30 diciembre, 2024

Pastelillos murcianos convertidos en galletas para Navidad o cuando apriete la morriña - Feliz 2025

 

El 2024 está a puntico de caducar y casi no me da tiempo a dejar por aquí otra receta navideña, felicitar las fiestas y desearos a todos un 2025 fabuloso o, al menos, tranquilo y sin sobresaltos. Con buena salud, claro, pero también con algo de buena fortuna económica, alguna que otra alegría y un buen puñado de momentos felices para recordar en los años venideros. Igual es ser demasiado optimista tal y como pintan las cosas en todo el mundo, pero al menos hay que ser positivas y arrancar con fuerza. Que nunca sabemos cuándo nos van a invadir extraterrestres ni qué intenciones tendrán, por ejemplo.

 

Yo llevo casi dos semanas de vacaciones en Murcia con la familia sin hacer grandes planes pero tampoco sin que me sobre el tiempo. Además de hornear dulces, ayudar con los preparativos de Nochebuena, Navidad y demás, y preparar muchos regalos, he estado haciendo lo que quería: básicamente ocuparme en no hacer nada. Improvisando un poco sobre la marcha, leyendo, viendo alguna serie en familia, paseando, tomando cafés con viejos conocidos, cocinando y horneando, reenganchándome a los videojuegos. O disfrutando del placer de no hacer nada, que también requiere su tiempo. Qué lujo.

Estoy contenta porque Papá Noel se ha portado bien y yo he comprado muchos regalos en comercios locales de gente maravillosa, hemos hecho algo de turismo cercano y están siendo días apacibles, aunque se me acaba la fiesta pasado Año Nuevo. Ya que el 2025 viene con rima predecible, a ver si se porta bien con todos los que se lo merecen, que ya va siendo hora.  


Estos pastelilllos murcianos los horneé por primera vez en 2023 pero se me quedaron en el tintero, así que los traigo hoy, ya que he repetido la receta estas navidades y van a quedarse en el repertorio fijo de dulces para hacer cada vez que llegue diciembre. Los pastelillos son un dulce originalmente más ligado a la Navidad, pero que yo recuerdo desde pequeña presente en las panaderías y obradores casi todo el año, pues mi madre compraba de vez en cuando, especialmente al panadero que pasaba por el campo en su furgoneta. Mi problema con ellos es que me encantaba la masa, pero no me gustaba nada el relleno.

Sí, me apasiona la calabaza pero aborrezco el cabello de ángel. Jamás me ha gustado, ni de niña ni de mayor, menos aún ahora que tolero menos los dulces muy dulces. Así que yo mordisqueaba los pastelillos por todo su perímetro como un ratoncito, dejando el corazón con su relleno intacto. Ahora que he podido recrear la masa en casa los he convertido en pastas o galletas sin más, sin rellenar, y por fin puedo disfrutarlos a mi gusto. He rebajado un poco la cantidad de azúcar de la masa, así que si estáis acostumbrados a los dulces típicos tal cual, aumentad la cantidad unos 50 g más.



Receta de galletas de pastelillos murcianos
Inspiración: la morriña navideña, Teresa Vivancos y mi animadversión hacia el cabello de ángel
Ingredientes aproximados para unas 30 unidades

- 250 g de manteca de cerdo ibérico atemperada
- 200 g de azúcar
- 3 huevos M de gallinas felices atemperados
- 1 vaso de mistela o vino dulce similar (unos 200 ml)
- ralladura de 1 limón murciano
- 500 g de harina de trigo de todo uso (quizá un poco más)
- 10 g de bicarbonato sódico
- 1 cucharadita de canela molida
- 1 huevo batido para pintar

Mezclar en un recipiente amplio la manteca de cerdo con el azúcar, batiendo con unas varillas manuales hasta incorporar bien. Echar los huevos, uno a uno, batiendo tras cada adición ligeramente.

Añadir el vaso de mistela y la ralladura fina del limón lavado, sin parte blanca, remover con las varillas y echar finalmente la harina con el bicarbonato y la canela.

Una vez todo incorporado, amasar a mano mejor sobre una superficie limpia enharinada, echando poco a poco algo más de harina si hiciera falta, hasta obtener una masa maleable, húmeda pero que no sea pegajosa. Tapar y dejar reposar 30 minutos.

Precalentar el horno a 180 ºC sin aire y estirar la masa dejando un grosor de 1 cm, aproximadamente. Recortar las galletas con un cortador redondo o tipo flor, no muy grande, y distribuir en unas bandejas de horno con papel sulfurizado, ligeramente separadas.

Pintar con huevo batido y hornear una bandeja cada vez hasta que estén bien doraditas, entre 20 y 25 minutos, pero vigilando que no se torren en exceso. Esperar un poco antes de trasladar a una rejilla y dejar enfriar por completo.



 

¡Que tengáis un fantástico final de año y mucho mejor 2025! Pasadlo bien y nada de sustos, que la Nochevieja puede ser muy traicionera. Y además parece que vendrá con frío.

14 diciembre, 2024

English gingerbread bundt cake o bizcochón de pan de jengibre inglés para sobrevivir al diciembre prenavideño

 

¡Mi querido otoño tiene los días contados! No me pilla exactamente de sorpresa porque ya me conozco bien el percal, noviembre vuela y diciembre más de lo mismo, y eso que son mis semanas de más estrés y trabajo en el curro. Pero se lleva mil veces mejor que en verano, por supuesto. Que no se te pegue el culo a la silla mientras se te derriten los sesos ayuda bastante.

Este año el no-puente de la Constitución/Inmaculada/Purísima ha sido un poco estafa en Madrid, solo con un viernes festivo, pero lo hemos agradecido un montón. Esa semana se hizo eterna, teniendo solo cuatro días, tanto para mí como para el elfo, que también ha acabado hasta las narices de trabajo. Él ya está de vacaciones, a mí me quedan un par de días y, con suerte, podré dedicarme el resto del mes a la NADA. Bueno, no exactamente, que quiero hacer muchas cosas en fiestas con la familia, pero ya me entendéis.

 

Lo que sí hice en cuanto arrancó diciembre fue sacar mi querido molde de bundt cake de Nordic Ware modelo pine forest, bosque de pinos, que ya es tradición usar cuando asoman las fiestas. El cuerpo me pedía un bizcocho o pastel o algo con muchas especias, miel o melaza, y aproveché para recuperar una receta que tenía fichada de Edd Kimber, alias The boy who bakes, que me cae genial y tiene recetas estupendas y muy tentadoras. Además es una receta de su abuela, y eso suma puntos.

Yo he adaptado la receta reduciendo la cantidad de azúcar y eliminando el stem ginger, que es una conserva de jengibre en sirope típica británica pero que aquí no encuentro, y no tenía tiempo de hacer casera. Además, al elfo no le hubiera hecho mucha gracia tantísimo jengibre, que le conozco. Tampoco tenía mermelada de naranja así que añadí vino dulce y algo de ralladura.


 

Se puede hacer perfectamente en un molde que no sea de Nordic Ware o estrictamente de bundt, pero es importante que sí tenga un agujero en medio y sea grande; un molde redondo o de plum cake dará resultados diferentes; probablemente ricos, pero con una miga de estructura distinta. El golden syrup se puede cambiar por miel de caña -melaza- o miel al gusto; no quedará igual de sabor, pero saldrá buenísimo también. Tengo otra receta de gingerbread bundt cake, versión estadounidense, que recuerdo más húmedo pero muy bueno también. Y como no hay dos sin tres, el bundt cake de cacao y lebkuchen es otro ganador.


Receta de gingerbreaad bundt cake
Inspiración: diciembre y esta receta de Edd Kimber
Ingredientes para un molde de bundt grande, de al menos 9 tazas

- 170 g de mantequilla sin sal
- 340 g de Golden syrup o miel de caña
- 50 g de azúcar
- 340 g de harina de trigo de todo uso
- 3 cucharaditas de jengibre molido
- 2 cucharaditas de de mezcla de especias para pan de especias
- 1 cucharadita de bicarbonato sódico
- 1 pizca de pimienta negra o cayena
- 1/2 cucharadita de sal
- 2 huevos L a temperatura ambiente
- 1 cucharada de vino dulce o zumo de naranja y/o ralladura
- 210 ml de leche o bebida vegetal, a temperatura ambiente
- mantequilla y harina para el molde
- azúcar glasé para decorar

Precalentar el horno a 180ºC con calor arriba y abajo, sin aire. Engrasar bien el molde de bundt con mantequilla, por todos los recovecos, y añadir harina tamizada. Poner bocabajo y dar golpecitos para sacudir el exceso de harina.

Derretir a fuego suave la mantequilla con el Golden syrup o melaza y el azúcar. Cuando esté todo bien homogéneo, añadir las especias y retirar del fuego -así son más aromáticas-. Añadir el vino o zumo, la leche y los huevos cando se haya enfriado un poco, mezclando con varillas. Tamizar la harina en un recipiente grande con el bicarbonato y la sal y añadir la mezcla de ingredientes húmedos.

Combinar todo mezclando suavemente hasta que no haya grumos secos, pero sin mezclar o batir en exceso para que la masa no salga muy apelmazada. Algún grumo puede quedar, pero no restos secos de harina. Verter en el molde, procurando que se llenen todos los recovecos, dar unos golpecitos para romper las posibles burbujas que salgan y hornear durante 45-50 minutos.

Esperar fuera del horno 10 minutos y desmoldar rezando a los dioses. Yo suelo separar la parte de la masa más visible con ayuda de una espátula o cuchillo redondo fino, pongo una rejilla y giro el molde con un movimiento rápido. Suele desmoldarse bien, pero si se rompe algo de masa que no haya drama, intenta colocar el trozo roto y se pegará un poco con el calor residual.

Decorar solo cuando esté totalmente frío, con azúcar glasé tamizado o un glaseado al gusto.


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