El
lector que interesado y curioso acude a Tordesillas para documentarse en el
lugar mismo donde Juana de Castilla lloró su abandono, lo encuentra hoy ocupado
por bloques de viviendas y plaza con estatua. El nuevo trazado entre la iglesia
de San Antolín y el convento de Santa Clara donde se ubicaba la residencia
real, construida por Enrique III (1379-1406) y mandada derribar por Carlos III
(1716-1778) ni siquiera respetó el
perfil primitivo de la manzana.
Contemplando
como único recurso la maqueta del palacio, el viajero retrocede en el tiempo
hasta el atardecer invernal del 4 de
noviembre de 1517 en que Carlos y Leonor entraron en el salón del viejo palacio.
Con tres reverencias y el besamanos como prescribía el protocolo se acercaron a
doña Juana que deslumbrada por los hachones entornaba los ojos intentando
reconocer a los hijos que doce años antes había dejado en Flandes con cinco y
siete años. Acostumbrada ya a la luz, la Reina sonríe, evita el besamanos y
abraza a sus hijos:
- ¡Hijos míos! ¡Cuánto tiempo! ¡Qué
guapos estáis!
Leonor,
entre lágrimas miraba a Catalina asustada por su aspecto: una saya de paño, una
zamarra de cuero y por todo adorno, un pañuelo blanco en la cabeza más próximo
a la indumentaria de una aldeana que al de una princesa. Fuerte contraste con
su vestido púrpura de generoso escote y cuajado de brocados.
Carlos
se dirige (en francés) a su madre:
- Vuestros hijos vienen a besar la mano
a la Reina, su madre.
Doña
Juana ahoga un sollozo y puesta más en Reina:
- ¡Hijos! Viniendo de tan lejos habéis
de estar fatigados, retiraos a descansar.
Carlos
y Leonor tras las muestras de respeto y reverencias protocolarias propias de la
corte se retiran a sus aposentos.
El
viajero sale de las Casas del Tratado hacia San Antolín, atrás queda la maqueta
de ese gran desconocido, el Palacio Real. En el recuerdo una cita:
... su vida [de doña Juana] era tal y
el atavío y ropas de su vestir tan pobres y extraños y diferentes de su
dignidad...[1]
[1]NICOMEDES
SANZ Y RUIZ DE LA PEÑA, Doña Juana I de
Castilla: la reina que enloqueció de amor, (1939).