Entrada programada - No sé exactamente dónde estaré ahora, pero lo que es seguro es que es sin conexión :P
Ya lo habrá dicho muchas veces: me vuelven loca los frutos del bosque y similares. Arándanos, grosellas, frambuesas, moras, fresas silvestres... Pero en Murcia son difíciles de encontrar, y cuando los encuentras están pochos y a precio de oro. Por eso en verano aprovecho para ir a comprar a zonas de ingleses y alemanes, donde los comercios se llenan de productos poco comunes para los locales. Allí sí que puedo conseguir buenos frutos sin tener que sin subastar un riñón para su compra. La última vez nos trajimos frambuesas lustrosas y arándanos gordos y relucientes. Con éstos últimos me lancé a preparar helado.
- 200 gr de arándanos frescos (125 gr y 75 gr)
- 500 gr de yogur natural cremoso
- 75 gr de azúcar
- 1 cucharada de Kirsch u otro licor afrutado (opcional)
- 1 cucharadita de zumo de limón
- ¼ cucharadita de sal
Lavar y escurrir los arándanos. Separar 75 gr seleccionando los granos más pequeños y reservar. En un recipiente, mezclar los 125 gr restantes con el azúcar y el Kirsch; dejar macerar como mínimo media hora. Añadir la sal y el limón. Batir un poco el yogur e incorporarlo a los demás ingredientes. Triturar con una batidora hasta que quede homogéneo. Añadir los demás arándanos, partiendo por la mitad los que sean más grandes. Corregir el punto de dulzor y dejar enfriar en la nevera como mínimo cuatro horas. Preparar el helado según las instrucciones de la heladera, o traspasar directamente a un recipiente de cierre hermético para ponerlo en el congelador, rompiendo los hielos cada media hora hasta obtener una textura adecuada.