca de sal
- 4-5 clavos
- la piel de un limón mediano

Trocear los tomates y disponerlos en una olla con el azúcar, los clavos y el limón, removiendo bien para que quede toda la fruta impreganada. Dejar reposar como mínimo una hora; enseguida el azúcar se disuelve y los tomates sueltan su jugo. Añadir el gelificante y poner al fuego, llevándolo a ebullición a fuego vivo durante cinco minutos, removiendo. Bajar el fuego y dejar cocer a temperatura constante, removiendo de vez en cuando y quitando la espuma el tiempo necesario para adquirir la consistencia deseada. Envasar en botes esterilizados según procedimiento habitual.
Yo obtuve tres botes grandecitos.

tomato marmalade
¡Y felicidades a la pareja!
13 junio, 2010

Mermelada de albaricoques

Esto ya es el colmo! Ayer llovió en Murcia, pero no en el centro! En serio, mientras gente de las zonas más periféricas de la ciudad comentaban que había empezado a llover, encima de mi casa ni una gota! Empiezo a pensar que el quien maneja el clima se está riendo de mi... Supongo que si viviera en una zona lluviosa ya no me haría tanta gracia ver llover, pero qué queréis que le haga, una buena tormenta (a cubierto) me alegra el corazón. En cualquier caso, espero que el tiempo esté mejorando allá donde estéis, y con "mejorar" me refiero a lo que cada uno prefiera; si tenéis ganas ya de sol y calor, pues que así sea! :-)

Bien, seguimos con los albaricoques. Era bastante obvio pensar que con tantos kilos de fruta madura haría mermelada... y efectivamente, así ha sido. De hecho, fue lo primero que hice, ya que como digo muchos de los albaricoques estaban en el punto máximo de maduración y no aguantarían mucho más. Para hacer mermelada o compota, la fruta muy madura es perfecta. Está muuuy dulce y blandita, se cuece con facilidad y deja una textura riquísima. 

Homemade apricot jam


La mermelada que preparé no tiene mucho secreto. Con la fruta seleccionada (lavada y quitado el hueso) pesé poco más de 2 kilos, así que usé la mitad de azúcar (incluso un poquito menos, porque me quedé sin reservas de azúcar en casa!). Normalmente se suele usar más azúcar, pero como los albaricoques ya estaban dulces por sí solos, preferí que prevaleriera su sabor natural.

Los puse en una olla grande con el azúcar y esperé cerca de una hora para que fueran soltando su jugo. Luego, a cocer, con un poco de zumo de limón para evitar que se oxidaran demasiado. Primero fuego fuerte hasta que empieza a hervir, el azúcar disuelto y la fruta blanda; luego a fuego lento, quitando la espuma y removiendo de vez en cuando. Y así un buen rato hasta obtener la textura deseada. También utilicé el espesante natural especial para confituras que me traje de Suiza, pero queda perfectamente bien si no se usa; menos espesa, pero también rica.
 
Homemade apricot jam

Rellené unos cuantos botes previamente esterilizados y aún calientes, los tapé bien y los dejé boca abajo para provocar el efecto vacío. Tengo que decir que usé los botes de la foto y dos más; uno se lo tomó mi hermano en dos días (el muy burro se zampó la mitad aquella misma noche a cucharadas, como si fuera un yogur!) y el otro está ya casi gastado aguardando su final en la nevera. Es que, aviso, es adictiva :P
23 mayo, 2009

Compota de albaricoque

Por fin llegó la temporada de albaricoques! Hay que aprovechar que estarán entre nosotros aún menos que las fresas. Cada vez que recuerdo al albaricoquero que creció conmigo en nuestra casa del campo, dándonos sus deliciosos frutos cada año (si los pájaros nos dejaban) me da algo de pena porque no pudo sobrevivir después de un mal año en nuestro clima y malísimo suelo.
Menos mal que mi padre tiene un buen amigo al que le sobran los albaricoques a kilos; sus árboles le dan tantos que no podría consumirlos todos, así que nos regaló varias cajas la semana pasada. No paramos de comerlos a todas horas, y aún así algunos se están casi pasando de maduros, así que hay que aprovechar para cocinar con ellos :) Por supuesto, cayeron las tartas de mi padre; pero además este año tenía ganas de hacer compota.

Apricot compote


Tienen un sabor tan profundo y dulzón que preferí hacer compota en lugar de mermelada, poniendo sólo un pelín de azúcar, dejándolos cocer a fuego lento durante algo más de una hora, para que espesara bien. El resultado: delicioso, con la fruta visible con algunos trozos y un sabor buenísimo, ligeramente ácido, con todo el aroma de los albaricoques. Está buenísima sobre un buen pan, con queso, y como "salsa" de carnes; en serio, con el pollo asado es una maravilla.

No es una receta propiamente dicha, pero estas son las cantidades que usé:

- 1150 gr de albaricoques, sin hueso, partidos en cuartos.
- 100 gr de azúcar blanco.

Se pone la fruta en una olla, se esparce el azúcar por todos los trozos y se deja soltar el jugo unos minutos. Se enciende el fuego; se empezarán a cocer y disminuir de tamaño, soltando líquido que empezará a hervir. Entonces se baja el fuego y se va removiendo cada cierto tiempo, dejando cocer a fuego lento hasta que tenga el punto espeso deseado.
Yo llené 3 botes; uno para consumo inmediato y dos, esterilizados y posteriormente cerrados al vacío, para guardar.

Apricot compote
02 enero, 2009

Mermelada-compota de calabaza

Cuando vi esta receta en el blog smitten kitchen rápidamente guardé el enlace. Ya tenía otra receta nueva y diferente para dar salida a las calabazas (sí, aún quedan algunas dando vueltas por casa). Asé un par de ellas, trituré la pulpa y al día siguiente me dispuse a preparar esta curiosa mermelada/compota. La receta la seguí prácticamente tal cual, sólo que reduje la cantidad de azúcar (y aún así sale muy dulce) y la canela, para que no enmascarara demasiado a las demás especias. Esterilicé tres botes para conservarlo mejor en la despensa y llené un tupper con el resto, para probarlo en el desayuno del día después :) Riquisísimo! Con una textura cremosa y suave, el sabor es estupendo; ajsutad las especias a vuestro gusto y os saldrá una especie de compota untable buenísima para un buen pan.

Pumpkin butter

Pequeña adaptación de aquí:
- aprox. 900 ml de puré de calabaza (unas 3 tazas y 3/4)
- 3/4 taza de zumo de manzana
- algo menos de 3/4 taza de azúcar moreno
- 2 cucharaditas de jengibre molido
- 2 cucharaditas de canela molida
- 1/2 cucharadita de clavo molido
- 1/2 cucharadita de nuez moscada
- zumo de 1/2 limón

Pumpkin butter

Poner todo menos el limón en un cazo amplio al fuego. Remover con una cuchara hasta que rompa a hervir, entonces bajar el fuego y dejar cocer durante 30-40 minutos, hasta que haya espesado; remover varias veces durante el proceso. Añadir el limón, probar el sabor y ajustar las especias si es necesario, y seguir removiendo un poco más hasta tener la textura con la densidad adecuada. Para conservarlo, llenar casi hasta arriba botes esterilizados previamente, aún en caliente (tanto los botes como la compota); cerrarlos bien y hervir en una olla con agua unos 10 minutos.

Pumpkin butter

21 abril, 2008

Mermelada de fresa

Sigo aprovechando las fresas; no podía faltar una mermelada. Es la primera vez que la hago y teniendo en cuenta lo fácil que es y lo deliciosa que sale, no sé por qué no lo había intentado antes.



- 1 kg de fresas lavadas y troceadas
- 500 gr de azúcar blanco
- 2 cucharadas de zumo de limón
- 2 cucharadas de algún licor de fruta
- un poco de agar-agar

Colocar las fresas en un cazo con azúcar y dejar reposando mínimo dos horas, removiendo de vez en cuando. Añadir el limón y el licor y poner al fuego. Remover constantemente hasta que empiece a hervir. Añadir el gelificante. Dejar cocer a fuego medio-bajo hasta que tenga la consistencia deseada. Llenar los tarros esterilizados, cerrar bien y dejar unos minutos boca abajo. También se pueden cocer los botes unos 20 minutos para que aguanten aún más. Yo llené tres tarros de tamaños distintos.
Me encanta el sabor que tiene, me trae recuerdos de Suiza donde siempre hay mermeladas caseras para desayunar (siempre con buen pan).
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