Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

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lunes, 23 de enero de 2017

EJEMPLARES POR LO NUEVAS: CERVANTES Y LA MUJER. La gitanilla, Rinconete y Cortadillo, La española inglesa.


La gitanilla. detalle en el monumento a Cervantes (Madrid)

Rebautizados como Rinconete y Cortadillo; Rincón y Cortado, desterrado aquel, huido este, vienen  a ser dos pillos que ubicados en la particular sociedad de los amigos de lo ajeno buscan la inmunidad bajo el paraguas protector, estrecho y controlado del señor Monipodio.

Las mujeres de Rinconete y Cortadillo son… poco escrupulosas, no muy inteligentes y la honra, para ellas, está en impreciso término. Cervantes las describe con nombres peculiares y anteponiendo –por si hubiera duda– el artículo la junto a su nombre. La Gananciosa y la Escalanta entran con Monipodio: «entraron con él dos mozas […] llenas de desenfado y desvergüenza: […] en viéndolas Rinconete y Cortadillo conocieron que eran de la casa llana y no se engañaron en nada». Después, entra Juliana la Cariharta quejándose del trato recibido por su «novio»: «y allí entre unos olivares, me desnudó, y con la petrina […] me dio tantos azotes que me dejó por muerta». La Gananciosa la consuela al modo y manera que corresponde a su oficio: «Porque quiero que sepas que a lo que se quiere bien se castiga; y cuando estos bellacones nos dan, y azotan, y acocean, entonces nos adoran».

Las mujeres aquí son lo que son: el reverso de la medalla de Las novelas en las que la mayor parte de las damas reúnen todas las cualidades físicas, espirituales y sociales.

Cervantes, obstinado vuelve al robo –de personas y libertades– en La gitanilla. Preciosa, la noble gitanilla, es honesta entre ladrones, limpia entre gente sucia, bella: «Ni los soles, ni los aires, ni todas las inclemencias del cielo, […] pudieran deslustrar su rostro ni curtir sus manos».
Juan de Cárcamo, deja todo por amor y acepta vivir como el gitano Andrés Caballero con tal de que Preciosa le acepte como esposo: «determiné de hacer por ti cuanto tu voluntad acertase a pedirme […] pues, es tu gusto que el mío al tuyo se ajuste y acomode, cuéntame por gitano».

Recalcitrante, Cervantes retoma el tema del rapto en La española inglesa con Isabela: «la más hermosa criatura que había en toda la ciudad», obligada a vivir en Inglaterra (enemiga de España al menos en aquellos tiempos) en calidad de esclava si bien en una familia noble de corazón y rango cuyo hijo se la declara. Ella escucha «con los ojos bajos mostrando que su honestidad igualaba a su hermosura y a su mucha discreción su recato». También queda destacada en Las novelas ejemplares la belleza espiritual cuando Isabel (Isabela) pierde temporalmente –Ricardo (Ricaredo) no lo sabe– la belleza física:

«yo Isabela desde el punto que te quise fue con otro amor que aquel que tiene su fin y paradero en el cumplimiento del sensual apetito […] tus infinitas virtudes me aprisionaron el alma, de manera que, si hermosa te quise, fea te adoro».

Las damas bellas, discretas y nobles aun sin ser de linaje son amadas por sus caballeros. El tema del honor en la mujer merece a los ojos de Cervantes lugar destacado en sus Novelas. La mujer está dispuesta a perder la vida en aras de la castidad, la honestidad y el honor como queda expuesto en otro pasaje de La gitanilla:

«aunque soy gitana pobre y humildemente nacida […] una sola joya tengo que estimo más que a la vida, que es la de mi entereza y virginidad […] Si vos, señor, por sola esta prenda venís, no la habéis de llevar sino atada con las ligaduras y lazos del matrimonio».


  El matrimonio, a veces forzado u obligado era la solución. Los tiempos han cambiado, el mensaje permanece.

lunes, 2 de noviembre de 2015

HABLAR DE SI MISMO, FÁBULA, CRÍTICA. El coloquio de los perros, Novelas ejemplares, Miguel de Cervantes.


  -¡No te lo vas a creer! Rebuscando en unas carpetas antiguas, ¿sabes lo que he encontrado? Es igual, ni lo intentes. ¡No vas a acertar! Anda, di, di, ¿ves cómo no? ¿te rindes?...
  -[¿…?]
  -¡Lo sabía!: un libro viejísimo de fábulas de Iriarte, lo he abierto al buen tun tun y a que no aciertas cual ha salido la primera, ¡bah! Ni lo intentes: la de los dos conejos ¿recuerdas?, sí mujer sí: la de galgos o podencos. De pequeña me la sabía de memoria.
Por entre unas matas,
seguido de perros,
no diré…
  -Vale, vale. ¡No irás a recitarla entera!
  -Porque no la recuerdo toda, que si no…, estaban muy bien, didácticas, con su pequeña moraleja y todo.
  -Eran otros tiempos en los que tal vez había que decir  cómo pensar o cómo  escribir.
  -También eran otros tiempos los de Cervantes: lee El coloquio de los perros y verás.
  -Lo he leído y no es lo mismo
  -¿No?
  -No. A primera vista parece un cuento de animales, pero Berganza es por decirlo de alguna forma un remedo del mismo Cervantes, no podemos olvidar su azarosa vida. Y Cipión a quien Berganza llama hermano es como la voz de su conciencia que establece la razón sobre el arte de escribir. Estoy de acuerdo contigo en que Esopo y Apuleyo están antes que Cervantes, pero él se sirve de los perros para contar su vida, o mejor dicho, de su visión y postura ante la vida que le tocó en suerte. Bajo el concepto de “ejemplar” pudo en sus novelas censurar y desahogarse de la injusticia, la mala suerte y de la falsedad de los hombres. No es una historia de animales, se trata de apuntar que en ocasiones los perros son más humanos que los hombres y estos más perros que los perros.
  -¡Bueno! ¡Vaya parrafada!
  -Perdona, pero es que me lanzo. Leyendo de esta forma apreciamos algo importante y es que no hay acritud en Cervantes al escribir El coloquio. Sitúa el punto de vista por encima de injusticias y falsedades con tono de tristeza.
  -Pues a mí, la escena de la moza hermosa que le quita la espuerta con la carne, me recuerda a la fábula El cuervo y el zorro de Samaniego.
  -Será por lo que a zorro/a se refiere, porque lo que realmente censura es que Berganza resulta castigado por lo que otros hicieron.
  -Y ya que te has puesto didáctica. ¿Qué me dices del episodio de los pastores?
  -Berganza abandona los rebaños con tristeza y desencanto; los tres pastores en los que el dueño confiaba incumplen su deber culpando a quien sí cumplía. La situación se asimila a la de los robos de los comisarios reales que hacían recaer la falta sobre sus inferiores indefensos por falta de audiencia. Muy interesante y actual es la referencia a los estudiantes de medicina. Los perros entienden mejor que los hombres la lógica de que la sociedad prepare profesionales en función de sus necesidades, no por moda o pública vanagloria.
  -Vale, pero y de la alusión a los gitanos que me dices, hoy sería motivo de escándalo.
  -Tú lo has dicho. Hoy. Eran tiempos y sociedades distintos, Cervantes trata de disipar el halo romántico y los condena por lo que hasta no hace mucho tiempo era socialmente admitido. En los pueblos cuando pasaba una caravana de gitanos sus habitantes se avisaban unos a otros y encerraban las gallinas. Pero no es aquí, aunque lo parezca donde reside el núcleo del mensaje, sino en la falta de fe. Condena a la etnia sin reprimirse:”¡Oh cuantas y cuáles cosas te pudiera decir, Cipión amigo desta morisca  canalla si no temiera no poderlas dar fin  en dos semanas!”. Para añadir a renglón seguido: “Por maravilla se hallará entre tantos uno que crea derechamente en la sagrada ley cristiana”. Cervantes manifiesta abiertamente su pasión por el Cristianismo.
  -Iba a decirte, en tono de broma por supuesto, que admito pulpo como animal de compañía, pero me has convencido. Los protagonistas son animales, no es fábula, pero... ¿no es algo inverosímil?
  -Quiero imaginarme a Cervantes tras escribir la primera parte de El Quijote con la idea, aparentemente disparatada, del diálogo de los perros de Mahudes ¿cómo hacerla verosímil? Para don Miguel no hay problema la dota admirablemente de verosimilitud con el Alférez Campuzano y el Licenciado Peralta en la novela previa  El casamiento engañoso con la que concluye El coloquio.
                                                              *  *   * 
"Los discretos perros callejeros Cipión y Berganza, que fueron bendecidos por el don del habla durante una noche, cosa sobrenatural y jamás vista, no pudieron gozar de los adelantos que disfrutan sus actuales congéneres de cuatro patas del siglo XXI".
Ramón Fontseré adapta El coloquio de los perros, de Cervantes para Els Joglars bajo el marchamo de: “el absurdo del mundo bípedo”.


miércoles, 28 de octubre de 2015

LA CEGUERA DEL ENTENDIMIENTO. El casamiento engañoso, Novelas ejemplares, Miguel de Cervantes.


Con El casamiento engañoso y El coloquio de los perros se cierran Las novelas ejemplares. Entendido que no son dos novelas, sino una, pienso en dos consideraciones, una: en cualquiera de los casos es necesario leer la primera para entender la segunda; dos: tal vez deban considerarse las Novelas ejemplares como un todo, como los tentáculos de un pulpo, todos pertenecientes a un mismo organismo y cada uno con su función, tal es mi impresión. Tras la relectura y contrariamente a lo que en principio pensaba el paso por todas las novelas proporcionó mejor acercamiento y mayor profundidad a las particularidades de cada una.
       -Lo sé. Siempre me voy por las ramas y en consecuencia intentaré ceñirme a lo que aparece en el título.
El casamiento engañoso desarrolla el tema del burlador burlado con cuestión final y sirve de introducción a una parodia picaresca El coloquio de los perros, novela dentro de otra novela en la que al igual que El lazarillo, Berganza sirve a muchos amos  nos descubre sus vidas y…
   -Vuelvo -¿inconscientemente?- a las ramas del árbol, bajemos y hablemos del Casamiento que es lo que toca.
Como si de un pez se tratara, a Campuzano le pierde la boca, el abuso del lenguaje. Lo que oye a Estefanía, es lo que quiere oír y Cervantes nos lo presenta con claridad meridiana: “sin dejar ver el rostro más de aquello que concedía la raridad del manto”. Es decir, no le deja ver toda la verdad. La ceguera del entendimiento nubla de tal modo al Alférez que no ve el peligro anunciado: “Pecadora he sido y aún ahora lo soy", consecuencia de lo cual hubo de pagar con veinte días de sudores una hora de satisfacción. Y así lo encuentra el licenciado Peralta, maltrecho y apenas curado de la sífilis adquirida con doña Estefanía.
Ciego estaba y ciego lo mantiene Cervantes proporcionando nuevas señas al lector. Campuzano no es capaz de verse a sí mismo en don Lope cuando Estefanía le engaña con la verdad “Quería hacer [doña Clementa] burla de aquel don Lope”. Ceguera, orgullo o egoísmo, todo, junto o separado en el burlador burlado viene a ser el tema de la novela.

Decíamos que El casamiento contiene una cuestión. ¿Cómo dar la necesaria verosimilitud para introducir el Coloquio? Toda esta trama sirve a Cervantes para que Campuzano tomando como base las argucias, artimañas e historias de su esposa e iluminado por alucinaciones mientras cura las bubas imagine y desarrolle la particularísima historia “que excede en todo a la razón” de dos perros, Cipión y Berganza dotados del don del habla “como si fueran capaces de razón”. El licenciado Peralta acepta “por ser escrito y notado del buen ingenio del señor Alférez, ya le juzgo por bueno” de buen grado el manuscrito onírico que le ofrece Campuzano. Disfrutará el licenciado de la narración no por real, sino por la forma de contarla.
Mediante este artificio Cipión y Berganza, los perros de Mahudes dan comienzo a su coloquio.

viernes, 23 de octubre de 2015

LOCURA DE CUERDOS O CORDURA DE LOCOS. El licenciado Vidriera, Novelas ejemplares, Miguel de Cervantes

[...] y en el pajar se enterraba hasta la garganta


Pío Baroja empezaba así su artículo La literatura y la historia:

Los escritores suponen que conocen su país si conocen su literatura; los políticos tienden a enterarse de las condiciones de un pueblo por la Historia, y ¡por qué Historia! Ninguno de los sistemas es exacto, pero está más cerca de la realidad la de los escritores que la de los políticos.

La literatura es ficción, refleja situaciones y modos de vida que acercan a la  idiosincrasia de un colectivo sin necesidad de exactitudes de las que también carece la historia en la que lo habitual –afirma Baroja- es que los historiadores se copien unos a otros sin aludir a la procedencia.

Entiendo interesante el punto de vista de Baroja para, objetivamente, interpretar al personaje en El licenciado Vidriera y recordar la habilidad y espíritu crítico de Cervantes para sacar a la luz, bajo el trampantojo de novela de entretenimiento, injusticias y engaños. Ayuda también recordar cómo en el Renacimiento se rompieron los conceptos y jerarquías de la Edad Media con el desarrollo de las ciencias, la economía, las actividades mercantiles y la aparición de un capitalismo incipiente. El hombre liberado entonces de fuerzas sobrenaturales y espirituales a seguir, se encontraba perdido y sin normas a las que obedecer. En este contexto encontramos a Tomás Rodaja alienado por un bebedizo.

Lector que me sufres: estarás preguntándote  a que viene esto de  relacionar a un loco con las ciencias, el inicio del capitalismo las fuerzas sobrenaturales... Tal vez sea contagio, tal vez otra alucinación. Por extrañas influencias asocio la locura del protagonista con el impacto que supuso la irrupción de una sociedad nueva, con instituciones nuevas  en la que cada uno busca conseguir su beneficio al margen de los demás. ¿Pudiera Tomás Rodaja simbolizar el enfrentamiento con un mundo extraño y ajeno en el que lo que parece auténtico es mera apariencia? Tal vez sí.  Él, vidrio frágil y trasparente frente a un mundo opaco y duro se angustia, pasa de individuo auténtico a individuo inadaptado; y el magisterio de Cervantes nos hace reflexionar con humor sobre esta premisa a través de una mirada burlona con propósito de ejemplaridad.

La mirada del loco Vidriera es totalmente cuerda, genera comentarios saturados de enseñanza y salpicados de ironía con los que analiza la clase media y baja de la sociedad española: médicos, boticarios jueces, banqueros, criadas, pasteleros, casas de mancebía, arrieros, etc., con alusión -curiosa y deliberada, supongo- apenas superficial a la nobleza y el clero. A todos estos componentes de una sociedad alienada, denuncia por el uso partidista de su profesión buscando fama o riqueza. Los poetas merecen tratamiento aparte: los buenos alabados, los malos denostados: “de los malos, de los churrulleros, ¿qué se ha de decir sino que son la idiotez y la arrogancia del mundo?”.

Si aún estas ahí, lector amigo, habrás notado que estos comentarios míos comienzan allende la escena del membrillo -fruta que ahora está en sazón- la culpa es de mi tardía incorporación a la lectura de grupo. Aquella primera parte ha quedado suficientemente comentada por los lectores del Club y… ¡por qué no! Me atrajo sobremanera la conclusión de la historia.

Curado del filtro amoroso  Tomás Rodaja quiere ejercer su profesión y recuperar el tiempo perdido con resultado negativo. La sociedad, alienada, se presta a disfrutar de las ocurrencias de la locura pero no a comprender la verdadera dimensión de los desvaríos del presunto loco. Algunos captaron su mensaje la mayoría se reía; ni unos ni otros le prestan su apoyo cuando pretende con el mismo o mayor ingenio ganarse la vida: “Por las cosas que dicen que dije cuando loco, podéis considerar las que diré y haré cuando cuerdo”.

Tomás Rueda resulta atropellado por el licenciado Vidriera. El perturbado ve la alienación de la sociedad; esta se resiste a aceptar al cuerdo. Derrotado vuelve a Flandes logrando por las armas lo que la vida le negó por las letras: “dejando fama en su muerte de prudente y valentísimo soldado”.

Allá por noviembre del 2010 escribíamos para El Alfoz:

Alonso Quijano se transformó en don Quijote de la Mancha y éste nuevamente en Alonso Quijano. Don Quijote según mi opinión representa un ideal, una utopía. Lo irreal permanece, y muere Alonso Quijano el Bueno.

Un país se conoce mejor a través de su literatura.

Imagen: Flickr