Doña
Emilia Pardo Bazán desde el pazo del supuesto marqués de Ulloa, más que
inventora de un mundo de ficción se convierte, en mi opinión, en observadora de
una realidad contemplada en el atractivo marco de la campiña gallega donde
tiene su asiento un decrépito caserón
escenario de concubinato, dudas y tentaciones de cura, amores de madre,
decadencia familiar, naturaleza -Naturalismo- y ambiente primitivo que prostituye la vida
política y moral. Como dice nuestro profe: un novelón. Para leer “corriendito” –añadiría
yo.
5 comentarios:
Pérez Galdós dice de esta novela que es una obra maestra. Claro que don Benito y doña Emilia, por aquella época se escribían unas deliciosas cartas de amor.
Besos
Un novelón, en efecto. Para leerlo y disfrutarlo. Buen análisis de la perspectiva del autor naturalista (autora, en este caso).
Ya se nota el naturalismo nada más echarle el diente a la novela. Mucha mujer doña Emilia, aunque fuera condesa :-).
Ambiente rural, decadente, brutal,qué ambientazo el de la cocina de Sabel. Los personajes como Nucha y el curilla, tan sensibles y delicados, nunca se adaptarán.
Buena introducción, Paco.
Me gustó mucho el comentario que te hace LUZ,
pero la novela es muy buena-independientemente de eso- y como bien dices, refleja mucho la natural realidad. Sus descripciones son
tan reales que se salen del libro.
Besos
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