Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

lunes, 2 de noviembre de 2015

HABLAR DE SI MISMO, FÁBULA, CRÍTICA. El coloquio de los perros, Novelas ejemplares, Miguel de Cervantes.


  -¡No te lo vas a creer! Rebuscando en unas carpetas antiguas, ¿sabes lo que he encontrado? Es igual, ni lo intentes. ¡No vas a acertar! Anda, di, di, ¿ves cómo no? ¿te rindes?...
  -[¿…?]
  -¡Lo sabía!: un libro viejísimo de fábulas de Iriarte, lo he abierto al buen tun tun y a que no aciertas cual ha salido la primera, ¡bah! Ni lo intentes: la de los dos conejos ¿recuerdas?, sí mujer sí: la de galgos o podencos. De pequeña me la sabía de memoria.
Por entre unas matas,
seguido de perros,
no diré…
  -Vale, vale. ¡No irás a recitarla entera!
  -Porque no la recuerdo toda, que si no…, estaban muy bien, didácticas, con su pequeña moraleja y todo.
  -Eran otros tiempos en los que tal vez había que decir  cómo pensar o cómo  escribir.
  -También eran otros tiempos los de Cervantes: lee El coloquio de los perros y verás.
  -Lo he leído y no es lo mismo
  -¿No?
  -No. A primera vista parece un cuento de animales, pero Berganza es por decirlo de alguna forma un remedo del mismo Cervantes, no podemos olvidar su azarosa vida. Y Cipión a quien Berganza llama hermano es como la voz de su conciencia que establece la razón sobre el arte de escribir. Estoy de acuerdo contigo en que Esopo y Apuleyo están antes que Cervantes, pero él se sirve de los perros para contar su vida, o mejor dicho, de su visión y postura ante la vida que le tocó en suerte. Bajo el concepto de “ejemplar” pudo en sus novelas censurar y desahogarse de la injusticia, la mala suerte y de la falsedad de los hombres. No es una historia de animales, se trata de apuntar que en ocasiones los perros son más humanos que los hombres y estos más perros que los perros.
  -¡Bueno! ¡Vaya parrafada!
  -Perdona, pero es que me lanzo. Leyendo de esta forma apreciamos algo importante y es que no hay acritud en Cervantes al escribir El coloquio. Sitúa el punto de vista por encima de injusticias y falsedades con tono de tristeza.
  -Pues a mí, la escena de la moza hermosa que le quita la espuerta con la carne, me recuerda a la fábula El cuervo y el zorro de Samaniego.
  -Será por lo que a zorro/a se refiere, porque lo que realmente censura es que Berganza resulta castigado por lo que otros hicieron.
  -Y ya que te has puesto didáctica. ¿Qué me dices del episodio de los pastores?
  -Berganza abandona los rebaños con tristeza y desencanto; los tres pastores en los que el dueño confiaba incumplen su deber culpando a quien sí cumplía. La situación se asimila a la de los robos de los comisarios reales que hacían recaer la falta sobre sus inferiores indefensos por falta de audiencia. Muy interesante y actual es la referencia a los estudiantes de medicina. Los perros entienden mejor que los hombres la lógica de que la sociedad prepare profesionales en función de sus necesidades, no por moda o pública vanagloria.
  -Vale, pero y de la alusión a los gitanos que me dices, hoy sería motivo de escándalo.
  -Tú lo has dicho. Hoy. Eran tiempos y sociedades distintos, Cervantes trata de disipar el halo romántico y los condena por lo que hasta no hace mucho tiempo era socialmente admitido. En los pueblos cuando pasaba una caravana de gitanos sus habitantes se avisaban unos a otros y encerraban las gallinas. Pero no es aquí, aunque lo parezca donde reside el núcleo del mensaje, sino en la falta de fe. Condena a la etnia sin reprimirse:”¡Oh cuantas y cuáles cosas te pudiera decir, Cipión amigo desta morisca  canalla si no temiera no poderlas dar fin  en dos semanas!”. Para añadir a renglón seguido: “Por maravilla se hallará entre tantos uno que crea derechamente en la sagrada ley cristiana”. Cervantes manifiesta abiertamente su pasión por el Cristianismo.
  -Iba a decirte, en tono de broma por supuesto, que admito pulpo como animal de compañía, pero me has convencido. Los protagonistas son animales, no es fábula, pero... ¿no es algo inverosímil?
  -Quiero imaginarme a Cervantes tras escribir la primera parte de El Quijote con la idea, aparentemente disparatada, del diálogo de los perros de Mahudes ¿cómo hacerla verosímil? Para don Miguel no hay problema la dota admirablemente de verosimilitud con el Alférez Campuzano y el Licenciado Peralta en la novela previa  El casamiento engañoso con la que concluye El coloquio.
                                                              *  *   * 
"Los discretos perros callejeros Cipión y Berganza, que fueron bendecidos por el don del habla durante una noche, cosa sobrenatural y jamás vista, no pudieron gozar de los adelantos que disfrutan sus actuales congéneres de cuatro patas del siglo XXI".
Ramón Fontseré adapta El coloquio de los perros, de Cervantes para Els Joglars bajo el marchamo de: “el absurdo del mundo bípedo”.


3 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Aportas entusiasmo cervantino en tu comentario, desde luego. Y acierto: este relato está trufado de juegos intertextuales y de mezcla de antiguas fábulas y experiencias biográficas del pobre soldadón que era don Miguel. Toda una lección.

Abejita de la Vega dijo...

Para hablar de sí mismo pone a hablar a los perros, genial este Cervantes que hace un genial corte de mangas a los graves moralistas tan didácticos ellos que aburren a las ovejas.
Un abrazo, Paco.

Myriam dijo...

jajaja me rio del buen comentario de Ma Angeles y de los moralistas que aburren a las ovejas!! jajaja