Film & Food ha elegido como tema para el reto del mes de mayo otra película donde la gastronomía tiene un papel crucial, Chocolat. Su título no da lugar a dudas, ¿verdad?
Casi salto de alegría al verlo, porque adooooro el chocolate, y me encanta esta película. La primera vez que la vi creo que fue en casa de una amiga, y desde entonces la he vuelto a ver muchas veces. Me gusta revisionarla al tiempo que la comparto con amigos o familiares que no la conocen, y además ya voy preparada con algún tipo de chocolate que acompañe a la sesión. ¡Es muy peligroso no tener nada de chocolate a mano!
La película me encanta porque tiene ese aire mágico de cuento que consiguen algunos filmes con el que me atrapan. El adorable pueblecito francés, los encantadores personajes, la mágica música... y por supuesto, la maravillosa chocolatería que monta la protagonista. ¡Ojalá tuviera un lugar así cerca de mi casa! Además, me gustan muchos de los actores que pueblan la pantalla.
Este reto tenía una característica especial: cada participante debía proponer una receta con chocolate para que otro la llevara a cabo, pero sin dar indicaciones propiamente de la receta. Yo no sabía qué elegir... ¡me gustan tantas recetas con chocolate! Además, suponía que muchas de las ideas que rondaban mi cabeza ya las propondrían otros blogueros... Al final me acordé de unas deliciosas tartaletas que hace muchos años vendían en una confiteria que había en mi barrio en Murcia. Los fines de semana que no íbamos al campo, mis padres nos llevaban a mi hermano y a mi a pasear por la ciudad, a algún parque, a la feria del libro... y al regresar parábamos en la confitería para elegir cada uno nuestro postre. Esas tartaletas nos conquistaron a todos, y se convirtieron en un clásico. Con este bonito recuerdo, me apetecía mucho ver su recreación a manos de otra persona, así que no puedo esperar a verlo. En cuanto tenga el enlace, lo pondré aquí.
Actualización: Me he llevado una gran alegría al ver que mi propuesta le tocó a Sonia del maravilloso blog L' Exquisit. Visita su blog para ver la maravillosa receta que ha recreado, tartaleta con mermelada de fresas, mousse de chocolate y ganaché.
Actualización: Me he llevado una gran alegría al ver que mi propuesta le tocó a Sonia del maravilloso blog L' Exquisit. Visita su blog para ver la maravillosa receta que ha recreado, tartaleta con mermelada de fresas, mousse de chocolate y ganaché.
Yo recibí el encargo de hacer un Coulant de chocolate, reto propuesto por Marina del delicioso blog Xocolata Desfeta. También conocido como Chocolatísimo, Muerte por Chocolate, o Molten Lava Chocolate Cake, este pastel horneado en moldes individuales es una absoluta perdición para los chocolateros. Nunca lo había preparado antes, pensaba que sería difícil, pero nada más lejos de la realidad. ¡Lo difícil es no prepararlo todos los días!
He adaptado la receta de Nigella añadiendo un toque de especias. Las claves: usar buen-buen chocolate y conocer tu horno. Dependiendo de la capacidad de los moldes y la temperatura, se cocinarán antes o tardarán más. La diferencia estará en un interior más o menos líquido; recomiendo hacer pruebas hasta pillarle el punto y conseguir que queden como más nos guste. Con estas cantidades me salieron tres coulants bien gordos. El tercero lo horneé al día siguiente; guardé la masa restante en un recipiente hermético en la nevera y luego simplemente lo tuve más tiempo en el horno. Queda fantástico.
- 25 gr de mantequilla a temperatura ambiente
- 175 gr de chocolate negro de buena calidad (en mi caso, Frey Crémant Noir)
- 75 gr de azúcar
- 2 huevos L
- 25 gr de harina de repostería
- 1/2 cucharadita de extracto de vainilla
- 1 pizca de sal
- 1 pizca de clavo molido
- 1 pizca de nuez moscada
- 1 pizca de pimienta
Precalentar el horno a 200ºC con una bandeja en el centro. Engrasar con mantequilla tres moldes estilo ramekin. Derretir el chocolate al baño María y dejar enfriar un poc. Batir con batidora de varillas la mantequilla blanda con el azúcar; añadir los huevos y batir un poco más. Incorporar la harina tamizada, la sal, la vainilla y todas las especias, batiendo un poco con un batidor de mano, hasta tener una masa líquida un poco espesa, homogénea. Repartir en los moldes. Con unas manoplas o algo similar, sacar rápidamente la bandeja del horno, colocar los moldes sobre ella y devolver al horno. Hornear durante unos 10-12 minutos. Desmoldar enseguida cada coulant sobre un plato (deberían salir solos al ponerlos boca abajo). Espolvorear con azúcar glas y servir caliente. Riquísimos con nata montada, helado de vainilla, crema inglesa... o solos.